La Epistemología: Teoría del Conocimiento
La epistemología o teoría del conocimiento es la rama de la filosofía que se encarga de examinar las cuestiones relativas al conocimiento: ¿qué es eso de “saber” algo?, ¿de qué herramientas disponemos para adquirir conocimiento de las cosas?, ¿qué grado de fiabilidad nos proporciona cada una de esas herramientas?, ¿qué tipos de conocimiento existen? y ¿si hay o no límites para nuestra capacidad de conocer lo que hay?
El conocimiento es una explicación de la realidad que nos permite entenderla mejor, comprender sus causas y poder predecir algunas de sus consecuencias. Se considera el conocimiento como una forma de relación entre un sujeto y un objeto: conocer es lo que tiene lugar cuando un sujeto capta un objeto.
Grados de Conocimiento
- Opinión: Es una apreciación subjetiva de la que no podemos decir que estemos seguros y que tampoco podemos probar ante los demás. Suele ser una valoración de la realidad.
- Creencia:
- Uso dubitativo: Expresa que no estamos realmente seguros de la verdad de lo que afirmamos; que albergamos dudas acerca de su cumplimiento.
- Uso asertivo: Hablamos de creencia cuando estamos seguros de algo, aunque no tengamos suficientes pruebas para demostrarlo. Esta incapacidad para justificar nuestras creencias es lo que las distingue del auténtico conocimiento.
Herramientas del Conocimiento
Las herramientas del conocimiento reciben el nombre de facultades cognitivas:
- Percepción: Nos permite construir representaciones de la realidad, pues nos pone en contacto con ella mediante los sentidos, a los cuales unifica.
- Memoria: Nos permite retener los datos que la percepción nos aporta.
- Imaginación: Es reproductora, pues nos permite traer a la mente las imágenes y los datos de la percepción y la memoria, pudiendo de este modo representarnos la realidad; además, es creadora, constituye nuestra capacidad para generar representaciones nuevas a partir de las que se basan puramente en la percepción.
- Inteligencia: Es la capacidad de procesar información y comprenderla, así como de resolver problemas. Se apoya en la capacidad simbólica, esto es, en el uso del lenguaje articulado y la abstracción mental.
La abstracción es el proceso por el cual formamos conceptos y los empleamos.
La Posibilidad del Conocimiento
Diversas posturas filosóficas abordan la posibilidad de alcanzar un conocimiento firme:
- El Dogmatismo: Sostiene que podemos adquirir conocimiento seguro y universal y tener absoluta certeza de ello. Hay, además, progreso en el conocimiento, de modo que cada vez sabemos más cosas.
- El Escepticismo: En oposición al dogmatismo, el escepticismo moderado duda que sea posible un conocimiento firme y seguro, mientras que el escepticismo radical llega a negar esa posibilidad.
- El Criticismo: El conocimiento es posible, pero nunca es definitivo, sino que debe estar sujeto a constantes revisiones y críticas.
- El Relativismo: No es posible un conocimiento objetivo y universal. No hay verdades absolutas, solo opiniones particulares.
- El Perspectivismo: Cada sujeto conoce la realidad desde un punto de vista parcial, que no es falso, pero no recoge la realidad en su totalidad. Para saber si hay una verdad absoluta, deberíamos reunir todos los puntos de vista.
Características de la Ciencia
La ciencia se distingue por una serie de rasgos fundamentales:
- Racional: Conocimiento superior, elaborado por la razón y guiado por la lógica. La ciencia es un sistema de conocimientos racionales en el que se deducen conclusiones a partir de datos o premisas y se explican hechos o procesos naturales y mentales a través de demostraciones y/o empíricas. El conocimiento científico es un conocimiento racional de hechos y procesos naturales o mentales.
- Objetivo: Se acerca a la realidad del objeto explicándolo exhaustivamente.
- Sistemático: Es ordenado de lo simple a lo complejo y se expresa en una teoría coherente. Las ciencias son conjuntos sistemáticos de enunciados que forman estructuras en las que sus elementos se interrelacionan y se condicionan mutuamente.
- Metódico: Utiliza procedimientos, medios e instrumentos para descubrir el conocimiento verdadero. El uso del método hipotético-deductivo es un criterio de demarcación mayoritariamente aceptado en la comunidad científica.
- Verificable: Está sujeto a comprobación, utilizando métodos especiales como la experimentación y la demostración. La demostración lógica o empírica es la ley de oro de la verdad científica. Ningún enunciado puede adquirir rango de científico si no puede demostrar su validez lógica o empíricamente.
- La demostración lógica consiste en inferir coherentemente una conclusión de una o más premisas previamente establecidas.
- La demostración empírica consiste en elaborar enunciados generales inductivamente y deducir de ellos consecuencias particulares para comprobar a través de la observación si se ajustan o no a los hechos de la realidad.
El Método Hipotético-Deductivo
Este método combina la referencia a los datos empíricos de la inducción con la generalidad y la consistencia de la deducción. Consta de los siguientes pasos:
- Observación de la realidad y definición del problema: Se inicia con el descubrimiento de una situación problemática para el ser humano.
- Formulación de hipótesis: Se propone una explicación posible, que debe ser coherente y conforme con la actitud científica: rigurosa, neutra y contrastable.
- Deducción de consecuencias: Mediante el método deductivo, se extraen las consecuencias que tendría la hipótesis si fuese verdadera.
- Contrastación de la hipótesis: Se comprueba si se cumplen o no las consecuencias previstas. Es necesario recurrir a la observación de la realidad y a la experimentación. Sin embargo, como no podemos comprobar todos los casos, a partir de un número suficiente de estos cuidadosamente seleccionados podremos comprobar la validez de la hipótesis.
- Refutación de hipótesis: Cuando no se cumplen las consecuencias previstas, hay que rechazar la hipótesis y empezar de nuevo el proceso.
- Confirmación de hipótesis: Cuando se cumplen las consecuencias previstas, la hipótesis queda confirmada.
- Obtención de resultados: Se formula una nueva hipótesis o se confirma una ya propuesta.
Las Explicaciones Científicas
Una explicación científica es la respuesta a un interrogante planteado a partir de un suceso particular. Para que sea científica, esta respuesta ha de ser comprensible y clarificadora de la realidad.
Ernest Nagel clasificó los tipos de explicación científica en los cuatro siguientes:
- Deductiva: La conclusión se deduce de leyes generales. Este tipo de explicación es propia de las ciencias naturales (física) y formales (matemáticas, lógica).
- Probabilística: Busca los factores que probablemente han causado el fenómeno. Este tipo de explicación es propia de las ciencias humanas (sociología, psicología,…) y, también, de la medicina.
- Teleológica: Recurre a la finalidad y los medios con que se ha llevado a cabo la acción. Este tipo de explicación permite aclarar hechos históricos o comportamientos humanos, en general.
- Genética: Se remonta al origen del fenómeno. Este tipo de explicación es propia de la historia, pero también de las ciencias naturales, cuando, por ejemplo, tratan de dilucidar fenómenos como la existencia de nitrógeno en la atmósfera.
Rasgos Fundamentales de la Investigación Científica
Respecto a la investigación científica, se plantean interrogantes clave:
- ¿Qué se investiga? Casi todo puede ser objeto de una investigación científica.
- ¿Quién investiga?
- ¿Cómo se investiga? En la ciencia se exige un método riguroso, basado fundamentalmente en el uso de la razón y en los datos proporcionados por la experiencia.
- ¿Para qué se investiga? El objetivo de la ciencia es, en general, doble: por un lado, lograr un conocimiento mejor de lo que nos rodea, satisfaciendo de ese modo nuestra curiosidad; por otro lado, aplicar ese conocimiento para controlar a nuestro favor lo que ocurre en la naturaleza.
7.1. El Principio de Razón Suficiente
En general, la metafísica occidental ha considerado que la realidad puede ser entendida, precisamente porque en el universo hay un orden. Más aún, este supuesto es el punto de partida de la filosofía occidental, que habría surgido en Grecia en el siglo VI a.C., enfrentada a las creencias religiosas que aparecen reflejadas en las narraciones mitológicas (y que vemos reproducirse en la religiosidad popular hasta nuestros días). En los mitos, el universo está regido por la caprichosa voluntad de los dioses. En un universo así, cualquier orden puede ser trastocado por los dioses, y lo único que cabe es invocarlos para que nos sean propicios. Con el nacimiento de la filosofía, el orden es entendido en términos de necesidad y regulado por la razón.
La formulación “más fuerte” de la inteligibilidad del ser o la realidad es el llamado principio de razón suficiente. Según este principio, todo lo que es existe de una manera determinada y no de otra por alguna razón. Nada ocurre al azar o de manera gratuita; por lo tanto, el universo está sometido a un orden racional necesario.
Como la razón de la existencia de una cosa será otra y así sucesivamente, se ha supuesto que habría una razón última, que sería la razón suficiente de todo lo demás, y a lo que se llama Dios. Este argumento está en Aristóteles, en Tomás de Aquino o en Leibniz. En el caso de la teología cristiana y la filosofía moderna, el orden racional del mundo depende en último término de Dios, que es quien lo ha establecido y en el que se sustenta, y por lo tanto la justificación última de la inteligibilidad de la realidad es de carácter transcendente (Dios está fuera del mundo que se trata de entender).
7.2. El Principio Antrópico
Desde la ciencia, en especial desde la astrofísica o cosmología, se ha propuesto una justificación inmanente del carácter inteligible del universo. En el universo observamos un orden. Si podemos entenderlo, entonces el universo está constituido de tal manera que debe poseer las propiedades que permitan la existencia de observadores. Dicho de otro modo, sería absurdo que existieran observadores en el universo y esos observadores no pudieran entenderlo. A esto es a lo que se ha denominado principio antrópico, formulado en los años sesenta del siglo pasado, y que Stephen Hawking asume en su famosa obra Breve historia del tiempo. Si el universo fuera incompatible con nuestra capacidad de entenderlo, ni siquiera podríamos haber existido.
