Ortega y Gasset: Razón Vital, Perspectiva y la Realidad de la Vida Humana

El Pensamiento Filosófico de Ortega y Gasset: Razón, Vida y Perspectiva

Contexto Filosófico: Crisis y Renovación

José Ortega y Gasset elabora su pensamiento en una época de profunda crisis de la razón tradicional. La confianza absoluta en la razón, característica de la Ilustración y el idealismo, estaba siendo severamente cuestionada, especialmente tras la Primera Guerra Mundial, evento que demostró los límites del progreso racional. En este convulso contexto, Ortega se propone la tarea de renovar la filosofía europea.

Su pensamiento se ve influido por diversas corrientes:

  • El vitalismo (Nietzsche, Bergson), que defiende la vida como principio fundamental.
  • El historicismo (Dilthey), que afirma que el ser humano solo puede comprenderse en su contexto histórico.
  • La fenomenología (Husserl), que resalta la intencionalidad de la conciencia.
  • El existencialismo (Heidegger), centrado en la existencia concreta del individuo.

La propuesta filosófica de Ortega responde a estos desafíos con una doctrina original: el raciovitalismo, en el cual la vida y la razón se complementan mutuamente.

El Perspectivismo: «Yo soy yo y mi circunstancia»

El perspectivismo es una de las propuestas filosóficas centrales de Ortega y Gasset. Surge como una crítica tanto al idealismo como al realismo.

Para Ortega:

  • El idealismo acierta al afirmar que solo conocemos la realidad a través de la conciencia, pero yerra al reducir la realidad únicamente al sujeto.
  • El realismo, por otro lado, defiende la existencia objetiva de las cosas, pero olvida que siempre las percibimos desde una conciencia concreta.

Ortega propone una solución intermedia encapsulada en su célebre frase: «Yo soy yo y mi circunstancia», es decir, el individuo y el mundo en que vive son inseparables. Desde esta concepción, la perspectiva es clave. Cada ser humano contempla la realidad desde su propio punto de vista, limitado por su situación vital, histórica y personal. Esa perspectiva no es un obstáculo, sino una forma válida de acceso a la verdad.

Ortega afirma que la realidad se presenta en múltiples perspectivas individuales, todas necesarias y complementarias. Así, la verdad no es única, absoluta ni accesible desde una posición privilegiada. Es el resultado de la integración de muchas perspectivas. Solo Dios, que no tiene limitaciones, podría conocer la verdad absoluta. Para los humanos, el conocimiento objetivo se alcanza no desde una sola mirada, sino desde la colaboración de múltiples puntos de vista. Esto implica una visión plural, abierta y dinámica del conocimiento.

El Raciovitalismo: La Fusión de Razón y Vida

A partir de su perspectivismo, Ortega y Gasset desarrolla su propuesta filosófica más madura: el raciovitalismo, expuesta principalmente en su obra El tema de nuestro tiempo (1923). Con esta idea, busca superar tanto el racionalismo abstracto (que ignora la vida concreta del sujeto) como el vitalismo irracional (que desprecia el valor de la razón). Ortega propone una razón al servicio de la vida, afirmando que solo se puede pensar bien si se piensa desde la vida misma.

La Vida Humana como Realidad Radical

La vida es la realidad radical, el punto de partida de toda reflexión filosófica. No se trata de una vida meramente biológica, sino biográfica: mi vida, la de cada individuo concreto. La vida es siempre una combinación de elementos que no hemos elegido (la circunstancia) y de decisiones personales. No está hecha de antemano, sino que hay que hacerla: la vida es proyecto, libertad y responsabilidad.

Ortega resalta cinco rasgos fundamentales de la vida:

  • Conciencia de estar viviendo.
  • Encontrarse en el mundo (entre cosas y acontecimientos).
  • Imprevisión: la vida y la circunstancia nos son dadas, no elegidas en su totalidad.
  • Decisión y quehacer: la vida es una elección constante.
  • Futurición: elegimos y proyectamos nuestro futuro vital.

La Razón Vital: Pensar desde la Existencia

Frente a la razón tradicional, abstracta y desvinculada, Ortega defiende la razón vital, una forma de entender que brota de la vida misma. La razón no debe ignorar lo concreto ni lo histórico; al contrario, debe partir de la vida para explicar la realidad. No se trata de una razón pura o abstracta, sino de una razón encarnada en la existencia concreta del sujeto.

Esta razón vital permite al ser humano comprender su mundo y justificar sus decisiones. Ortega afirma que entender es vivir con sentido. Además, distingue entre:

  • Creencias: presupuestos no cuestionados que nos orientan en la vida cotidiana.
  • Ideas: pensamientos conscientes que pueden surgir para analizar, criticar o incluso cuestionar las creencias.

Cuando las creencias fundamentales fallan o entran en crisis, surge la necesidad de filosofar: buscar una certidumbre radical para saber a qué atenerse en la vida.

La Dimensión Histórica y Social de la Vida

La vida humana es intrínsecamente histórica. El ser humano no nace en un vacío, sino en una historia concreta, a una “altura determinada del tiempo”. Cada individuo debe construir su vida a partir de un conjunto de creencias, usos sociales e ideas heredadas de su entorno y su época. La historia se articula en épocas (grandes estructuras temporales) y generaciones (estructuras más pequeñas), siendo estas últimas, según Ortega, decisivas en los grandes cambios históricos.

En cuanto a la dimensión social, Ortega distingue entre:

  • Relaciones interindividuales (como el amor o la amistad), que pertenecen al ámbito de la vida individual y personal.
  • Relaciones sociales propiamente dichas, donde el individuo actúa siguiendo usos y normas impuestos por la colectividad.

Los usos sociales permiten la convivencia, aunque a menudo sean impersonales. Nos ayudan a prever la conducta de los otros y nos sitúan en el presente histórico. Sin embargo, la sociedad no es una entidad estable, sino problemática y en constante construcción, siempre en lucha contra la desintegración.

Conclusión: Autenticidad y Compromiso con la Propia Circunstancia

Ortega y Gasset busca, en última instancia, unir la razón con la vida real del ser humano. Rechaza categóricamente la separación entre el sujeto y su realidad, proponiendo una filosofía vital y situada. Su pensamiento no solo responde a la crisis de la razón de su tiempo, sino que también lanza una llamada perenne a vivir con autenticidad y compromiso con la propia circunstancia.

Contraste Filosófico: Descartes frente a Ortega y Gasset

René Descartes busca una base firme e indudable para el conocimiento a través del racionalismo. Emplea la duda metódica para eliminar todo aquello que sea incierto, llegando así a su primera verdad fundamental: “Pienso, luego existo” (Cogito, ergo sum). A partir de esta certeza, reconstruye el edificio del saber, afirmando que las ideas claras y distintas provenientes de la razón son verdaderas, y que Dios, como ser perfecto, garantiza la verdad de nuestro conocimiento. Para Descartes, los sentidos pueden engañar, por lo que el conocimiento confiable solo puede provenir de la razón pura.

Por otro lado, José Ortega y Gasset rechaza esta visión eminentemente racionalista. Propone, como hemos visto, la razón vital, donde el conocimiento está intrínsecamente ligado a la vida concreta y a las circunstancias del sujeto. Resume su postura con la ya mencionada frase “Yo soy yo y mi circunstancia”, destacando que no es posible conocer al margen del contexto histórico y personal. Para Ortega, el saber no es absoluto ni eterno, sino situado, dinámico y en constante evolución, producto de la interacción entre el yo y su mundo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *