Cosmovisiones: De la Antigüedad a la Revolución Científica

Bóveda de Estrellas Fijas

En la antigüedad, se concebía el universo limitado por una bóveda de cristal donde las estrellas que se veían desde la Tierra estaban incrustadas; más allá no había nada. A esta cosmovisión se le plantea el «Problema de Platón», que consiste en salvar las apariencias del retroceso que hacen los planetas alrededor de la Tierra. Eudoxo responde a este problema enunciando la teoría de las esferas homocéntricas, que más tarde utiliza Aristóteles para explicar su teoría. La teoría de Eudoxo propone una serie de 27 esferas de cristal alrededor de la Tierra que, por razonamiento, se moverían entre sí con un eje de rotación diferente.

Cosmos Aristotélico

El cosmos aristotélico divide el mundo en dos regiones separadas por la frontera lunar:

  • Supralunar: Desde la Luna hasta la bóveda de las estrellas fijas. Aquí se encuentra el éter, un elemento perfecto sin peso que hace a esta región eterna e inmutable. Su estructura sigue la teoría de Eudoxo de las esferas homocéntricas. Cada esfera se mueve en un movimiento circular uniforme, creando un razonamiento entre sí y produciendo un movimiento general entre todas. Según Aristóteles, existía un motor inmóvil que producía este movimiento hacia las esferas homocéntricas.
  • Sublunar: Abarca desde la Luna hasta el centro de la Tierra. Aquí se encuentran los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire, mezclados entre sí, dando lugar a todo lo que existe. Si estos estuvieran en su estado puro, formarían cuatro esferas (como también proponía Eudoxo) y quedarían en este orden: tierra, agua, aire y fuego. Cada uno posee un movimiento natural rectilíneo: agua y tierra descendente, fuego y aire ascendente. El movimiento del planeta proviene de una fricción a partir de la bóveda de las estrellas fijas, que hace que se mezclen los cuatro elementos y causen así generación y corrupción, es decir, dar vida o quitarla.

Cosmos de Ptolomeo

Ptolomeo observó que:

  • Los planetas realizan un movimiento retrógrado.
  • Hay cambios en la velocidad de su desplazamiento y en la intensidad de la luz.
  • Existe un movimiento diferente de los planetas y del Sol con respecto a su ecuante, que es el punto mediante el cual el Sol y los planetas deben girar de forma uniforme.

Copérnico

La cosmovisión moderna comienza en el siglo XVI con la visión heliocéntrica de Copérnico. Colocando el Sol en el centro y la Tierra girando a su alrededor, le atribuyó tres movimientos a la Tierra:

  • Rotación: Sobre sí misma, lo que explica el aparente giro de las estrellas.
  • Traslación: Alrededor del Sol, tardando un año, lo que explica las estaciones.
  • Precesión: Como una peonza, una inclinación sobre el eje.

Brahe, Kepler y Galileo

Estos tres científicos fijaron el heliocentrismo con sus aportaciones, dejando el geocentrismo invalidado.

  • Brahe: Aunque era geocentrista, sus investigaciones sobre el universo favorecieron al heliocentrismo.
  • Kepler: Definió tres leyes:
    • Ley de la elipse: El movimiento de los planetas es elíptico, y el Sol se encuentra en uno de los focos de la elipse.
    • Ley de las áreas: Una línea imaginaria que une al Sol con un planeta cualquiera recorre áreas iguales en tiempos iguales. Consecuencia: mayor velocidad cerca del Sol, menor velocidad lejos del Sol.
    • Ley armónica: Relaciona la distancia de las órbitas al Sol con la velocidad a la que se mueven. El cuadrado del periodo de un planeta es igual al cubo de su distancia media al Sol. Consecuencia: a mayor distancia, menor velocidad de desplazamiento.
  • Galileo: Puso punto final a la discusión sobre el geocentrismo. Fue el primero en utilizar el telescopio con fines científicos y descubrió las manchas solares, los cráteres lunares y las lunas de Júpiter, rompiendo con la idea de la perfección del universo. Formuló la ley de la inercia: todo cuerpo se mantiene en un estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme a menos que una fuerza neta actúe sobre él. En su Carta a Cristina de Lorena, trata el problema de la relación entre la religión y la ciencia, defendiendo la interpretación no literal de la Biblia.

Bacon y el Novum Organum

Bacon quería construir un método de descubrimiento cuya aplicación mecánica condujera a las verdaderas causas de los fenómenos, basándose en el poder de la razón y el determinismo. Su método consistía en:

  1. Recolectar y ordenar los hechos en tres tablas:
    • Instancias positivas: Casos en los que el fenómeno se halla presente.
    • Instancias negativas: Situaciones similares con el fenómeno ausente.
    • Tabla de comparaciones: Ordena los hechos en los que el fenómeno investigado se presenta en diferentes grados. Aquí se lamenta de la pobreza de la historia natural existente.
  2. Aplicar el «método de eliminación» para excluir las causas en las que el fenómeno está ausente, obteniendo así una primera aproximación o «primera vendimia».
  3. Finalmente, recurrir a «los hechos auxiliares del entendimiento», como las instancias positivas (que lo apoyan), las instancias lumínicas (el fenómeno en su forma más intensa) y las instancias sustentatorias (apoyan y refutan las hipótesis rivales). En conjunto, estas instancias constituyen un conjunto de reglas estratégicas generales del método de investigación científica contemporáneo.

Mecanicismo

El mecanicismo sostiene que la realidad puede explicarse a partir de la causalidad eficiente (materia en movimiento), sin referencia a ningún fin preestablecido que se encontrara inscrito en la naturaleza de los seres. Galileo introduce ideas básicas del mecanicismo:

  1. Distingue entre cualidades secundarias (colores, sonidos y sabores, que son subjetivos porque son meros efectos) y cualidades primarias (figura, número, tamaño y movimiento, que son objetivas y pertenecen a las cosas).
  2. Rechaza la causalidad final y las cualidades ocultas. De la causa formal, solo acepta las formas matemáticas (geométricas o cuantitativas).

Descartes

Descartes acepta el mecanicismo respecto a la res extensa en dos sentidos:

  1. Hay propiedades que atribuimos a las cosas, pero que en realidad son una consecuencia de la constitución física de nuestros sentidos (cualidades secundarias). Hay otras que realmente se encuentran en las cosas de forma clara y distinta (longitud, anchura y profundidad).
  2. En el mundo físico, todo es consecuencia de los cambios dados con anterioridad (causalidad eficiente) y no de una supuesta causalidad final de las cosas. La causalidad final es una concepción teológica, no física. Así, se rechaza la idea aristotélica de la existencia de almas o principios vitales ocultos en los seres vivos, y de formas sustanciales en los inertes.

Descartes propone cuatro reglas del método:

  1. Precepto de la evidencia: No dar asentimiento más que a aquello de lo que no se tenga ocasión de dudar.
  2. Precepto del análisis: Dividir las dificultades que se presenten en tantas partes como sea posible para solucionarlas mejor.
  3. Precepto de la síntesis: Establecer un orden en los pensamientos, apoyándonos en cuestiones simples o «naturalezas simples».
  4. Precepto de la comprobación: Realizar revisiones amplias. Además, utiliza la deducción como método de razonamiento.

También formula tres leyes mecánicas:

  1. Ley de la inercia.
  2. Ley de la dirección del movimiento: Todos los cuerpos se mueven en líneas rectas a menos que choquen con otros.
  3. Ley de la conservación del movimiento: La cantidad de movimiento se mantiene constante entre dos cuerpos que chocan, por lo cual la cantidad total de movimiento en el universo se mantiene constante.

Newton

Newton critica a Descartes en tanto que el conocimiento se nos da cuando observamos el mundo y no cerrando los ojos y meditando. La experiencia es la base del conocimiento científico y filosófico. En un plano metafísico, encontramos el problema del ser: para Descartes, existimos en cuanto pensamos; para Newton, la existencia está limitada al espacio, algo existe en cuanto ocupa un lugar y tiene extensión.

Newton creó la concepción de un universo mecánico. Se basó en los principios de Galileo sobre la caída de los cuerpos y de Kepler sobre los movimientos planetarios. Llegó a enunciar el principio de la gravitación universal: dos cuerpos se atraen con una fuerza inversamente proporcional al cuadrado de sus distancias y directamente proporcional al producto de sus masas. Expresó en forma matemática la concepción mecanicista de la naturaleza. Las ideas racionalistas de Descartes y los descubrimientos científicos de Newton revolucionaron el pensamiento de aquella época y tuvieron una gran influencia. El pensamiento religioso, como una forma de entender el universo, que había imperado hasta entonces, se resquebrajaba debido a la confianza en la razón y en la búsqueda del conocimiento basado en la investigación y no en las creencias. Esto fue el resultado de que los ilustrados aceptaran que Dios había creado el universo, pero consideraban que la religión no era adecuada para explicarlo. En cambio, creían que la ciencia era la única que podía proporcionar ese conocimiento a los hombres a través de los sentidos (experiencia).

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