Problema del hombre Marx

Marx

(Edad Contemporánea, s. XIX. Alemania.)

El marxismo es ante todo una filosofía de la historia que reacciona contra el idealismo filosófico de su época y propone una superación de las clases sociales mediante la transformación de la economía.

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO, LA REALIDAD Y Dios: EPISTEMOLOGÍA, METAFÍSICA Y TEOLOGÍA

Marx critica la metafísica tradicional porque siempre habla de una realidad inventada y, para Marx, no existe una realidad ajena al hombre ni un hombre ajeno a la realidad ya que ambos forman una mutua relación que se da en un marco concreto, la sociedad, que debe ser estudiada y transformada. Según el materialismo histórico de Marx el ser humano es “un ser realizado socialmente, productor de su propia vida y nacido en la historia” y la constante que origina el proceso histórico dialéctico es la lucha entre opresores y oprimidos. Es evidente que la sociedad ha cambiado a lo largo del tiempo pero siempre lo ha hecho con la misma base, la relación entre la estructura económica de la sociedad (sistema que organiza la producción material de una sociedad, los medios de producción y los individuos o fuerza de trabajo) y la superestructura ideológica (cultura relacionada con la forma de producción, leyes y política) a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. Así, el modo de producción de la vida material, es decir, la forma histórica por la que se obtienen los medios para subsistir, condiciona el resto, por lo que la conciencia del hombre no determina su ser, sino que es el ser social lo que determina su conciencia.
La base económica de un momento histórico concreto no es constante y, es ahí donde surgen contradicciones que dan lugar a las crisis y que se traducen en condiciones necesarias para la revolución.

Como vemos, toda la filosofía de Marx se basa en que la relación con el mundo no es meramente teórica sino también práctica y consiste en realizar el pensamiento en la realidad, en transformar radicalmente la naturaleza para humanizarla. La filosofía debe dejar de ser solo una teoría especulativa y dar lugar a la praxis de la filosofía que busca la transformación de la realidad en una sociedad justa donde los seres humanos se desarrollen libres. Sin embargo, frente a esta praxis se sitúa la ideología (superestructura) que presenta el interés de la clase dominante como interés de toda la sociedad, imponiéndose sobre los individuos y haciendo que se formen falsas ideas sobre ellos mismos y sobre el mundo. Como parte de esta ideología, la religión mantiene el status quo porque pone en Dios, como ser inventado, aquello que el mismo hombre podría llegar a ser, provocando una alienación religiosa. La religión es “el opio del pueblo”, pero Marx no se mofa porque entiende que es la invención de una humanidad sufriente y oprimida, obligada a buscar consuelo en una quimera celestial. No basta con denunciarlo, como Feuerbach, es necesario cambiar las condiciones de vida que posibilitan que surja.

EL PROBLEMA DEL HOMBRE O ANTROPOLOGÍA

El ser humano no tiene una esencia determinada, sino que se hace a sí mismo en sus relaciones sociales, en su actividad y su trabajo. En sus Tesis le critica a Feuerbach que su concepción sigue siendo demasiado abstracta y teórica, olvidándose del lado práctico del ser humano. En consecuencia, Marx estudia la forma social del momento,el capitalismo, que según él impide el desarrollo de la libertad y la felicidad humana porque provoca alienación del trabajo y crea dos clases sociales: la capitalista (burgueses), que posee los medios de producción, y la proletaria (obreros), que trabaja a cambio de un salario. En apariencia es un intercambio justo, pero en realidad el sueldo no paga el trabajo, ya que entonces no habría beneficio capitalista. Como analiza en El capital, el salario paga la fuerza de trabajo, un dinero para seguir manteniendo al obrero en el circuito de la producción, pero el dinero obtenido por la venta del producto es superior a su valor, obteniendo la plusvalía, valor complementario del trabajo no pagado que contribuye a la acumulación de capital por parte del capitalista. La alienación se produce, pues, cuando el obrero ve que su capacidad de transformación del mundo, su praxis, no sirve para humanizar el mundoy hacer de él un lugar mejor sino para crear más capitalismo.
Así Marx establece la ley de acumulación de capital por parte del capitalista y la ley de la miseria creciente por parte del trabajador, dando lugar a la irracionalidad del progreso del sistema capitalista que sólo crea desigualdad y está condenado al caos y a la crisis. El hombre solo será libre cuando su praxis se libere mediante la transformación de las relaciones de producción.

EL PROBLEMA DE LA SOCIEDAD O POLÍTICA

En el sistema capitalista el hombre no puede ser feliz ni desarrollarse plenamente, siendo necesaria una revolución para poder emanciparse y superar el capitalismo, y así, a través del socialismo científico llegar al comunismo.
Con las revoluciones de 1848 aparecen las primeras muestras organizadas del movimiento obrero, pero, frente a otros socialismos que han sido incapaces de mostrar una alternativa (Proudhon, Saint-Simón…), Marx y Engels, su colaborador, califican el suyo de científico porque ha descubierto la ley de desarrollo del capitalismo, la plusvalía y el materialismo histórico.

De esta manera, según Marx, la forma de liberación es la revolución para superar el sistema, asumiendo el interés universal del proletariado. Esta revolución se traduce en  una lucha de clases que busca terminar con las mismas y que supone tomar conciencia de clase, actuar unidos y organizados formando un partido obrero y elaborar un programa de medidas políticas.
Consecuentemente,  Marx impulsó el movimiento obrero y participó en la creación de la I Internacional, de donde viene el lema “proletarios de todos los países, uníos”, y propuso el impuesto progresivo, la colectivización de los medios de producción, la abolición de la herencia y el trabajo infantil, educación pública y gratuita, etc. El comunismo no es un estado ideal a realizar, sino una actividad histórica paulatina que pasará por la estatalización de la propiedad y la dictadura del proletariado, pero que debe continuar hacia la abolición de clases y de la propiedad privada. “Cada uno según su capacidad, a cada uno según sus propias necesidades”. Esta superación de la división natural del trabajo y la organización del trabajo de una manera racional y digna es la forma de acceder a lo que él considera la verdadera libertad.

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