Política y el Estado Ideal en Platón
Como nos cuenta Platón, cuando era joven sintió interés por la política y tuvo ocasión de participar en la vida pública de Atenas, colaborando con el gobierno de los Treinta Tiranos. Pero rechazó esta propuesta debido a la condena de su maestro, Sócrates. Platón llegó al convencimiento de que ni la oligarquía ni la democracia eran capaces de gobernar la polis con justicia y con armonía.
Crítica a la Democracia Ateniense
Platón rechaza el principio básico de la democracia en Atenas, según el cual todos somos iguales y tenemos la misma capacidad de gobernar. Bajo este sistema, cualquiera que sea elegido tendrá la misma capacidad de gobernar sin necesidad alguna de preparación y sin tener en cuenta ni sus conocimientos ni su virtud. Para Platón no es así. Según él, se necesita aprender el “arte de la justicia”, y no todos son capaces de hacerlo. Según el filósofo, no todos son iguales porque no en todos predomina la parte racional del alma.
La Democracia como Régimen de Demagogos
En segundo lugar, la democracia ateniense es un régimen de demagogos que se aprovechan de la incapacidad política del pueblo, de su ignorancia. Para Platón, estos líderes son formados y educados por los sofistas para alcanzar el poder mediante el engaño y la manipulación. Están gobernando para su propio bien. El objetivo de la política de Platón, en cambio, es el bien común para la polis.
Bajo este sistema político se cometió la gran injusticia de condenar a Sócrates, “el hombre más justo del mundo”, lo que demostraba que la democracia no era garantía de justicia.
La Propuesta Platónica: El Gobierno de Filósofos
Platón llegó a la conclusión de que todos los Estados de su época estaban mal gobernados y trató de hallar mediante la filosofía una medicina política que pudiera aplicarse en su polis. Platón propone un gobierno de filósofos. Para gobernar es necesario aprender “el arte de la justicia”, y este solo puede aprenderse con la filosofía.
El gobierno de la polis, orientado hacia el bien común, no debe reservarse a la mayoría, sino a los más competentes en el conocimiento de la justicia y del bien, y estos son los verdaderos filósofos.
El Intelectualismo Moral Aplicado a la Política
Según Platón, el conocimiento perfecto y total de lo que es justo, es decir, la “ciencia de la justicia y del bien”, solo puede proporcionarlo la verdadera filosofía. Es muy importante que los gobernantes la alcancen por dos razones:
- Para gobernar con justicia.
- Para conducirse justamente en su vida privada como individuos, despreciando la riqueza y los honores.
La propuesta platónica del filósofo gobernante es el resultado de aplicar el intelectualismo moral de Sócrates al terreno político. Según él, solo pueden ser justos y buenos aquellos que han comprendido la esencia de la justicia y del bien, y solo los filósofos pueden ser gobernantes perfectos. La filosofía es el único saber que proporciona el conocimiento de las esencias de la justicia y del Bien. Aquel gobernante que no conozca las esencias de la justicia y del Bien jamás llegará a ser un gobernante justo.
La Aristocracia del Saber
El régimen político que propone Platón es una aristocracia, el gobierno de los mejores; es decir, no por razón de la sangre, sino de los mejores en virtud y en saber. Su teoría política se puede considerar como una teoría de la élite, según la cual el gobierno de la polis debe recaer en una élite o minoría por su conocimiento de la verdad y del bien.
Por ello, para llevar a la práctica esta propuesta política hay que seleccionar las mejores naturalezas, que poseen ciertas capacidades y cualidades innatas (como la capacidad de aprender, la inteligencia, etc.) y luego desarrollarlas mediante una educación adecuada hasta conducirlas a la contemplación de las Ideas eternas.
Estructura del Estado Ideal y la Justicia como Armonía
La preocupación fundamental de Platón es el ser humano, pero entiende al individuo como un ser comunitario, cuya vida solo tiene sentido en el seno de la polis. Esto lo lleva a la preocupación por la ciencia de la polis: la política.
¿Qué es un Estado Ideal?
Un Estado justo e ideal es un Estado cohesionado, unido, en el que todos trabajan en beneficio de todos y en el que el bien de cada individuo ha de estar subordinado al bien de la comunidad. La ética debe estar subordinada a la política. Un Estado justo y cohesionado depende de la elección de sus gobernantes: si son hombres virtuosos y sabios, será posible alcanzar una sociedad feliz. El bien común para Platón es la justicia, entendida como armonía.
Las Tres Clases Sociales y sus Virtudes
En el Estado hay tres grupos humanos naturales, que se corresponden con las partes del alma:
- La Clase de los Productores: En ellos predomina la parte apetitiva del alma. En un Estado Ideal, la virtud propia de ellos será la templanza o moderación. Su función es proveer los bienes materiales.
- La Clase de los Guardianes (Auxiliares): Su función es la defensa de la ciudad y en ellos predomina la parte irascible del alma. Su virtud es la valentía.
- La Clase de los Gobernantes Filósofos: Es la clase superior y su función es el gobierno de la ciudad, inspirándose en la contemplación del orden y la armonía del Mundo de las Ideas eternas. Su parte del alma es la racional, lo que les capacita para aprehender la Idea de la Justicia y del Bien. Su virtud será la sabiduría o prudencia. Son seleccionados entre los mejores para recibir una educación especial.
La Justicia en el Estado
Así como la justicia en el individuo consiste en la armonía entre las tres partes del alma, la justicia del Estado consistirá en la armonía entre las tres clases sociales que lo componen. De manera que se da una perfecta cooperación entre las tres clases, de modo que cada una de ellas cumpla bien su función y desarrolle la virtud que le corresponde.
Es importante respetar la jerarquía natural entre las clases, como ocurre en el alma. Habrá un Estado justo cuando cada una de estas clases sociales ocupe el lugar y la función natural que le corresponde, aquella para la cual está mejor preparada por la naturaleza. Habrá orden y justicia cuando las dos clases de los guardianes y productores se sometan a la de los gobernantes, que representan la racionalidad y el conocimiento.
Según Platón, todos los males políticos y morales tienen como causa la ruptura de este orden natural, es decir, cuando los productores y guardianes luchan entre sí para ocupar el mando del Estado, lo que no les pertenece ya que no poseen la sabiduría ni el conocimiento.
La Importancia de la Educación
Platón otorga gran importancia a la educación de los gobernantes, pues debe encaminar su alma a lo inteligible, conducirlos al conocimiento sobre la auténtica esencia de lo bueno, lo bello y lo justo, hasta llevarlos a la contemplación de las Ideas eternas. La educación del gobernante es un proceso duro y costoso, según el mito de la caverna, ya que el cuerpo arrastra el alma hacia el mundo de las cosas materiales.
