Explorando la Esencia Humana: Perspectivas Filosóficas y Éticas

La antropología filosófica es la rama de la filosofía que estudia al ser humano en su totalidad. A lo largo de la historia, la ciencia y la religión han ofrecido formas de comprenderlo, centrándose en problemas y dimensiones humanas diferentes.

Concepciones Fundamentales del Ser Humano

La Perspectiva Religiosa

Fue la primera forma explicativa con la que los seres humanos intentaron penetrar en el misterio de su propia muerte, de su vida y de su existencia. A través de la noción de inmortalidad, han cobrado sentido otras concepciones sobre el destino humano.

La Perspectiva Científica

Teorías científicas como la selección natural o la genética contribuyen a comprender mejor la naturaleza humana. Permiten entender la influencia de los genes en las actividades que realiza el ser humano y el papel de la biología en el desarrollo de los procesos mentales que hacen posible el pensamiento y la imaginación. Cada día se amplía el conocimiento sobre el ser humano; sin embargo, las distintas disciplinas, cuando se ocupan de él, lo hacen de forma parcial. La filosofía, en contraste, trata de aunar todos estos conocimientos para ofrecer una imagen integral y completa del ser humano.

El Dualismo Platónico

Según Platón, en el ser humano existen dos principios opuestos: el cuerpo, que nos vincula al mundo sensible, y el alma, inmaterial e inmortal, que nos vincula al mundo de las Ideas. El cuerpo nos arrastra hacia lo material y dificulta el ascenso del alma.

En lo que respecta al alma, su rasgo fundamental es la inmortalidad, lo que permite establecer la posibilidad del conocimiento de las Ideas, porque el alma es una realidad intermedia: ha existido con anterioridad al cuerpo y le sobrevivirá. Su unión con el cuerpo es accidental y transitoria, ya que su lugar natural es el mundo de las Ideas.

Platón aceptó la teoría de la transmigración de las almas: el alma, por alguna falta cometida, fue expulsada del mundo de las Ideas y condenada a vivir temporalmente en el cuerpo que ocupa, como en una prisión. Los deseos corporales arrastran al alma al mundo sensible y son un obstáculo para que vuelva a contemplar las Ideas. Mientras está unida al cuerpo, el alma debe concentrarse en ejercer el control sobre las pasiones, desligándose del cuerpo lo más posible para alcanzar su purificación. La muerte significa su liberación. Este dualismo antropológico supone una concepción negativa del cuerpo que pasará a influir en la cultura occidental.

Platón considera que existen tres partes en el alma:

  • Alma Racional: Inmortal e inteligente. La sitúa en el cerebro y tiene afinidad con el mundo inteligible.
  • Alma Irascible: De donde surgen las pasiones nobles. Muere con el cuerpo y la sitúa en el tórax.
  • Alma Apetitiva: De donde surgen los apetitos y los deseos corporales. Es mortal y se encuentra en el vientre.

El Animal Racional y Social Aristotélico

Aristóteles definió al ser humano de dos formas:

Como Animal Racional

Para Aristóteles, toda la realidad está compuesta de una materia y una forma concretas. En los seres vivos, la forma se identifica con el alma, y es donde reside la capacidad de cumplir funciones específicas. Distinguió tres tipos de funciones del alma:

  • Alma Vegetativa: Desarrolla las capacidades de alimentación y reproducción. Es propia de los vegetales, pero está presente en todos los seres vivos.
  • Alma Sensitiva: De donde surge la capacidad de movimiento, percepción y deseo, así como el sentimiento de dolor y placer. Es propia de los animales, incluidos los humanos.
  • Alma Intelectiva: Permite la capacidad de pensar. Se trata de la facultad más elevada y es exclusiva del ser humano. El ser humano es, por excelencia, el animal racional.

Como Animal Social y Político

La racionalidad, para Aristóteles, es también la capacidad para dialogar y llegar a acuerdos. Esta capacidad convierte al ser humano en un animal social y político.

El ser humano necesita vivir en comunidad para subsistir y para desarrollar todas sus facultades; la convivencia es parte de la esencia humana.

Teorías Contemporáneas de la Mente

I. Materialismo Eliminativo

El monismo o materialismo eliminativo se caracteriza por rechazar conceptos que considera ficticios, procedentes de la psicología popular, como las creencias o los deseos. Para esta corriente, tales procesos mentales no existen y son el producto de una ilusión. Filósofos como Paul Churchland proponen investigar los componentes básicos del cerebro, convencidos de que una investigación basada en lo científico logrará explicar todos los procesos. El materialismo es una concepción reduccionista, dado que considera que las propiedades más complejas se pueden explicar a partir de realidades pertenecientes a un nivel más básico.

II. Funcionalismo

Según el funcionalismo, la mente se define no por su estructura física o por los materiales de los que se compone, sino por las funciones que ejecuta. Los contenidos o estados mentales cumplen una función que es independiente de la red neuronal o de los compuestos neuroquímicos; los elementos físicos no aportan ninguna información sobre dicha función o su papel. Una de las principales conclusiones del funcionalismo es que en el cerebro no hay ningún ingrediente o compuesto especial que explique los estados mentales.

Los procesos mentales son funciones cerebrales que tienen un soporte neurofísico, pero que no varían en su esencia: el proceso de sumar, por ejemplo, puede ejecutarse en el cerebro o en una máquina como una calculadora, a diferencia de un estado mental que está determinado por su contenido.

III. Emergentismo

El emergentismo es una concepción filosófica que explica el origen de la mente y la conciencia a partir de las siguientes ideas: los estados mentales y conscientes son procesos complejos que surgen por la interacción de componentes más simples del cerebro. Las neuronas en interacción producen estados mentales, pero estos no se pueden explicar a partir de sus constituyentes de forma aislada.

Esta corriente rechaza el reduccionismo, la posición que pretende explicar el todo a partir de sus partes. La conciencia y los estados mentales, como recuerdos o percepciones, no se pueden comprender estudiando las neuronas de forma aislada, sino en su interacción. Sin embargo, el emergentismo constituye una vía de investigación que se diferencia de otras propuestas filosóficas:

  • Se opone al dualismo, dado que considera incorrecto que el alma y el cuerpo sean independientes o que la sustancia inmaterial sea superior a la sustancia material.
  • Se opone al monismo, tanto materialista como espiritualista: al primero por negarle existencia a los estados mentales y a la propia mente; y al segundo por rechazar la materia.
  • Es muy crítico con el funcionalismo, ya que rechaza que las máquinas puedan llegar a tener estados mentales. A diferencia del funcionalismo, el emergentismo defiende que las neurociencias proporcionan información fundamental para comprender cuestiones como la conciencia o la libertad. Por tanto, no considera que los componentes físicos sean secundarios a la hora de entender la mente.

La Antropología de los Maestros de la Sospecha

El Inconsciente: Contribución de Sigmund Freud

Sigmund Freud destaca por introducir la concepción del inconsciente. Hasta ese momento, se consideraba que el ser humano era un animal racional y consciente. Freud se percató de que diversas acciones encuentran su causa en razones que quedan ocultas. Los actos conscientes se realizan en función de razones que se encuentran en partes muy profundas del yo, donde la conciencia no llega. A esa realidad la denominó inconsciente y consideró fundamental estudiarla para entender al ser humano. Así desarrolló el psicoanálisis, una terapia que busca sacar a la luz traumas reprimidos al permitir que el paciente hable libremente.

El Nihilismo: Friedrich Nietzsche

Friedrich Nietzsche utilizó el término nihilismo (expresión derivada del latín Nihil, «nada») para nombrar la «enfermedad» que, según él, afectaba a Occidente. Esta enfermedad era causada por haber caído en el error de buscar la verdad y el sentido de la vida en un «otro mundo» trascendente. Todas las teorías vinculadas a la trascendencia empujan a rechazar nuestro mundo mediante emociones como la culpa. Cuando el hombre occidental se da cuenta de que «Dios ha muerto» y que ha depositado sus esperanzas en un mundo trascendente que no existe, es cuando, al recobrar la conciencia, nada tiene sentido. Es entonces cuando se alcanza el nihilismo. Nietzsche dice que el sentido se encuentra en nuestro propio mundo de apariencias.

La Alienación: Karl Marx

El concepto de alienación se refiere al estado en el que se encuentra alguien que ha sido desposeído de su propia identidad, especialmente en el ámbito laboral, y pasa a ser considerado un objeto. Por tanto, quiere decir que es el sentimiento que sufre alguien que se ve despojado de la capacidad de dirigir su propia vida o que está controlado por agentes externos. También se aplica a un sistema laboral que trata de forma inhumana a los trabajadores.

Karl Marx fue uno de los teóricos en emplear el término alienación, analizando la situación de los obreros en sociedades capitalistas. Llegó a la conclusión de que el obrero estaba excluido tanto del proceso creativo de la producción como de los beneficios finales. El trabajador no se siente realizado en el trabajo, sino alienado, debido a que sus acciones son un medio y está excluido del fin. El obrero era una pieza más en la cadena de montaje, y en su proceso no había espacio para su creatividad; el producto final no le pertenecía.

La Existencia y la Angustía: Jean-Paul Sartre

Jean-Paul Sartre afirmó que el ser humano no puede estudiarse objetivamente, ya que una definición sería necesariamente incompleta. Esto se debe a que el ser humano no tiene una naturaleza fija, sino que solo consiste en existir y, por tanto, está continuamente construyéndose a sí mismo, siendo una posibilidad abierta al futuro. Por eso, existir y ser libre es lo mismo, o como dice Sartre: «el ser humano está condenado a ser libre». Esto conlleva al sentimiento de angustia, que surge de la conciencia del riesgo que comporta el uso de la libertad, sin poder dejar de ser libre, y que constituye la esencia humana.

El existencialismo es un humanismo: el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y después se define.

El Libre Albedrío: ¿Somos Realmente Libres?

Definición y Problematización

El libre albedrío se define como la capacidad de un agente para elegir entre diferentes alternativas. Hay ciertas cosas definidas que están hechas para ejecutarse; el ser humano, en cambio, puede decidir y escoger su forma de vivir, de pensar y de proyectar su futuro.

La sensación de escoger libremente es real e indudable, como considerar que nuestra voluntad controla el cuerpo, cual capitán maneja una nave. Esto se funda en el dualismo y es problemático, pues obliga a plantearnos si ese «yo» obra libremente o si es manejado por otro «yo» interior. Esto nos lleva a la pregunta: ¿Somos realmente libres?

Perspectivas Filosóficas y Científicas

Baruch Spinoza y la Ilusión de la Libertad

Baruch Spinoza afirmó que la creencia en la libertad está basada en la ignorancia. Para él, nuestra sensación de ser libres se deriva del hecho de desconocer las causas que nos mueven a actuar: «Los hombres se equivocan si piensan que son libres, ya que su opinión está hecha de la conciencia de sus propias acciones y de la ignorancia de las causas que las determinan. Su idea de libertad es simplemente su ignorancia de todas sus acciones».

El Experimento de Benjamin Libet

Benjamin Libet realizó un experimento en el que investigó la toma de decisión en el ser humano. Quiso medir el tiempo que transcurre entre el momento en que aparece la intención consciente de realizar una acción y su posterior ejecución. Pidió a los participantes que dijeran, mirando un reloj, en qué momento tomaban la decisión de mover un dedo. Registró la actividad eléctrica de las regiones motoras del cerebro mediante un electroencefalograma (EEG) y la reacción de los músculos ejecutados en la acción. El equipo tomó nota de tres tipos de datos:

  1. El momento en que se tomaba la decisión.
  2. La actividad cerebral registrada en ese momento.
  3. El movimiento efectuado.

Ellos esperaban que la toma de decisión precedería tanto a la actividad de las neuronas motoras como al movimiento del propio dedo. Pero se descubrió que se registraba actividad cerebral 350 milisegundos de media antes de que el sujeto tomara la decisión consciente de hacer el movimiento. En la actualidad, se ha descubierto que esta actividad comienza incluso varios segundos antes de que se tome la decisión consciente. Esto determina que la voluntad de realizar una acción no es previa a la actividad cerebral, sino posterior: un proceso neuronal inconsciente precede a la decisión consciente.

A través de este experimento, los científicos dictaminaron que la voluntad no decide y que la sensación de controlar el cuerpo y los actos es una ficción creada por el cerebro, semejante a la de una hoja que, tomando un ejemplo de Ludwig Wittgenstein, fuera de un lado para otro empujada por el viento y se creyera a sí misma libre de ir en esta dirección o en esta otra.

Libre Albedrío y Determinismo

Otro aspecto que plantea dificultades proviene de la propia naturaleza, ya que los fenómenos naturales se caracterizan por estar regidos por leyes deterministas y causales. La determinación del estado inicial de un sistema permite predecir cómo será su estado final. Todo está sometido a las leyes naturales, y el cerebro no puede ser una excepción.

Algunos filósofos defienden una concepción dualista del ser humano, ya que la naturaleza humana está formada por cuerpo y alma: el cuerpo es material, y el alma es inmaterial, y en ella reside la conciencia y el libre albedrío. Otros consideran que la mente es un producto del cerebro y defienden que las neuronas y el resto de los componentes del cerebro no transgreden ninguna ley física, por lo que concluyen que el cerebro funciona de forma semejante a como lo haría una máquina causal.

Existen dos corrientes principales al respecto:

  • Incompatibilistas: Consideran que en una realidad regida por leyes, la libertad es imposible, por lo que hay que eliminarla de la descripción del mundo y del ser humano.
  • Compatibilistas: Aceptan el determinismo de las leyes que rigen la naturaleza, pero siguen considerando que la libertad es una noción que tiene sentido. Argumentan que el cerebro es sumamente complejo y la interacción de los componentes neuronales hace imposible predecir cuál será la respuesta frente a cualquier situación.

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