Contexto Histórico y Social de la España de Ortega y Gasset
España a finales del siglo XIX y principios del XX
A finales del siglo XIX y principios del XX, España sufría un atraso económico. La Revolución Industrial se dio solo en Cataluña y el País Vasco, mientras que el resto del país seguía siendo agrícola y controlado por una oligarquía improductiva.
En el ámbito social, crecieron los movimientos obreros, principalmente anarquistas y socialistas. Esto generó conflictos laborales y violencia, mientras que el sistema político estaba marcado por el caciquismo y el bipartidismo, limitando la democracia.
Los intentos de estabilización fracasaron, como la dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República. Esto condujo a la Guerra Civil y a la dictadura franquista, con un auge de los nacionalismos catalán y vasco.
Este contexto influyó profundamente a Ortega y Gasset, quien analizó estos problemas en su obra La España invertebrada.
Influencias Filosóficas en el Pensamiento de Ortega
La Crisis de la Razón y las Corrientes Continentales
El pensamiento de Ortega y Gasset surge como respuesta a la crisis de la razón a finales del siglo XIX, influenciado por críticas a la razón como las de Marx y Nietzsche. Ortega toma ideas clave de la filosofía continental, como la fenomenología de Husserl, que resalta la conciencia siempre orientada hacia algo y la dependencia de la realidad de la perspectiva del sujeto. Del historicismo de Dilthey, adopta la concepción del ser humano como esencialmente histórico.
El Legado del Vitalismo y el Existencialismo
El vitalismo de Nietzsche y Bergson lo lleva a valorar la vida como fuerza primordial, mientras que el existencialismo de Heidegger refuerza la idea de que el ser humano es temporal y reflexivo sobre su propia existencia.
El Sistema Filosófico de Ortega y Gasset y su Impacto
La Filosofía como Comprensión Integral de la Realidad
Con estas influencias, Ortega desarrolla un pensamiento original que influyó en la Escuela de Madrid, destacada durante la Segunda República, y compuesta por autores como García Morente, Zubiri y José Gaos.
Ortega y Gasset sostiene que la filosofía debe ofrecer una visión total del mundo, superando el conocimiento fragmentado de las ciencias.
“Yo soy yo y mi circunstancia”: La Vida como Eje Central
La realidad radical es la vida individual, siempre vinculada a una circunstancia histórica. En su famosa frase, “Yo soy yo y mi circunstancia”, subraya la conexión entre el individuo y su contexto. La vida concreta de cada ser humano, en su tiempo y lugar, es esencial para comprender la realidad.
Del Perspectivismo al Raciovitalismo: Superando Dualismos
Critica tanto el idealismo, que prioriza el pensamiento sobre la realidad, como el realismo, que separa la realidad del sujeto. Ortega propone una síntesis: no hay realidad sin sujeto ni sujeto sin realidad. El ser humano es una unidad indivisible de conciencia y mundo. La realidad no está separada, sino que depende de la relación entre ambos. El perspectivismo de Ortega afirma que la realidad solo puede ser conocida desde una perspectiva concreta, la de cada individuo. La verdad no es absoluta ni completamente subjetiva, sino una revelación parcial. La objetividad se logra integrando distintas perspectivas. Esto lleva a Ortega al raciovitalismo, que une razón y vida, tomando la vida concreta del ser humano como punto de partida del pensamiento.
El Raciovitalismo: La Fusión de Razón y Vida
Orígenes y Propósito del Raciovitalismo
A partir de 1923, Ortega y Gasset desarrolla el raciovitalismo, una filosofía que busca superar tanto el vitalismo irracional como el racionalismo abstracto. En El tema de nuestro tiempo, establece que la vida humana concreta es el punto de partida del pensamiento, con la razón puesta al servicio de la vida, lo que denomina “razón vital”.
Pilares Fundamentales del Raciovitalismo
1. La Vida Humana como Realidad Radical
La vida es la realidad radical que fundamenta todo. Es individual, concreta y vivida desde una circunstancia que no elegimos, pero en la que debemos actuar. El ser humano es un proyecto que se construye a través de elecciones y compromisos, siendo vivir una forma de elegir y responsabilizarse.
2. La Razón Vital: Una Nueva Forma de Entender
La razón tradicional no puede entender la vida humana, que es cambiante y temporal. Ortega propone una razón vital, que interpreta la vida desde dentro. Vivir es ya entender, y el pensamiento surge cuando las creencias fallan, buscando una certidumbre radical sobre la vida, distinta de la fe o la intuición.
3. Dimensión Histórica y Social de la Existencia
El ser humano es un ser histórico, condicionado por su época, con creencias y costumbres heredadas. Ortega distingue entre épocas y generaciones, siendo las generaciones decisivas las que provocan los grandes cambios. En lo social, diferencia entre relaciones interpersonales y sociales, donde la sociedad es inestable, equilibrando lo individual y lo colectivo.
Ortega y Gasset frente al Racionalismo: Dos Visiones del Conocimiento
El Escenario del Barroco: Escepticismo y Búsqueda de Certeza
El Barroco se caracteriza por una crisis de certeza influida por el escepticismo, los avances científicos y la Contrarreforma. Pensadores como Montaigne y Francisco Sánchez cuestionaron la posibilidad de alcanzar una verdad absoluta, destacando la fragilidad del conocimiento humano. En este contexto, el empirismo, defendido por Locke y Bacon, propuso que el conocimiento provenía de la experiencia sensorial.
La Propuesta Cartesiana: La Razón como Fundamento
El racionalismo cartesiano surgió como respuesta a esta crisis, con Descartes utilizando la duda metódica para llegar a la indudable conclusión de “Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”). Para él, el conocimiento verdadero provenía de la razón y no de los sentidos, postulando a Dios como garantía de la verdad.
La Perspectiva Orteguiana: Conocimiento Anclado en la Vida
Ortega y Gasset presenta una visión diferente del conocimiento. Para él, el saber no se puede separar de la vida concreta del sujeto, lo cual refleja en su famosa frase “Yo soy yo y mi circunstancia”.
A diferencia de Descartes, Ortega critica la abstracción cartesiana y defiende un conocimiento dinámico, histórico y contextual, vinculado a las circunstancias del ser humano en su devenir histórico.