René Descartes: Vida, Obra y Legado Filosófico
Contexto y Formación
El creador del racionalismo moderno, René Descartes, nació en Francia en 1596. Estudió en el colegio jesuita de La Flèche, donde se sintió decepcionado por la educación recibida, a la que consideró excesivamente anclada en el pasado y gobernada por el “principio de autoridad”. De lo aprendido allí, solo salvó el saber matemático, el único que le pareció sólido y firme por el rigor de sus principios y demostraciones. Esto le condujo a aprender por cuenta propia y en otras fuentes, en lo que denominó “libro de la vida”, pasando a convertirse en autodidacta, con frecuentes viajes por distintas cortes europeas e ingresando en el ejército.
Obras Filosóficas Clave
Sus obras más destacadas desde el punto de vista filosófico son:
- Reglas para la dirección del espíritu
- Discurso del método
- Meditaciones metafísicas
- Tratado de las pasiones
- Tratado del hombre
El Discurso del Método: Pilar de la Filosofía Moderna
Impacto y Significado
El Discurso del método es un texto que inaugura la filosofía y la ciencia modernas, modificando toda la cultura occidental. Descartes elabora una nueva concepción de la ciencia de corte mecanicista. Lentamente se fueron imponiendo sus ideas, a pesar de las viejas tesis escolásticas que estaban apoyadas por el clero. Esas dificultades, según él, solo pueden ser vencidas con un cambio del entendimiento; no basta solo con mostrar científicamente que las cosas no son como parecen, como lo demuestra el caso del heliocentrismo de Galileo. En ese sentido, se puede hablar de una “revolución cartesiana” que provoca una profunda transformación en nuestra cultura.
Es una obra muy importante dentro de la filosofía francesa, lo que conlleva una seña de identidad nacionalista, ese mal “fanático” según el cual lo propio es mejor que lo ajeno; la filosofía tampoco puede librarse de ese mal. Es cierto que no se puede culpar a Descartes de exaltación de las cualidades patrióticas, ya que siempre trató de dirigirse a todos aquellos que tuvieran pretensiones de conocimiento científico.
Estructura del Discurso
El Discurso del método fue publicado en 1637 y es el prólogo de tres ensayos científicos: Dióptrica, Meteoros y Geometría. A partir del siglo XIX, comenzó a publicarse por separado.
Descartes divide su Discurso en seis partes:
Parte Primera: La Importancia del Método
Hace referencia a la importancia del sentido común, pero insiste en la necesidad de acompañar este con un método eficaz, de corte matemático.
Parte Segunda: Las Cuatro Reglas del Método
Trata de dar a las ciencias un método firme y nuevo que evite todos los problemas de duda. Un fundamento fiable que se resume en cuatro reglas básicas: “evidencia, análisis, síntesis y enumeración”. Con Descartes, la verdad se ha transformado en evidencia, es decir, claridad.
Parte Tercera: La Moral Provisional
Los conocimientos básicos pueden ponerse en duda y esperar a construir otros nuevos con el sólido fundamento de su método; por ello, es necesaria la “moral provisional”.
Parte Cuarta: El Cogito como Primera Verdad
Descartes hace del “cogito” el suelo firme sobre el que edificar, la primera verdad y el prototipo de verdad. Será esta idea la que permita llegar a la demostración de otras: Dios, el mundo y el cuerpo.
Parte Quinta: Mecanicismo y Dualismo
Expone su mecanicismo. Describe a los seres vivos como máquinas, pura materia extensa, situando al ser humano en un nivel superior por tener, además de materia, un alma inmortal, “res cogitans”.
Parte Sexta: La Ciencia al Servicio de la Humanidad
Descartes piensa en la ciencia como la obra de un colectivo, no algo individual. Piensa que la ciencia dará al ser humano la felicidad y pondrá la naturaleza a su servicio.
El Problema Mente-Cuerpo: Una Perspectiva Histórica y Cartesiana
Orígenes del Problema
El problema entre la mente y el cuerpo, o entre lo espiritual y lo material, aparece pronto en la historia del pensamiento. La creencia en alguna forma de alma separada del cuerpo parece presente desde los comienzos de la humanidad. En la tradición griega, por lo menos desde Homero, se creyó en la posibilidad de una psique (alma) capaz de tener una cierta existencia independiente del cuerpo. Esto se reforzó con la entrada en Grecia de los rituales órficos y la creencia socrática en la inmortalidad del alma, defendida también por Platón.
Aristóteles y el Monismo
Pero, también en Grecia, Aristóteles se negó al dualismo psicofísico. Desde su punto de vista de la teoría hilemórfica, el alma era la forma del cuerpo, que no puede existir independientemente de este. De ahí que Aristóteles no creyera en la posibilidad de la inmortalidad individual y creyera que el estudio de la psicología era una rama de la biología.
Dualismo y Monismo Psicofísico
El problema de la relación entre cuerpo y mente se ha dividido en: dualismo psicofísico y monismo psicofísico.
La Doctrina Cartesiana de las Sustancias
Posteriormente, el dualismo psicofísico se renovó a partir de la doctrina cartesiana acerca de las sustancias. Según Descartes, se distinguían tres tipos de sustancias:
- Sustancia infinita (relacionada con Dios)
- Sustancia pensante / res cogitans (relacionada con el pensamiento)
- Sustancia extensa / res extensa (relacionada con la extensión)
Descartes concibe el cuerpo como una máquina, pero cuando el hombre tiene capacidad mental, afirma que está dotado de un alma mental. También cree que los animales no piensan, y de ahí que estos sean como máquinas. Pero el ser humano, dotado de pensamiento, se plantea el problema de la relación entre res cogitans y res extensa.
La Solución Cartesiana y sus Críticas
La posición cartesiana fue la de un dualismo interaccionista, pero su solución no es correcta, ya que se limita a afirmar que en una determinada parte del cerebro, la glándula pineal, se efectúa la interacción entre mente (inmaterial) y cuerpo. Pero esto no explica cómo algo inmaterial puede interactuar con la materia en un “lugar espacial” del cerebro. Por eso, los filósofos posteriores intentaron hallar la respuesta correcta.
Perspectivas Modernas: Conductismo y Psicología Cognitiva
En el siglo XX, la psicología conductista negó la existencia de lo mental para considerar solo como objeto de estudio científico la conducta observable públicamente. Dentro del conductismo, el autor más destacado fue G. Ryle, que combate lo que él llama el problema del “fantasma en la máquina” y se opone también a toda forma de materialismo. Según Ryle, hablar de la mente como algo aparte del cuerpo es un error. Pero, a partir de los años 70, el conductismo ha sido desplazado por la psicología cognitiva, que ha vuelto a considerar la existencia de fenómenos mentales (mentalismo).