Desentrañando el Pensamiento de Nietzsche: Conceptos Esenciales de su Filosofía

Conceptos Fundamentales en la Filosofía de Nietzsche

Este glosario explora términos esenciales en el pensamiento de Friedrich Nietzsche, ofreciendo una perspectiva clara sobre sus interpretaciones y críticas a la filosofía tradicional.

Apariencia

Aspecto superficial de una cosa que se capta por los sentidos. En la metafísica tradicional se utiliza como opuesto a ‘realidad’, lo que, según Nietzsche, es un engaño motivado por el miedo a la contingencia y al perpetuo devenir. Para Nietzsche, no existe tal oposición entre ‘apariencia’ y ‘realidad’. Lo que se considera ‘apariencia’ es la única realidad que existe.

Arte

Para Nietzsche, la actitud más auténtica ante lo que existe es la artística. Lo individual y único solo es expresable a través de la creación artística, frente al carácter uniformador y simplificador del concepto. Quien quiera alcanzar una vida plena y no sometida a lo gregario, tendrá que convertirse en artista, no en el sentido de producir obras de arte, sino en el de regirse por la belleza, de convertir toda su existencia en arte, viviendo creativamente al margen de toda convención.

Cosa

Lo que en general de algún modo es. Es decir, todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, artificial o natural, real o abstracta. El concepto de cosa equivale, por tanto, al de ente. A veces se considera que las cosas son las entidades individuales, y en particular las existencias materiales individuales. A veces es sinónimo de substancia. Y es frecuente usar el término como opuesto a ‘persona’. Para Nietzsche, no existen las cosas, al igual que tampoco los entes o las substancias. Son ficciones creadas por el ser humano para hacer más manejable la realidad.

Cuerpo

Para los filósofos tradicionales, el ser humano tiene un cuerpo, pero no es un cuerpo. En Platón o Descartes, el concepto ‘alma’ subsume toda la realidad humana. Es una consecuencia de su modo de valorar: los sentidos nos engañan (al mostrarnos el devenir como real) y, en consecuencia, todo lo sensible —como el cuerpo— adquiere una connotación negativa. Por otro lado, lo corporal se emparenta con las pasiones, con lo irracional, con los placeres, es decir, con todos aquellos valores vitales a los que la tradición occidental ha declarado hostilidad.

Nietzsche se opone radicalmente a esta manera decadente de valorar e interpreta que la estructura ontológica del ser humano no es otra que la de ser un cuerpo viviente. El cuerpo es el ser del hombre, su sí mismo íntegro:

«…cuerpo soy yo íntegramente, y ninguna otra cosa; y alma es solo una palabra para designar algo en el cuerpo.»

«Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano poderoso, un sabio desconocido —llámase sí-mismo. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo.»

«Hay más razón en tu cuerpo que en tu mejor sabiduría.»

Decadencia

Expresa la vida en descenso, es decir, cuando el instinto vital se bate en retirada.

Devenir

La realidad entendida como proceso o cambio. La metafísica tradicional lo trata como mera apariencia, como humo irreal, frente al ser que se caracteriza por su permanencia, unidad, inmutabilidad…

Dionisíaco

La división entre ‘apolíneo’ y ‘dionisíaco’ como dos actitudes básicas ante lo real es una constante en el pensamiento de Nietzsche desde su primer libro. Rinden tributo respectivamente a Apolo, dios solar del orden y la medida, de la proporción y moderación, frente a Dionisos, dios de la embriaguez, el caos y lo irracional.

Egipticismo

Egipto fue una cultura caracterizada por su pasión por lo eterno, inmutable y estático: momias, estratificación social cerrada, ausencia de movimiento en sus representaciones pictóricas, hieratismo, obsesión por la inmortalidad, construcción de colosales monumentos funerarios diseñados para desafiar el tiempo… De ahí que Nietzsche la use como metáfora reveladora de la idiosincrasia de los filósofos tradicionales.

Eléatas

Los seguidores de la filosofía de Parménides de Elea.

Ens Realissimum

Dios como cumbre de la metafísica tradicional. Dios no es solo una creencia de algunos filósofos, sino el fundamento último de toda existencia. La metafísica, y con ella toda la cultura occidental, se ha construido sobre la distinción entre el mundo espiritual y el mundo sensible, con Dios en la cúspide de toda la realidad.

Causa Sui

Proviene del latín y significa literalmente «por causa de sí mismo». En filosofía se llama así a las realidades de primer orden, valores supremos como el ser, lo absoluto, el bien, la verdad, la belleza, lo perfecto…

Fetichismo

Idolatría, veneración excesiva. El fetichismo es un mecanismo psicológico por el que se proyecta sobre un objeto cualidades de las que este carece. Toda superstición es una forma de fetichismo (el llavero que me da suerte, la sal derramada que augura desgracias). El ser humano es fetichista en su concepción del lenguaje, pues cree que las palabras retratan una realidad objetiva. Creer, por ejemplo, que existe el colectivo real de los murcianos por el hecho de que exista la palabra ‘murciano’.

Idiosincrasia

Rasgos distintivos propios de un individuo o de una colectividad.

Ilusión Óptico-Moral

Expresión inventada por Nietzsche con la que alude a una alucinación de etiología moral (o, más bien, inmoral, ya que se basa en la hostilidad a los instintos vitales).

Metafísica

La metafísica es para Nietzsche lo esencial de la tradición cultural de Occidente: la invención de un «mundo verdadero» enfrentado a un «mundo aparente». La intención de ello es dotar a las cosas valoradas como buenas un origen propio y separado del mundo terrenal, que es contradictorio, contingente, mudable, inconsistente y fugaz. Está, por tanto, al servicio de las tendencias antivitales. Todo lo relacionado con el cuerpo (sentidos, placer, sensualidad) queda desvalorizado y se exalta lo espiritual-racional.

Monoteísmo de la Verdad (Monótono-Teísmo)

La metafísica tradicional se caracteriza por lo que Nietzsche llama el «monoteísmo de la verdad»: la creencia en una verdad única y excluyente que reside en un transmundo. La consecuencia inevitable es la desvalorización del único mundo real, la declaración de guerra a la naturaleza y a la voluntad de vida. Por tanto, la monotonía, el aburrimiento, el hastío, el nihilismo. Frente al monoteísmo de la verdad, Nietzsche reivindica el gozoso politeísmo de la verdad.

Voluntad de Poder

La vida es voluntad de poder en la medida en que es la energía o fuerza que impone sus condiciones a la realidad. Para Nietzsche, significa la capacidad de superación del ser humano, el poder que abre las puertas a la liberación del futuro.

Yo

Nietzsche criticó la realidad sustancial del «yo». La unidad de la conciencia y del yo es solo aparente porque intenta suplantar la existencia de una pluralidad insustituible de pulsiones y de impulsos.

Mundo Verdadero

En El Crepúsculo de los Ídolos se hace referencia a la división platónica de los dos mundos. Las características que el platonismo atribuye al mundo verdadero, como la inmutabilidad, la unidad, la identidad y la eternidad, son para Nietzsche los signos de la falsedad y del engaño.

Nihilismo

En primer lugar, el nihilismo es la consecuencia de la tradición occidental, el resultado de haber desvalorizado la tierra y la vida. Al valorar los conceptos elevados del mundo verdadero, todo lo demás se ha convertido en nada. En segundo lugar, el nihilismo es la consecuencia de la muerte de Dios, es la necesidad de que la humanidad viva en el vacío y a la intemperie.

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