La Filosofía de Marx: Conocimiento y Crítica
Marx no desarrolló una teoría del conocimiento en sentido estricto, pero sí desmitificó ese idealismo ingenuo que consideraba las ideas fruto de una “burbuja inmaterial” de los filósofos.
Críticas Filosóficas de Marx
Contra Hegel: Materialismo Dialéctico vs. Idealismo Absoluto
El centro de sus críticas fue Hegel, pues lo consideraba el principal baluarte ideológico del mundo cristiano-burgués. Marx compartía con Hegel la idea de que la realidad no es estática, sino dinámica y cambiante, llena de contradicciones que la obligan a transformarse y superarlas. Sin embargo, influenciado por la izquierda hegeliana, Marx no entendía ese dinamismo como fruto de un Espíritu Absoluto o Idea (Dios o Inteligencia suprema) desplegándose, lo que llevaba a la máxima hegeliana de que *“todo lo racional es real y todo lo real es racional”* (es decir, toda la realidad puede explicarse y justificarse de forma racional).
La filosofía hegeliana tendía a justificar y legitimar la historia. Marx se preguntaba: ¿cómo puede justificarse que, precisamente en su época, toda una clase, el proletariado, que constituía la mayoría de la población, estuviera desposeída de derechos y libertad? Para Marx, ese dinamismo es producto de las fuerzas y relaciones materiales que se dan en la realidad. Es decir, son las condiciones materiales concretas, sociales y económicas (el particular sistema de producción) las que marcan la forma de pensar, la cultura, costumbres, religión o moral.
Por eso, el marxismo es considerado un *materialismo dialéctico*, ya que es la materia (la economía), con sus tensiones, la que hace avanzar la historia en un proceso de confrontación y superación. Este proceso se describe así: un sistema económico concreto (*tesis*), a causa de sus incoherencias internas, genera su propio opuesto (*antítesis*). Del enfrentamiento entre ambos surge una situación económica y social nueva (*síntesis*), que se instaurará como nueva tesis, volviéndose a generar todo el proceso.
Además, para Hegel, la filosofía tenía una función especulativa: se limitaba a pensar sobre la realidad. Según Marx, la misión de la filosofía no podía ser solo teórica, sino también práctica (*teoría y praxis*). La teoría pura no modifica la realidad existente; debe tener un momento práctico, revolucionario, que ataque, no solo teóricamente, esos cimientos, esas condiciones materiales de las cuales el discurso teórico es solo un reflejo. Famosamente, Marx afirmó: *“Los filósofos no han hecho hasta ahora otra cosa que interpretar el mundo de diversos modos; ahora se trata de transformarlo”*.
Teoría y práctica no son independientes: toda teoría es práctica (pues se fundamenta en unas condiciones materiales concretas) y toda práctica debe tener un trasfondo teórico (de lo contrario, sería puro caos destructivo, como el que llevaban a cabo los luditas).
El Concepto de Ideología en Marx
Marx no precisó suficientemente el concepto de *ideología*. Así, por una parte, la ideología comprendería el conjunto de ideas y creaciones intelectuales que componen una determinada visión del mundo. Es decir, la ideología formaría parte de la *superestructura*. En este sentido, la ideología es necesaria en la vida de los hombres y la sociedad, pues *“todo lo que mueve a los hombres ha de pasar necesariamente por sus cabezas”*.
Sin embargo, en Marx predomina el concepto de ideología en sentido negativo: la ideología sería un conjunto de ideas que ofrecen una imagen falseada y falsificadora de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida del hombre.
La ideología que predomina en una sociedad es la de la *clase dominante*: esta elabora una teoría acerca de la realidad y del hombre para justificar sus intereses, el modo de producción existente y su dominio social; es decir, trata de legitimar la situación de explotación y alienación de la clase trabajadora. Las ideologías desaparecerán cuando se instaure la sociedad sin clases, la sociedad comunista.
Génesis de las Ideologías
Estadio Pre-ideológico
En él, el hombre se encuentra sometido a las fuerzas de la naturaleza, pues no ha conseguido ni dominarla ni transformarla. Ante esta situación, el hombre diviniza las fuerzas de la naturaleza y crea mitos, que son inventos falseadores de la realidad, en los que se refleja su dependencia de unas fuerzas que aún desconoce; crea seres extraños y superiores a los que está subordinado.
Estadio Ideológico
Las ideologías propiamente dichas, como formas de conciencia deformadas, nacen con la auténtica división del trabajo: trabajo intelectual y trabajo manual. El hombre se dedica a crear teorías precisamente porque hay hombres que están separados de la práctica social de la producción. Esos son los que crean las formas de conciencia y hacen que los otros tomen como real lo que no es sino producto de su imaginación. El mito se ha convertido en forma de conciencia deformada en la que el hombre sigue subordinado, ya no a la naturaleza, sino a la mercancía y al Estado, que se ven posibilitados y justificados por esas ideologías predominantes.
Principales Clases de Ideologías
Ideología Política
Consiste en declarar al pueblo soberano y a todos los ciudadanos libres e iguales. Pero la soberanía del pueblo, la libertad y la igualdad son puramente teóricas, porque no alcanzan al hombre real y concreto. El Estado debería ser el árbitro imparcial de las diferencias entre ciudadanos, pero en la realidad es un instrumento de opresión en manos de la clase dominante.
Ideología Religiosa y Filosófica
Tanto la religión como la filosofía crean mundos imaginarios, irreales. La diferencia entre ambas ideologías es simplemente de grado: la religiosa es más primitiva, más tosca, menos evolucionada. Adorna con flores las cadenas que le esclavizan: es el *opio del pueblo* que sufre y se resigna a su sufrimiento.
Materialismo Histórico y Transformación Social
El Materialismo Histórico
El materialismo marxista no es una mera repetición del materialismo atomista de Demócrito ni del materialismo mecanicista de La Mettrie, sino que es la ciencia marxista de la historia, la cual es el resultado de la libertad de los hombres: no hay determinismos históricos (la historia no nos viene dada).
Tesis Principales del Materialismo Histórico
Las relaciones que el hombre establece con la naturaleza y con los demás hombres son materiales: los hombres extraen de la naturaleza sus bienes y luego producen e intercambian bienes materiales para satisfacer sus necesidades. A esto lo llama Marx la *producción social de la vida*.
Esas relaciones son las que dan origen, en última instancia, a la ideología y a la estructura jurídico-política del Estado. Lo que condiciona la historia humana son las *relaciones económicas de producción*. Como Marx afirmó: *“No es la conciencia del hombre lo que determina su ser, sino que es el ser social lo que determina su conciencia”*.
Conceptos Fundamentales del Materialismo Histórico
Fuerzas Productivas
Son los medios con los que se realiza la producción de bienes materiales. Hay dos tipos fundamentales:
Medios de Producción
Materias primas, instalaciones, maquinaria, tecnología…
Fuerza de Trabajo
La capacidad para trabajar y producir mercancías.
Tiempo de Trabajo
Es el tiempo dedicado a producir. Resulta el criterio que usa Marx para determinar el *valor de cambio*.
Valor de Cambio (o Valor a Secas)
Se calcula según el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir una mercancía. El valor de una mercancía está determinado, en última instancia, por el promedio de la cantidad de trabajo necesaria para producirla en una determinada sociedad, y no por la cantidad individual de trabajo que un productor invierte en la producción de un bien dado, pues la cantidad de trabajo humano necesaria para producir una determinada unidad de un bien varía de acuerdo a la destreza del productor, las condiciones naturales o la tecnología, entre otros factores.
Valor de Uso
El uso o la utilidad que se le da a una mercancía para satisfacer una necesidad. Es distinto del valor de cambio y no lo disminuye directamente, sino que representa su utilidad intrínseca.
Relaciones de Producción
La forma en que los agentes económicos se relacionan con los medios de producción. Son conflictivas, pues resultan ser de amo-esclavo, capitalista-obrero; en definitiva, de explotador-explotado: el trabajador vende su *fuerza de trabajo* (una mercancía más) al precio y condiciones que establezca el dueño de los medios de producción.
Infraestructura
Estructura económica.
Superestructura
Puede ser jurídica (las leyes que regulan la sociedad), política (las instituciones del Estado) o ideológica (la filosofía, la religión, el arte…).
Modos de Producción
Manera cómo se producen los bienes materiales según las diversas sociedades. La historia humana ha pasado por los siguientes:
Asiático
Modo de producción de las primeras sociedades humanas; en él aún no existía la propiedad privada y las relaciones de producción eran de cooperación entre iguales; el medio de producción fundamental era la tierra, siendo de propiedad colectiva.
Antiguo
Es el modo de producción de la Edad Antigua (Grecia, Roma, Antiguas Civilizaciones); las relaciones de producción fundamentales se dieron entre hombre libre y esclavo, dicha relación establecía que la tierra, así como el esclavo, eran completa propiedad del hombre libre.
Feudal
Modo de producción de la Edad Media; las relaciones de producción generalizadas en esta época se daban entre el señor (feudal) y el siervo (de la gleba); el señor era el propietario de la tierra, aunque no del siervo, el cual, sin embargo, estaba obligado a trabajar la tierra de aquel y a entregarle una parte (impuesto, gravamen, tributo, diezmo, etc.) de lo que conseguía producir con su trabajo.
Capitalista o Burgués
Es el modo de producción de la Edad Moderna (de la sociedad industrial). Generaliza el trabajo a cambio de un *salario*, es decir, el *trabajo asalariado* (una novedad en la historia), que genera constantemente *plusvalía* para el propietario de los medios de producción, el capitalista. Y todo se convierte en *mercancía* (=aquello que se compra/vende por dinero), incluido el trabajo humano.
El paso de un modo a otro determina el devenir histórico.
La conclusión que saca Marx es que el motor de la historia es la *lucha de clases*: *“La historia de toda sociedad existente hasta hoy es la historia de la lucha de clases”* (*Manifiesto Comunista*).
Las Clases Sociales
Las *clases sociales*, que han existido desde siempre, se definen por los lugares y las funciones que los hombres ocupan en el proceso de producción, no por la cuantía de los ingresos. Marx las reduce fundamentalmente a dos:
Burguesía
Propietaria de los medios de producción.
Proletariado
Solo posee la fuerza de trabajo y a su “prole”, como reproducción de esta.
Fundamental es la *conciencia de clase*: el saber que se pertenece a una clase y obrar en consecuencia. Antes de la Revolución Industrial, uno pertenecía a un gremio concreto y no sentía solidaridad alguna con ningún trabajador que no fuera, si acaso, de su gremio. Tras ella, al estar todos los trabajadores juntos en una fábrica malviviendo, esa conciencia aflora.
La Revolución Socialista
El fin al que se dirige la historia es la desaparición de las clases, para lo que se necesita la *revolución social*, es decir, la destrucción y transformación de esas relaciones de producción, lo que modificará también la superestructura. El proceso dialéctico sería el siguiente:
Tesis: Estado Burgués
Dominio de la burguesía, debido a la propiedad privada de los medios de producción.
Antítesis: Dictadura del Proletariado
Dominio del proletariado que irá haciendo desaparecer paulatinamente la propiedad privada.
Habrá una triple misión: desarrollar la industria, aniquilar los privilegios y la resistencia de la antigua clase dirigente y educar a las masas. A medida que se vayan cumpliendo estos objetivos, el Estado proletario se irá debilitando hasta desaparecer.
Síntesis: Comunismo
Sociedad sin clases, sin Estado, propiedad colectiva. Cada persona trabajará de acuerdo con sus capacidades y cobrará de acuerdo con sus necesidades. *“Cada uno según su capacidad. A cada uno según sus propias necesidades.”* No es una utopía tal como lo concibe Marx, será la conclusión necesaria de las contradicciones internas del sistema capitalista. El capitalismo lleva en su interior las semillas de su propia destrucción; para Marx, el comunismo traerá el fin de la historia, porque al abolir la propiedad privada desaparecerán las divisiones de clase. Esta desaparición acabará con la lucha social que ha sido el motor de la historia, por lo que esta se detendrá y la humanidad disfrutará, al fin, de paz, igualdad y libertad.
La Alienación en Marx
Es un concepto que desempeña un papel fundamental en la filosofía de Hegel, quien lo utilizó por primera vez, y también en Feuerbach. Derivado de la palabra latina *“alienus”*, se refiere al proceso por el cual uno se convierte en otro (*alius*), en lo no auténtico, en vez de ser él mismo. De esta forma, el término adquiere connotaciones peyorativas hasta convertirse en sinónimo de *“deshumanización”*.
Marx tomará conciencia plena de la *alienación* humana y la considerará como la consecuencia histórica y permanente de las estructuras económicas.
Clases de Alienación
Alienación Económica
Es la alienación fundamental, pues es la que posibilita la existencia de las restantes.
El trabajo, dice Marx, es natural y esencial al hombre. Como forma de transformación de la naturaleza y medio para garantizar la subsistencia, el trabajo se convierte en una necesidad, pero también es una forma de humanización: en el trabajo, en la producción, el hombre se realiza como hombre, es lo que le distingue de los animales. La actividad animal está preadaptada instintivamente a unos objetos de la naturaleza que están preparados para él; los animales toman de la naturaleza lo que esta da, sin transformarla, mientras que el hombre usa la naturaleza libremente.
Sin embargo, en la sociedad capitalista, el trabajo no humaniza, sino todo lo contrario, pues se convierte en instrumento de explotación. Para entenderlo, hace falta conocer cómo funciona el *mercado*, ese lugar abstracto en el que se compran y venden mercancías. En él hay libertad económica (en el mercado nadie está obligado a comprar o vender una cosa u otra; fuera de él sí, pues las condiciones socioeconómicas se lo imponen) e igualdad jurídica (las transacciones mercantiles son de estricta igualdad: se compran y venden cada mercancía exactamente por lo que valen. Si hay robos y abusos no es por el mercado, sino por los individuos que operan en él). Pero, si en el mercado hay una transacción equivalente, ¿cómo puede haber un incremento del beneficio? Porque ese incremento no se produce en el mercado, sino fuera de él: en el *proceso de producción*. Es en la fábrica donde esas mercancías que se han comprado por su valor exacto experimentan un cambio de forma que, cuando vuelven al mercado, llevan incorporado un incremento de valor que, al venderlas, se traduce en un beneficio a través de la *plusvalía*, mecanismo que está en la base de la explotación de la clase trabajadora por parte de los burgueses. El proceso es el siguiente:
El obrero vende al capitalista su *fuerza de trabajo* por un salario X. Al hacerlo, se está considerando la fuerza de trabajo como una mercancía cuyo valor de cambio es ese salario y cuyo importe, como el de cualquier mercancía, viene dado por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir esa mercancía (la fuerza de trabajo, es decir, el obrero), esto es, todo lo necesario para satisfacer sus necesidades.
El capitalista usa la mercancía comprada y la pone a producir otras mercancías durante un período de tiempo. Este período siempre es superior al tiempo de trabajo socialmente necesario para producir la fuerza de trabajo y, consecuentemente, durante ese período, la fuerza de trabajo produce mercancías cuyo valor de cambio es siempre superior a X (X+Y).
El capitalista lleva esas mercancías al mercado y las vende por ese valor equivalente (X+Y), obteniendo así un beneficio legal (quizá no moral), pues se han respetado las reglas del mercado. Ese beneficio es lo que Marx llama *plusvalía*. Esta es, pues, la diferencia que existe entre el valor que el capitalista paga por la fuerza de trabajo, y que solo cubre sus gastos de subsistencia, y el valor de las mercancías que esta crea en el tiempo dedicado al trabajo. El capitalista justifica esta desproporción alegando que en el valor del producto no solo se ha de contar el valor del trabajo del obrero, sino que además hay que sumarle el valor de los medios de producción. Como estos le pertenecen, es justo que sea él quien se beneficie de ellos.
Marx denuncia esta práctica como una apropiación ilegítima: la maquinaria no solo pertenece al burgués que la ha comprado, sino que también, en parte, tendría que pertenecer al obrero que la ha fabricado.
Por otra parte, la alienación económica se manifiesta en dos vertientes principales:
Respecto al Producto
El trabajador queda distanciado de lo que es básicamente suyo. No se reconoce en aquello que crea, porque no le pertenece. El producto se convierte en algo independiente, en cosa, y el hombre también se cosifica. Productos y hombres se convierten en mercancías.
Respecto al Acto de Trabajar
Es un acto que se le impone y que tiene lugar en unas condiciones infrahumanas. El trabajador no tiene posibilidad de desarrollar sus capacidades intelectuales y espirituales, porque pasa a ser una pieza más del complejo engranaje productivo.
Alienación Política o Jurídica
El Estado no obedece a la voluntad popular ni siquiera en los sistemas democráticos. Es parte de la superestructura creada por la clase dominante para mantener el *statu quo* y perpetuar sus propios privilegios. El Estado, aunque afirma que su finalidad es garantizar la justicia, la convivencia y la igualdad entre los individuos, en realidad solo garantiza, a través de innumerables leyes, el dominio económico que el capitalista ejerce sobre los trabajadores. Además, el individuo le cede derechos y libertades en función del, supuestamente, bien común.
Alienación Religiosa
Es la miseria material en la que vive la clase social explotada y alienada económicamente la causa real que lleva a la conciencia de estos hombres a crear el mundo ideal y sobrenatural de la religión, un mundo de perfección absoluta y abundancia sin límites donde hallar la felicidad y la vida buena que su pobre existencia material les niega constantemente.
De esta forma, Marx concibe la religión como la coartada más eficaz de la injusticia social: en la medida en que propone para otro mundo trascendente la liberación de las injusticias, relega toda posible transformación de las condiciones alienantes de la sociedad, enseñando a los hombres la resignación ante el sufrimiento. La promesa de un más allá mejor atenúa las ansias de transformación social. Además, el hombre deja de tomar las riendas de su vida y las pone en manos de otro: Dios.
La Esencia del Hombre y el Humanismo Marxista
Si Marx enjuicia la situación social como alienante y deshumanizada, es porque posee una idea propia del hombre que le sirve como criterio para oponerlo al hombre-producto de la sociedad capitalista.
La Esencia del Hombre
Es un Ser Material
Pues las relaciones que mantiene con los otros hombres y la naturaleza son de base material.
Es un Ser Natural
No puede ser concebido recurriendo a elementos externos a la naturaleza.
Es un Ser No Terminado
No tiene una naturaleza fija y dada de una vez y para siempre, sino que tiene que hacerse progresivamente.
Es un Animal Social
Constituye su ser en la sociedad.
Es un Ser Histórico
El hombre es el protagonista de la historia. La historia no es algo abstracto que va absorbiendo al hombre de cada época, sino que es el hombre concreto de cada época el que va construyendo la historia. No se puede concebir al hombre sin la historia de sus procesos de producción.
Es un Ser Práctico
La concepción que Marx tiene del hombre define a este, no principalmente como un *homo sapiens*, sino como un *homo faber*, un productor, un trabajador, un ser que se caracteriza más que por la actividad teórica por la *praxis* –término con el que Marx se refiere a toda actividad humana transformadora de la realidad–, la cual le lleva a crear una estructura económica de producción e intercambio de bienes con la que asegurar su vida. Así pues, el trabajo es el núcleo del hombre, lo que le distingue esencialmente de los otros seres naturales.
Aspectos Fundamentales del Humanismo Marxista
Es Ético
Hay una jerarquía de valores por la que el hombre es el valor absoluto. Hay que rechazar todo lo que pueda comprometer su dignidad.
Es Ateo
El hombre ha de ser artífice de su propia historia. El hombre debe confiar en sus propias fuerzas y no en la ayuda de lo alto. Si Dios es el amo, el hombre no puede ser sino su esclavo.
Es Materialista
El marxismo quiere ser fiel a esta tierra que es su patria y que no es un destierro ni un valle de lágrimas. Si rechaza la visión religiosa es por fidelidad a la tierra: la religión le aparta de sus deberes terrenos.
Es Económico
Es un factor fundamental en el proceso histórico, de tal modo que la historia se explica desde la economía.
Es Comunitario
Es solidario con toda la humanidad. El hombre solitario no cuenta. El individualismo propio del liberalismo económico va contra el propio hombre. El hombre ha de estar en estrecha relación con todos los hombres, de ahí que el proletariado unido traerá la salvación a la humanidad.
Es Revolucionario
Más importante que la teoría es la praxis en orden a cambiar la sociedad. El humanismo marxista es militante, combatiente, para cambiar las estructuras sociales.
Es Científico
El humanismo se apoya en un análisis científico de la realidad, de la sociedad concreta en la que vive. No hay praxis revolucionaria sin teoría revolucionaria, a la vez que la teoría lleva a la praxis. Pero la teoría no es abstracta sino conocimiento científico de la realidad.