Doctrinas Políticas y Económicas: Conceptos y Pensadores Fundamentales

Conceptos Fundamentales

Alienación: Privación de un derecho o una cualidad; por ejemplo, alienación mental, alienación obrera, etc.

Realismo: Corriente del Siglo XIX que afirma la existencia real de las cosas independientemente del sujeto que las conoce (Herbart, Allihn).

Realismo Socialista: Teoría estética del Siglo XX según la cual el arte es una «forma de conciencia social» y un método de educación. Se opone al formalismo (Stalin).

El Liberalismo: Orígenes y Evolución

Definición y Principios Fundamentales

El liberalismo es una doctrina de filosofía política cuyo aspecto fundamental es la defensa de la libertad individual y de las iniciativas privadas, limitando así las potestades del Estado y sus poderes públicos en el ejercicio social, económico y cultural de las sociedades.

Es un modelo de pensamiento opuesto a los absolutismos, conservadurismos y despotismos ilustrados, defendiendo las libertades civiles y económicas como fundamento del Estado de derecho y del pacto de convivencia social. En ese sentido, fue indispensable para la formación del pensamiento democrático y para la separación de poderes, fundamentales hoy en día en el orden republicano.

Las democracias inspiradas en los ideales liberales predominaron en Occidente desde sus inicios en el Siglo XVIII, cuando se puso un coto al absolutismo heredado de las épocas feudales y se supeditó el poder del Estado a las leyes de una Constitución.

Sin embargo, durante la segunda mitad del Siglo XX, las corrientes liberales abogaron por el libre mercado económico y por el ascenso del capitalismo, por lo que han sido normalmente asociadas a los sectores derechistas (conservadores) de la sociedad. No obstante, existen liberalismos de diverso signo político y distintas aspiraciones económicas y sociales.

Orígenes del Liberalismo Clásico

El uso de liberalismo proviene de la obra del médico y filósofo inglés John Locke (1632-1704), el primero en la historia en desarrollar una filosofía propiamente liberal, consagrando la propiedad privada como un derecho y el consentimiento de los gobernados como un principio fundamental. A esa primera doctrina se la conoce como «liberalismo clásico», para distinguirla de las corrientes que vinieron después.

Preceptos Fundamentales del Liberalismo

  • Los seres humanos son entes racionales y, como tales, poseen derechos inalienables y la capacidad de elegir por sí mismos. Esto se traduce en el derecho de llevar la vida privada tal y como lo prefieran, amparados en los tres «derechos naturales» de Locke: vida, libertad y propiedad privada.
  • Los gobernados deben consentir el mando. Es decir, los ciudadanos tienen el derecho a decidir cómo son gobernados sin que ello influya en sus asuntos privados, y la autoridad política no será sino el consenso mayoritario al respecto.
  • El Estado de derecho. Garantiza la igualdad ante la ley tanto de gobernantes como gobernados, de manera que nadie pueda usar el poder para violentar las reglas del juego político.

Figuras y Corrientes Clave del Liberalismo

El Liberalismo Francés y Benjamin Constant

Para Constant, los ciudadanos de las antiguas repúblicas concibieron la libertad como la posibilidad de participar activamente en la deliberación política, es decir, en la discusión de aquellos asuntos en los que estaba en juego el futuro de la ciudad. Sin embargo, la defensa que realizaban los antiguos de la libertad pública es explicada por Constant a partir de circunstancias históricas bastante concretas, que difícilmente pueden repetirse:

  • Primero: La existencia de un orden social compuesto por estamentos claramente diferenciados que legitimaba la esclavitud. Si los ciudadanos podían dedicar suficiente tiempo para discutir acerca de los diversos problemas de su comunidad, esto se debía a que los esclavos se ocupaban de la carga que traía consigo tener que resolver las múltiples labores domésticas.
  • Segundo: La pequeña extensión de las antiguas repúblicas permitía a cada ciudadano ocupar un lugar visible en su comunidad, por lo que su voz y su voto se tornaban relevantes en la toma de decisiones políticas.
  • Tercero: Los hombres de la antigüedad estaban dispuestos a darse a su comunidad.

Alexis de Tocqueville y la Democracia en América

Alexis de Tocqueville, académico y político de origen francés, estableció en una de sus obras más influyentes, La democracia en América, uno de los pilares fundamentales del pensamiento político de su época. En su obra se mezcla la resignación ante la llegada de un mundo nuevo con un análisis concienzudo del espíritu que lleva la emergencia de la joven democracia de Estados Unidos. Para él, hay una inevitable tendencia hacia un mundo en el que la pasión por la igualdad estará para siempre en el centro de todas las cosas. A caballo entre filosofía y sociología, su pregunta central es si esa pasión nos arrastra inevitablemente a un tiránico egoísmo individualista o si la democracia podrá tener redención que nos haga ser a todos ciudadanos libres.

El Liberalismo Económico y Jean-Baptiste Say

El estudio de Say se basa en el uso directo de fuentes primarias, trabajando en la edición castellana del Tratado de Economía Política de 1804-1807 (que recoge la francesa de 1803) y, de modo especial, sobre la de 1821 (que traduce la innovadora cuarta edición francesa del mismo Tratado). Se analizan las políticas de comercio internacional de España en los años del gran debate entre proteccionistas y librecambistas, con el objetivo de verificar la hipótesis de que la lenta transición en España de las políticas proteccionistas a las librecambistas se debió a la difusión entre los intelectuales de la época (y a través de ellos en la opinión pública) de las posiciones más relativistas de Say y de la Escuela Economista de Francia, definida como librecambismo teórico y proteccionismo práctico, según las condiciones históricas de referencia.

El liberalismo económico es la doctrina económica desarrollada durante la revolución —desde finales del Siglo XVII hasta el inicio de la Revolución Francesa—, formulada de forma completa en primer lugar por Adam Smith y que reclama la mínima interferencia del Estado en la economía del Siglo XIX.

Adam Smith (1723-1790)

Adam Smith, quien contaba con muchas fuentes económicas, pudo contribuir a superar una crisis en un periodo corto de tiempo. Smith era escocés y se formó en la Universidad de Glasgow y la Universidad de Oxford. En la primera fue profesor de Lógica y de Filosofía Moral. En el año 1776 publicó su obra principal: La riqueza de las naciones. Smith abordó la economía desde la filosofía. Era un ferviente defensor de las leyes de la naturaleza, del orden natural, y cuestionaba las imperfecciones de las instituciones humanas. Para él, la conducta humana se rige de manera natural por las siguientes motivaciones: el egoísmo, la conmiseración, el derecho de ser libre, el sentido de la propiedad, el hábito del trabajo y la tendencia al intercambio. Si al hombre se lo deja en libertad, no solo conseguirá su propio beneficio, sino que también impulsará el bien común.

Socialismo y Materialismo Histórico

El Socialismo Premarxista

El socialismo premarxista es la denominación que define un conjunto de teorías e ideas relativas a la sociedad, la cual se concibe de una forma utópica, es decir, que debe estar basada en una comunidad de bienes, en el trabajo obligatorio para todos y en la igual distribución de los productos. Es decir, se busca la sustitución del régimen de la propiedad privada.

Pensadores Clave del Socialismo Premarxista

Robert Owen

Robert Owen comenzó siendo un reformador del trabajo industrial, pues en la misma fábrica donde él era dueño implementó medidas de beneficio para el obrero, como la supresión de las labores penosas y el mantenimiento del salario en épocas de reducción de ventas.

Saint-Simon

En rigor, Saint-Simon no desarrolló una idea de mundo perfecto en el futuro, sino que sometió a la sociedad surgida de la Revolución Francesa a una crítica radical. En ese marco, entendía que todo lo que hicieran los gobiernos debía tender a mejorar la situación moral y material de los que trabajaban, y terminar con los dos flagelos que seguían azotando al mundo: la pobreza y las guerras. Para ello, debían desplazarse a los sectores improductivos y los productivos debían dirigir los destinos de la nación, ejerciendo cada vez menos gobierno (entendido como despotismo) y más administración.

Charles Fourier

Charles Fourier desarrolló durante la década de 1820 su propuesta de crear establecimientos agrario-industriales que convocaran a unas 1.600 personas, alojadas en un edificio especialmente diseñado al efecto, que trabajarían las tierras circundantes y compartirían las ganancias de las ventas. La comunidad garantizaría los servicios generales y todos trabajarían, incluso los niños, pero el trabajo no sería penoso sino atractivo. Los miembros del falansterio elegirían las labores que más les gustaran, ninguna tarea duraría más de dos horas, pero la jornada laboral sería muy extensa.

Karl Marx y el Materialismo Histórico

Fuentes del Pensamiento Marxista

Marx despliega su sistema científico a partir de diversas fuentes, desarrollando una filosofía cuya realización es del panorama intelectual y político del mundo. Las fuentes de Marx, según Lenin, fueron:

  • Filosofía alemana (Hegel, materialismo)
  • Economía política clásica (Smith, Ricardo)
  • Socialismo utópico (Owen, Saint-Simon, Fourier)

La Concepción Materialista de la Historia

Frente a las concepciones de la historia que hacen depender de las ideas la realidad práctica y material del ser humano (o de los ideales políticos, filosóficos o religiosos, de los «grandes protagonistas de la historia»), el materialismo histórico se propone explicar la historia desde la producción práctica de la existencia, invirtiendo la relación, tradicional en la época de Marx, entre la existencia real y la idea que los seres humanos se hacen de su existencia (o los ideales que conciben en torno a su realización). La historia no es, para Marx, ni una colección de hechos, como parecían concebirla los empiristas, ni una sucesión de categorías, como la concebían los idealistas; tampoco el resultado de la acción aislada de los considerados «personajes históricos». La historia es el resultado del modo en que los seres humanos organizan la producción social de su existencia. «Toda la concepción histórica, hasta ahora, ha hecho caso omiso de esta base real de la historia, o la ha considerado simplemente como algo accesorio, que nada tiene que ver con el desarrollo histórico. Esto hace que la historia deba escribirse siempre con arreglo a una pauta situada fuera de ella; la producción real de la vida se revela como algo protohistórico, mientras que la historicidad se manifiesta como algo separado de la vida usual, como algo extra y supraterrenal.» (La Ideología alemana).

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