Valoración de las utopias

1. LA DIMENSIÓN UTÓPICA DEL SER HUMANO

En su acepción común, cuando hablamos de utopía nos referimos a un ideal al se aspira pero que aparece como irrealizable en el momento de su formulación. Se trata de algo deseable pero inalcanzable, que no puede concretarse ni en un espacio ni en un tiempo histórico. Desde un punto de vista etimológico, utopía proviene de dos palabras griegas: ou, que significa no, y topos, que significa lugar.

 En todas las épocas y culturas encontramos un pensamiento utópico que se mueve en el contexto de una sociedad donde las personas buscan ideales de vida, como la felicidad, la igualdad o la ausencia de dolor y pobreza. Desde una perspectiva filosófica, las utopías están presentes en el pensamiento antiguo, en el medieval, en el moderno y en el contemporáneo.

2. LAS UTOPÍAS CLÁSICAS

Desde la Antigüedad, los seres humanos no se conformaron con ver la realidad como algo que se impone al ser humano y le rodea de fatalidad. Por tanto, intentaron proponer nuevos ideales o formas de vida social y política. El modelo del estado ideal que describe Platón en la República y Las Leyes estaría dentro de este marco. En su teoría de la sociedad, esbozó la imagen de un estado aristocrático ideal del que era premisa básica el trabajo de los esclavos. Los filósofos gobernarían el Estado. Los guardianes o guerreros velarían por su seguridad, y por debajo de estas dos categorías de ciudadanos libres se encontrarían los artesanos.

 El estado surge de necesidades humanas como la alimentación, la vivienda y el vestido: si se cubren las tres de modo austero, se puede alcanzar la felicidad.

 Durante la Edad Media, Agustín  de Hipona, reflexiona sobre el estado psicológico del hombre en el Paraíso. En su obra La ciudad de Dios, este pensador se centra en las necesidades del ser humano, así como en sus deseos más profundos. Para ello, compara la ciudad terrena con la celestial, donde se vivirá en un estado ideal.

 Durante el Renacimiento, a través de las distintas utopías se analizaron de forma crítica los cambios de la época y se describieron las aspiraciones y necesidades, sobre todo de las clases más débiles. En este periodo, destacan tres utopías: la de Tomás Moro, la utopía científica de Francis Bacon y la utopía de Tomás Campanella.


Tomás Moro


En 1516, este filósofo escribe Utopía.
Esta obra de contenido social consta de dos partes. En la primera, se describe en forma de conversación la situación de miseria material y moral en la que se encuentra la Inglaterra de su tiempo. Sin embargo, en la segunda parte se describe la isla de Utopía desde un punto de vista geográfico, social, económico y político. A través de esta contraposición, Tomás Moro nos presenta una sociedad ideal, cuyas características fundamentales son: supresión de la propiedad privada, igualdad, desarrollo integral de la persona a través de la educación y democracia representativa.

Francis Bacon


Este pensador es el autor de la primera utopía científica o tecnológica. En su obra Nueva Atlántida describe una isla que está situada más allá de América: Bensalem. Esta isla está gobernada por intelectuales y científicos, que viven en la casa de Absalón. Al vivir obsesionados por la ciencia, los habitantes de esta casa no se preocupa apenas por el pueblo. Las propuestas que Bacon nos hace en esta utopía son: descubrir a través de la ciencia los secretos de la naturaleza, reorganizar el saber y mostrar el autoritarismo tecnicista. Pretende ante todo ser un canto a las transformaciones tecnológicas.

Tomás Campanella


En Ciudad del sol, este filósofo describe su utopía política. La obra nos muestra una sociedad gobernada por sacerdotes donde reina la concordia. Los bienes económicos no están en manos de unos pocos, sino que pertenecen a la colectividad. Las propuestas de Campanella se pueden resumir en: eliminación de la propiedad privada; elección del gobernante más sabio, como en Platón; sistema totalizador de saberes; teocracia jerárquica y desarrollo del ocio, pues sólo se trabaja cuatro horas.

 La modernidad aporta una visión optimista. Durante este periodo, se muestra la confianza en el poder de la razón, de la ciencia y de la técnica como medios para aportar soluciones a los problemas que se le presentan al ser humano.

 Ante la explotación de la clase trabajadora, surgen las ideas socialistas, que confían en un ser humano capaz de transformar la sociedad. En esta línea, destacan los pensadores denominados socialistas utópicos. Saint Simón, Ch. Fourier y R. Owen.      

 Todos ellos coinciden en que es preciso cambiar, radicalmente la sociedad y proponen para ello una nueva sociedad donde no exista ni la explotación ni el dominio de unos seres humanos sobre otros.

 En el siglo XX, también se puede destacar la utopía de B.F. Skinner, que éste denomina Walden Dos.
Se trata de una utopía psicológica sobre el control del comportamiento para ser feliz. Además, otros temas principales son: el trabajo, el ocio y el tiempo libre, la educación y la libertad.

 Posteriormente, en su obra Walden Tres, se refiere a la infancia, la familia, el trabajo, la reforma del calendario, la educación, la sexualidad, los ancianos, el ejército, el lugar de la ciencia, la religión, la ecología y la política internacional. Las similitudes y diferencias se indican en el marco de referencia del análisis y la síntesis experimental del comportamiento. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *