Agustín de Hipona» «Dios creador

6. Dos interpretaciones de la Creación: Agustín de Hipona y Tomás de Aquino


Agustín de Hipona:
Se solucionar un problema afirmando que estas Ideas no eran entidades independientes, como afirmaba Platón sino los contenidos de la mente divina. Esto le sirvió también para explicar la existencia del mundo, la relación entre el mundo y Dios y la naturaleza del mundo: el mundo ha sido creado (producido de la nada) por Dios según los modelos (Ideas) de su mente en un acto voluntario y libre, en un ejercicio de su omnipotencia. La creación implica que las cosas del mundo son contingentes, proceden y dependen de Dios. Dios es un ser necesario: el mundo tiene la razón de ser en Dios, y la razón de ser de Dios es él mismo.
Agustín hizo uso de una interpretación platónica: Dios-Bueno produce el mundo según las Ideas. Por lo tanto, Dios podía crear el mundo o no crearlo, pero, si el creaba, debía hacerlo tal como es, no porque no pudiera hacerlo de otra manera sino porque lo hizo siguiendo el modelo de sus Ideas. Tomás de Aquino: En la explicación de la creación, Tomás hizo uso del concepto de participación de la tradición platonicoaugustiniana: todos los seres que han llegado a la existencia por la acción creadora de Dios son en tanto que participan de Dios . La participación no supone, sin embargo, que el ser de Dios y el ser de las criaturas sean de idéntica naturaleza: cuando hablamos del ser de Dios y del ser de las criaturas, lo decimos de manera analógica: el ser de Dios es simple y necesario, y el ser de las criaturas es compuesto y contingente. La idea de la participación de las criaturas en el ser del creador y la de una creación según modelos (Ideas) fueron consideradas peligrosas en su tiempo debido a que fácilmente se insinuaban el necessitarisme y el intelectualismo griegos , que son contrarios a la tesis cristiana según la cual el mundo es contingente y fruto de una decisión libre de Dios: si Dios creó según las Ideas. Tomás concebía al ser humano a la manera aristotélica, pero que tenía que hacer equiibris para mantener se tesis cristianas. Consideraba el alma como forma del cuerpo, y que una y otra constituían una sustancia única. Tuvo que admitir, sin embargo, la posibilidad de que el alma subsistiera sola para salvar la inmortalidad y la resurrección al final de los tiempos.

8. Agustín de Hipona: temporalidad e historicidad

De la consideración agustiniana sobre la creación y la naturaleza humana nacíó un nuevo ámbito de reflexión que inauguraría Agustín: el de la temporalidad y la historicidad. Con la creación comienza el tiempo, donde no había principio ni fin, en creación y la historia cristiana de salvación, hay unos momentos privilegiados. En cuanto al ser humano, el cristianismo agustiniano aporta el descubrimiento del yo, que va ligado a la consideración del tiempo y de la historia. Con el descubrimiento de la temporalidad, nacíó la conciencia de la historicidad: Agustín, con La ciudad de Dios inicia el que se ha llamado la filosofía de la historia (teología de la historia). La de Dios es la de quienes aman a Dios hasta el desprecio de sí mismos, la del mundo es la de los que se aman a sí mismos hasta el desprecio de Dios.

10. El problema del mal en san Agustín


Todo pensamiento religioso, sobre todo el monoteísta, tiene en la existencia del mal, físico y moral, uno de los problemas más graves a que debe dar explicación: si Dios es bueno, por qué permite el mal ? Si se renuncia a la filosofía, entonces no hay nada que contar: todo lo que sucede en el mundo y el mundo mismo dependen absolutamente de la voluntad de la divinidad, los designios de la que son inalcanzables para la razón humana. El bien es aquello que tiene de positivo toda realidad.Todos los seres, en tanto que son creados por Dios, son buenos, el mal es considerado como privación del bien: es malo lo que debería ser de una cierta manera y no lo es. Cualquier respuesta positiva a la pregunta sobre el mal haría Dios responsable, en último término, de la realidad del mal. Desde este punto de vista, sólo puede hablarse de mal moral: el pecado. El llamado mal físico sólo expresa una perspectiva parcial e inadecuada del cosmos, porque todo en el mundo ha sido dispuesto de tal manera que muestre su armónía y, por contraste, se hagan patentes la perfección y la bondad de la creación de Dios. El pecado, es producido por la voluntad que, en lugar de orientarse hacia lo que le corresponde por su naturaleza, se encamina capa aquel cosas de categoría menor. El complejo tema del mal se complica con más dificultades aún cuando se mezcla con el del pecado original, la redención y la gracia. Se trata del pecado original que merma las posibilidades de la voluntad humana de elegir el bien haciendo uso de su libertad. Agustín atacó con contundencia las ideas de Pelagio y en afirmar que en Adán, pecaron todos los humanos por lo que estos a pesar de ser libres están totalmente inclinados a escoger el mal. En esta cuestión, como en tantas otras, propias de la filosofía religiosa, estamos enfrentados a una última raíz del problema, inalcanzable para la razón humana.

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