Fundamentos de la Metafísica: Conceptos Clave desde Heráclito hasta Aristóteles

La Metafísica: Concepto y Características Fundamentales

La metafísica es el intento de saber qué es el mundo para saber cómo movernos en él. Se encarga de la realidad y reflexiona sobre todo lo que existe. Se caracteriza por:

  • Ocuparse de los aspectos más generales de la realidad. En lugar de tratar sobre cuestiones concretas, surge de un proceso de abstracción de los aspectos concretos para captar aquello más general.
  • Estudiar la realidad, centrarse en la totalidad de los objetos que existen. La metafísica se define también como el estudio del ser en tanto que ser.
  • Estudiar la realidad con un enfoque diferente al de las ciencias particulares. La metafísica no recurre ni a la observación ni a la experimentación para fundamentar sus proposiciones, sino que las basa exclusivamente en el razonamiento.

En metafísica, dos concepciones pueden abordar la misma realidad, sin que haya nada que impida optar por una u otra concepción. Una concepción metafísica solo se puede rechazar si entra en contradicción consigo misma.

El Devenir de Heráclito: Cambio, Lucha y Logos

Su concepción del mundo parte de que toda la realidad está en constante cambio, movimiento y devenir. Da a entender que está cambiando constantemente de un estado a otro. Este filósofo apunta a que detrás de todos estos cambios y movimientos hay una perpetua lucha entre contrarios, una tensión entre opuestos. No hay ningún aspecto de la realidad que no tenga origen en la tensión y el conflicto.

Defiende que detrás de todos los procesos hay un orden: El fuego ocupa una posición central. Los demás elementos (agua, tierra y aire) proceden del fuego y, con el tiempo, se convertirán en fuego también.

El proceso de cambio se inicia con el fuego convirtiéndose en humo, el humo se convierte en nube, que al llover, pasa a ser agua y, a su vez, se transforma en tierra.

Las transformaciones no alteran las proporciones de los elementos.

Se refiere a esta ley con el término de Logos. Toda la naturaleza está sujeta a esta ley y nada puede contravenirla.

El Problema del Arché: Monistas y Pluralistas

Los primeros filósofos pensaban que, detrás de la aparente multiplicidad de la naturaleza, debía existir un principio único.

Los monistas defendían la existencia de un único principio y los pluralistas afirmaron que, para explicar la diversidad de la naturaleza, era preciso recurrir a más de un principio.

Filósofos Monistas Clave

  • Tales de Mileto (639-547 a. C.): Fue el primer filósofo en preguntarse por el arché, asegurando que todo procedía de un principio natural: el agua, a partir del cual se derivaban las demás realidades.
  • Anaximandro (610-546 a. C.): También se preguntó por el arché, y su respuesta fue que el apeiron (lo indefinido e ilimitado) era el elemento del que derivaba todo. Para él, el origen de todo lo que hay en la naturaleza debe ser completamente diferente de los objetos que existen en ella.
  • Anaxímenes (585-524 a. C.): Identificó el arché con el aire. A partir de este elemento se origina toda la naturaleza gracias a dos procesos: el proceso de condensación (comprimir lo disperso) y el proceso de rarefacción (lo comprimido se dispersa).

Filósofos Pluralistas y la Composición de la Realidad

Anaxágoras (500-428 a. C.)

Decía que el universo era una masa completamente mezclada e indiferenciada. Anaxágoras introdujo el concepto de Nous (Mente), una causa externa que provocó un impulso rotatorio por el que los elementos se fueron separando en círculos. Este impulso explica el movimiento de los astros en el cielo y fue la causa de que las cosas se fuesen separando. Según Anaxágoras, la realidad se compone de unas partículas diminutas o semillas que Aristóteles denominó homeomerías. De la agregación de estas semillas se obtienen los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego, a partir de cuya mezcla surge toda la realidad. Anaxágoras afirmó que cualquier objeto es el resultado de la mezcla de esos elementos.

Empédocles (493-433 a. C.)

Reconoce la existencia de los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire, a partir de cuya combinación se forman tanto los seres vivos como los inertes. Empédocles caracterizó estos elementos de forma semejante al ser de Parménides:

  • El universo es pleno: los cuatro elementos llenan todo el universo, no hay vacío.
  • El universo es eterno: no ha sido creado, ha existido desde siempre.
  • El universo es finito: tiene unos límites definidos, más allá de los cuales no hay nada.

Para explicar la reordenación y combinación de los elementos, Empédocles introdujo dos fuerzas: el Amor y la Discordia. La fuerza del Amor sirve para explicar por qué los elementos se unen, mientras que la Discordia explica por qué se separan.

Empédocles distinguió, por tanto, entre la materia que compone la naturaleza y las fuerzas necesarias para que se produzcan uniones y desuniones.

Demócrito (460-370 a. C.): El Atomismo

Es el principal representante del atomismo. Su filosofía radica en afirmar la existencia de los átomos y del vacío:

  • Los Átomos: La realidad no es infinitamente divisible, sino que está formada por unos minúsculos corpúsculos indivisibles que denominaron átomos. Los átomos individuales, como el ser de Parménides, son esferas homogéneas, indivisibles y macizas. La diferencia reside en que los atomistas conciben una multiplicidad de átomos que, siendo por su tamaño imperceptibles para los sentidos humanos, se distinguen por la forma, el tamaño y el peso. Para el atomismo, la realidad reside en los átomos. El resto, las sensaciones y las percepciones (como el color o el gusto), son meras apariencias que no existen en la realidad.
  • El Vacío: Los atomistas, a diferencia de Parménides y de la mayoría de filósofos griegos, defendían la existencia del vacío, de la nada. Consideran que el vacío es necesario para que se produzca el movimiento. De esta manera, el atomismo integra también el mecanicismo, concepción filosófica que considera que la única realidad existente son cuerpos en movimiento.

A partir de los átomos y el vacío, los atomistas explicaron toda la realidad: el movimiento de los átomos produce colisiones y agrupamientos. Estos movimientos mecánicos se deben al azar (no obedecen a ningún plan divino, por lo que consideran innecesaria la intervención de una fuerza exterior, como el Nous de Anaxágoras) y acaban provocando turbulencias y remolinos, de donde surge el universo tal como lo conocemos. Los atomistas, por otra parte, consideran que el ser humano tiene alma consistente en un conjunto de átomos similares a los que conforman el fuego.

La Metafísica de Aristóteles: El Ser en Tanto que Ser

Aristóteles (384-322 a. C.) es un gran pilar del pensamiento y la civilización occidentales. En su obra Metafísica plantea dos maneras de entender qué es la metafísica:

  1. La Metafísica como Teología: Es el estudio de las primeras causas. Todo tiene una causa y, para explicar el movimiento del mundo, tiene que existir una causa primera, un Motor Inmóvil, que se identifica con la divinidad. Es una disciplina teórica con un objeto de estudio concreto y distinguible del resto de disciplinas científicas. Tiene que probar que su objeto de estudio realmente existe.
  2. La Metafísica como Ontología: Es el estudio del ser en tanto que ser. No tiene un objeto de estudio concreto, sino que estudia los mismos objetos, pero desde otra perspectiva. Él añade que se trata de un estudio de las características más generales de los seres. Se sirve de conceptos como el de la categoría y distingue entre sustancia y accidentes, materia y forma, acto y potencia.

Sustancia y Accidentes (Las Categorías Aristotélicas)

La Sustancia es todo aquello que existe y que es una realidad concreta. Cada sustancia es diferente al resto, es individual y forma una unidad. Por ejemplo, mi perro y la mesa sobre la que trabajo son sustancias; los seres imaginarios o los conceptos abstractos no lo son. Aristóteles es realista, es decir, considera que, independiente de las facultades del pensamiento, existe un mundo externo (la realidad sustancial) que es posible conocer y entender mediante nuestro intelecto.

Descripción de la Sustancia: Los Accidentes

Para describir una sustancia hay que tener en cuenta las distintas maneras en las que ese objeto puede presentársenos. Por ejemplo, una mesa concreta tiene una forma, un color, un tamaño… Las características que pueden atribuirse a una sustancia y que no pueden existir con independencia de ella se denominan Accidentes. Por ejemplo, si se afirma que «Juan está pálido», la palidez es un accidente de cualidad que no puede subsistir con independencia del sujeto.

Aristóteles dio el nombre de Categorías a las características accidentales que pueden atribuirse a una sustancia. Son, por tanto, los diferentes tipos de predicados que se pueden atribuir a un objeto, siendo limitado su número. Entre las categorías aristotélicas se encuentran la cantidad, la calidad, la relación, el lugar, el tiempo, la situación, la posesión, la acción y la pasión. Mientras que las disciplinas concretas (como la física y las matemáticas) se centran en una categoría concreta, la metafísica analiza todas las formas posibles de aproximarse a la realidad, es decir, todas las categorías que se pueden dar.

Definición de la Sustancia: Género y Diferencia Específica

Según Aristóteles, toda sustancia se define al determinar su género y su diferencia específica. El género es la clase de seres vivos o inertes a la que pertenece una sustancia. Determina las características comunes que comparten los miembros de una misma clase. La mente humana lo capta por abstracción. La diferencia específica, por el contrario, es la característica que distingue a un conjunto de seres del resto de miembros del mismo género. Por ejemplo, el ser humano se define como «animal racional». El término animal hace referencia al género, mientras que racional es la diferencia específica (la razón) que distingue al ser humano del resto de animales.

Materia y Forma (Hilemorfismo)

  • Materia: Es todo aquello capaz de recibir forma. Es el elemento diferenciador que distingue a los individuos de un mismo género, el principio de individualización.
  • Forma: Es la organización y disposición de la materia. Es la esencia del objeto, lo universal que hay en tal objeto.

La materia está siempre dotada de una forma. La materia es imprescindible para que algo exista. Lo que realmente hace que una cosa sea lo que es y no otra cosa es la forma.

Gracias a estos dos conceptos, Aristóteles logra mostrar que las formas o ideas en realidad se encuentran integradas en el mundo sensible. También demostró por qué la ciencia era posible: tiene que ser el estudio de lo universal, no de lo particular.

Potencia y Acto: La Dinámica del Ser

  • Potencia: Todas las posibilidades de realización que se encuentran en los seres.
  • Acto: Es la realización concreta a la que han llegado los seres en un momento preciso; es aquella posibilidad que se ha realizado, que ha llegado a hacerse realidad. El acto es la actualización de alguna característica que una sustancia tenía en potencia.

El paso de la potencia al acto es lo que Aristóteles define como cambio y movimiento. Se distinguen tres tipos:

  1. Respecto al lugar (Movimiento local): Es el pasar de un lado a otro. Ejemplo: Una piedra que cae.
  2. Respecto al crecimiento o decrecimiento (Cambio cuantitativo): Propio de plantas. Ejemplo: Semilla que se convierte en árbol.
  3. Por alteración (Cambio cualitativo): El cambio respecto a alguna cualidad. Ejemplo: El paso de la ignorancia al saber.

El Proceso del Cambio

Cuando se produce un cambio, intervienen:

  • Una entidad o sustancia que es el sujeto de cambio.
  • La privación de una forma que la sustancia tiene en potencia (lo que le anima).
  • La forma, una vez actualizada (alcanza plenamente lo que es).

El cambio y el movimiento se producen cuando se actualiza algún atributo de los que una sustancia está privada, pero que tiene en potencia. Los cambios siempre se producen entre dos extremos en los que uno es la privación del otro.

El cambio es paradójico porque supone a la vez ser y no ser, tal como había puesto en evidencia Parménides. Para que un objeto cambie, tiene que dejar de ser lo que era y pasar a ser otra cosa.

El Problema de los Universales en la Edad Media

Los universales son términos generales (animal o vegetal, por ejemplo) que se refieren a un conjunto de individuos. Los universales son las ideas o formas platónicas, o los géneros y especies aristotélicos.

Durante la Edad Media, el tema de discusión se centró sobre si los universales se refieren a una realidad objetiva o son expresiones meramente lingüísticas sin un referente real. Para dar respuesta a este problema, surgieron dos posturas principales: el Realismo y el Nominalismo.

1. El Realismo

Afirma que los universales son formas que existen con independencia de la mente. Esta concepción se conoce como «realismo» porque afirma que las ideas o los géneros son reales. El realismo, a su vez, se dividió en dos tendencias:

  • Realismo Moderado o Aristotélico: Los conceptos universales se refieren a la esencia objetiva de las cosas. Los universales se forman en la mente por un proceso de abstracción a partir de los objetos concretos.
  • Realismo Exagerado o Platónico (Idealismo Objetivo): Afirma que las ideas existen objetivamente fuera de la mente y son independientes de las cosas concretas.

2. El Nominalismo

Niega la existencia de los universales, a los que considera términos abstractos que se refieren a objetos concretos, pero que en sí mismos son meros sonidos, puesto que no se refieren a ninguna realidad. Esta corriente experimentó un fuerte impulso con Guillermo de Ockham (1280-1349).

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