La Concepción Marxista del Ser Humano, la Sociedad y la Historia

La concepción del ser humano en el marxismo

Karl Marx fue el creador de una visión materialista que ha sido compartida por millones de personas.

El ser humano como ser natural y productor

Desde una posición monista, el ser humano pertenece a la naturaleza material. Se define por sus necesidades y, a diferencia de otros seres, es capaz de producir lo que necesita para subsistir. La clave distintiva reside en su imaginación, iniciativa y voluntad, que le permiten crear medios para sobrevivir mediante el trabajo.

La forma en que se realiza este trabajo, los medios de producción utilizados y las relaciones que los seres humanos establecen con ellos determinarán sus condiciones de vida: si viven esclavizados, alienados o divididos.

Definición de Alienación

Alienación: Proceso por el cual un individuo se convierte en alguien ajeno a sí mismo, se extraña, porque ha perdido el control sobre su propia vida y su trabajo.

La sociabilidad humana y la lucha de clases

Los seres humanos siempre han vivido en sociedad, siendo esta una condición imprescindible para su existencia.

Marx opina que, históricamente, las sociedades han estado divididas en clases opuestas en constante conflicto. Este fenómeno, conocido como la lucha de clases, se origina en la relación de los seres humanos con los medios de producción: una minoría ha sido dueña de estos medios, mientras que la mayoría ha trabajado a su servicio. Esto ha generado una división social antagónica, dominada por la ideología de la clase dominante.

Las clases superiores han controlado el aparato ideológico y cultural, explotando a las clases inferiores. Según Marx, aunque esta lucha siempre ha estado presente, se manifiesta de forma más evidente con el surgimiento del capitalismo. La ideología sirve para justificar y disfrazar esta explotación, manteniendo a los trabajadores alienados.

La solución propuesta es la abolición de la propiedad privada de los medios de producción. Esta transformación social debe ser llevada a cabo por el proletariado, la clase universal que, a través de su trabajo, representa a toda la humanidad. A diferencia de revoluciones anteriores, la revolución proletaria no buscará el beneficio de una sola clase, sino la emancipación de toda la humanidad.

La libertad humana en el marxismo

La creencia fundamental del marxismo es que no puede existir una libertad individual sin una libertad colectiva; es decir, la libertad debe ser para todos. La verdadera libertad consiste en la capacidad de una sociedad para satisfacer las necesidades básicas de todos sus miembros.

La percepción de libertad individual en una sociedad de clases es, para Marx, una falsa conciencia, una convicción producto de la ideología de la clase dominante. La auténtica libertad solo se alcanzará cuando los medios de producción sean de dominio colectivo, permitiendo satisfacer las necesidades de la comunidad.

Marx considera que esta libertad es un objetivo alcanzable. Cree que la historia se dirige inevitablemente hacia esta meta, y que los seres humanos, con su acción, solo pueden acelerar o retrasar este proceso.

Materialismo dialéctico

Fue formulado principalmente por Friedrich Engels, quien no consideró su trabajo como una desviación del pensamiento de Marx, sino como un complemento. Las ideas fundamentales de Engels sobre este tema se encuentran en una serie de artículos publicados bajo el título Dialéctica de la Naturaleza.

Engels sostiene que los fenómenos materiales son, en esencia, procesos dialécticos. La realidad es movimiento y cambio, y este cambio se produce a través de la contradicción. La realidad es, al mismo tiempo, ella misma y su contraria, conteniendo en sí la negación de sí misma.

La lucha de opuestos es el motor que explica estos cambios. Esta lucha es un principio universal que se manifiesta en infinitas situaciones de la naturaleza y la sociedad.

Materialismo histórico

Esta teoría es central en el pensamiento de Marx y se enfoca en el estudio de los diferentes modos de producción a lo largo de la historia. El materialismo histórico insiste en el carácter material de la existencia humana y su relación con el mundo para comprender la formación y transformación de las sociedades.

La estructura de la sociedad y el motor de la historia

Los cambios históricos son de naturaleza dialéctica: los conflictos que surgen en la sociedad se resuelven mediante transformaciones en su estructura fundamental. Para el materialismo histórico, la sociedad es una estructura compuesta por tres niveles interrelacionados: económico, político e ideológico. Sin embargo, es el nivel económico —el modo de producción de la vida material— el que condiciona, en última instancia, todo el proceso de la vida social, política y espiritual.

La historia de la humanidad es, por tanto, la historia de la lucha de clases. En cada etapa, una minoría ha sido propietaria de los medios de producción, mientras que la mayoría ha sido la fuerza de trabajo. Estas dos clases (propietarios y trabajadores) tienen intereses antagónicos y opuestos, aunque esta contradicción se vuelve más explícita con la llegada del capitalismo.

Hacia una sociedad sin clases

Esta lucha de clases culminará, según Marx, cuando los medios de producción dejen de ser propiedad privada y pasen a ser propiedad de toda la sociedad, instaurando así una sociedad socialista y, finalmente, comunista.

Marx considera que este desenlace es un proceso histórico inevitable, aunque la actividad revolucionaria del proletariado es crucial para acelerar su llegada.

Conceptos clave

  • Ideología: Conjunto de ideas que justifican y dan una aparente validez universal a los intereses particulares de una clase social, especialmente la dominante.
  • Trabajo: Actividad mediante la cual el ser humano transforma la realidad para satisfacer sus necesidades, tanto físicas como espirituales.
  • Valor de uso e intercambio: El intercambio de bienes se produce cuando estos satisfacen necesidades diferentes, es decir, cuando poseen un valor de uso distinto para las partes involucradas.
  • Proletariado: Clase social propia del sistema económico capitalista, compuesta por los trabajadores que, al no poseer los medios de producción, venden su fuerza de trabajo a la burguesía (la clase dueña de dichos medios) a cambio de un salario.

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