La situación de la mujer: entre trascendencia e inmanencia

La situación de la mujer: entre trascendencia e inmanencia

Introducción

Se trata de un texto en el que se desvela la situación de la mujer como una situación dramática definida por el conflicto existencial entre trascendencia e inmanencia, libertad y sumisión. A través de algunas preguntas se pondrá finalmente de relieve que la cuestión de las oportunidades de la mujer no se definen en términos de felicidad, sino de libertad.

La contradicción de la situación de la mujer

Lo que según la autora define la situación de la mujer es que se reconoce como sujeto autónomo, pero «los hombres le imponen que se asuma como alteridad», es decir, como objeto inesencial e inmanente. Cualquier decisión autónoma y cualquier trascendencia se toparía con la soberana voluntad del uno esencial, esto es, el sujeto masculino. La contradicción propia de la situación de la mujer es pues la de un sujeto trascendente condenado a la inmanencia de un objeto intrascendente: lo esencial reducido a inesencial.

La posibilidad de realización de la mujer

Esta cosificación de la mujer nos lleva a preguntarnos por la posibilidad misma de la realización, la apertura, el cambio, la superación de la circunstancia. Estas preguntas se hacen desde una perspectiva existencialista y por ello mismo la pregunta por las oportunidades de la mujer son la pregunta por la apertura del ser que define el ser existencia humana. Estas preguntas no vienen por lo tanto en términos de felicidad, sino en términos de libertad.

La libertad como esencia de la existencia humana

La libertad en el sentido existencialista es el descubrimiento y la elección de sí mismo en un proyecto inacabado, esa apertura al futuro es la esencia de la existencia humana. En el texto precisamente la libertad es el concepto que se pone en juego para desvelar la situación contradictoria de la mujer, un sujeto que es libertad, pero se le impone un papel artificiosamente fatal, como si el hecho de ser mujer no fuera un principio, sino un final acabado y definido por el lugar que se le proporciona. Libertad en el texto implicaría «trascendencia, acción, futuro, principio, sujeto, esencial» frente a sus opuestos «inmanencia, pasión, presente, final, objeto, inesencial». Las preguntas por la posibilidad de realización de la mujer son preguntas que se responden no en términos de felicidad, sino de libertad.

El existencialismo de Simone de Beauvoir

Todo el texto parece ser una alusión a posiciones aristotélicas donde la felicidad es el fin y donde el fin de cada uno ya está fijado en la naturaleza. El existencialismo de Simone de Beauvoir encuentra en este concepto la categoría fundamental para entender la existencia humana. Beauvoir opone libertad a naturaleza entendiendo ésta como el reino de la necesidad frente a la libertad de la voluntad. La libertad sin embargo se entiende siempre en una situación la cual puede favorecer o no el desarrollo de los proyectos o las condiciones de posibilidad de éstos.

Preguntas sobre la mujer y su realización

Si queremos empezar por plantear unas preguntas podemos hacernos las siguientes:
  • ¿Por qué hasta ahora nadie se había preguntado por la mujer?
  • ¿Qué significa preguntarse qué es una mujer?
  • ¿Es necesario?
  • ¿Qué se entiende por problematizar la categoría mujer?
  • ¿Existe una esencia biológica de la mujer?
  • ¿El concepto mujer es una creación cultural?
  • ¿Qué interés subyace a este concepto y cómo superarlo?
Todas estas cuestiones serían imposibles fuera del marco intelectual que abre la filosofía feminista. Por ello, es importante situar a Simone de Beauvoir en este movimiento y reconocer su valor histórico y filosófico. Con El segundo sexo se abre la posibilidad de pensar algo impensado: la categoría «mujer».

La perspectiva existencialista

La perspectiva desde la que se afronta la pregunta es el pensamiento existencialista, entendiendo como base del mismo el lema «la existencia precede a la esencia», a partir del cual podemos pensar la categoría mujer como una «esencia» impuesta. Este planteamiento permite problematizar el origen biológico de lo femenino, así como la construcción del mito de la feminidad al modo de idea platónica.

En este momento de la redacción se podría plantear la situación de la mujer ante una esencia impuesta desde fuera, donde las funciones de reproducción y cuidado se transmiten por los diferentes medios en los que la cultura gestiona las relaciones humanas. Se plantearía también la posibilidad de romper estos límites transformando el concepto esencialista de mujer por otro existencialista donde se entiende que lo que sea la mujer no es un ideal que alcanzar, sino una oportunidad y una necesidad, es decir, la responsabilidad de la libertad.

Todo ello se resume en la siguiente fórmula: mujer no se nace, se llega a serlo. A lo que podríamos añadir que sea como fuere se llega a serlo siempre y de muy diversas formas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *