La Filosofía de Ortega y Gasset: Un Legado en la Historia del Pensamiento Español

Contexto Histórico: Su filosofía se desarrolla durante la Restauración Borbónica, la dictadura de Primo de Rivera, la proclamación y posterior caída de la 2ª República y los primeros años de la dictadura de Franco. Las condiciones socioeconómicas de este periodo hacen de España una sociedad atrasada, con gran peso de la economía agrícola. Fuera de España, asistimos al auge del capitalismo en las principales potencias europeas y EE. UU. Se produce la 1ª Guerra Mundial que finaliza con el Tratado de Versalles. En Rusia, hay un movimiento obrero encabezado por Lenin. Durante este periodo de entreguerras, aparecen partidos socialistas y el alzamiento de partidos fascistas en Italia, España y Alemania. En EE. UU. tiene lugar la gran crisis de 1929 y se produce el estallido de la 2ª Guerra Mundial.


Tras la derrota de Alemania, Italia y Japón, surge un nuevo orden internacional, un bloque occidental en torno a EE. UU. denominado OTAN. Contexto Cultural y Filosófico: Destaca una nueva generación de pensadores y literatos: la del 98 (Unamuno, Machado), la de 1914 (Gómez de la Serna, Ortega…) y la del 27 (Lorca, Alberti, Picasso, Dalí, Miró). En esta época, aparecen una serie de posiciones filosóficas: idealismo, neokantismo, existencialismo, historicismo. El positivismo y el estructuralismo (centrados en el interés por la lengua y la ciencia), y el psicoanálisis y marxismo (centrados en los problemas sociales e ideológicos). Las corrientes filosóficas de Ortega son: la historicidad, la vida y el existencialismo (intentando hacer su propio análisis de la existencia humana), el vitalismo (que se centra en la explicación del concepto de vida) y, finalmente, el historicismo, de influencia tanto en Ortega como en Dilthey.


TEORÍA: El realismo es la teoría según la cual el objetivo conocido tiene una realidad independiente de la mente que la conoce y puede existir aunque nadie lo piense o se lo represente. Según Ortega, el realismo es la tesis que se forma en nuestra mente, es expresión de la actitud nativa de la mente, la doxa. La superación de esta actitud implica la superación del lenguaje y los conceptos tradicionales. La reforma de la idea del ser significa la reforma radical de la filosofía. La filosofía auténtica no puede dar nada por supuesto, por lo que no puede aceptar el realismo ingenuo. El idealismo es una teoría que consiste en afirmar que el mundo es una construcción de la subjetividad; es una consecuencia de la actividad pensante del sujeto. Con el idealismo, la filosofía pierde el mundo exterior, lo convierte en mera representación y, a la vez, descubre la realidad primordial de la conciencia de la subjetividad. En el idealismo, podremos ir más allá de él. Según Ortega, nunca podemos reducir el afán de descubrir lo esencial; el dato fundamental no es el que creemos cuando vivimos en la actitud original y el idealismo no cae en el escepticismo.


La tesis idealista tiene que superarse: el idealismo acierta cuando muestra que la realidad depende de la subjetividad, pero no cuando considera que es una parte de ella. El error del idealismo puede convertirse en subjetivismo. La perspectiva es una doctrina fundamental en su filosofía que consiste en afirmar: todo conocimiento está anclado siempre a un punto de vista, en una situación, y en que su propia esencia, la realidad misma, es perspectivística: – objetivismo: si existe la verdad, tiene que ser una. – subjetivismo: las apariencias son subjetivas. El perspectivismo que defiende le permite superar ambas teorías. Ortega afirma que la realidad no es una, sino múltiple. La verdad está en la comprensión de que ambos, el sujeto y el objeto, son inseparables. El objetivismo es una teoría incorrecta, por lo tanto, debe ser múltiple. La modernidad descansa en el concepto racionalista e idealista de la subjetividad. El tema de nuestro tiempo es la superación de este concepto y la superación del racionalismo y del idealismo, y la preparación de una nueva época. Para Ortega, todo tiene una misma misión; el principio básico que encuentra Ortega es la subjetividad. Para Ortega, estamos en un umbral de una nueva época; la subjetividad es algo ya caduco y la modernidad ha concluido.


Para Descartes, la única existencia cierta es lo percibido con certeza por la razón. Ortega propone una realidad perspectivista. La realidad se muestra en tantas perspectivas como sujetos. El conocimiento (epistemología). Para Descartes, será verdadero lo que la razón pertenezca al lugar o momento histórico al que pertenezca y perciba con claridad. Precisamente cuando la sustancia pensante se deja llevar por los sentidos y entra en contacto con lo sensible, con la vida, pierde la posibilidad de alcanzar la verdad. Para Ortega, el conocimiento es siempre conocimiento desde una vida, desde unas condiciones corporales, socioculturales e históricas concretas, es decir, desde un punto de vista. La circunstancia de cada sujeto determina la parte de realidad a la que tiene acceso. Por tanto, ningún sujeto ni ninguna época histórica podrán alcanzar el conocimiento absoluto y definitivo.


Sin embargo, la parte de verdad alcanzada es precisamente una parte de la verdad. El ser humano (antropología). Descartes defiende un dualismo antropológico. Propone que lo único indudable es la existencia del yo pienso, una sustancia que se define como pensamiento. Lo corporal es una sustancia extensa, distinta y separada del yo. Por eso, la razón de los seres humanos de todas las épocas y lugares es la misma. Para Ortega, lo que define al ser humano es su vivir. La vida no es una cosa o sustancia que se pueda definir como pensamiento, como cualquier cosa. El hombre no tiene naturaleza, tiene historia. Es un ser que se está haciendo incesantemente a sí mismo. La definición de cualquier aspecto humano que olvide que nace de lo vital es una abstracción.



Actualidad: El pensamiento de Ortega y Gasset revolucionó la filosofía en España. La filosofía de Ortega puso al pensamiento español en relación directa y de igualdad con el pensamiento que se estaba generando en Europa. La involución que el final de la Guerra Civil produjo en la filosofía, con una vuelta a la Neo-escolástica. La deshumanización del arte es una de las grandes pautas interpretativas de la estética contemporánea. La crítica de Ortega a las ideas radicales que impiden un entendimiento común sigue muy presente. El problema de los nacionalismos que Ortega veía como uno de los motivos de que el país se hundiera está todavía muy lejos de solucionarse. Los independentismos catalanes y vascos o la penosa lacra de ETA demuestran que no vivimos en un país unido, sino dividido, y con intereses contrapuestos. La filosofía de Ortega y Gasset no solo es una filosofía de su tiempo, sino también una filosofía del presente, porque la visión intelectual de Ortega le hizo alzar la vista más allá de lo inmediato.

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