El Empirismo de David Hume: Un Análisis de la Investigación sobre el Conocimiento Humano

Fragmento 1

En este fragmento de Investigación sobre el conocimiento humano el tema central es la clasificación de los dos tipos de percepciones que hay en la mente. La primera idea importante es que los dos tipos de percepciones se distinguen por el siguiente criterio: el grado de fuerza o vivacidad. La segunda idea es que el primer tipo son las que tienen menos fuerza o vivacidad y se llaman ideas. La tercera es que el otro tipo, el que tiene más fuerza o vivacidad, no tiene nombre todavía y Hume decide llamarlo «impresiones», que son las sensaciones y los sentimientos. En el siguiente fragmento Hume centra la teoría racionalista según la cual la razón tiene una capacidad ilimitada para conocer la realidad.

Fragmento 2

En este fragmento de Investigación sobre el conocimiento, el tema central es la crítica a la teoría racionalista de que la razón tiene una capacidad ilimitada de conocer la realidad. La primera idea importante es que Hume señala que la razón parece tener un poder ilimitado. La segunda idea es que para nuestro autor es lo contrario, porque la razón está limitada por la experiencia: solo puede trabajar con los materiales que le suministra esta. La última, como fórmula, el principio de copia del empirismo: todas las ideas son copias de impresiones anteriores. A continuación, Hume nos demuestra la verdad de este principio con dos argumentos.

Fragmento 3

En este fragmento de Investigación sobre el conocimiento humano el tema central es la primera argumentación para demostrar el principio de copia. La primera idea es que todas las ideas, por complejas que sean, se componen de ideas más simples. La segunda idea es que Dios se descompone en cualidades procedentes de la experiencia que han sido aumentadas hasta el infinito. La tercera es que todas las ideas proceden de impresiones que son manipuladas por la mente. En este fragmento hay una argumentación: las dos primeras ideas son las premisas, mientras que la tercera es la conclusión.

Fragmento 4

En este fragmento de Investigación sobre el conocimiento humano el tema central es la segunda argumentación para demostrar el principio de copia. La primera idea es que si no funciona un órgano de los sentidos, no podemos tener ideas relativas a ese sentido. La segunda idea es que una persona ciega no tiene ideas de los colores. La tercera idea es que una persona que no ha probado el vino, no tiene idea de su sabor. La cuarta idea es que una persona buena que no comprende el deseo de venganza. La quinta idea es que toda idea procede de alguna impresión anterior y si no se da esta no puede haber idea. En este fragmento hay una argumentación: las cuatro primeras ideas son las premisas y la quinta es la conclusión.

La Filosofía Empirista de David Hume

La filosofía de Hume forma parte de la corriente del empirismo. Sus principios básicos son:

  • El origen del conocimiento es la experiencia.
  • Una idea es válida si tiene su origen en nuestra captación de las cosas mismas.
  • La experiencia tiene un sentido tanto externo como interno.
  • La mente es un papel en blanco en el que todos los conocimientos tienen que ser escritos por la experiencia.
  • No hay ideas innatas: se considera a la mente como algo pasivo y receptivo.
  • La experiencia se entiende como la presencia de unos datos en la mente.
  • El estudio del conocimiento se hace por el análisis psicológico introspectivo.

Hume llama a todos los contenidos de la mente humana percepciones. Hay dos clases de percepciones: impresiones e ideas. Las impresiones son las percepciones que se nos presentan con mayor fuerza y vivacidad, y las ideas son imágenes débiles de esas impresiones. El término «impresión» se refiere a los datos de la experiencia ordinaria del mundo objetivo. La diferencia entre impresión e idea es la que existe entre sentir y pensar.

Hume distingue entre impresiones e ideas simples y complejas. En el supuesto de que haya visto París, la idea compleja que me formé de ella incluirá notas que no proceden de la impresión compleja que tengo de esa ciudad, como pueden ser su extensión, su ubicación geográfica y otros datos que no proceden de la experiencia directa. En la idea simple que me formo del color rojo no hay ninguna nota que no proceda de mi impresión simple de «rojo». No toda idea compleja tiene una impresión compleja correspondiente, pero toda idea simple tiene una impresión simple correspondiente de la que es imagen. Hume establece el principio de copia: todas nuestras ideas simples se derivan de impresiones simples a las que corresponden y representan. Esta prioridad de las impresiones demuestra que son causa de las ideas. Esto supone el rechazo por parte de Hume de la teoría de Descartes según la cual las ideas son innatas al sujeto, que nace con ellas. Por el contrario, Hume piensa que las ideas proceden de la experiencia.

Crítica de la Metafísica Tradicional

Hume lleva a cabo una crítica de los conceptos más importantes de la metafísica tradicional, con el objeto de mostrar que esta disciplina no proporciona ningún conocimiento al pretender ir más allá de los límites de la experiencia.

Causalidad

Nuestro conocimiento de hechos queda limitado a las impresiones actuales y a nuestros recuerdos de impresiones pasadas, no tenemos impresión alguna de lo que sucederá en el futuro. No obstante, continuamente hacemos predicciones sobre el futuro. Tenemos el hábito de realizar con toda normalidad inferencias causales. La idea de causa es la base de todas nuestras inferencias acerca de hechos de los que no tenemos impresión alguna. Entendemos la conexión causal como una conexión necesaria entre el efecto y la causa. Dicho efecto se seguirá necesariamente de su causa. Sin embargo, nuestra experiencia no justifica el establecimiento de conexiones necesarias entre fenómenos. La causalidad sólo significa que después de un fenómeno vino otro, no que siempre y necesariamente la misma causa produzca idénticos efectos. Hume llama a estas relaciones constantes en el pasado pruebas, y constituyen las evidencias sobre las que los humanos desarrollamos el sentido común y hablamos de experiencia. Por tanto, nuestro pretendido conocimiento del futuro sólo es suposición y creencia, nada más; aunque el hábito y la costumbre nos hagan estar (casi) completamente seguros de que tales hechos sucederán.

Sustancia

Aristóteles describe la idea de sustancia como el soporte de las cualidades de los objetos. Los empiristas piensan que todas las ideas están compuestas de una serie de cualidades. Por tanto, según Locke, no podemos conocer o tener idea alguna de la sustancia, aunque debemos suponer que tal soporte de las cualidades existe en el mundo. Hume rechaza la teoría de Locke y niega que haya una realidad extramental. La rechaza porque Locke pretende inferir de impresiones particulares una pretendida realidad que va más allá de ellas y de la que no tenemos impresión o experiencia alguna. La creencia en la existencia de cuerpos y objetos exteriores supone admitir que existen de forma continua. Creemos que existen incluso cuando dejamos de percibirlos. Ninguna discontinuidad puede producir como resultado la continuidad; es la imaginación la que produce en nosotros esta engañosa sensación de continuidad en la existencia. Por tanto, no podemos demostrar que existe una realidad física distinta de nuestras impresiones, sólo podemos imaginarlo o creerlo.

El Yo o el Alma

Tanto los racionalistas como los empiristas habían considerado indudable la existencia de un yo o sustancia pensante. Su existencia resultaba evidente por medio de la intuición inmediata. Pero Hume halla un punto débil en esta postura: hablar de un yo como sustancia o sujeto permanente de nuestros actos psíquicos no tiene justificación apelando a la experiencia, porque las impresiones son efímeras y se suceden unas a otras ininterrumpidamente. Pero no existen impresiones constantes e invariables: unas se suceden a otras y no se dan todas al mismo tiempo. Y todos experimentamos una evolución y cambios radicales, desordenados e inconstantes a lo largo de nuestra vida. No existe un yo como sustancia distinta de nuestras impresiones e ideas. Aunque todos tenemos conciencia, esto no es más que un efecto de la memoria: una ficción de la imaginación en coordinación con la memoria.

Dios

Descartes y Locke recurrieron al principio de causalidad para demostrar que Dios existe. Pero Hume considera inválidos sus argumentos porque pretenden dar el salto desde una serie de impresiones particulares a Dios, de quien no tenemos impresión alguna. Para Hume es imposible averiguar si existe Dios o un mundo más allá de nuestras impresiones: nuestras nociones de Dios y del mundo exterior son un misterio, constituyen la frontera y el límite de nuestro conocimiento.

Impresiones e Ideas: La Base del Conocimiento

A diferencia del racionalismo, que afirmaba que la razón era la fuente del conocimiento, el empirismo tomará la experiencia como la fuente y el límite de nuestros conocimientos. Por ello, la negación de que existan «ideas» o contenidos mentales que no procedan de la experiencia. Cuando nacemos la mente es una «tabula rasa» en la que no hay nada impreso. Todos sus contenidos dependen de la experiencia, pero Hume piensa que la experiencia está constituida por un conjunto de impresiones. El empirismo, al igual que el racionalismo, la filosofía moderna se caracteriza por tomar el sujeto como punto de partida de la reflexión filosófica.

Hume comienza la presentación de su filosofía con el análisis de los contenidos mentales. A diferencia de Descartes, para quien todos los contenidos mentales eran «ideas», Hume encuentra dos tipos distintos de contenidos: las impresiones y las ideas, y se separan según sus distintos grados de fuerza o vivacidad. Por lo tanto, las impresiones son las percepciones de nuestra mente con mayor intensidad y de un modo más inmediato, mientras que las ideas son la huella que dejan esas impresiones cuando desaparecen. La relación que existe entre las impresiones y las ideas es la misma que la del original a la copia. Es decir, las ideas derivan de las impresiones; las impresiones son los elementos originarios del conocimiento. De esta relación entre las impresiones y las ideas extraerá Hume el criterio de verdad: una proposición será verdadera si las ideas que contiene corresponden a alguna impresión; y falsa si no hay tal correspondencia.

Las impresiones pueden ser de dos tipos: de sensación y de reflexión. Las impresiones de sensación tienen una causa desconocida, según Hume, las atribuimos a la acción de los sentidos, y son las que percibimos cuando decimos que vemos, oímos, sentimos, etc. Las impresiones de reflexión son aquellas que van asociadas a la percepción de una idea, como cuando sentimos la idea de dolor y casos similares. Las impresiones también pueden clasificarse como simples o complejas; una impresión simple sería la percepción de un color; una impresión compleja, la percepción de una ciudad. Las ideas, a su vez, pueden clasificarse en simples y complejas. Las ideas simples son la copia de una impresión simple, como la idea de un color. Las ideas complejas pueden ser la copia de impresiones complejas, como la idea de la ciudad, que Hume llama las leyes de la asociación de ideas. La capacidad de la mente para combinar ideas parece ilimitada, nos dice Hume, y esa asociación se produce siempre siguiendo determinadas leyes: la de semejanza, la de contigüidad en el tiempo o en el espacio, y la de causa o efecto.

El Límite del Pensamiento y el Principio de Copia

Hume explica en el texto que tenemos la sensación de que el poder de nuestro pensamiento es ilimitado, con él podemos ir más allá de las leyes humanas y naturales e inventar cualquier ficción. Esto es lo que pensaban los racionalistas. Están equivocados, en lo que se refiere al verdadero conocimiento, nuestro pensamiento está muy limitado. El límite viene dado por la experiencia. Nos encontramos así con el principio del empirismo: la experiencia en la fuente y el límite de todo conocimiento. La mente humana es una página en blanco que solo se llena de contenidos a través de la sensación. La base sobre la que se asienta esta limitación es el principio de copia, “todos los materiales del pensar se derivan de nuestra percepción interna o externa”, dada cualquier idea, siempre es posible encontrar su origen en una percepción anterior. Para demostrar esto Hume nos da dos argumentos, afirma que todas nuestras ideas por complejas que sean, están formadas a partir de ideas más simples. Y si nos fijamos en una idea como la de dios, se forma aumentando al máximo características que nosotros poseemos y que obtenemos a partir de la observación. Y en segundo lugar sostiene que si una persona carece de alguno de los sentidos es incapaz de obtener ideas relativas a ellos. Hay dos tipos de impresiones, de sensación y de reflexión, y estas últimas se corresponden con los sentimientos. El principio de copia establece una frontera, un criterio de demarcación, entre el conocimiento y la metafísica. La metafísica no aporta conocimiento, sus ideas son falsas, y alejadas de la experiencia. El principio de copia se convierte en el criterio empirista del conocimiento. Cualquier afirmación que hagamos sobre el mundo ha de estar apoyada en los sentidos y guardar con ellos una estricta correspondencia. Hume emplea el principio de copia para desenmascarar la falta de significado de los conceptos metafísicos. Es conocida la manera radical en la que rechaza la tradición metafísica. El principio de copia también permite a Hume concluir que solo hay dos tipos de conocimiento: relaciones de ideas y cuestiones de hechos. A la primera clase pertenece las matemáticas, la lógica, todo afirmación que es demostrativamente cierto. La matemática expresa “verdades de razón”. Estas verdades son válidas porque el negarla sería contradictorio; y su validez es universal y necesaria. Las cuestiones o verdades de hecho no tienen el grado de necesidad propio de las ciencias formales, porque su contrario no implica contradicción. Las “ciencias de hechos” contienen solo verdades de hecho y se corresponden con ciencias naturales.

Contexto Histórico y Filosófico

La Investigación sobre el conocimiento humano es un libro que expone las ideas más coherentes y maduras del filósofo empirista escocés David Hume y que publicó en 1748. Este libro contiene los principales puntos de otra de sus obras: Tratado sobre la naturaleza humana y se centra en la formulación de los grandes principios del empirismo clásico del siglo XVII. Esta obra se compone de 12 secciones: la primera sección trata sobre los distintos tipos de filosofía; la segunda sobre el origen de las ideas. La sección 3 trata sobre la asociación de ideas, la sección 4 sobre las dudas escépticas acerca de las operaciones del entendimiento. La quinta sección sobre la solución escéptica de estas dudas, la sección 6 trata sobre la probabilidad, la sección 7 sobre la idea de conexión necesaria, la sección 8 sobre la libertad y la necesidad, la sección 10 sobre los milagros y la última sección sobre la filosofía escéptica. Hume escribió otras obras. El Tratado sobre la naturaleza humana es una declaración clásica de los principios del empirismo, el escepticismo y el naturalismo. En la Investigación sobre los principios de la moral, argumenta que la moral se basan en las pasiones y no en la razón. En Ensayos sobre moral y política trata una gran variedad de asuntos. Los Diálogos sobre la religión natural es un ensayo filosófico en el que se debate sobre la existencia de Dios.

Hume pertenece a la corriente del empirismo. El racionalismo y el empirismo son escuelas de pensamiento que buscan explicar la forma en que los seres humanos adquieren el conocimiento. El racionalismo afirma que la fuente del conocimiento es la razón. Hume fue el primer filósofo en plantear el problema de la inducción, que consiste en que las leyes inductivas pretenden tener una validez universal para todos los casos de un fenómeno, insiste en que no podemos tener garantías sobre los casos de los que aún no hemos tenido experiencia. Hume es uno de los máximos representantes de la Ilustración británica, aunque ha pasado a la historia como uno de los fundadores del empirismo. La teoría del conocimiento debe entenderse en el marco de toda su filosofía práctica, centrando su estudio en la naturaleza humana. Participa en discusiones importantes de su época, sosteniendo el deísmo, en Diálogos sobre la religión natural (1779). Las tesis de Hume, sostiene que todo conocimiento genuino se limita a la interpretación de los hallazgos «positivos», todo conocimiento genuino es positivo y derivado exclusivamente de la experiencia de los fenómenos naturales, de sus propiedades y relaciones, la información derivada de la experiencia sensorial se interpreta a través de la razón y la lógica. El positivismo lógico del siglo XX es heredero de la tradición subjetivo-idealista positivista. Según el positivismo lógico, una filosofía auténticamente científica sólo es posible como análisis lógico del lenguaje de la ciencia. El positivismo lógico estableció como meta alcanzar los siguientes objetivos: (1) Dar a la ciencia una base positiva y (2) adoptar el análisis lógico del lenguaje y de los conceptos de la ciencia empírica, y mediante estos recursos demostrar la inutilidad de la metafísica.

Preguntas y Respuestas

¿Experiencia? Todos los datos sobre el mundo y sobre el estado de mi organismo que llegan a través de los sentidos.

¿Ideas innatas? Los empiristas piensan que la mente es una página en blanco que se llena con los contenidos de la experiencia.

¿Contenidos de la mente? El grado de fuerza, vivacidad o intensidad.

¿Reflexión? Su origen es una idea que hay en la mente que vuelve a influir sobre ella y produce un sentimiento.

¿Copia? Que todas las ideas son copias de impresiones anteriores.

¿Límites del pensamiento? El límite es la experiencia, porque la mente solo puede trabajar con materiales que proceden de ella.

¿Primer principio de copia? Todas las ideas que tenemos, por complejas que sean, se descomponen en ideas simples.

¿Segundo principio de copia? Una persona que carece de algún órgano de los sentidos, no tiene ninguna idea relativa a ese sentido.

¿Venganza? No, porque nunca la hemos experimentado.

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