El juicio ordinario

Kant Conocimiento y/o realidad

Kant es el autor de las tres críticas y hay que ubicarlo en el Siglo XVIII. Como consecuencia del socialismo y Empirismo inglés de los que pretende ser una síntesis superadora. El dogmatismo racionalista y escepticismo humeano le parecerían insuficientes, es preciso poner coto a la razón, pero Kant considera excesiva la conclusión de que la física no pasa de ser un conocimiento probable. La pretensión de Kant será poner orden recogiendo los aspectos de cada escuela que sean más interesantes y prescindiendo de sus excesos, lo hace con la crítica de la Razón Pura. El dilema de Kant es si la metafísica será algún día una ciencia, y ¿Qué es una ciencia? Una ciencia es un modo de saber que utiliza juicios, y un juicio está compuesto por un sujeto + predicado. Hay dos tipos de juicios:
a priori (no requiere de la experiencia), a posteriori (se requiere de la experiencia), que el predicado añade contenido al sujeto (sintético) que no añade (analítico).
Entonces los dos tipos son, el juicio analítico a priori y el juicio sintético a posteriori.
K
ant plantea que si la ciencia quiere ser ciencia lo que dice tiene que ser necesariamente así y tiene que ampliar conocimiento, con eso ninguno de estos juicios es válido, hay un tercero, los juicios sintéticos a priori. En la crítica de la razón para Kant explica cómo se forma los JSA. El autor los explica en tres partes, ya que la razón es como un edificio de tres plantas:


La primera plantaes la estética trascendental cuyo objetivo es fundamentar la existencia de los JSA en la matemática. La facultad racional de la que se ocupa es la sensibilidad, responsable de la percepción, gracias a ella intuimos, la sensibilidad se sirve de unos elementos puros a los que vamos a llamar intuiciones puras. Estas van a realizar la primera transformación del llamado fenómeno aportando a las intuiciones empíricas unas carácterísticas comunes a todos los humanos. Las intuiciones puras son el espacio y el tiempo. Como hemos dicho, en la sensibilidad encontramos dos tipos de intuiciones (empíricas y puras), cuando el entendimiento elabora juicios a partir de las puras, el conocimiento es el matemático; si la intuición sobre la que elaboramos juicios es el espacio, lo resulta nte es la geometría, y si es el tiempo, la aritmética. Al tratarse de intuiciones puras, el resultado son juicios a priori.

La segunda planta
es la de la analítica trascendental cuyo objeto de estudio es el entendimiento. La función de este es pensar, es decir, relacionar intuiciones. Nos referimos a los elementos a priori universales. El contenido del entendimiento son los conceptos, gracias a estos somos capaces de elaborar juicios, es decir, de pensar. Hay dos tipos:
puras y categóricas, que no se originan en la experiencia (a priori), son condición de la posibilidad del pensamiento (trascendentales) y adaptan a este unas carácterísticas que, por ser a priori, son comunes a todo el pensamiento humano.


Las categorías son doce y Kant las clasifica en cuatro grupos. Si las categorías son las herramientas que utiliza el entendimiento para elaborar juicios, habrá tantas categorías como tipos de juicios.

Kant va a deducir las categorías (no observables) a partir de la tabla de juicios (observable):

  • Cantidad


    : unidad, pluralidad, totalidad.

  • Cualidad

    : realidad, negación, limitación.

  • Relación

    : sustancia-accidente, causa-efecto, reciprocidad.

  • Modalidad

    : posibilidad, existencia, necesidad.

También existen los conceptos empíricos los creamos a partir de la información que nos aporta la sensibilidad, fundamentales para conocer, gracias a que proceden de las intuiciones, dotan de contenido a los juicios.

La tercera planta es la dialéctica trascendental que se ocupa de la razón en sentido restringido, la facultad racional de cuya actividad resulta la metafísica. Se crean las Ideas, que son el contenido de la razón. Cuando agrupamos los fenómenos externos al sujeto aparece la idea de mundo, cuando agrupamos los fenómenos internos al sujeto. La idea del alma y por encima de estas, aparece la idea de Dios. Según Kant, las intuiciones sin categorías son ciegas, las categorías sin intuiciones son vacías. ¿Qué ocurre con la metafísica?, no tiene un valor cognitivo, no aporta conocimiento, no es una ciencia.


Cuando la razón intenta emprender la tarea de conocer acerca de las ideas objeto de estudio de la metafísica, tropieza y hace errores; al plantearse si el alma es mortal o no (paralogismos)
, es posible demostrar tanto una afirmación como otra.
Lo mismo ocurre cuando pretendemos averiguar si el mundo es un sistema determinado o al azar (antinomias)
, o si Dios existe o no; podemos encontrar argumentos para las dos posiciones. Las ideas hay que buscarlas en la moral, a pesar de no poder conocerlas, hemos de suponerlas como postuladas, como ideales reguladores de la existencia. No podemos llegar a conocerlas, hemos de vivir como si las conocíésemos.


Kant  Ética y/o moral

Aunque en la crítica de la razón pura Kant sostiene que la existencia de Dios, la inmortalidad de nuestra alma, o la propia libertad del hombre no pueden ser demostradas ni conocidas a priori proclama que su realidad objetiva podría ser establecida por el uso práctico de la razón a partir de la experiencia moral, la ética fundamenta la metafísica y no al revés. La razón práctica necesita de realidades metafísicas y ordena a la razón especulativa que las afirme como realmente existentes. Estas son: la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Estas tesis son los postulados de la razón práctica. El término de postulado ha sido escogido: las tesis son exigidas por la razón práctica porque son condiciones de la vida moral pero no susceptibles de justificación teórica.  Un juicio de existencia de esta clase, fundado en una exigencia de la razón práctica, con exclusión de todo motivo teórico, es un acto de fe. No aumenta nada en nuestro conocimiento. Afirmación voluntaria, libre determinación de nuestro juicio, ventajosa para la moralidad.
La libertad aparece como la condición sin la cual no es posible la moralidad: para poder vivir moralmente estamos obligados a creernos libres. Todo ocurre como si la realidad existiera y el hombre no puede pensarlo sino como libre en el mundo nouménico (como ser en sí), aunque como fenómeno es un elemento de la naturaleza y sus acciones están estrictamente determinadas por la causalidad. Los otros dos postulados están estrechamente relacionados porque conciernen al bien supremo. Este bien supremo es la conformidad


perfecta de nuestras intenciones con el deber y la concordancia de la virtud con la felicidad, la felicidad es el estado de un ser racional a quien todo acontece en el mundo según el deseo de voluntad. Es imposible que el hombre llegue a alzanzar la santidad, pero al ser exigida por la razón práctica, debe poderse conseguir por un progreso indefinido, es lo que llama la inmortalidad del alma.

La virtud nos hace dignos de ser felices; pero el hombre no es capaz de asegurar su felicidad por la virtud. Por tanto la conciencia postula la existencia de una causa de la naturaleza entera, distinta de la naturaleza y que contenga el principio de la armónía entre felicidad y moralidad. Esta causa es Dios.

Todo ser racional reconoce en sí mismo la existencia de una ley moral de un deber.
Este deber es formal; en sí mismo no manda nada en concreto pero sirve para cualquier clase de contenidos o actos. Nuestras acciones morales no deben regularse por ninguna inclinación emotiva ni ser determinadas por fines o resultados que puedan derivarse de ellas. No es el bien el que determina el deber, sino el bien el que determina el deber; no debe hacerse un acto porque sea bueno, sino que es bueno porque debe hacerse. La moralidad depende de su forma, es decir, de la intención que lo anima; si es confome al deber dictado por la razón. Una acción no es buena sino en la medida en la que es realizada por puro respeto al deber, excluyendo todo motivo de las inclinaciones naturales y de la sensibilidad.


El respeto es el principio subjetivo de la moralidad: es el único sentimiento moral, único móvil que admite la moral kantiana. No es una inclinación, ni una aversión, porque no se tiene en cuenta ni la recompensa ni el castigo. El deber es el principio objetivo, el fundamento de la moralidad: es una ley a priori de la razón y se impone por sí misma; es una especie de hecho en el sentido de que no puede ser deducido de un principio superior, se impone a la conciencia, no como imperativo hipotético, sino como condicional (si quieres esto, haz aquello) como imperativo categórico que declara la acción objetivamente necesaria en sí misma sin relación a ninguna finalidad. La formula fundamental es obra de tal modo que la norma de tu conducta pueda hacerse norma universal. El deber no se impone desde fuera a la voluntad puesto que proviene de la propia razón que constituye al hombre.


Rousseau Política y/o sociedad

La teoría del contrato plantea cual es el fundamento del Estado (marco jurídico-social que permite la convivencia). Su fundamento es un pacto (contrato) entre sujetos para cambiar la situación. Según Aristóteles yo nazco político mientras aquí me hago político, acuerdo hacerme parte de un sistema. Los pactos son necesarios en el contractualismo mientras que en Aristóteles no, ya que se dan por naturaleza (es innato).

Hobbes: “El hombre es un lobo para el hombre” La naturaleza humana es mala, pongo mis intereses por encima de los de los demás, es un Estado de guerra donde predomina el miedo. Se alcanza la meta saliendo del estado natural a través de un pacto/contrato en el que das todos los derechos excepto el de la vida, se entregan esos derechos para obtener la seguridad de una sociedad civil. Entregan todo para estar sometidos.

Locke: “El ser humano no es bueno ni malo”. En el estado natural se vive bien, el único problema es que cada uno se toma la justicia por su propia cuenta. Ya hay propiedad privada y cada uno vive a base de sus decisiones, pero es necesario un pacto para entregar estos derechos, el derecho de la justicia, el conflicto entre sujetos no lo pueden resolver los sujetos que tienen el conflicto, lo tiene que resolver alguien ajeno al conflicto, como un juez. El derecho a uníón si hay desgracias (guerra) y el de impartir justicia. Lo que no entrego en el pacto de estado no se puede atribuir (Estado liberal porque el humano se ha guardado


muchas libertades). Solo donde hay Estado hay ley. El derecho a la vida se tiene que respetar.

Rousseau: No hay un solo sentido. El ser humano necesita poco para vivir, y lo que necesita se lo da la tierra, no ve al otro como un enemigo (el salvajismo bueno).

Un estado de felicidad el hombre, no existe el egoísmo, no tiene necesidades, aparece el amor de si frente al amor propio, reina la paz porque ve al otro como su colaborador y no su enemigo. Se quiere a él como se quiere a otro ser/tener.

Hay un primer pacto ficticio (irreal) que da lugar a la sociedad que el detesta el bien salvaje (el hambre es bueno por naturaleza y la sociedad le hace malo). Cuando aparece la propiedad privada se habla de lo que tiene cada uno y nos preocupamos en el tener en vez del ser y en el amor propio en vez del amor de sí. Y se genera la desigualdad y hay que salir de esa desigualdad, que se forma en el Estado de la Naturaleza, el ser humano empieza a hacerse malo (la propiedad privada es mala) un modelo de sociedad dirigido por la propiedad privada se sale mediante el contrato social, el ser humano se alienación es desposesión de si, ¿Qué entregamos? Entregamos todo, renuncia a todo los suyo, no se le entrega a un soberano, sino a cada uno de nosotros, entrega todo al colectivo, con absoluta igualdad.


Accedo al pacto como sujeto y salgo como ciudadano, todos debemos entregar todo lo que nos individualiza. Igualdad y libertad han de estar equilibradas. Hemos de asumir algo de desigualdad para tener más libertad, tenemos que recortar la libertad para tener más igualdad. El concepto de voluntad general surge después del pacto, es la expresión del pacto. Si el pacto habla lo hace desde la voluntad general, que es lo que cada uno quiere porque los demás te quieren, el que discrepa lo hace por sus propios intereses. Entonces, hay que convencerles, entonces, uno es libre y está siendo egoísta.

Voluntad general / voluntad de todos: Cada uno de nosotros la querría si no tuviéramos más intereses que formar parte del colectivo (interés comñún) mi voluntad y la tuya sería la misma. Quién discrepa de esta se está separando del bien común, no es libre porque sus intereses le dominan. La voluntad de todos es la suma de las voluntades individuales de cada uno, al contrario que la general que solo es una voluntad de lo que quiere el colectivo. ¿Cómo se obliga a alguien a ser libre? Haciendo que forme parte del colectivo.

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