Conciencia Moral: Juicio y Tipos
La conciencia moral es el juicio de la razón por el cual la persona humana reconoce el bien y el mal en un acto concreto que ha realizado, que está realizando en ese momento o que piensa realizar.
Tipos de Conciencia
Conciencia Antecedente y Consecuente
La conciencia antecedente juzga un acto que se va a realizar en el futuro, mandándolo, permitiéndolo, aconsejándolo o prohibiéndolo. La conciencia consecuente es la que aprueba o desaprueba una acción ya realizada por el varón o la mujer, produciéndole tranquilidad o satisfacción después de una acción buena, y remordimiento después de una acción mala.
Conciencia Verdadera y Conciencia Errónea
La conciencia verdadera o recta es aquella que juzga con verdad la calidad moral de un acto humano. La conciencia moral, para ser racional y perfecta, debe ser verdadera; es decir, solo debe inspirarse en buenas intenciones y juzgar conforme a la verdad. La conciencia errónea es la que no alcanza la verdad sobre la calidad moral de una acción. La verdadera causa fundamental del error de conciencia errónea es la ignorancia.
Conciencia Cierta, Probable y Dudosa
La conciencia cierta es aquella que juzga con firmeza y seguridad si un acto es bueno o malo. Solo la conciencia cierta es regla moral; quien actúa en contra de ella obra mal. La conciencia probable es aquella que se produce cuando no existe la seguridad entre lo que se puede y lo que se debe hacer. Esta conciencia aconseja salir del error antes de obrar, teniendo en cuenta que quien está ante un dilema debe investigar más antes de llevar a cabo una acción. La conciencia dudosa es la suspensión de juicio por carencia de razón suficiente para tomar una decisión; la conciencia dudosa es ilícita.
Rectitud de la Conciencia Moral
La persona debe actuar con conciencia moral verdadera y cierta. La sindéresis es la capacidad para juzgar correctamente los hechos, las personas, etc.
Principales Concepciones Éticas
Eudemonismo Aristotélico
Una de las primeras investigaciones sobre el bien perfecto del hombre se la debemos a Aristóteles. En su ética afirma que la actividad humana más perfecta es la theoria, es decir, la contemplación de la verdad. Ahora bien, esta felicidad perfecta es difícilmente alcanzable en esta vida. Existiría, en cambio, una felicidad imperfecta o de segunda categoría, que consiste en la vida de quien se rige por las virtudes éticas. La felicidad que se propone para el hombre es frágil y precaria. Con todo, Aristóteles hizo grandes contribuciones al saber ético, como el caso de su doctrina de las virtudes morales.
El Hedonismo
El máximo representante es Epicuro, quien dice que el placer es el principio y el fin de la vida feliz. Se distinguen dos tipos de placer:
- Placer dinámico: Es la acción de gozar satisfaciendo una necesidad. Sin embargo, toda experiencia placentera, por intensa que sea, es breve y limitada.
- Placer estático: Es la ausencia de dolor y turbación, es decir, un estado de ataraxia en el que se alcanzaría la imperturbabilidad del espíritu. Este tipo es el que, según él, proporciona la felicidad.
La felicidad consistiría en liberarse de las falsas opiniones y complicaciones, ajustando los deseos a una vida austera, respetando la justicia, cultivando la amistad leal y evitando la vida política.
Utilitarismo
El máximo representante es J. Bentham, quien defiende que las acciones y las cosas son buenas si son útiles, y son útiles si generan placer. También intentó cuantificar el placer que produce cada acción con una serie de criterios que, a través de un sencillo cálculo, permitieran obtener el mayor bienestar para el mayor número de individuos posible.
Estoicismo
El estoicismo proviene del griego “stoa” (pórtico o porche). Es una ética del autodominio. Los máximos representantes son Séneca y el emperador Marco Aurelio, quienes sostenían que la filosofía es el camino a la felicidad, la cual consistiría en vivir según la razón, es decir, según las virtudes éticas. Sin embargo, la felicidad de los estoicos es distinta a la aristotélica, ya que estos consideran que no son necesarios los bienes de fortuna y que solo la virtud es suficiente. Para un estoico, es preferible tener bienes materiales a no tenerlos, pero según ellos, la felicidad no depende de eso, sino de vivir la razón virtuosamente. La virtud es un hábito operativo bueno. Este hábito se consigue con la repetición de actos fruto de la libertad.
La Ética Formal Kantiana
Kant calificó a su doctrina moral de ética formal para contraponerla a las éticas eudemonistas, que serían las éticas materiales.
- Ética formal: Solo propone un principio universal que cada individuo debe aplicar en su situación concreta, y esta es autónoma.
- Ética material: Concretan en qué consiste la felicidad y contienen normas, leyes, etc. Son heterónomas, lo que significa que las leyes vienen desde fuera.
Por eso, la clave de la ética kantiana se encuentra en la idea del deber. El único deber que Kant considera que mueve a la voluntad sin condición alguna sería el imperativo categórico: «Obra de tal modo que puedas querer que la máxima de tu actuación se convierta en norma de conducta universal».