Critica al principio de causalidad de Hume

PREGUNTA TERCERA: SEGÚN Hume ¿PODEMOS ALCANZAR UN CONOCIMIENTO ABSOLUTAMENTE VERDADERO?


El conocimiento que obtiene la razón al relacionar ideasconocimiento propio de las matemáticas –

Es analítico, necesario, “a priori” y explicativo

El conocimiento que nos permite inferir de la presencia de un objeto en nuestra mente la de otro que no lo está – conocimiento sobre cuestiones de hecho – y que nos permite ir más allá de nuestras impresiones e ideas actuales es contingente, sintético, “a posterior” y ampliativo y requiere establecer una relación causal.
Pero, para poder sostener que existe una relación causal debe existir contigüidad espaciotemporal, conjunción constante y conexión necesaria entre causa y efecto.La existencia de relaciones causales no es un conocimiento que la razón obtiene intuitivamente porque ambas ideas son distintas y separables o demostrativamente porque la no existencia de relaciones causales no resulta contradictoria para nuestra mente ni implica absurdo lógico alguno.
Las pruebas aportadas hasta hoy para demostrar la existencia de relaciones causales alegan que si no las hubiera una cosa sería causa de sí misma, o sería causada por la Nada, o que no hay causa sin efecto ni efecto sin causa. Pero, no son válidas porque las dos primeras presuponen la existencia de aquello que pretenden demostrar y la tercera no implica que existan relaciones causales.Así pues, la convicción de la existencia de relaciones causales surge de la experiencia. Y la experiencia no puede suministrarnos verdades absolutas, porque lo que hasta ahora ha sucedido de un modo pude en cualquier momento suceder de otro;

ni siquiera probables, porque la convicción extraída de la experiencia – de que probablemente todo seguirá sucediendo del mismo modo – debería fundamentarse en una convicción anterior en la probable regularidad o uniformidad de las leyes naturales.Hay quienes critican a Hume porque dicen que él sostiene que, si nos mantenemos dentro de los límites de la experiencia, podemos establecer como certeza probable la existencia de tales relaciones causales. Y le critican primero porque alegan que no se puede, desde posiciones escépticas, establecer la menor o mayor proximidad a la verdad, en segundo lugar porque dicen que la experiencia no puede proporcionar probabilidad alguna porque si dividimos el número de casos observados que siempre será finito por el número infinito de casos por observar la probabilidad resultante será siempre cero, o, finalmente, porque se caería en el “apriorismo” o en un “regressus ad infinitum” al considerar que la existencia probable de relaciones causales o es una verdad absoluta y la experiencia no puede proporcionar este tipo de verdades o es una verdad probable obtenida a partir de una serie de experiencias que deberían fundamentarse, a su vez, en una convicción anterior de la existencia probable de relaciones causales. (Que podamos obtener conocimiento probable a partir de la experiencia exige que confiemos en que el principio de causalidad es probablemente verdadero. Esta confianza la obtendríamos de una experiencia anterior que se fundamentaría en una previa confianza en la probabilidad del principio de causalidad o uniformidad de las leyes naturales y, así, sucesivamente.)Pero la probabilidad de la que habla Hume no debe ser entendida en términos cuantitativos, como mayor o menor proximidad a la verdad, sino en términos cualitativos: la certeza que nos proporciona la experiencia sería sólo de naturaleza psicológica, una especie de instinto protector basado en el hábito y la costumbre. La costumbre, el hábito – al percibir la conjunción constante de dos hechos contiguos en el espacio y en el tiempo – nos hace suponer la uniformidad de los fenómenos naturales, la conformidad del futuro con el pasado y, de ahí, nuestra convicción sobre la existencia de relaciones causales. Pero, no existe fundamento objetivo alguno para ello, es mero producto de nuestra peculiar psicología. La causalidad es, pues, una idea compleja de relación elaborada por la imaginación al constatar la conjunción constante de dos hechos que se suceden y, que llevada por el hábito y la costumbre, supone conectados necesariamente. Pero no existe impresión alguna de esta conexión. Hume se limita a afirmar que la inferencia causal, en todo caso, podría estar justificada cuando se establece entre impresiones o ideas derivadas de impresiones y no lo estaría cuando lo hacemos entre una impresión y aquello de lo que no tenemos ni hemos tenido impresión alguna. Pero, entonces, si no podemos asegurar la existencia de relaciones causales ¿cómo justificar la constante adecuación entre nuestras expectativas, basadas en una convicción de naturaleza psicológica, y las experiencias percibidas? Para esto, Hume no tiene respuesta.La falta de respuesta a esta pregunta dará impulso a nuevos intentos de superación del escepticismo, como el de Kant.

4. COMPARACIÓN DE LA CRÍTICA DEL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD DE Hume CON Kant

PRINCIPIO DE CAUSALIDAD:


Humeconsidera que el principio de causalidad que establece que no hay causa sin efecto ni efecto sin causa es empírico, “a posteriori”,gif;base64,R0lGODlhAwAMAHcAMSH+GlNvZnR3Y contingente, no “estrictamente universal y que es lógicamente posible una excepción. Kant, por el contrario, considera que el principio de causalidad es “a priori” – es una de las 12 categorías del entendimiento -, es necesario, es “estrictamente universal” y no cabe excepción al principio de causalidad, sólo a las leyes particulares causales: si en el futuro un metal se contrajera al estar sometido a una fuente de calor quedaría demostrado que no es cierto que todos los metales en estas circunstancias se dilatan, pero no que la reacción de este nuevo metal no se haya producido por la acción de una causa, aunque ésta nos resulte desconocida.   

INFLUENCIA DE

Hume EN Kant:


1.La experiencia sensible es el inicio de nuestro conocimiento.2.La experiencia no puede proporcionar conocimiento universal y necesario.3. La experiencia es el límite de nuestro conocimiento: las categorías sólo pueden aplicarse a los “fenómenos”. La aplicación de la categoría de la causalidad a los “noumenos” no proporciona conocimiento alguno.

OPOSICIÓN DE Kant A Hume:

1. No todo nuestro conocimiento se deriva de la experiencia.2.La universalidad y necesidad de nuestro conocimiento procede de lo aportado por el sujeto: las formas “a priori” de la sensibilidad y las categorías del entendimiento.

POSICIÓN FINAL:

Hume no puede contestar cómo nuestras expectativas de que todo siga ocurriendo del mismo modo, basadas sólo en una convicción de naturaleza psicológica, se cumplan una y otra vez y Kant considera que la relación causal es objetiva porque sólo aplicando las categorías a los fenómenos puede alcanzarse el verdadero conocimiento. Pero, él parte de la consideración de que el hombre ya ha alcanzado el verdadero conocimiento y se limita a explicar cómo lo ha conseguido. De no aceptar su punto de partida, que hoy sabemos que no es cierto, el establecer que el ser humano no pude conocer la realidad sin aplicar la categoría de causa – entre otras – no demuestra que la realidad sea causal.

5. OPINIÓN ARGUMENTADA SOBRE LA CRÍTICA DE Hume AL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD

EL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD – QUE ESTABLECE QUE TODO LO QUE SUCEDE ACONTECE EN FUNCIÓN DE UNA CAUSA QUE LO HACE POSIBLE – ES ADMITIDO COMO UN PRINCIPIO UNIVERSAL Y NECESARIAMENTE VERDADERO CON ANTERIORIDAD A Hume: 1. Por quienes sustentaron dogmáticamente la perfecta correspondencia entre el orden del pensamiento y el de la realidad. 2. Por quienes justificaron esa correspondencia por medio de Dios. 3. Por los empiristas que, obtenido empíricamente, lo aplicaron para demostrar la existencia de Dios y el mundo (Locke) o sólo la existencia de Dios (Berkeley).

COINCIDO

CON Hume:


en quela existencia de relaciones causales no es un conocimiento alcanzado por la razón al relacionar ideasni por vía intuitiva ni demostrativa– aunque lo fuera sería un conocimiento tautológico que nada podría decirnos sobre la realidad -porque la idea de causa y efecto son distintas y separables y porque la no existencia de relaciones causales no resulta contradictoria para nuestra mente ni implica absurdo lógico alguno,sino un supuesto conocimiento sobre cuestiones de hecho que, aunque debería fundamentarse en la experiencia, la trasciende porque sólo percibimos la contigüidad espaciotemporal entre la causa y el efecto y su conjunción constante, pero no su conexión necesaria.

DISCREPO

DE Hume:


en que– como decían Kant, Einstein, Popper y los psicólogos de la Gestalt – es imposible empezar a conocer con observaciones “puras”, sin la participación activa del sujeto. Pero, en contra de lo establecido por Kant y siguiendo a Popper, opino que esta forma de conocer “a priori” no garantiza la universalidad y necesidad de nuestro conocimiento. Tenemos una propensión “a priori de naturaleza psicológica” a hallar regularidades en nuestras observaciones y esto posibilita formular teorías científicas, pero no demuestran su verdad. También opino que el principio de causalidad, aunque sea un principio metafísico porque no es verificable ni refutable, no debería arrojarse al fuego -en contra de lo expresado por Hume en el capítulo XII de su Investigación sobre el conocimiento humano – porque las proposiciones metafísicas no carecen de significación y han jugado y juegan un gran papel en la formulación y descubrimiento de las teorías científicas.

CONCLUSIÓN:

1. Considero que debemos tener “fe”, por tanto, en la existencia de regularidades, de relaciones causales, porque sólo así podremos formular teorías explicativas que van más allá de la experiencia concreta. 2. Pienso que estamos “condenados” a pensar causalmente, pero sin poder concluir por ello, como hizo Kant, que la relación causal sea objetiva. 3. Pero, las teorías establecidas en base a la fe en la existencia de relaciones causales no pueden aspirar a otra cosa que a ser explicaciones provisionales que serán substituidas cuando no den respuesta adecuada a nuestros interrogantes.

POSICIÓN PERSONAL EN EPISTEMOLOGÍA

PLATÓN Y ARISTÓTELES PRESUPONEN LA POSIBILIDAD DE ALCANZAR UN CONOCIMIENTO UNIVERSAL Y NECESARIO.

PLATÓN:


TEORÍA DE LA REMINISCENCIA:

EL SÓCRATES DEL MENÓN CONOCE LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA PLANTEADO AL ESCLAVO. EN EL FEDÓN NO SE DEMUESTRA QUE LOS CONCEPTOS UNIVERSALES QUE FUNDAMENTAN LAS VALORACIONES Y COMPARACIONES QUE REALIZAMOS DE LOS SERES SENSIBLES NO LOS HAYAMOS OBTENIDO A PARTIR DE LA PERCEPCIÓN DE SUS SEMEJANZAS.

ARISTÓTELES:


TEORÍA HILEMÓRFICA Y ABSTRACCIÓN DE LA FORMA POR EL ENTENDIMIENTO AGENTE:

NO SE DEMUESTRA LA EXISTENCIA DE UNA FORMA SUBSTANCIAL COMÚN A TODOS LOS SERES DE UNA MISMA ESPECIE NI LA CAPACIDAD DEL ENTENDIMIENTO AGENTE PARA ABSTRAERLA A PARTIR DE LA INFORMACIÓN SENSIBLE.

Descartes:


UN Dios OMNIPERFECTO, CREADOR DE LA RAZÓN Y SUMAMENTE BONDADOSO Y VERAZ GARANTIZA ESTA CORRESPONDENCIA:

PERO, ES UNA RAZÓN AÚN NO LEGITIMADA LA QUE ESTABLECE LA EXISTENCIA DE Dios O SI CONSIDERAMOS QUE LA EXISTENCIA DE Dios ES UNA VERDAD INTUIDA POR LA RAZÓN Y NO DEDUCIDA POR ELLA, ACEPTAREMOS QUE LA RAZÓN INTUYE QUE UN SER OMNIPERFECTO NO PUEDE NO EXISTIR ONTOLÓGICAMENTE, PERO NO QUE EXISTA UN SER TAL.

LOCKE:


JUSTIFICA LA CORRESPONDENCIA PORQUE EL MUNDO SENSIBLE ES CAUSA DE NUESTRAS IDEAS


BERKELEY:


NO EXISTE MÁS REALIDAD QUE LA REALIDAD MENTAL CAUSADA POR Dios

NO PODEMOS ESTAR SEGUROS DE LA EXISTENCIA DE RELACIONES CAUSALES PORQUE LA CONEXIÓN NECESARIA QUE DEBE EXISTIR ENTRE CAUSA Y EFECTO NO ES PERCEPTIBLE.

Hume:


NO PODEMOS SABER CON SEGURIDAD SI EXISTE EL “COGITO” O SUBSTANCIA PENSANTE, EL MUNDO O Dios

NO TIENE RESPUESTA QUE JUSTIFIQUE LA CORRESPONDENCIA ENTRE NUESTRAS EXPECTATIVAS Y LAS EXPERIENCIAS PERCIBIDAS. NO PODEMOS DESPRECIAR EL PAPEL DE LAS HIPÓTESIS METAFÍSICAS EN LA FORMULACIÓN DE TEORÍAS EXPLICATIVAS DE LA REALIDAD.

Kant:

IDEALISMO TRASCENDENTAL. REVOLUCIÓN COPERNICANA: NO HAY MÁS REALIDAD QUE LA “ESPACIOTEMPORALIZADA” Y “CATEGORIZADA” POR EL SUJETO. NO PODEMOS ATRIBUIR EXISTENCIA ALGUNA A LO QUE NO ESTÁ EN LUGAR Y TIEMPO ALGUNO Y A AQUELLO DE LO QUE NADA PUEDE PREDICARSE. ACEPTAMOS LA ACTIVIDAD DEL SUJETO COGNOSCENTE OBLIGANDO A LA NATURALEZA A CONTESTAR SUS PREGUNTAS Y A NO DEJARSE CONDUCIR POR ELLA. PERO, ESTE “APRIORISMO” DEL QUE PARTIMOS PARA ALCANZAR EL CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD NO PRESUPONE SU UNIVERSALIDAD Y NECESIDAD. Kant SE EQUIVOCÓ AL CONSIDERAR SUPERADO ESTE PROBLEMA PORQUE SupónÍA QUE EL CONOCIMIENTO UNIVERSAL Y NECESARIO DE LA REALIDAD HABÍA SIDO ALCANZADO YA POR LA FÍSICA NEWTONIANA.

CONCLUSIÓN:

NO PODEMOS PROCEDER INDUCTIVAMENTE, A PARTIR DE GENERALIZACIONES EMPÍRICAS, QUE NO PUEDEN PROPORCIONARNOS CERTEZA ALGUNA NI GRADO ALGUNO DE PROBABILIDAD DE HALLAR LA VERDAD, SINO QUE HEMOS DE FORMULAR HIPÓTESIS EXPLICATIVAS E INTENTAR FALSARLAS, ANTE LA IMPOSIBILIDAD DE PODER VERIFICARLAS. MIENTRAS ÉSTAS NO SEAN FALSADAS SERÁN MERAS TEORÍAS EXPLICATIVAS DE CARÁCTER PROVISIONAL.ÉTICA: POSICIÓN PERSONALEn parte resulta “liberador” creerse libre de preceptos morales absolutos y, en parte, es descorazonador pensar que todas las éticas son arbitrarias. Puede que la moral no sea enteramente arbitraria porque observamos en morales distintas soluciones semejantes a problemas equivalentes; pero esto no demuestra que exista una moral universal y supra-social. Es más, esta tesis – defendida por Hume, Kant y Mill entre otros – no es demostrable empíricamente al fundamentar la moral en un trascendente: el sentimiento básico universal de Hume, la ley moral formal de Kant o el principio de la felicidad general de Mill.Además, la experiencia cotidiana de las acciones humanas – muchas de ellas claramente inmorales – parece desmentirla. (Aunque Hume diría que muchos en sus valoraciones morales no abstraen las circunstancias personales, Kant que la voluntad humana está bajo la influencia de impulsos e inclinaciones contrarios a la razón y Mill que nos encontramos en un estadio relativamente primitivo del desarrollo humano en el que sólo una minoría de personas cifran su felicidad en base a la felicidad general.) No obstante, la escasa efectividad que parece tener tanto el sentimiento de humanidad de Hume como la ley moral de Kant y el principio de la mayor felicidad de Mill no parece ayudar mucho a defender su existencia. Considero, por tanto, que la moral es un instrumento de poder al servicio de los intereses coincidentes en todo tiempo y lugar de las fuerzas que dirigen la sociedad. Recordemos el Sísifo de Critias: la moral – decía – no es sino una astuta invención de la clase gobernante para controlar a los gobernados. No deja de ser una hipótesis que también explica las coincidencias entre nuestras distintas valoraciones morales en todo tiempo y lugar y, además, las diferencias existentes entre distintas morales en función de las carácterísticas propias de cada sociedad, pero, en cambio, es una hipótesis corroborable empíricamente porque las semejanzas y diferencias de las distintas morales podrían explicarse examinando los intereses de quienes las promovieron y que, además, permite explicar mejor el comportamiento frecuentemente inmoral del ser humano en su lucha por librarse de las sanciones externas e internas – ya sean supresivas a través de la vergüenza o represivas por medio de la culpabilidad – con las que las distintas culturas o sociedades coartan sus tendencias instintivas.Porque si tuvieran razón Hume, Kant y Mill los hombres seguirían reaccionando aunque no existiera coacción social de la misma manera a los sentimientos despertados en nosotros por cualidades útiles y placenteras a nosotros o a los demás, a los dictáMenes de la razón o a la búsqueda de la felicidad general.  Y eso no ocurre como podemos observar cada vez que el control social se relaja – como en la guerra -: en estas situaciones asistimos a un incremento desmesurado de comportamientos inmorales. Este hecho parece decantar la balanza a favor de nuestra hipótesis.Porque si tuviéramos el anillo de Giges – como relata la fábula del capítulo II de la República de Platón – y nos viéramos protegidos por la invisibilidad a la hora de actuar logrando el más absoluto de los anonimatos ¿no daríamos todos satisfacción y rienda suelta a nuestros instintos? El pensámiento de que muchos impondrían– nosotros en primer lugar – límites a la satisfacción de nuestros instintos podría ser fruto de la educación moral recibida. La respuesta a esta pregunta sólo estaría al alcance de quien poseyera el don de la invisibilidad o de la libertad de acción. ESQUEMA PLATÓN Y MIL. SEMEJANZA.
Afirman la correspondencia entre el desarrollo de las capacidades intelectuales y morales y su necesidad para alcanzar una sociedad justa.

DIFERENCIA


1. Distinta concepción de la naturaleza humana:

Platón:


la perfección moral está al alcance de unos pocosMill:
la perfección moral está al alcance de todos.

2. Distinta concepción sobre el proceso histórico:

Platón:


proceso histórico sigue un curso lineal descendente: apuesta por un Estado totalitario e intervencionista que anule toda libertad individual.  

Mill:

   proceso histórico sigue un curso lineal ascendente: apuesta por un Estado que respete la máximo la libertad individual.

3. Distinta concepción de la libertad y de la felicidad individual:

Platón:


la felicidad individual sólo es posible en un Estado justo y éste sólo se alcanzará si los gobernantes perfectos determinan la conducta a seguir: para ello deben recurrir al condicionamiento educativo: censura y mentiras útiles.

Mill:

   la libertad individual es condición indispensable para la felicidad.CRITICAS COMUNES.

1. Los puntos de partida de ambos sistemas son hipotéticos:

Platón:


la existencia de gobernantes perfectos – una élite de individuos que han alcanzado el pleno desarrollo moral – garantiza la eliminación de todos los males sociales.

Mill:

    la afirmación de que los individuos que han alcanzado el pleno desarrollo moral – y esto está al alcance de todos – entienden que la felicidad individual está supeditada a la general.

2. Sistemas utópicos:

Platón:


existencia de un sistema educativo capaz de formar gobernantes perfectos Mill:
el constante progreso del espíritu humano garantiza que todos terminaremos por alcanzar el pleno desarrollo moral.POSICIÓN RESULTANTE. ante la imposibilidad de poder contar con gobernantes perfectos y desconfiando del optimismo histórico de Mill proponemos:

UNA SOCIEDAD ABIERTA

: 1.1. Preocupada por la instrucción y educación moral de la ciudadanía.  1.2. Respetuosa al máximo con las libertades individuales.  1.3. Caracterizada por la división de poderes y control de su independencia 1.4. Garantizadora de la igualdad social 1.5. Intolerante con los intolerantes.

1. CRÍTICA A LA IDEA DE Dios ENTENDIDA COMO IDEA INNATA:

los argumentos de Descartes para erradicar la creencia tradicional de que la idea de infinito proviene de la negación de límites de la idea de lo finito son poco convincentes y poco demostrativos. La idea de Dios es para Descartes una idea innata, pero no demuestra que no pueda ser “fáctica”, es decir elaborada por el “cogito” al negar límites a la idea de lo finito. El “cogito” podría ser causa de una idea aproximada e imperfecta de Dios o no poseer la idea de un ser absolutamente perfecto aunque entendamos el significado del término “Dios”.

CRÍTICAS A LAS DOS PRIMERAS PRUEBAS CARTESIANAS DE LA EXISTENCIA DE Dios:

1. En primer lugar, la razón establece como verdadero que la causa de una idea tiene que tener al menos el mismo grado de perfección que el presente en el contenido representativo de esa idea; pero no existe garantía alguna, según lo apuntado por el propio Descartes en su hipótesis del genio maligno, de que la razón no pueda estar equivocada al no haberse dilucidado su capacidad para discernir lo verdadero de lo falso. 2. Descartes en sus dos primeras pruebas de la existencia de Dios establece que Dios existe porque es la única causa posible que puede justificar la existencia del “cogito” y la presencia de la idea de Dios en él. Pero tampoco estamos en condiciones de establecer como verdad absoluta e irrefutable la existencia de relaciones causales y, aunque aceptáramos la existencia de relaciones causales dentro del ámbito de la experiencia, sería ilegítimo hacerlo fuera del mismo.Tras estas dos pruebas de la tercera meditación Descartes, en su cuarta meditación, deducirá de la omniperfección divina que Dios, por su veracidad, nos ha dado una facultad cognoscitiva que  – utilizada correctamente – nos permitirá alcanzar la verdad y que, por su veracidad, no permitirá que nadie pueda impedirlo. Quedaría, de este modo, eliminada la hipótesis del genio maligno. Pero, siendo consciente de las posibles objeciones a estas dos primeras pruebas, volverá a la carga en su quinta meditación intentando demostrar de otro modo la existencia de Dios por medio del argumento ontológico.

CRÍTICA A LA TERCERA PRUEBA DE LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE Dios, CRÍTICA AL ARGUMENTO ONTOLÓGICO:

para evitar la posible acusación de utilizar una razón no legitimada para demostrar la existencia de Dios y sabiendo que cualquier prueba elaborada por la razón podría merecer tal reproche, Descartes muestra ahora que la existencia de Dios es una verdad intuitivamente aprehendida por la razón como la verdad de su propia existencia. Pero, a esto responderemos que lo único que capta intuitivamente la razón es que un Dios existente   – ser omniperfecto que por serlo no puede carecer de perfección alguna – tiene que existir. De ello no puede concluirse que exista un ser de esta naturaleza. Expliquemos esto con más detalle: todo argumento ontológico puede simplificarse y reducirse a la máxima:

UN Dios EXISTENTE EXISTE:

al considerarse la esencia de Dios dotada de todas las perfecciones incluida la de la existencia. El equívoco radicaría en la doble significación del vocablo “un” que en lenguaje natural es utilizado con el significado de “todos” – un búho tiene grandes ojos – o con el significado de “uno solo” – tengo un búho en mi casa – . Así, si lo que quiero dar a significar con la máxima “un Dios existente existe” es que todos los dioses existentes existen – semejante a decir todos los cisnes blancos son blancos -, el argumento es lógicamente válido por tautológico. (Cualquier cosa que satisfaga la definición de Dios existirá.)  Pero esto no significa que sea legítimo en el segundo sentido, al no haberse demostrado que tenga que existir necesariamente un Dios existente; es decir, que exista al menos un Ser que satisfaga esa definición.

CRÍTICAS A LA ESENCIA DIVINA:

la deducción cartesiana de la bondad y veracidad divinas a partir de su omniperfección no es admisible porque: 1. No podemos pretender conocer la naturaleza divina extrapolando a Dios nuestro código de valores morales. Además, si lo hacemos limitaríamos la libertad y omnipotencia divinas. Es bueno aquello que quiere Dios y lo que Dios quiere no podemos saberlo. 2. La proposición que afirma la bondad y veracidad de Dios no es refutable. Es una proposición metafísica. Ocurra lo que ocurra, siempre puede seguir defendíéndose la bondad de Dios.3. Pero, sobre todo, porque una razón, todavía sin legitimar, no puede establecer como certeza irrefutable a partir de la omniperfección de Dios su bondad y veracidad. Podría criticarse a Descartes por caer en un “círculo vicioso” alutilizar una razón no legitimada para demostrar la existencia de un Dios legitimador de la razón por su absoluta bondad y veracidad.Por todo esto, aunque aceptáramos – que no lo hacemos – la existencia del “cogito”, seguiríamos sin poder superar el solipsismo psicológico en el que nos hallaríamos.

CRÍTICA DE CÍRCULO VICIOSO A LA FILOSOFÍA DE Descartes. DEFENSA. CRÍTICA LÓGICA.Acusación de círculo vicioso:

un Dios omnipotente – creador de la razón, absolutamente bueno y veraz – nos permite eliminar la “hipótesis del genio maligno” y volver a confiar en la razón. Pero la razón ha sido utilizada previamente para “elaborar” las pruebas que demuestran la existencia de Dios y sus “resultados” no estaban entonces legitimados.

Posible defensa a esta acusación:

la tercera prueba de la demostración de la existencia de Dios – el argumento ontológico – es, a juicio de Descartes, la prueba verdaderamente demostrativa: la existencia de Dios no es obtenida por vía demostrativa. Es una verdad intuitivamente aprehendida por la razón, como la verdad de su propia existencia.

Crítica a esta defensa:

lo único que capta intuitivamente la razón es que un Dios existente tiene necesariamente que existir; de lo que no puede concluirse que exista un ser de estas carácterísticas.

¿CÓMO VALIDA Descartes SU MÉTODO



Descartes contesta a la crítica de Huet – no puede aceptarse la verdad de la existencia del “cogito” por ser evidente porque la regla de la evidencia ha sido formulada por una razón de la que debemos desconfiar – en su carta a Clercelier de Junio-Julio de 1646 que la evidente existencia del “cogito” no recibe su valor de ninguna regla. Que la regla de la evidencia fue provisionalmente inferida de la consideración del método matemático y halla en el descubrimiento de la existencia del “cogito” su justificación absoluta siendo posible ya su aplicación en todos los casos.De estas palabras podría deducirse que la existencia del “cogito” al justificar absolutamente la aplicación de la regla en todos los casos haría innecesaria su legitimación divina.Creo necesaria, por tanto, la siguiente aclaración: Descartes quiere decir que toda idea tan clara y distintamente concebida por la razón que no pueda ser puesta en duda ni siquiera aceptando la hipótesis del genio maligno no puede ser sino verdadera, pero hemos de reséñar que la razón no puede concebir ninguna otra idea con tanta claridad y distinción como ha concebido la idea de su propia existencia. La razón no puede concebir ninguna otra idea con tanta claridad como para que sea verdadera independientemente de la existencia o no de un genio maligno que la manipule. Por ello precisará Descartes en última instancia de Dios para eliminar la hipótesis del genio maligno y legitimar sus reglas metódicas: sólo quien no precise a su vez avalador puede avalar las pretensiones racionales y no puede ser sino un Dios omniperfecto, que por serlo ha de ser sumamente bueno y absolutamente veraz y que al ser creador de nuestra razón no puede permitir sin menoscabo de su perfección que ésta esté incapacitada para alcanzar el fin que le es propio: el conocimiento. Sólo Él puede garantizar que nuestra razón es capaz de alcanzar la verdad cuando actúa convenientemente y contempla las reglas metódicas que ahora sí han sido definitivamente validadas.

CRÍTICA SOBRE LO EXPUESTO POR John STUART MILL EN SU OBRA SOBRE LA LIBERTAD

Críticas que no consideramos suficientemente fundamentadas:


1.Mill sostuvo en su utilitarismo que la felicidad era el único fin en sí mismo. Pero en este libro parece contradecirse porque defiende la libertad como un fin en sí mismo. Y si la libertad es un fin en sí mismo no debería limitarse jamás. Pero si no la limitáramos en algunos casos, desde la óptica del utilitarismo caeríamos en la inmoralidad. DEFENSA: la libertad como la virtud son, en principio, medios para ser felices. Por asociación con la felicidad pasan a ser parte integrante de ella y por ello son deseadas por sí mismas. Como la libertad individual es un medio para alcanzar la felicidad general debe respetarse siempre que no genere perjuicio ajeno.
2.A la hora de establecer en qué consiste la felicidad no deberíamos confiar en la mayoría, sino en los expertos.DEFENSA:Mill no confía en el criterio moral de la mayoría, sino que nos previene contra él. Pero, recuerda que nadie es infalible, que quienes creen poseer la verdad se vuelven intransigentes e intolerantes y QUE LA VERDAD IMPUESTA NO CONDUCE A LA FELICIDAD.

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