La Defensa de Sócrates: Filosofía, Sofistas y la Condena a Muerte en Atenas

Estructura de la Obra: La Apología de Sócrates

Introducción (Páginas 43-45)

Se describe brevemente el aspecto físico de Sócrates y se explica su pasado: dónde y cuándo nació, y quiénes fueron sus padres. También se mencionan sus esposas y sus actividades en la esfera pública, como su intervención como soldado de infantería de armas pesadas (hoplita) en diversas batallas del Peloponeso. Se destaca que Sócrates fue miembro del consejo en dos juicios y que sus amistades le generaron mala reputación.

Parte 1: La Defensa (Páginas 45-69)

En esta primera parte, Sócrates se defiende de las acusaciones de Meleto, quien lo inculpa de corromper a los jóvenes y de enseñar un nuevo ateísmo. Sócrates expone su creencia de que un hombre que reconoce su ignorancia puede ser considerado la persona más sabia de la ciudad.

Para demostrar esto, Sócrates se dedicó a interrogar a políticos, poetas y otros supuestos sabios de Atenas, dándose cuenta de que eran falsos sabios. De esta manera, Sócrates se ganó numerosos enemigos, quienes intentaron influir en el jurado acusándolo de sofista.

Sócrates relata su visita al Oráculo de Delfos, el cual le confirmó que él era el más sabio. Sócrates, al no reconocer en sí mismo ninguna sabiduría, concluye que la sabiduría humana no vale nada y que la única sabiduría verdadera es la de los dioses.

Posteriormente, se defiende de las acusaciones específicas:

  • Corrupción de los jóvenes: Argumenta que, si realmente corrompiera a los jóvenes, estos o sus familias deberían estar en su contra, lo cual no sucede.
  • Ateísmo: Meleto lo acusa de no creer en los dioses. Sócrates le responde que sí cree y, mediante preguntas, logra que Meleto se contradiga, forzándolo a decir que Sócrates es ateo y, a la vez, que cree en semidioses y espíritus.

Para finalizar esta parte, Sócrates aborda el tema de la muerte, afirmando que no le teme y que, si es condenado, lo aceptará.

Parte 2: El Veredicto y la Propuesta de Pena (Páginas 69-72)

Se anuncia el resultado de la votación del jurado: 281 votos a favor de la ejecución y 220 en contra. Sócrates, para intentar evitar la muerte, propone una pena alternativa, que es pagar una suma de dinero. El jurado no acepta la propuesta por considerarla muy pequeña, por lo que finalmente es condenado a muerte bebiendo cicuta.

Parte 3: Discurso Final (Páginas 72-76)

Sócrates había propuesto pagar 3000 dracmas como alternativa a la pena de muerte, pero la alternativa no fue aceptada.

Sócrates se dirige a quienes votaron por su muerte, señalando que no lo han condenado porque sus argumentos no fueran convincentes, sino porque él prefirió actuar de acuerdo con sus principios. A quienes votaron en contra de la pena de muerte, les dice que han hecho lo correcto.

Sócrates concluye su discurso diciendo que no guarda rencor a quienes votaron a favor de su muerte, y les pide que cuiden de sus tres hijos.

Los Sofistas y su Confrontación con Sócrates

¿Quiénes eran los Sofistas?

Los sofistas eran los atenienses más cultos que se dedicaban a dar clases de escritura, lectura y, fundamentalmente, a enseñar al resto del pueblo a ser buenos oradores. Su objetivo no era buscar la verdad, sino simplemente saber convencer a otros de algo, fuera cierto o no; es decir, eran relativistas. Enseñaban todo esto a cambio de dinero, lo que les permitía llevar una vida lujosa.

Relación entre Sócrates y los Sofistas

La relación entre Sócrates y los sofistas siempre fue muy tensa, ya que defendían ideas incompatibles: Sócrates buscaba la verdad, mientras que los sofistas buscaban convencer. A causa de esta tensión, los sofistas influyeron en las acusaciones básicas por las que Sócrates fue juzgado y condenado a muerte:

  1. No creer en los dioses de Atenas.
  2. Manipulación de las ideas de los jóvenes, quienes seguían sus ideas con entusiasmo por el hecho de buscar la lógica y no los mitos.

En parte, por culpa de esta tensa relación entre ambas formas de pensar, Sócrates acabó siendo ejecutado.

Sofistas Destacados en la Obra

Meleto

Es el principal acusador de Sócrates, y pudo haber sido convencido o sobornado por Ánito. Era poeta y, anteriormente al juicio, pudo haber escrito alguna obra. Acusó a Sócrates de corromper a los jóvenes atenienses. Según una tradición, murió a pedradas después de la ejecución de Sócrates, ya que los atenienses se arrepintieron de la condena impuesta.

Máximos Representantes de la Sofística

Son los tres máximos representantes de la sofística, sin contar a Protágoras, ya que había muerto antes del juicio:

  • Gorgias de Leontinos: Convenció a los atenienses de que apoyaran a su ciudad contra Siracusa. Se dedicó a enseñar, fundamentalmente retórica, en Atenas y Tesalia.
  • Hipias de Élide: Estudiaba muchas materias como geometría, música, gramática, poesía, etc.
  • Pródico de Ceos: Formó parte de la primera generación de sofistas. Se le consideraba un experto en astronomía, fue considerado ateo y, por parte de Platón, muy pesimista. Sócrates asistió a algunas de sus clases de lenguaje, concretamente de sinónimos.

Eveno

Poeta y sofista. Una tradición sostiene que enseñó poesía a Sócrates.

Diferencias y Semejanzas entre los Sofistas y Sócrates

Diferencias

  • La forma que usaban para educar.
  • Los sofistas vivían de lo que ganaban enseñando, mientras que Sócrates vivía en la pobreza.
  • Sócrates no se interesó en la política como los sofistas.
  • Sus conceptos de humanismo no concuerdan: los sofistas mantenían una posición relativista, mientras que Sócrates rechazaba el relativismo y buscaba la definición universal.
  • Los sofistas dejaron el legado del trivium y el quadrivium.
  • Sócrates desarrolla un método práctico basado en la dialéctica, mientras que los sofistas tenían interés por la retórica.

Semejanzas

  • Interés por la ética y la política.
  • Marcan diferencias entre el nomos (ley/costumbre) y el physis (naturaleza).
  • Se preguntaban si se puede definir la virtud (virtud política-arte), si se puede enseñar y las diferencias que existen entre estos conceptos.

La Muerte en la Filosofía Socrática

¿Qué era la Muerte para Sócrates?

Sócrates no consideraba la muerte como algo que debía ser temido y evitado. Él pensaba en la muerte como algo desconocido, de lo cual nadie podía saber si era bueno o malo. Solo el Dios era sabedor de la realidad que nos espera después de esta vida, tal como lo expresa en la pág. 72: “Ya es hora de marchar, yo a morir, vosotros a vivir. Que quién de nosotros se dirige a una circunstancia mejor, eso es algo oculto para todos excepto para el Dios.”

Cuando algo no se conoce, es imposible determinar si está bien o no, o si nos gusta o no. Lo mismo sucede con la muerte; no podemos saber si es algo bueno o malo simplemente por el hecho de desconocerla, por ese mismo motivo no hay por qué tenerle miedo. Sócrates no temía a la muerte:

Pág. 71: “El hombre honesto no sufre ningún mal, ni en vida, ni una vez que ha muerto, y sus dificultades no les resultan indiferentes a los dioses. Mi circunstancia presente no es casual, sino que veo claramente que morir y librarme de las ocupaciones era lo mejor para mí.”

También hay que destacar que Sócrates creía que aquellos que tenían miedo de la muerte era porque presumían de conocer lo que pasaba una vez que morías, es decir, de saber lo que no se sabe:

Pág. 52: “Atenienses, temer a la muerte no es otra cosa que considerarse sabio cuando no se es, pues eso es creer saber lo que no se sabe.”

¿Y para los Demás?

La muerte para los atenienses era algo temido que se intentaba retrasar al máximo. Nadie era capaz de explicar cómo era, y ese era el principal motivo de que fuera tan temida. Hay una frase que dice Sócrates que expresa perfectamente lo que representa la muerte para los atenienses:

Pág. 52: “Nadie conoce la muerte, ni si acaso, resultaría ser el mayor de los bienes para el ser humano, y sin embargo la temen como si supieran perfectamente que es el mayor de los males.”

Ideas Generales sobre la Muerte

Sócrates

  • No teme a la muerte.
  • Nunca cambiaría su forma de ser. Prefiere morir que faltar a sus principios.
  • Aunque cree que no tiene que morir, sino recibir un premio.
  • Creía que podía ser beneficiosa.
  • No le da importancia a la muerte, antepone sus ideales.

Jueces

  • Era el peor castigo que se podía imponer porque era la única forma de acabar con los problemas.

Atenienses

  • Temen a la muerte porque es un mundo desconocido.
  • Creen que la pena de muerte es el peor de los castigos.

La Muerte de Sócrates

Sócrates murió envenenado a causa del veredicto del juicio en su contra. Fue envenenado con cicuta, una planta cuyo zumo contiene un potente veneno. Murió en el año 399 a.C. en Atenas a los 70 años de edad.

Antes de morir, Sócrates recibió una visita en la cárcel de Critón, quien le propuso huir, pero Sócrates se negó rotundamente, ya que iba en contra de sus principios. Prefería enfrentarse a la muerte que violar sus propios principios.

La Ironía Socrática: Método y Propósito

Definición y Uso

La ironía es un método en el cual el emisor dice lo contrario de lo que quiere dar a entender. La ironía fue uno de los principales métodos utilizados por Sócrates en sus diálogos.

El filósofo quería exponer su opinión a través de la ironía, con la cual provocaba y al mismo tiempo confundía a los oyentes y, principalmente, a la persona que sometía a “prueba”. Es decir, la ironía socrática forma parte de la mayéutica y pretende provocar y confundir al interlocutor.

Ejemplos de Ironía en el Juicio

En el juicio, Sócrates utiliza la ironía en numerosas ocasiones, en un principio para confundir y dar a conocer al público los escasos conocimientos de Meleto. Un ejemplo muy claro es el de la página 46:

“¿En qué quedamos, Meleto? Siendo tú tan joven y yo tan viejo, ¿eres más sabio que yo y, por tanto, tú sí sabes que las malas personas causan males principalmente a los que tienen más a mano y que los buenos procuran el bien, mientras que yo soy tan estúpido que no me doy cuenta de que si convierto a un allegado mío en malvado, me arriesgo a que me haga algo malo y que, en consecuencia, ese mal me lo esté procurando yo mismo, según dices?”

Sócrates se centra en mostrar la ignorancia de Meleto. En este caso, la ironía es otro modo de demostrar o “sacar a la luz” la verdad de su inocencia. Sócrates demuestra claramente las contradicciones y la ignorancia de su adversario.

Otro ejemplo es la clara mención de Meleto como una persona querida por el filósofo, cosa que sin ninguna duda no podía ser posible:

Pág. 45: “Queridísimo Meleto…”

Por último, y en mi opinión la más evidente, es la que aparece en la página 48:

“¿Es esta, por Zeus, la opinión que tienes de mí, que no creo que exista ningún Dios?”

Esta pregunta surge cuando Sócrates le hace a Meleto una serie de preguntas con significado irónico, ya que todas estas están presentadas como una afirmación, pero él quiere dar a entender todo lo contrario de lo que se expone (en este caso, que no cree en ningún Dios).

Ideas Generales sobre la Ironía Socrática

  • La ironía pretende dar a entender una idea contraria a la expresada mediante un tono sutil y con una finalidad específica.
  • La Ironía Socrática es un método utilizado por Sócrates.
  • Su método consiste en realizar preguntas sencillas sobre el tema del cual la persona se cree sabia y más tarde rebatirle las respuestas que le da, con la finalidad de que la persona puesta a prueba descubra que su saber no es real y que, como resultado, reconozca su ignorancia.
  • Sócrates considera que solo con el reconocimiento de nuestra ignorancia estamos en condiciones de buscar la verdad.

En la Apología:

  • Encumbra a Meleto como el sabio en la materia con sus preguntas, con el fin de hacerlo crecer para finalmente refutarle y generarle confusión e incomodidad delante del público presente.
  • Pretende hacer pensar y reflexionar al jurado.

Justicia y Ley: La Postura de Sócrates

El Concepto de Justicia

La palabra justicia es uno de los términos más difíciles de definir y sobre los que más preguntas se han formulado. Muchos filósofos y juristas han tratado de dar una definición, pero ninguna se ha considerado única. Por esa razón surge la pregunta: ¿Qué es la justicia?

Hay dos posiciones respecto a la justicia: la de los moralistas y la de los juristas. Los moralistas la conciben como una enorme virtud donde el fin más importante es la perfección moral de la persona.

¿Qué es la Justicia para Sócrates?

Sócrates se adhiere a la justicia moralista y declara que esta es, sobre todo, una perfección interior, una virtud que radica en el alma.

Sócrates dice que el hombre justo es sano y bueno; mientras que la injusticia implica ignorancia, y el hombre injusto es malo, vicioso e ignorante.

Sócrates fue enjuiciado y condenado por los tribunales del gobierno democrático de Atenas, bajo el cargo de corromper a los jóvenes y de falta de creencia en los dioses ancestrales.

Él piensa que si la justicia se pudiera enseñar, no sería dando teoría y explicaciones, sino comportándose de manera consciente y recta, asumiendo las responsabilidades de nuestros actos. Sócrates, a pesar de haber sido juzgado y sentenciado a muerte injustamente, decía que más injusto sería no cumplir con la ley, porque eso sería consecuencia de no cumplir con la justicia.

Valoración de su Juicio

El juicio no fue justo porque a Sócrates nunca le interesó ser popular a través de sus discursos. Nunca quiso sobrepasar la justicia, porque para él la justicia se anteponía a toda consideración, sin importarle las consecuencias, el éxito o el fracaso, incluyendo sobre todo la vida del orador.

Sócrates simplemente ocupó su vida para el beneficio de los demás. Su única preocupación era que estos cultivaran su mente, su espíritu y su alma, dejando atrás el deseo de los objetos materiales y las riquezas, sin hacer daño a nadie.

Sócrates inspira a sus interlocutores, les invita a buscar la verdad y a encontrar un sentido racional en sus vidas. Esto es básicamente lo que define a Sócrates: es implacable, sin aceptar excusas ni compromisos. Él pregunta y demuestra el poco valor y sentido de las respuestas, lo insuficientes que son.

La Sociedad Ateniense Clásica

La sociedad ateniense coincide con el periodo clásico (griegos y romanos). Estaba determinada por la separación entre hombres libres y esclavos. Aun así, en Atenas había tres tipos de hombres con diferentes condiciones legales:

Los Ciudadanos

Representaban unos 40,000 ciudadanos en una población de alrededor de 250,000 habitantes (incluidas esposas y niños, que en el ámbito político no tenían participación). Esta “clase social” era la única que podía tener derecho a obtener bienes, terrenos o fincas privadas. Dentro de los ciudadanos había un grupo más poderoso y rico, la mayoría propietarios de grandes extensiones de territorios.

Los Metecos

Estaba constituido por un grupo muy activo, formado por hombres que no tenían mucho poder, aunque eran libres. Solían provenir de sitios extranjeros, de otras polis de Grecia o simplemente no eran griegos. Se dedicaban al comercio y las artesanías. No solían llegar a la propiedad de la tierra para ser ciudadanos. Al dedicarse al comercio, solían vivir cerca de las costas y los puertos de Atenas. Durante el siglo V a.C. llegaron a ser más de 70,000 representantes, incluidas sus familias. Eran los grandes importadores de productos manufacturados, alimentos y los dueños de los talleres más representativos. También había metecos que trabajaban por libre o en actividades intelectuales, como profesores de escuela. Debían pagar impuestos, aunque no eran muy elevados, solo servían para remarcar su inferioridad respecto a los ciudadanos, que no pagaban impuestos. No podían votar ni participar en ninguna de las instituciones del Estado.

Los Esclavos

Era el grupo más numeroso. Superaban los 140,000 esclavos en este período. No podían optar a ningún derecho político: estaban a merced de sus amos. No les dejaban participar en las guerras. Podían recuperar su libertad comprándola con un trabajo y, así, pasar a la categoría de metecos, aunque esta situación no acostumbraba a pasar. La mayoría de los esclavos no eran griegos y habían sido comprados por los ciudadanos de otras polis o países.

La Religiosidad de Sócrates

Sócrates vivió los dos últimos tercios del siglo V a.C., la época más espléndida de Atenas y de toda la antigua Grecia. Murió en el año 399 a.C. Fue hijo de un escultor llamado Sofronisco y de una partera llamada Fenárete.

Sócrates vive la religión como algo personal e individual. Para él, la religión era un tema totalmente íntimo y personal. También niega todo lo que se parezca a la oscuridad, a los videntes e intermediarios en la relación entre los dioses y los hombres. Únicamente aceptó el Colegio de Delfos.

Sócrates se inclinó hacia la corriente legalista y apolínea, aunque tenía un gran respeto hacia el conjunto de la religión popular. A partir de ese momento, empezó a enseñar las buenas costumbres en vez de las malas, es decir, empezó a moralizar la religión y a establecer con decisión el carácter moral de los dioses.

Sócrates, como buen filósofo, consideraba que lo más importante era el saber.

A partir del siglo VI a.C. existían dos corrientes contrapuestas en la religiosidad griega:

  1. Corriente mística-mistérica (a la cual Sócrates no pertenece, pero sí Platón).
  2. Corriente legalista-tradicional (a la que pertenece Sócrates).

Sócrates está a favor de la corriente legalista-tradicional porque acepta las normas de la ciudad. Tenía un gran amor al dios Apolo y a su oráculo de Delfos.

Por otro lado, la legalidad socrática no solo es un hecho de cumplir las obligaciones rituales y legalistas, sino que también es objeto de un verdadero saber.

Sócrates quería que todo siguiera igual. Los dioses y las leyes podían ser venerados del mismo modo en un santuario diferente.

También hay una contradicción religiosa personal de Sócrates que le acompañó durante toda su vida. Estuvo imbuido en el pensamiento de tipo jónico que practicó durante su juventud, aunque también superó el racionalismo ingenuo y optimista de tipo jonio. Sin abandonar la razón y la filosofía como método de investigación y saber, empieza a buscar las raíces de la religión y las leyes tradicionales de Atenas.

De este modo, en un momento en que, por un lado, las creencias religiosas vacilaban en Atenas, y, por otro, en que la evolución político-militar de la ciudad era muy negativa, aparece la personalidad fuerte de un reformador planteando lo siguiente:

  • La base esencial del ciudadano ateniense debe tener su fundamento en la religión tradicional de los dioses de la Ciudad.
  • La base de la relación con los dioses no debería tener su fundamento tanto en los rituales y las supersticiones como en el saber y la metodología racional de la filosofía.
  • La religión y las leyes no deben basarse en rituales de tipo externo, sino que deberían situarse en el interior de la conciencia.
  • El racionalismo de los jonios y de los sofistas, en sus relaciones con la religión y las leyes de la ciudad, destruyendo mitos heredados y normas tradicionales, es algo de lo que Sócrates confiesa estar de vuelta.

El Concepto de Sabiduría

Etimología y Contexto

La palabra sabiduría proviene del latín (sophos). En la antigua Grecia, todos se reunían en el ágora, donde, adquiriendo sabiduría, aprendían a defenderse. Allí se trataban y se discutían los problemas de la sociedad. En esa época, uno era sabio si era respetado por todo el pueblo. A partir de ahí, la aparición de Sócrates cambió el término de la sabiduría.

¿Qué significa ser sabio para Sócrates? ¿Y para los demás?

La Apología de Sócrates, escrita por Platón, relata el juicio de Sócrates delante del tribunal de ciudadanos, los cuales lo culpan de diversas acusaciones.

Sócrates argumenta que los hombres creen ser sabios cuando no lo son; en cambio, él, como no sabe nada, no lo piensa. Eso es lo que hace que Sócrates sea más sabio que todos ellos: creer que no sabe nada, que su sabiduría es muy pobre. Quien crea eso, también será sabio.

Además, Sócrates, a diferencia de los sofistas, sostiene que ser sabio es decir la verdad. Para él, una persona sabia es aquella que tiene el conocimiento de la verdad absoluta. Tener el saber absoluto te convierte en sabio. Considera que no es más sabio el que más seguidores tiene, sino el que muestra la verdad. Por eso, cuando argumenta que no sabe nada, dice la verdad, cosa que le hace más sabio.

Sócrates fue a ver al oráculo, quien le dijo que no había nadie más sabio que él. Él fue a consultar primero a políticos para ver si tenía razón, porque no lo creía. Comprobó que los políticos se creían mejores que los ciudadanos porque tenían mejor reputación, y ahí comprobó cómo los políticos no eran sabios. Luego fue a ver a los poetas; estos decían que escribían por el don divino que poseían, lo que también les convertía en no sabios. Por último, fue a ver a los artesanos, a quienes consideró sabios en lo que trabajaban, pero ellos se creían que sabían mucho de otras cosas.

Para los demás, la sociedad en general, creía que ser sabio era simplemente expresarse bien, no indagar lo que era o no era la verdad, sino solo saber cómo decirlo. Es por ello que mucha gente seguía a los sofistas.

¿Qué papel juega la sabiduría en la acusación?

La sabiduría juega un papel muy importante en el juicio. Sócrates se defiende de las acusaciones a través de su sabiduría, llegando a la verdad que quiere exponer. En cambio, la acusación no se basa en el conocimiento ni hace un juicio razonable sobre Sócrates.

Podemos demostrar que, en el juicio, Sócrates se cuestiona por qué todos tienen miedo a la muerte, ya que no se sabe si es buena o mala. Según Sócrates, él es más sabio, ya que al no saber la respuesta, dice la verdad.

En la siguiente cita, nos expone un claro ejemplo:

“En efecto, atenienses, el renombre que he adquirido me ha venido dado por cuenta de cierta sabiduría. ¿Qué de qué sabiduría se trata? Quizás, precisamente, de la que concierne al hombre y de la que yo soy conocedor […] Mientras que otros son maestros de un saber más importante que el que concierne al hombre y al que yo no domino.”

En conclusión, ser sabio se basa en no creer ser sabio; reconocer la propia ignorancia te convierte en sabio.

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