Consecuencias filosóficas del evolucionismo

4.1.- Revisión del lugar del hombre en la naturaleza. En la teoría fijista la especie humana tiene un lugar especial. Incluso en la tesis creacionista de tipo religioso, se decía que el ser humano estaba hecho a imagen y semejanza de Dios, porque está dotado de inteligencia y voluntad libre. Desde la posición evolucionista, este pasa de ser el rey de la creación, a un producto más y tal vez no el último, que lucha por sobrevivir como las demás especies. Ya no hay un corte radical entre el hombre y los seres vivos. Por eso, se dice que el darwinismo, que era una de las heridas al narcisismo, como el heliocentrismo de Copérnico por hacer que la Tierra, ya no fuera el centro del universo, sino un planeta más que giraba alrededor del sol.


4.2.- El problema mente – cuerpo. Desde el darwinismo tampoco parece necesario hablar del alma, ¿es el hombre solo materia altamente organizada? ¿Podemos seguir hablando de un principio espiritual – de un alma – distinta de esa materia? El dualismo distingue cuerpo y alma, el monismo afirma que la materia es lo único existente. La conciencia solo es una función del cerebro, y los procesos psíquicos se pueden reducir a su causa física, a fenómenos físicos. ¿En qué momento de todo el proceso que conduce desde los homínidos hasta nosotros, nos habría Dios distinguido con un alma? Pero, si no hay nada espiritual ¿qué es más correcto afirmar: “tenemos un cuerpo” o “somos un cuerpo”? Desde la religión, en el momento actual, el siglo XIX rechazó el darwinismo, se acepta como hipótesis esta teoría para explicar cómo pudo formarse nuestro cuerpo, por evolución, el alma procede directamente de Dios. La teoría del diseño inteligente es la versión moderna del creacionismo religioso y sostiene que nuestra especie no existe por casualidad.


4.4.- Consecuencias éticas. En la evolución hay 3 etapas: la prebiológica, que estudia el paso de la materia inerte hasta que aparecen las primeras células; la biológica que va desde los primeros organismos unicelulares hasta la aparición del ser humano; y por último la post-biológica posibilidad de la modificación artificial de la evolución por la intervención humana: manipulación genética, clonación. Las agresiones contra el medio ambiente modifican el proceso natural. El último producto de la evolución podría poner en peligro el futuro de la vida sobre la tierra y debemos evitarlo. Otra consecuencia es el “darwinismo social”: la aplicación en el terreno social humano de las ideas de Darwin. Se ha afirmado que, igual que en la naturaleza se da la supervivencia del más apto, también en la sociedad debemos fomentar la competitividad entre nosotros, para que sobresalgan los más fuertes, inteligentes, etc., sin favorecer a los más débiles. Así la sociedad podrá avanzar más rápidamente.


El fallo de esta teoría es que confunde lo que se da en la naturaleza con lo que debe ser en la sociedad humana, y esto no se puede justificar desde el punto de vista moral. Es la falacia naturalista que ya descubrió Hume, que consiste en dar el paso ilegítimo del “es” al “deber ser”. A menudo, la mejor forma de luchar por la existencia entre nosotros es la colaboración y la ayuda mutua, en vez de la competencia salvaje. Otras consecuencias éticas han sido las prácticas de la eugenesia, o las justificaciones racistas de la superioridad de la raza aria en los nazis. Desde el pensamiento de Darwin no se puede decidir que hay unas razas superiores a otras, porque los cambios en el medio son impredecibles y por tanto, no se puede decidir antes de que ocurran quién va a ser el más apto. Desde un punto de vista puramente biológico, lo mejor es la diversidad genética para poder enfrentarnos a los cambios del futuro, lo cual es un inconveniente en la clonación. El más apto es el que sobrevive. Esto no se puede saber antes. Además, no existen razas puras hoy en día.


4.3.- ¿Finalismo determinista o puro azar? La evolución responde a un plan inteligente (tal vez a un plan divino) o si, se ha producido por azar, a partir de la acumulación de mutaciones favorables. Esto lo sostuvo Darwin al afirmar que la selección natural no actúa de forma consciente, no persigue ningún fin, ya que la selección natural no es la causa, sino la consecuencia. ¿Se puede afirmar que nuestra especie es la más perfecta? Tenemos un sistema nervioso más complejo, pero eso ¿nos convierte en los mejores? Las bacterias predominan y constituyen la forma de vida con el mayor número de especies y la mayor distribución en todo el planeta. ¿Acaso se extinguieron los invertebrados, cuando aparecieron los vertebrados? ¿O los peces cuando lo hicieron los reptiles? Los invertebrados y los peces siguieron evolucionando y diversificándose. Hemos de representarnos la vida como un árbol frondoso, donde no tiene sentido suponer que una ramita terminal, como es el ser humano, tenga que ser la meta de toda la evolución. Los dinosaurios, estaban adaptados a su medio, tan perfecta o imperfectamente como nosotros. En cualquier caso, nos resulta imposible saber el final ya que solo podemos conocer con certeza objetiva desde la experiencia y esta se da en el tiempo.

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