El Símil de la Línea: Vínculo entre Ontología y Epistemología en Platón
Mediante el símil de la línea, Platón establece una clara relación entre ontología (teoría del ser) y epistemología (teoría del conocimiento). Su objetivo es mostrar la gradación existente en los objetos según una escala que va de menor a mayor realidad, correspondiente con una graduación en el saber que podemos lograr sobre ellos.
La Línea Dividida: Mundo Sensible y Mundo Inteligible
La línea se divide en dos segmentos principales:
- La parte inferior representa el mundo sensible.
- La parte superior representa el mundo inteligible.
El Mundo Sensible
Este segmento, a su vez, se divide en dos partes:
- La inferior corresponde a las imágenes y apariencias, que son representaciones deformadas de los objetos.
- La superior alberga las cosas fabricadas, así como los seres naturales y artificiales.
Platón nos da a entender así la existencia, dentro del mundo visible, de dos niveles de realidad sensible.
El Mundo Inteligible
Este segmento corresponde a las realidades inmateriales, perfectas y accesibles únicamente por la inteligencia. También se divide en dos partes:
- La parte inferior corresponde a los objetos matemáticos, como las figuras geométricas. Estos objetos, aunque copian a los del escalón superior (las Ideas) y son más reales y perfectos que las cosas del mundo sensible, al ser copias de las Ideas, son menos reales que éstas.
- La parte superior del mundo inteligible corresponde a las Ideas, que presentan el mayor grado de realidad.
Las Ideas y los objetos matemáticos componen el mundo inteligible, el cual es imitado por el mundo sensible, resultando este último ontológicamente inferior.
Hipótesis y Axiomas: El Método Matemático Frente a la Dialéctica
En el pasaje de la línea, Platón compara las matemáticas con la dialéctica. Existen dos diferencias básicas entre el método de las matemáticas y el de la ciencia dialéctica:
- El método matemático parte de hipótesis y las toma como axiomas, es decir, como verdades evidentes que no necesitan demostración. A partir de estas hipótesis no demostradas, desciende deductivamente mediante cadenas de razonamiento hasta sus teoremas o conclusiones.
- El método dialéctico, sin embargo, también parte de hipótesis, pero no las toma como verdades definitivas que no necesitan demostración, sino como simples supuestos provisionales. Estos supuestos cumplen la función de peldaños desde los que el alma asciende dialécticamente, de idea en idea, hasta alcanzar la Idea de Bien.
La Idea de Bien: Cumbre del Mundo Inteligible y del Conocimiento
En el mundo inteligible observamos todas las Ideas, las cuales son percibidas por la inteligencia. Dentro de este mundo, la Idea de Bien se considera la idea por excelencia. Su conocimiento implica una comprensión global de la totalidad de lo real y una visión completa del orden que preside el mundo de las Ideas.
Funciones de la Idea de Bien
La Idea de Bien desempeña varias funciones cruciales:
- Función ontológica: Es la causa del ser y de la realidad de las demás Ideas.
- Función epistemológica: Es la causa de la inteligibilidad de las restantes Ideas, permitiendo que sean conocidas.
- Función ética y política: Su conocimiento es fundamental para alcanzar una vida privada sabia y recta, y para que el filósofo gobernante logre un Estado justo.
El Intelectualismo Moral
El intelectualismo moral, defendido por Platón, se puede sintetizar con la afirmación de que la virtud consiste en el conocimiento. Esta teoría consta de tres principios fundamentales:
- La virtud es conocimiento.
- El vicio es ignorancia.
- Todo ser humano desea su propio bien, pero a veces nos equivocamos y tomamos el mal por bien. El error o la ignorancia del bien son la causa del vicio y del obrar mal; nadie obra mal a sabiendas. Si alguien conoce realmente qué es la justicia, tiene que obrar justamente y no puede obrar injustamente.
Dualismo Antropológico: La Concepción Platónica del Ser Humano
Platón tiene una concepción dualista del ser humano: este es un compuesto de cuerpo y alma. Este punto de vista se conoce en filosofía como dualismo antropológico.
Platón considera la unión de alma y cuerpo como puramente accidental y, a menudo, como una carga para el alma.
El Alma
El alma se considera inmortal, inmaterial y tiene prioridad sobre el cuerpo; es lo que constituye nuestro verdadero ser. Platón llega a afirmar que el ser humano es su alma.
- La función propia y específica del alma humana es el conocimiento, y su rasgo más característico es la racionalidad.
- El alma es una realidad intermedia entre el mundo sensible y el inteligible; tiende naturalmente hacia el mundo de las Ideas, donde ha preexistido antes de unirse al cuerpo.
El Cuerpo
En cambio, el cuerpo es material y mortal. Es considerado la cárcel del alma, de la cual ésta tiende a liberarse.
- Es una fuente constante de apetitos y deseos.
- El cuerpo inclina al alma hacia la posesión de lo material, al mundo de las cosas sensibles, y provoca la ambición.
- El cuerpo arrastra al alma hacia lo sensible, donde jamás encontrará ni la virtud ni el conocimiento verdadero.
Las Partes del Alma y sus Virtudes Correspondientes
Platón establece una división del alma en tres partes: racional, irascible y apetitiva. Cada una de estas partes se relaciona con una función específica del alma y posee una virtud característica.
División Tripartita del Alma
- Parte racional (nous, logos): Es la sede de la inteligencia y tiene naturaleza divina. Es exclusiva del ser humano y su función es conocer y gobernar a las otras partes.
- Parte irascible (thymós): Es la fuente de las pasiones nobles y las emociones humanas, como el coraje y la ambición. Se sitúa en el pecho.
- Parte apetitiva (epithymía): Es la fuente de los apetitos y deseos materiales del ser humano, como el hambre, la sed y el deseo sexual. Se sitúa en el vientre.
Las partes irascible y apetitiva son irracionales y están estrechamente unidas al cuerpo, influyendo en sus inclinaciones.
La Justicia en el Alma y las Virtudes Cardinales
La virtud principal del alma es la justicia. En el alma humana, como hemos visto, chocan entre sí la razón, las pasiones y los deseos. Sin embargo, existe una jerarquía natural en el alma según la cual la parte racional debe dirigir y gobernar la parte irascible y la parte apetitiva.
La justicia en el alma consiste en respetar este orden jerárquico: que la razón gobierne las pasiones fogosas de la parte irascible y las utilice para gobernar los deseos de la parte apetitiva. Es entonces cuando hay concordia y armonía en el alma.
A cada parte del alma le corresponde una virtud:
- La virtud propia de la parte racional es la sabiduría o prudencia (sophía, phrónesis).
- La de la parte irascible es la valentía o fortaleza (andreía).
- La de la parte apetitiva es la templanza o moderación (sophrosyne).
El alma justa es para Platón aquella que refleja el orden ontológico, la justicia o armonía que gobierna en el orden del ser.
Educación y Política: La Propuesta Platónica del Filósofo Gobernante
Platón, en su obra La República, explica que todos los gobiernos de su época se encuentran, en su opinión, mal gobernados.
La Propuesta Política del Filósofo Gobernante
La propuesta política de Platón es el resultado de aplicar el intelectualismo moral al ámbito político. Sostiene que solo pueden ser individuos buenos y justos aquellos que saben en qué consisten la justicia y la bondad. Por lo tanto, el gobierno debe estar en manos de aquellos que han alcanzado este conocimiento: los filósofos gobernantes, ya que la filosofía es la que proporciona el conocimiento de las Ideas de Justicia y de Bien.
El Papel Fundamental de la Educación
Pero para poder llevar a cabo dicha propuesta, son necesarios dos elementos clave:
- Seleccionar a los individuos con las mejores naturalezas, es decir, aquellos con mayor capacidad para el aprendizaje y la virtud.
- Potenciar sus cualidades mediante un riguroso y prolongado proceso de educación.
El filósofo gobernante deberá practicar la dialéctica, la ciencia suprema que permite el ascenso hasta la Idea de Bien. Para Platón, la educación está al servicio de la política y del bien común, y tiene como misión formar un grupo selecto de personas sabias y justas, destinadas a guiar a la sociedad hacia la armonía y la felicidad.