La coherencia entre los principios del conocimiento, los instrumentos del conocimiento y el resultado de conocimiento del proceso de conocimiento

Tema 1: el paso del mito al logos.
Los seres humanos nos hemos enfrentado a la dificultad de comprender el
mundo. Se han ensayado distintas estrategias, una respuesta común ha sido la
introducción de mitos. Wilhelm Nestle, Utilizó la expresión “el paso del mito al
logos”, la filosofía se caracteriza por su oposición al mito.
Los relatos mitológicos ayudaban a comprender el mundo y sus misterios.
Justificaban jerarquías e instituciones. Transmitían valores que regulaban la
conducta. Estos relatos están dotados de una alta fuerza emocional.
Los relatos mitológicos participan de una estructura común sus principales
rasgos son:
1. Los hechos se desarrollan en un tiempo pasado.
2. Los personajes presentan carácterísticas extraordinarias.
3. Hay una clara separación entre el mundo al que pertenecen estos
personajes y el mundo humano.
4. A estar de estar separados del mundo humano, tienen una clara
influencia sobre los acontecimientos de la vida humana, por eso, los
griegos les rendían culto a los dioses. Los mitos explican el origen,
cosmogonía, y la organización del universo, cosmología.
5. Sólo los dioses son sabios. Ellos dan el saber a los seres humanos.

La figura del poeta ejercíó en la cultura tradicional griega un papel central. A
través de ellos llegaron a conocer los griegos la mayoría de sus mitos. Los
poetas eran inspirados por las musas, hijas de Zeus en el Olimpo cantaban las
hazañas de dioses y de héroes. Homero y Hesiodo fueron los dos grandes
poetas tradicionales de Grecia.
El poeta no es dueño de su solo es un intermediario a merced de la voluntad
de las musas.


Tema 2: los presocráticos.
El nacimiento de la filosofía va unido al de un nuevo modo de interpretación de
la realidad:
Un conocimiento basado en el empleo de la razón.

La explicación racional de lo real se caracteriza por principios como los
siguientes:
• Necesidad: las cosas no ocurren de un modo arbitrario, por casualidad,
sino tal como tienen que ocurrir.
• Permanencia: las cosas poseen una manera de ser que es constante o
permanente, así, todos los entes poseen una esencia (eidos), que es
común a los seres de la misma clase.
• Naturaleza: en un sentido general, la naturaleza es la totalidad del
universo. En un sentido particular, la naturaleza de un ente define lo que
es algo es, su modo de comportarse, su esencia.
La noción de naturaleza va unida a la idea de un todo ordenado, regido por la
necesidad, en el que cada elemento ocupa su lugar y se comporta de acuerdo
con su modo de ser o naturaleza particular.
La naturaleza es dinámica, está dotada de movimiento y sus entidades están
sujetos al cambio. Dicho dinamismo es intrínseco a todo ser natural y viene
definido por su esencia.


Los filósofos presocráticos trataron de buscar un encaje racional entre la idea
de permanencia del ser y la realidad del cambio, entre la unidad de lo real y la
multiplicidad de los seres y los diferentes estados y apariencias es los que estos
se encuentran, etc.
En el contexto del conocimiento, se diferencia entre un conocimiento sensible,
basado en los datos que nos proporcionan los sentidos, y el conocimiento
racional. Esta distinción va unida a la que se establece entre lo real y lo
aparente, entre lo que realmente es y lo que parece ser.

En su intento de explicar racionalmente la naturaleza juega un papel
fundamental el concepto arjé. Con la palabra arjé se pretende designar el
elemento primordial común constituyente de toda realidad material. El
primero en emplearla fue Anaximandro, aunque la pregunta por dicho
principio se remonta a Tales de Mileto. La pregunta por el arjé comprende la
del origen de lo real, su sustrato común y su causa o fundamento.


Un arjé único: Tales de Mileto, Anaximandro y AnaxíMenes


Los 3 fueron filósofos de Mileto, una ciudad griega en la costa de Anatolia,
actualmente situada en Turquía.
Tales de Mileto, fue el padre de la filosofía, ya que sus pensamientos dieron
lugar a una cadena argumental con desarrollo progresivo en este ámbito.
Todos coincidieron en la idea de que es posible determinar un principio o
sustrato común a todos los entes, aunque sus soluciones fueron distintas. Para
Tales, el origen y el sustrato común de todas las cosas es el agua. Aunque se
desconocen los detalles de su pensamiento, y si llegó o no a escribir una obra,
se le atribuye la sesíón de “todo es agua”. Esta afirmación podría apoyarse la
vinculación entre el agua y la vida y en la capacidad que tiene este elemento
para transformarse y adquirir otros estados como ocurre con el proceso de
congelación y evaporación.
Anaximandro caracteriza el arjé como lo ápeiron, lo indefinido, ilimitado o
indeterminado. Interpreta que, siendo el origen y el sustrato de todo cuanto
existe, no puede ser ninguno de los elementos conocidos, de cualquiera de
ellos posee rasgos específicos. El arjé sería una materia indeterminada de la
que emanarían los distintos elementos con sus rasgos particulares. Por otro
lado, el ápeiron sería una realidad ingénita (sin nacimiento) e imperecedera.
Anaximandro concibe que el universo está sometido a un proceso cíclico y
eterno de nacimiento y destrucción. Todo nace de ese fondo común
indeterminado y todo vuelve a él.


AnaxíMenes sostuvo que el sustrato común o arjé era el aire. La elección del
aire tiene que ver con la asociación de este elemento con la respiración y la
vida. Según este filósofo, todos los elementos se constituirían a partir del aire a
partir de un proceso de condensación y de rarefacción (disminuir la densidad).

Las matématicas, el Ser y el Logos como principios, pitagóricos, Parménides y


Heráclito


El pitagorismo es un movimiento filosófico formado del siglo VI a.C en torno a
la doctrina de Pitágoras de Samos. Su principal área de asentamiento fue el sur
de Italia. Entre sus dedicaciones se encuentran la astrología, la música y las
matemáticas, ciencia a partir de la cual creen encontrar la explicación última
de la realidad y su fundamento.
Muchas propiedades, como las de los intervalos musicales, pueden ser
explicadas en términos matemáticos, por esto llegaron a postular que los
principios matemáticos eran comunes a todas las cosas. Los números
constituirían, de este modo, la naturaleza del universo.


También en una ciudad griega al sur de Italia se desarrolló la vida de
Parménides, del que conocemos fragmentos de un poema filosófico con gran
repercusión en el curso de la filosofía posterior. Partiendo de la diferencia
entre una apariencia inventada por los sentidos y la verdad conocida por la
razón, el filósofo plantea un modelo único de lo real en el que el cambio y la
pluralidad quedan reducidos a mera apariencia,
Afirma el ser (única realidad que puede ser pensada y dicha) y niega
categóricamente la realidad del no ser y, con ello, cualquier ámbito de vacío
que permita transiciones o modificaciones. Llega a definir al ser como una
realidad única dotada de las siguientes carácterísticas: inendegenerado,
indestructible, finito, homogéneo, compacto, indivisible y esférico.
En un contexto en el que se subraya la racionalidad de lo permanente frente al
cambio y la unidad frente a la pluralidad, el filósofo Éfeso Heráclito, afirma que
el universo es un continuo devenir en el que todo nace y nada permanece.
Todo fluye en el curso interminable de la lucha entre los elementos opuestos.
Sin embargo, este dinamismo no es caótico, sino ajustado a un logos, una ley
interna que es en el fondo armónica e invariable.


Los pluralistas; Empédocles, Anaxágoras y los atomistas


Una explicación racional del cambio y del movimiento deberá ser consistente
con el respeto al principio de la permanencia del ser. Los filósofos pluralistas
coinciden en que la solución se encuentra el postulado de un arjé múltiple.
Aunque la realidad es eterna y en sí misma invariable, sus distintos
componentes se agrupan y des agrupan en entidades que nacen, se
transforman y perecen, para dar lugar a nuevas agrupaciones.
Empédocles tuvo cuatro principios o archés: los elementos tierra, agua, aire y
fuego. El universo se encuentra sometido al dinamismo interno que es
consecuencia de la acción de dos fuerzas cósmicas denominadas el amor y el
odio. El amor es principio de unidad y armónía, el odio es principio de
multiplicidad y desorden.
Anaxágoras explica la multiplicidad por la diversidad de los elementos que
constituyen la materia. Existen innumerables partículas de todas las sustancias
(homeomerías o semillas) que se encuentran mezcladas entre sí en una masa
compacta. Toda partícula es divisible, por pequeña que sea, y alberga todo tipo
de sustancias. Cada el evento se caracteriza por el tipo de semilla que
predomina en él, siendo las agrupaciones entre elementos la razón de los
entes individuales y su multiplicidad.
Para explicar el origen del movimiento, Anaxágoras recurre a la noción de Nous
o entendimiento divino. Será una primera aproximación filosófica a un
concepto de orden y finalidad de carácter divino, posteriormente desarrollado
de modo más sistemático por Platón y Aristóteles.


Los atomistas (Leucipo, Demócrito)


desafían el principio de Parménides al
aseverar la existencia del no ser, concebida como vacío. Es este vacío el
elemento que permite explicar movimiento y la pluralidad. La realidad se
constituye a base de átomos, porciones de materia indivisible separadas entre
sí por el vacío. Estos átomos poseen gran medida las carácterísticas de aquel
ser único de Parménides: son homogéneos, eternos e inmutables (por no
constar de partes ni albergar el vacío en su interior). Se trataría de partículas
materiales que se diferencian entre sí solo por su forma. Tanto el nacimiento o
la muerte, así como cualquier cambio producido en un ente, se explicaría como
resultado de las eventuales agrupaciones o separaciones entre átomos.

Si Anaxágoras concebía el orden como el resultado de la acción inteligente
divina, los atomistas adoptan una postura mecanicista en la que no tienen
cabida ni la inteligencia divina ni la finalidad. El cosmos sería el resultado de
una necesidad ciega: en su movimiento azaroso en el vacío, los átomos
colisionan entre sí y se agrupan y les agrupan en los diferentes seres que
conforman la realidad.


Tema 3: Sócrates y los sofistas.
Un nuevo contexto cultural y nuevos problemas.
Con los sofistas y Sócrates aparece en la historia de la filosofía una nueva
situación. La filosofía abandona el terreno geográfico colonial y se desarrolla
fundamentalmente en Atenas, núcleo cultural de la Hélade en esa época y
ademas, se abandona los antiguos temas de reflexión centrados en la
naturaleza, para pasar a ocuparse del hombre y los problemas de la sociedad.
Este cambio tiene dos razones:
 La disparidad de teorías y su incompatibilidad al tratar el problema de la
physis. El problema de lo uno y lo múltiple no se resuelve y por tanto se
abandona.
 Las necesidades planteadas por la práctica democrática en la sociedad
ateniense, que implica la necesidad de un debate filosófico sobre los
principios de la política y la ética o el comportamiento humano.
En el s.V a.N.E. En Atenas, siglo de Pericles y del esplendor de la democracia y
cultura ateniense, se fue introduciendo una mayor participación ciudadana y la
aristocracia de sangre fue perdiendo sus privilegios políticos. Esto fue debido,
entre otras causas, a la participación de las clases más populares en la guerra
contra los persas, que terminaron por solicitar su derecho de ciudadanía al
haber participado en dicha guerra.
La democracia ateniense vive en el Ágora y en el ámbito de la palabra, del
discurso. Por el Ágora pasan todas las cuestiones importantes de Atenas y en la
asamblea son discutidas y votadas. En principio tienen una carácterística
práctica (resolver problemas cotidianos), sin embargo, remiten a cuestiones
teóricas, como: qué es lo justo, o cuáles son las normas por las que debe
regirse la ciudad.

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