Comparación Nietzsche Platón

Hoy en día, parece que hemos depositado en la ciencia todas nuestras expectativas de verdad y conocimiento y que la filosofía juega aquí un mero papel secundario. Pero no podemos olvidar que gran parte del Siglo XX ha sido también el escenario de la dictadura “tecnocientífica”, que, a fin de cuentas, es otra verdad parcial erigida en un nuevo “ídolo”. La crisis del proyecto ilustrado, tan destacada por los posmodernos, encontró ya en la obra de Nietzsche una clara oposición. Según el mismo Nietzsche, nada cambia si sustituimos a Dios por otras grandes palabras, sean éstas las de Razón, Progreso o Humanidad, pues el fondo del problema permanece invariable: El Nihilismo, ya en la desesperada búsqueda de un sentido que nos Oriente, es un rasgo permanente de nuestra cultura. Finalmente, hay que hacer constar que el valor de la obra de Nietzsche radica precisamente en sus contradicciones, tan parecidas a las nuestras. Nietzsche ha puesto de relieve como nadie la hipocresía de la moral occidental y nos ha invitado a desarrollar nuestros impulsos creadores. Pero también dejó escritas rotundas y solemnes frases en las que manifiesta su desprecio por otros valores que también forman parte de la “vida”. Su elitismo, su falta de sensibilidad ante los problemas sociales y políticos de su tiempo, son claras lacras en alguien que pretendíó analizar a fondo los “problemas modernos”. Sus incoherencias y contradicciones nos revelan a un ser humano que se debatía consigo mismo y con su época: solo entre la gente pero buscando, el reconocimiento y aprecio de los demás.


La filosofía platónica a sido considerablemente criticada por el filósofo Nietzsche. Platón, con su dualismo ontológico (división y separación del ser o realidad en sensible e inteligible) afirma que la única realidad verdadera es el ámbito inteligible, porque es el único universal, necesario, inmutable e independiente de los sujetos. El mundo sensible, aparente, es un ámbito de segundo orden, consecuencia del inteligible del que recibe su esencia gracias a la participación. Nietzsche rechaza la contraposición platónica entre el mundo verdadero o suprasensible y mundo aparente o sensible. Para él esto es un ataque contra la vida. Considera que el mundo trascendente no existe y que lo inventó Platón para devaluar el mundo sensible. Cree que el único mundo existente es el nuestro, terrenal, sensible, en el que realmente vive el hombre. Por ello concluye Nietzsche que la cultura occidental está viciada desde su origen, desde Sócrates, y especialmente gracias a Platón, con el que nace la sobrevaloración de lo racional, de lo conceptual, en detrimento de la vivencia inmediata, de la pasión, de la creatividad, etc. La filosofía platónica, que según Nietzsche es una negación de la vida, trae consigo el dogmatismo tanto a la filosofía como a la moral, religión, etc. Para la filosofía platónica la verdad es universal y necesaria y descansa sobre lo inteligible. Del mundo sensible, según Platón, sólo es posible una opinión, conocimiento no verdadero. La filosofía platónica pone el ser, la verdad, en lo ideal, fijo , eterno. Esto es algo que Nietzsche critica afirmando que con Platón la metafísica inicia un proceso de inmovilización de la realidad ontológica, del ser. La razón, para Nietzsche, inmoviliza, paraliza, cosifica lo que es el devenir. Por ello, la metafísica refleja un mundo al revés pues habría que partir no de conceptos (ideas como afirma Platón) sino de intuiciones de lo sensible y cambiante, que es lo auténticamente real. Esta es la razón por la que Nietzsche ataca los principales conceptos metafísicos considerándolos como engaños gramaticales o del lenguaje.

También se opone a la moral, porque ataca a la vida.

Nietzsche considera que el error fundamental de toda la metafísica desde Sócrates está en la invención de un mundo racional y la desvalorización de lo opuesto a ese mundo racional, La crítica de Nietzsche a la metafísica occidental se concreta, en los siguientes aspectos: 1. Rechazar los conceptos básicos de la metafísica tradicional: La invención del mundo racional trae consigo la invención de los conceptos básicos de toda la metafísica tradicional: esencia, substancia, unidad, alma, Dios, yo, identidad…; estas entidades son puras ficciones y constituyen el núcleo de lo que Nietzsche llama “platonismo”. 2. Desenmascarar el origen psicológico de la metafísica: la metafísica es un signo de determinadas tendencias antivitales, de tendencias guiadas por un instinto de vida decadente y contrario al espíritu griego anterior. La raíz moral que motivó la aparición de la filosofía platónica fue el temor a la mutación, la muerte y la vejez, lo que le condujo a inventarse un mundo en donde no estén presentes dichas categorías. 3. Criticar el papel de la razón: La razón es inútil a la hora de explicar el mundo en constante devenir porque lo único que puede usar son conceptos. Éstos son estáticos e inmutables, de ahí  que Nietzsche critique a los filósofos por su “egipticismo”, 4. Advertir del peligro del lenguaje: La más perniciosa de las ilusiones que fomenta el lenguaje es la identidad. El engaño consiste en lo siguiente: a) la mayoría de las frases de nuestro lenguaje tienen la estructura sujeto-predicado, estructura que nos hace creer que existen realidades sustanciales. Creemos erróneamente que existen sustancias estables e idénticas a sí mismas. B)  El lenguaje favorece también, por lo tanto, la creencia en la existencia de esencias, de naturalezas universales. 5. Proponer un nuevo concepto de “verdad”: Dentro del ataque de Nietzsche al platonismo, cabe resaltar su rechazo al concepto de Verdad. La Verdad es la mentira por antonomasia de la Razón.No hay «verdades en sí», Nietzsche defiende así una concepción de la verdad que él mismo llama perspectivismo. También se podría llamar pragmatismo, ya que una idea cualquiera sólo es «verdadera» si tiene algún valor para la vida.

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