Los Filósofos Presocráticos: Del Mito a la Razón
Los filósofos presocráticos fueron los primeros pensadores griegos (siglos VII–V a.C.) y preceden a **Sócrates** y **Platón**. Buscaban explicaciones racionales del mundo, dejando atrás los mitos. Aunque de sus obras solo quedan fragmentos, su influencia en la filosofía posterior fue enorme.
Características generales de la filosofía presocrática
- **Transición del mito al pensamiento racional**.
- Aún usan un lenguaje poético y referencias divinas, pero intentan explicar la realidad con la razón.
- Interés por la **naturaleza** (*phýsis*). Estudian el origen y funcionamiento del cosmos, no cuestiones morales o políticas.
- Búsqueda del principio de todo (*arkhé*). Intentan descubrir qué elemento o ley común origina y gobierna todo lo que existe. El *arkhé* es el principio constitutivo, causal y legal del universo; algo eterno, ordenado y, a menudo, divino.
Pensadores clave
Parménides de Elea
Para Parménides, la auténtica realidad es **una, eterna, indivisible e inmóvil**. Solo lo que es puede pensarse o existir; el **no-ser** es imposible. Por eso, el cambio, la multiplicidad o el movimiento son ilusiones de los sentidos. El ser verdadero es único, inmutable y perfecto. Distingue así entre *apariencia* (lo que percibimos) y *realidad* (lo que realmente es).
Heráclito de Éfeso
Heráclito sostiene lo contrario: todo **cambia**. El universo es un flujo constante, como un río o el fuego. Todo se transforma por la lucha de contrarios (vida/muerte, día/noche…). Sin embargo, ese cambio no es caótico, sino que obedece a una ley universal o **logos**, que mantiene el orden y la armonía. Aunque a los humanos el mundo nos parece múltiple, para la razón divina todo es uno.
Platón: La Teoría de las Ideas y el Estado Justo
1. Platón y su época
Platón, junto con **Aristóteles**, es uno de los filósofos más importantes de la Antigüedad. Sus obras, escritas casi todas en forma de diálogos con Sócrates como protagonista, abordan temas como la realidad, el conocimiento, el bien, la justicia y la belleza. Su influencia ha sido enorme: se dice que toda la filosofía posterior es “con Platón o contra Platón”.
Nació en **Atenas** entre los siglos V y IV a.C. (427-347 a.C.), en una época de crisis tras la derrota de Atenas frente a Esparta. Vivió la tiranía instaurada por algunos de sus familiares y, decepcionado por la injusticia tanto de la tiranía como de la nueva democracia —especialmente tras la condena a muerte de Sócrates—, decidió apartarse de la política y dedicarse a la filosofía. Platón creía que solo los **sabios** podían gobernar justamente y que el caos moral de Atenas era resultado de la influencia relativista de los **sofistas**. Su objetivo fue, por tanto, demostrar que el conocimiento del bien y la justicia verdaderos es posible y necesario para regenerar la sociedad. Viajó a Siracusa (Sicilia) con la intención de aplicar sus ideales políticos, pero fracasó repetidamente. De regreso a Atenas, fundó su escuela, la **Academia**, donde enseñó filosofía hasta su muerte.
2. La Teoría de las Ideas
Es la parte más importante de su pensamiento y una de las más influyentes de toda la historia de la filosofía.
2.1. El mundo sensible y el mundo inteligible
Platón distingue dos niveles de realidad:
- El **Mundo sensible**, accesible por los sentidos, formado por cosas materiales que cambian y son imperfectas.
- El **Mundo inteligible**, solo accesible mediante la razón, formado por las **Ideas** o Formas, realidades eternas, inmutables e incorpóreas.
Las cosas sensibles son copias o reflejos de las Ideas, y dependen de ellas para existir. Por eso, para Platón, las Ideas son más reales que los objetos del mundo físico.
2.2. Cómo llega Platón a la existencia del mundo inteligible
Para que algo exista o pueda conocerse, debe ser estable y uno. Como en el mundo sensible todo cambia y se divide, debe existir otro mundo donde las cosas sean estables y unitarias: el de las Ideas. Las Ideas no son productos mentales, sino **realidades objetivas, eternas e independientes**. Solo la razón puede captarlas.
2.2.1. Las Ideas como objeto del conocimiento
Cuando queremos saber qué es algo (por ejemplo, un caballo o la bondad), no basta con señalar ejemplos; necesitamos conocer qué hace que algo sea eso. Esa esencia común es la Idea o Forma. Conocer algo significa reconocer si se ajusta a su Idea. Las Ideas no son cosas materiales ni pensamientos cambiantes: existen en un plano aparte, el mundo inteligible, y son realidades objetivas y eternas.
2.2.2. Las Ideas como el ser de las cosas
Las cosas sensibles existen y son lo que son gracias a las Ideas, que les dan unidad y estabilidad. Sin ellas, todo sería cambiante e ininteligible. Por tanto, las Ideas son el ser mismo de las cosas, su identidad esencial. El mundo inteligible es el **verdadero mundo real**, sin el cual el mundo sensible ni siquiera podría existir.
2.3. Grados de realidad y tipos de Ideas
Platón distingue cuatro niveles de realidad:
- **Imágenes**: simples representaciones mentales.
- **Objetos físicos**: que existen en el mundo sensible.
- **Ideas o Formas**: esencias permanentes de los objetos.
- **Idea de Bien**: el más alto grado, causa y modelo de todas las demás.
Cada nivel confiere un grado superior de unidad y permanencia al inferior. Las Ideas abarcan distintos tipos: algunas son muy generales (como *ser*, *identidad*, *diferencia*) y otras particulares (como la Idea de *caballo*, de *belleza* o de *justicia*).
La **Idea de Bien** ocupa el lugar supremo. Platón la compara con el sol: ilumina las demás Ideas, haciéndolas cognoscibles y otorgándoles existencia. Representa la perfección absoluta, el modelo de toda realidad y de todo conocimiento.
2.4. Relación entre las Ideas y las cosas
Platón reconoce que explicar la relación entre dos mundos tan distintos (el sensible y el inteligible) es complejo, por eso utiliza metáforas. A veces dice que las cosas **participan** de las Ideas, como si estas fueran modelos de los cuales los objetos son copias. En el diálogo *Timeo*, habla de un dios artesano —el **demiurgo**— que da forma a la materia imitando las Ideas. El alma humana sirve como puente entre ambos mundos: conoce las Ideas y, al proyectarlas sobre el mundo sensible, da unidad e identidad a las cosas.
2.5. La Teoría de las Ideas en el Mito de la Caverna
En el mito de la caverna, el interior simboliza el **Mundo sensible** y el exterior el **Mundo inteligible**. Las sombras representan las imágenes; los objetos que las producen, las cosas físicas; y el mundo exterior, las Ideas. El sol, que ilumina todo, simboliza la **Idea de Bien**, causa del ser y del conocimiento. El ascenso del prisionero hacia la luz representa el proceso de conocimiento: desde la ignorancia y la apariencia hasta la comprensión racional y la contemplación de la verdad.
3. El Alma Humana
El ser humano es una unión de alma y cuerpo (**dualismo antropológico**). El alma es el principio vital, lo que mueve y ordena al hombre. Platón la compara con un carro guiado por un auriga (la razón) y tirado por dos caballos.
3.1. Los tres elementos del alma
En el alma equilibrada, la razón gobierna con ayuda de la voluntad sobre los deseos. Según cuál de estas partes predomine, los hombres pueden ser más racionales, valientes o pasionales:
- **Parte racional** (el auriga): la inteligencia, que debe gobernar.
- **Parte irascible** (caballo noble): la fuerza de voluntad, el coraje.
- **Parte concupiscible** (caballo indómito): las pasiones y los deseos.
3.2. El alma como realidad intermedia y el amor platónico
El alma pertenece al mundo de las Ideas, pero está atrapada temporalmente en el cuerpo. Al contemplar las cosas del mundo, el alma recuerda las Ideas y anhela regresar a su origen. Ese deseo de unión con lo perfecto es el **amor platónico**, una fuerza que eleva desde lo material (la belleza física) hacia lo espiritual (la belleza moral e intelectual) hasta alcanzar la Idea de Bien. Así, el alma, al reconocer las Ideas, recobra su naturaleza divina y eterna.
3.3. El alma en el Mito de la Caverna
El mito refleja el ascenso del alma desde la ignorancia y la esclavitud del cuerpo hasta la contemplación del Bien. Los prisioneros encadenados simbolizan el alma sometida al mundo sensible; su liberación representa el conocimiento progresivo. Ese proceso también simboliza la **educación**: la liberación y perfeccionamiento del alma.
4. El Conocimiento
4.1. Opinión y ciencia
Frente al relativismo sofista, Platón defiende que es posible un conocimiento objetivo. El conocimiento sensible, basado en los sentidos, produce solo **opiniones** (*doxa*), porque el mundo físico cambia constantemente. El conocimiento racional, en cambio, permite alcanzar verdades objetivas y universales, pues se dirige a las Ideas, que son inmutables. Por tanto, el conocimiento verdadero es la **ciencia** (*episteme*).
4.2. Cuatro tipos de conocimiento
Platón distingue cuatro formas de conocer, que se corresponden con los cuatro grados de realidad:
- **Imaginación** (*eikasía*): percepción de imágenes o sombras, sin distinguirlas de la realidad.
- **Creencia** (*pístis*): conocimiento de las cosas físicas tal como se perciben.
- **Razonamiento** (*diánoia*): conocimiento científico, que usa hipótesis e ideas generales para explicar los hechos.
- **Inteligencia** (*noesis*): conocimiento filosófico o dialéctico, que capta las Ideas puras y culmina en la contemplación del Bien.
4.3. Conocer es recordar: la teoría de la reminiscencia
Para Platón, conocer las Ideas no significa aprender algo nuevo, sino **recordar** lo que el alma ya sabía antes de encarnarse. El alma, al nacer, olvida las Ideas que contempló en el mundo inteligible, pero al ver sus copias en el mundo sensible las recuerda. Por eso, educar no es transmitir conocimiento, sino ayudar al alma a “recordar” y volver su mirada hacia la verdad. Esta es la teoría de la *anámnesis* o **reminiscencia**.
4.4. La teoría del conocimiento en el Mito de la Caverna
El mito simboliza los tipos de conocimiento:
- Las sombras: imaginación.
- Los objetos dentro de la caverna: creencia.
- El mundo exterior: conocimiento racional (primero científico, luego filosófico).
- El sol: la Idea de Bien, fuente de toda verdad y conocimiento.
El prisionero que asciende hasta el exterior representa el alma que se libera de la ignorancia mediante la educación filosófica.
5. La Ética
5.1. La armonía o justicia en el alma
La ética estudia cómo debe vivir el alma para alcanzar la virtud y la felicidad. Cada parte del alma tiene su virtud propia:
- La parte concupiscible (los deseos): **moderación** o templanza.
- La parte irascible (voluntad): **valor** o coraje.
- La parte racional (inteligencia): **sabiduría**.
La **justicia** es la armonía entre las tres, cuando la razón gobierna con ayuda de la voluntad sobre los deseos. Así, la vida justa y buena consiste en ordenar el alma según la razón. Como en Sócrates, la virtud depende del conocimiento: nadie puede ser justo sin saber qué es la justicia.
6. La Política: El Estado Ideal y la Educación
La filosofía política de Platón, expuesta en *La República*, está estrechamente vinculada con su ética y su teoría del alma.
6.1. El origen del Estado y su estructura
El ser humano solo puede desarrollarse plenamente en sociedad, pues necesita de los demás para vivir y educarse. Por eso, la ética y la política son inseparables: una sociedad justa forma ciudadanos justos, y viceversa. Platón compara el alma con la ciudad: así como el alma tiene tres partes, la sociedad tiene tres clases:
- **Productores** (artesanos, campesinos, comerciantes): equivalen a la parte pasional; su virtud es la templanza.
- **Guardianes o auxiliares** (soldados): equivalen a la parte irascible; su virtud es el valor.
- **Gobernantes** (filósofos): representan la razón; su virtud es la sabiduría.
6.2. El Estado ideal
La justicia social se logra cuando cada clase cumple su función con virtud y sin interferir en las demás. Por tanto, el régimen ideal es una **aristocracia de los sabios**, el “gobierno de los mejores”. Platón sostiene que la sociedad será justa cuando los **filósofos gobiernen** o los gobernantes filosofen, pues solo quien conoce el Bien puede gobernar en favor de todos.
6.3. La educación
El instrumento principal del gobierno justo es la **educación**, no la ley ni el castigo. Un Estado bien gobernado forma ciudadanos virtuosos mediante un sistema educativo común, obligatorio y público, el primero de la historia. La educación tiene dos etapas:
Etapa 1: Educación general (hasta los 20 años)
Incluye música, poesía, gimnasia, lectura y ciencias básicas, con el fin de formar el carácter moral.
Etapa 2: Educación superior (de 20 a 50 años)
- De los 20 a los 30: estudio teórico de las ciencias (aritmética, geometría, astronomía, armonía).
- De los 30 a los 35: formación filosófica (**dialéctica**).
- De los 35 a los 50: experiencia política práctica.
A los 50 años, los más sabios gobiernan, y lo hacen por deber, no por ambición, devolviendo a la sociedad lo que esta les ha dado. Los guardianes y gobernantes viven con austeridad, sin bienes ni familia propia.
6.4. Los estados anómalos: timocracia, oligarquía, democracia y tiranía
Cuando las clases sociales no cumplen su función, la sociedad se corrompe. Platón describe la degeneración de los regímenes:
- La **timocracia** (gobierno de los guerreros) degenera en…
- La **oligarquía** (gobierno de los ricos), cuando los más fuertes se dejan dominar por la ambición y la riqueza, que a su vez degenera en…
- La **democracia** (donde gobierna el pueblo), que degenera en tiranía por exceso de libertad y relativismo moral.
- La **tiranía** es el peor régimen, porque impone por la fuerza los intereses de un solo individuo.
6.5. La teoría política y educativa en el Mito de la Caverna
Los prisioneros representan a los ciudadanos ignorantes, que viven en una sociedad injusta y manipulada. El prisionero liberado simboliza el proceso educativo: pasa del conocimiento de las apariencias a la comprensión de las Ideas. Fuera de la caverna alcanza la verdad, el Bien y la justicia, convirtiéndose en el filósofo preparado para gobernar. Aunque preferiría quedarse contemplando la verdad, debe regresar para educar y guiar a los demás, aunque su sabiduría no siempre sea comprendida. Platón alude así a la muerte de Sócrates y a su propio fracaso político: el sabio que intenta educar a los ignorantes puede ser rechazado, pero tiene el deber moral de intentarlo.
