La Evolución de la Metafísica: Desde el Arjé Griego hasta la Crisis Contemporánea

Las Preguntas de la Metafísica Antigua

La orientación concreta de esta rama de la filosofía ha experimentado importantes cambios a lo largo del tiempo. En la antigua Grecia, la filosofía griega comenzó por preguntarse cuál es el arjé o el principio primordial del que todo proviene: ¿de qué está hecho todo lo que vemos?

Platón amplió el campo de estudio de la metafísica, planteando nuevas e importantes preguntas: ¿Existe alguna realidad que permanece siempre idéntica y no cambia nunca? ¿Qué relación tienen esas realidades eternas e inmutables con las cosas que vemos y tocamos?

Aristóteles, por su parte, fue el primero que expuso de forma sistemática todas estas preocupaciones filosóficas, siendo el autor del primer tratado sistemático sobre la metafísica.

En su obra, Aristóteles recoge todas las preocupaciones de los filósofos griegos, dándoles una formulación rigurosa. Para exponer su pensamiento, Aristóteles creó muchas precisiones conceptuales que han sido de gran importancia para la filosofía posterior.

La Metafísica en la Época Medieval

En el siglo V, Agustín de Hipona logró sintetizar la metafísica de Platón con el cristianismo.

El pensamiento de Agustín de Hipona se convirtió de este modo en la interpretación filosófica más importante durante los primeros siglos de la Edad Media.

Más tarde, en el siglo XIII, Tomás de Aquino elaboró una nueva síntesis filosófica a partir del pensamiento de Aristóteles y los dogmas cristianos. La filosofía tomista tuvo una enorme influencia y, con el tiempo, se convirtió en una doctrina oficial de la Iglesia Católica.

La Metafísica y la Modernidad: Nuevas Interrogantes

En la filosofía moderna volvieron a surgir las preguntas metafísicas orientadas a descubrir en qué consiste verdaderamente la realidad: ¿qué es lo que de verdad existe? Asimismo, se preguntaron acerca del tiempo y el espacio: ¿existen por sí mismos o son productos del modo en el que los humanos percibimos la realidad?

También en esta época aparecieron los primeros cuestionamientos acerca de la metafísica.

Kant, por ejemplo, afirmó que las preguntas metafísicas estaban más allá de lo que la razón humana podía conocer.

Sin embargo, según Kant, existe en los seres humanos una tendencia inevitable a plantear ese tipo de preguntas, aunque no seamos capaces de conocer las respuestas.

La Edad Contemporánea y la Crisis de la Metafísica

El desarrollo científico y técnico contribuyó a profundizar la crisis de la metafísica en la época contemporánea.

¿Tienen realmente sentido las preguntas que se plantea la metafísica? ¿No sería mejor confiar en la ciencia y prescindir totalmente de la filosofía?

Estos cuestionamientos explican la profunda crisis de la metafísica en la Edad Contemporánea. Sin embargo, a pesar de las críticas recibidas, la metafísica ha contado con importantes figuras en la época contemporánea.

En el siglo XX, el filósofo alemán Martin Heidegger planteó de nuevo la antigua pregunta por el Ser con la que comenzó la filosofía en Grecia. Jean-Paul Sartre, en Francia, afirmó que la realidad última está íntimamente ligada a la existencia humana, fundando así la filosofía existencialista. En España, José Ortega y Gasset propuso una metafísica basada en la vida humana como realidad radical, y Xabier Zubiri hizo importantes contribuciones al estudio de la realidad.

Los Monistas Presocráticos: La Búsqueda del Arjé Único

Como sabes, estos pensadores se preguntaban por el principio o arjé a partir del cual todo está hecho. Algunos presocráticos creían que el arjé es único, porque todo cuanto existe procede de un único principio. Estos filósofos son monistas, puesto que afirman que todo es, en el fondo, una única realidad.

Tales de Mileto, quien es el primer filósofo del que tenemos noticia, creía que todo lo que percibimos está formado por agua. En cambio, Anaxímenes pensaba que el arjé fundamental del cual todo está hecho era el aire; las demás cosas que existen no son más que diversas manifestaciones del aire. Según Anaxímenes, al expandirse el aire se convierte en fuego. Por el contrario, al comprimirlo se obtiene agua, y al comprimir el agua se obtiene tierra.

Para Anaximandro, el arjé es único, pero no se corresponde con ninguna de las realidades que podemos ver y tocar; es algo indefinido. Este ‘algo’ Anaximandro lo llamó ápeiron, que en griego significa ‘lo indeterminado’.

La teoría de Pitágoras, quien además de filósofo era matemático, es bastante más abstracta. Al estudiar los principios físicos de la música, Pitágoras descubrió que la armonía musical está relacionada con las proporciones matemáticas. La relación entre la música y las matemáticas impresionó mucho a Pitágoras. Extendió esta idea, imaginando que todo lo que existe en el universo está sujeto a proporciones matemáticas similares.

Por eso a veces se afirma que Pitágoras es un filósofo monista, puesto que para él el arjé o principio del cual todo está hecho es el número.

El Pluralismo Metafísico: Múltiples Principios de la Realidad

Los filósofos pluralistas sostienen que la realidad es múltiple.

Para ellos, lo real está formado por varios principios elementales distintos que se combinan entre sí.

Entre los presocráticos también encontramos algunos filósofos pluralistas para quienes el arjé es múltiple. Empédocles, por ejemplo, creía que todo estaba compuesto por cuatro elementos básicos: el fuego, el aire, el agua y la tierra. Según Empédocles, todo lo que existe está formado por una mezcla de estos cuatro elementos combinados entre sí en diferentes proporciones gracias a la interacción de dos fuerzas cósmicas a las que él denomina Amor y Odio.

Anaxágoras sostenía que el arjé es una especie de semillas, o homeomerías, que forman toda la realidad. Hay infinitos tipos de semillas distintas que se combinan para producir los distintos objetos que podemos ver y tocar, organizadas por el Nous (Intelecto o Mente, que impulsa el movimiento de las semillas).

Los presocráticos pluralistas más conocidos son los atomistas Leucipo y Demócrito, quienes defendieron la idea de que todo está formado por unas partículas elementales a las que llamaron átomos. Estas partículas son indivisibles. Los átomos pueden moverse y combinarse entre sí para formar todo lo que existe.

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