Impresiones de descarte


Pregunta 3: Relación con el tema elegido

            Como la mayoría de los filósofos modernos, Locke, uno de los principales representantes del Empirismo y padre del liberalismo político, reflexiónó sobre el origen y el fundamento del conocimiento.

        Coincide con Descartes en que el objeto de conocimiento no son las cosas, sino las ideas, aunque difiere de él al sostener que las ideas provienen solo de la experiencia.
Rechaza las ideas innatas, pues afirma que antes de la experiencia, el entendimiento se encuentra vacío.

      Locke supone que la idea de sustancia es el sustrato de un conjunto de cualidades o accidentes, aunque en realidad, no conocemos la sustancia de los objetos, sino solo un conjunto de cualidades sensibles. No niega la existencia de la sustancia extensa (que conocemos a través de la sensación) ni de la sustancia pensante (que poseemos por reflexión), pero cree que de ellas solo tenemos una idea confusa y oscura. Por tanto considera que la experiencia es el origen y el límite de nuestro conocimiento.

        Hume continuó la labor de Locke, aunque fue más allá en la determinación de los límites del conocimiento humano. Parte de la  idea de que todas las ciencias tienen relación con la naturaleza humana, siendo,  por ello, necesario  el desarrollo de una ciencia del hombre que establezca el fundamento y la coherencia de todas las demás. Para este fin  es necesario aplicar el método experimental.

      Los contenidos de la mente son las percepciones (las ideas de Locke), y derivan de la experiencia.  Se pueden dividir en dos tipos: las impresiones, que son los datos inmediatos de la experiencia, son transmitidas por los sentidos y se caracterizan por su intensidad , y las ideas, que son las copias difuminadas de las impresiones en el pensamiento.

     En cuanto al modo de conocer, distingue dos tipos de conocimiento: las relaciones entre ideas y las cuestiones de hecho, que proceden de la experiencia al entrar en contacto con los objetos del mundo físico.

    El criterio de certeza para afirmar la verdad de una idea consiste en hallar la impresión de la que procede. Por ello, Hume  rechaza la existencia de una realidad extramental, ya que admitirlo supondría la continuidad de su existencia incluso cuando no la percibimos, lo que da lugar a una creencia basada en una impresión que no hemos tenido. Esta sensación engañosa se debe a la imaginación, por lo que no se puede afirmar definitivamente la existencia de la realidad física.

    La única realidad indudable son las impresiones, y las relaciones posibles entre ellas son la de contigüidad y la de espacio-temporal. La realidad se describe como una mera sucesión de fenómenos, lo que implica un acentuado escepticismo, pues no podemos trascender nuestras impresiones  ni establecer conexiones firmes y verdaderas entre ideas y fenómenos.

        La inserción de Descartes en la tradición posterior va a ser tan determinante no sólo a nivel filosófico, sino también matemático y científico , que, más que relacionarlo con Kant, Ortega o Husserl, cabe hablar de su influencia sobre la ciencia y el conocimiento en general, a partir de la exigencia de un método que especifique los criterios, la dirección y las relaciones internas de todo conocimiento, y que tenga un señalado carácter práctico que mejore la salud y el bienestar del ser humano.

     Estas condiciones marcan también la asunción de las ciencias naturales positivas, basadas ya  no tanto en las condiciones de un método matemático-formal, sino en las de un método hipotético-deductivo, fundado en la observación y la contrastación empírica, que desde su consolidación con Newton, ha ido ampliando y profundizando el conocimiento de la naturaleza por parte del sujeto, conocimiento sin duda incompleto e imperfecto , pero único en sus posibilidades de conocer en los términos de una razón humana.

  

Valoración razonada de la actualidad del tema elegido


        El desarrollo de la ciencia  y de la técnica actuales , deudoras en gran parte de la actitud y la consideración filosóficas  de Descartes, ha sobrepasado, probablemente, sus mismas expectativas y pretensiones de conocimiento seguro sin que esto suponga conocimiento de la verdad.  Si bien el carácter deductivo cartesiano parece connatural en los procesos de pensamiento, el método científico actual es mucho más exigente con la experiencia y, en este sentido, ha superado el carácter meramente formal de las propuestas cartesianas.

    Por último, cabe indicar la imposibilidad actual de la visión cartesiana del científico, apoyada en una metodología radicalmente individualista  incompatible con las exigencias de un mundo complejo y global  como el presente en el que la ciencia avanza de manera colectiva, en grandes laboratorios  y dependiente de enormes presupuestos económicos.

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