Principio de la duda metódica o de la certeza

Cuando se expone la teoría del conocimiento cartesiana, es inevitable tener a Platón en el horizonte. Veamos brevemente algunos reductos platónicos en la obra de Descartes:
– El método cartesiano como vía de acceso a la verdad es comparable al “amor platónico”  y a la dialéctica, a ese camino-escalera hacia el mundo ideal, el único verdadero.
– La verdad única, incuestionable, eterna y accesible a la razón humana se parece mucho a la Idea del Bien platónica.
-La desconfianza en los sentidos como fuente conocimiento está ya en Platón con igual fuerza.
-La consideración de la matemática como paradigma de la ciencia casa muy bien con el ideal platónico y la leyenda que había a la puerta de la Academia: “Que nadie entra aquí que no sepa geometría”.
-La necesidad de Descartes de admitir las ideas innatas para justificar el mundo y la realidad está ya presente en Platón cuando admite la existencia de la verdad en el alma humana.
         En definitiva, pues Platón y Descartes son los dos representantes mejores del Racionalismo como teoría epistemológica. Confianza en la razón, autonomía, verdad única, desconfianza en los sentidos son sus señas de identidad

.RAZÓN Y MÉTODO: EL CRITERIO DE VERDAD

1Reglas del método: 1Evidencia: «no admitir cosa alguna como verdadera como no supiera con evidencia que lo es. Evitar cuidadosamente l precipitación y los prejuicios nada más que los que se presentase tan clase y distintamente a mi espíritu, que no hubiese ninguna ocasión para ponerlo en duda«. Evidente: Se presenta de manera directa y sin intermediario de la mente y sus notas son la claridad y la distinción. La claridad es la presencia de un conocimiento a la mente; la distinción es  la separación respecto a todos los demás, de modo que no contenga nada que pertenezca a los otros. En cuanto a evitar la precipitación y los prejuicios, se trata de llevar el orden establecido sobre aquellas realidades contempladas de modo claro y distinto con anterioridad.

2Análisis: «dividir cada una de las distintas dificultades que examinare en cuantas partes fuera posible y en cuantas requiriese su mejor solución». Esta regla tiene exigida por la anterior. Dado que la realidad es compleja y solo es posible la intuición(=captación directa) de la percepción (o de los objetos) simples, será necesario dividir aquellos en todos sus componentes.

3Regla de la síntesis: «Conducir ordenadamente los pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo paulatinamente, gradualmente, hasta el conocimiento de los más complejos e, incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente» Mientras que las verdades simples se captan por intuición, a las verdades complejas se llega mediante la deducción, es decir, avanzando gradualmente, paso a paso, y en el orden debido desde los conocimientos simples a los complejos. Intuición y Deducción son los dos caminos que conducen a la ciencia de una manera más segura. La primera es inmediata, la segunda es sucesiva.

4Regla de la enumeración: «hacer en todos los casos unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada». Esta regla constituye un repaso de las dos anteriores, los recuentos comprueban el análisis y las revisiones las síntesis. Se trata de ir tan despacio y emplear tanta circunspección que aunque adlante poco, me guarde, al menos, de no caer.

2Hay que buscar un axioma, un primer principio, que sirva de puno de partida seguro por ser evidente o totalmente indudable, De esta forma aparece la Duda Metódica. Descarte parte de ella, puesto que ha admitido como verdaderas mucha opiniones falsas, en lo sucesivo va a procurar rechazar como falso todo aquello en lo que imaginar la más mínima duda. Su duda será metódica y no escéptica, pues estos permanecen en sus dudas y no encuentran el medio de superar sus perplejidades e indubitable, es decir, la duda constituye un medio para llegar a la verdad. También es duda hiperbólica y no una duda natural; Descartes exagera su duda, cuánto más rigurosa y extrema sea ésta, más evidente e indudable resultará la verdad que le supere. Descartes se pregunta ¿de qué podemos dudar? En principio parece que absolutamente de todo.

 -De todo lo que nos entra por los SENTIDOS, ya que basta que alguna vez nos hayan engañado para ya no fiarnos de ellos. Por lo tanto queda en entredicho existencia de todo el mundo exterior o material, incluido nuestro propio cuerpo.

-Menos aún podemos fiarnos de la IMAGINACIÓN o de la MEMORIA, que tantas veces nos hacen equivocar.

-Del uso de la RAZÓN: A veces las razones que creemos rigurosas y verdaderas pueden ser erróneas y falsas. Además ¿no es posible que un pensamiento nos parezca muy cierto porque estamos entonces pensando dormidos? ¿y cómo saber si en un determinado momento estamos o no dormidos?. Mientras soñamos, las cosas en que soñamos nos parecen reales y solo al despertar descubrimos que eran falsas, en ese caso ¿cómo distinguir que ahora no estamos soñando y las cosas que percibimos no sean imaginaciones nuestras?

-Todo la anterior nos lleva a la hipótesis del GENIO MALIGNO. Con los anteriores motivos quedaba a salvo de la duda las verdades matemáticas. Soñemos o no 2+2 es igual a 4. Ahora bien, para establecer una DUDA UNIVERSAL y ABSOLUTA y llevarla hasta el extremo Descartes recurríó a la hipótesis del Genio Maligno y de esta manera las propias proposiciones de las matemáticas quedarán sometidas a ellas. Descartes nos dice que supongamos la existencia de tal genio que constantemente nos engaña y que no nos permite distinguir ningún conocimiento cierto. En este caso ¿qué podremos admitir como verdadero? Absolutamente nada. Con esta hipótesis se hunde todo el edificio del conocimiento, no puede estar seguro de nada pues dicho genio engaña continuamente.

4Así fue que en principio le parecía a Descartes que no podía estar seguro de nada;  pero luego piensa: bueno lo que desde luego es evidente es que estoy dudando de todo, pero si estoy dudando estoy pensando, y , aunque todo lo que piense sea falso, lo indiscutible es que yo que lo pienso existo; es el famoso COGITO ERGO SUM (pienso, luego existo).

Además de que este principio nos pueda servir de punto de partida seguro tiene otra importante utilidad para nuestro propósito, que con él hemos hallado al timepo el «criterio de verdad» l que nos permitirá en adelante distinguir lo que parece verdadero de lo que realmente lo es, y es este: «Todo lo que se nos presente de forma clara y distinta es verdadero». Como ya sabemos, CLARO significa totalmente evidente o indudable, que se impone o presenta con tal fuerza o viveza ante la mente que no puede por menos que aceptarlo como verdadero. DISTINTO es que no se confunde con ninguna otra idea o pensamiento, que se capta nítidamente.

Racionalismo

El Racionalismo puede tener significados distintos, a saber, en primer lugar, podemos utilizarlo para designar la postura filosófica que tiende a rechazar la existencia de las entidades sobrenaturales que no pueden ser comprendidas por las facultades cognoscitivas naturales de los seres humanos; en 2ª lugar, una doctrina filosófica que defiende que la razón humana posee en sí misma capacidad para reconocer la realidad sin necesidad de recurrir a la ayuda de ninguna otra facultad.

En el primer sentido, persona racionalista sería aquella que rechazase todos los contenidos y creencias proporcionadas por la fe; en 2º lugar sería aquella persona que niega que los sentidos, la afectividad, los sentimientos y cualquier otra facultad diferente a la razón puedan suministrarnos conocimientos científicamente válidos. Lo contrario de racionalista en el 1er sentido sería creyente, religioso, y en el 2º sería empirista. Carácterísticas:

a) afirmación de la existencia de una única razón: solo existe una razón y un único modo correcto de razonar, y por tanto este como aquella no varía nunca.

b) Confianza en la capacidad cognoscitiva de dicha razón: La razón no necesita de ninguna otra facultad para conocer todo cuanto puede conocer que, al menos en teoría, puede ser la totalidad de lo real. Se niega así validez al conocimiento sensible.

c) Innatismo cognoscitivo: de la misma forma que en las matemáticas no se puede partir de cero, sino de unos «axiomas» evidentes, así en filosofía podremos hacer lo mismo si probamos que nacemos ya con algunas ideas en germen y que se muestren por eso ante nuestra mente como totalmente indudables o ciertas.

d)Menosprecio del valor de las experiencias históricas y culturales: No podemos admitir como verdad la información trasmitida a través de generaciones, estas se encuentran sometidas a continua variedad y cambio. No podemos buscar la verdad en el libro del mundo y en la experiencia de nuestros semejantes, conviene volverse de espaldas a ellas y mediante nuestra razón llevar a cabo nuestras indagaciones científicas. La razón partiendo de sí misma.

e) Ciencia deductiva: La razón es capaz de marchar correctamente de una verdad a otra siguiendo el método adecuado, empezando por la más simple y ascendiendo a lo más complejo y difícil. Y, de la misma manera que solo existe una razón solo existirá un me´todo adecuado: el método racional, y una sola ciencia: la ciencia racional.

f) Seducción por el método matemático: de todas las investigaciones científicas que se  han llevado a cabo, solo los matemáticos han podido presentar razones evidentes e indudables para mostrar sus verdades. Los racionalistas van a aplicar dicho método al resto de las ciencias y obtendremos idéntica certeza y claridad.

g)Correspondencia entre el orden del pensamiento y el de la realidad: cuando razonamos correctamente, las ideas que surgen de nuestra mente se corresponden perfectamente con la realidad extramental, con las cosas tal y como son en sí.

h) Recurso a Dios: El que garantiza tal correspondencia es Diows; pues Él es autor tanto de los objetos extramentales como de la propia razón y de acuerdo con su poder, su sabiduría y bondad no puede permitir que cuando razonemos bien nos equivoquemos. Así pues, en último término, Dios constituye la garantía de nuestro conocimiento.

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