La Cultura como Forjadora de la Personalidad y la Sociedad: Un Recorrido Filosófico

La Cultura y la Personalidad: ¿Qué Significa «Ser Culto»?

“Cultura” viene del latín colere, que significa cultivar la tierra. Por lo tanto, alude al cultivo de nuestras capacidades naturales e intelectuales para desarrollarnos como seres humanos e impulsar el avance de la sociedad. Una persona culta es la que ha desarrollado sus conocimientos y hábitos, y se distingue del ignorante, condenado al subdesarrollo personal. La persona culta es la que sabe no por saber, sino para comprender mejor su mundo y a sí mismo. Aplicada al individuo, la palabra “cultura” se identifica con el término griego paideia, que significa educación. Immanuel Kant la definió como “la producción en un ser racional de la capacidad de escoger sus propios fines”.

Otro significado de la palabra cultura es como herencia no biológica, como todo lo que se aprende socialmente, una realidad objetiva. El aprendizaje, cada vez más desarrollado, proyecta al ser humano a un futuro mejor que ha podido conquistar. El ser humano construye su entorno y lo culturiza. El entorno humano no es natural; ha sido fabricado y se va modificando generación tras generación. La cultura le permite inventar y construir sus propias condiciones de existencia; una vez construida, se objetiva y le obliga a someterse a ella, a sus prohibiciones, a sus normas y a todas sus exigencias.

Naturaleza, Cultura y Sociedad: La Humanización del Individuo

El ser humano nace inacabado. Es imposible que el ser humano pueda sobrevivir fuera de un entorno cultural. La cultura separa a los seres humanos de la naturaleza y los inscribe en un desarrollo histórico. En la especie humana, cuando un niño nace, a partir de ese momento inicia su proceso de humanización y de socialización, que consiste en asimilar e incorporar poco a poco toda la herencia cultural que forma el patrimonio de la civilización dentro de la que ha nacido. Aprende una lengua, unas costumbres, unos saberes, unas habilidades, etc. La cultura que el niño va adquiriendo es la riqueza común de su grupo social. Hacerse adulto es aprender de los demás y de las generaciones precedentes, desarrollarse mediante la incorporación de la herencia cultural del grupo en el que se ha socializado.

Formación, Especialización y el Ideal del Saber

Cultura es sinónimo de formación o de educación cuando designa el mejoramiento de los seres humanos hasta aproximarse en todo lo posible a su forma ideal, a lo que constituye lo humano en su forma más genuina. Los griegos consideraban que, para lograr su perfección, era necesario el cultivo de las llamadas humanidades (poesía, elocuencia, filosofía…). Para los modernos, ser culto implicaba añadir a las humanidades las ciencias naturales, la matemática, la astronomía o la historia. El ideal renacentista del individuo culto domina todos los campos del saber.

La creciente industrialización y tecnificación del mundo actual ha hecho indispensable la formación en saberes muy especializados que encierran a los individuos en conocimientos y actividades estrechos y limitados. Esos especialistas lo saben todo sobre un campo muy reducido, y dedican su vida a saber solo de eso. Esto tiene muy graves inconvenientes: el desequilibrio de la personalidad humana, ya que solo se centra en una dirección y está incapacitada para afrontar situaciones o problemas de tipo más general.

La creciente industrialización y tecnificación del mundo actual ha hecho indispensable la formación en saberes muy especializados que encierran a los individuos en conocimientos y actividades estrechos y limitados. Esos especialistas lo saben todo sobre un campo muy reducido, y dedican su vida a saber solo de eso. Esto tiene muy graves inconvenientes: el desequilibrio de la personalidad humana, ya que solo se centra en una dirección y está incapacitada para afrontar situaciones o problemas de tipo más general.

Cultura y Civilización: Una Herencia Común

El conjunto de conocimientos, creencias, prácticas, valores, normas y, en suma, los modos de vivir y de pensar que unen a los individuos de una colectividad, recibe el nombre de “civilización”. Si la cultura es la respuesta humana a la necesidad de adaptarse al medio y sobrevivir, la civilización se define como el conjunto de elementos que las distintas culturas producen para responder a esa necesidad. Civilizaciones son las formas de vida más elevadas de determinados pueblos.

Es la herencia común de un pueblo en los ámbitos religioso, moral, científico, técnico o estético. Cada nueva generación recibe ese patrimonio, lo incorpora a través de la educación y lo transmite a la generación siguiente.

Distinción entre Cultura y Civilización según Filósofos Alemanes

  • Cultura: Es una concepción de los valores, fundada en la ética y radicada en el mundo interior de la personalidad individual.
  • Civilización: Designa los procesos de progreso técnico y material, propios del mundo exterior.

Etnocentrismo, Racismo y Relativismo Cultural

El Etnocentrismo

Consiste en estimar los propios pueblos, raza y cultura como la norma absoluta de la civilización y, por tanto, como el modelo para juzgar a las demás civilizaciones y culturas. Conduce al racismo y a la xenofobia. La civilización, en este contexto, expresa un juicio de valor que permitía una jerarquización de las culturas desde el punto de vista intelectual, técnico, moral y social. El rechazo del etnocentrismo conduce a considerar que cada una de las diferentes culturas tiene su dignidad propia, y que conviene favorecer las particulares expresiones de cada una de ellas. Reconocer esto nos libra del racismo y de la xenofobia.

El Racismo: Biología y Cultura

Hasta mediados del siglo XX, el racismo se ha entendido desde un paradigma biológico, esto es, las razas serían grupos humanos diferenciados tanto por su fenotipo (apariencia física) como por su genotipo (genes). Las investigaciones de genética de poblaciones han demostrado que a la gran diversidad fenotípica no corresponde una mínima diferencia genética.

El Relativismo Cultural

Cada cultura tiene unos valores propios que están bien adaptados a su forma de vida. Las costumbres y los estándares para juzgar otras culturas serían relativos a una determinada forma de vida.

Multiculturalismo y Globalización: Desafíos y Propuestas

La Globalización

La globalización se explica por:

  1. La intensificación, a escala mundial, de los intercambios económicos y financieros entre países.
  2. La expansión, a nivel planetario, de las nuevas técnicas de la comunicación y la información.
  3. El debilitamiento de los estados nacionales y el auge de las estructuras políticas y económicas internacionales.
  4. La generalización de modelos de vida y de pensamiento.

La globalización ha puesto en conexión a pueblos, lenguas, derechos, religiones y costumbres diversos. Eso es el multiculturalismo, que representa un reto para la coexistencia de culturas heterogéneas en una misma sociedad, las cuales han de someterse a un mismo ordenamiento jurídico y político.

La Defensa del Multiculturalismo

Todas las culturas merecen un reconocimiento por parte de las otras, pues incorporan unas características únicas y auténticas que las hacen valiosas como formas de expresión de la diversidad y la creatividad humanas. La aspiración última del multiculturalismo es el reconocimiento de un derecho a la diferencia cultural y el respeto de esta diferencia en los espacios públicos.

La Propuesta del Interculturalismo

El interculturalismo intenta desarrollar el respeto activo de la diferencia cultural y superar las posibles dificultades del multiculturalismo. La teoría de la interculturalidad parte de una actitud de respeto general a todas las tradiciones culturales humanas como formas de expresión de la riqueza de la humanidad.

Concepciones Filosóficas de la Historia

El Proceso de Racionalización del Concepto Teológico de Historia

El sentido de la historia es ser un estado intermedio de lucha y confrontación entre la “ciudad de Dios” y la “ciudad terrena”, esto es, entre lo espiritual y lo terrenal. El sentido de la vida depende de la elección humana entre el amor a Dios o el amor a sí mismo. Según Giambattista Vico, la historia es producto de la actividad de los seres humanos y de la sociedad civil. La historia es tanto obra de la mente humana como de los designios divinos. Voltaire racionalizó por completo la idea teológica de historia, sustituyendo la Providencia por el progreso y la razón humana. El sentido de la historia está en el progreso que los seres humanos alcanzan en las ciencias, las letras y las artes. La historia muestra el progreso de la naturaleza humana, que es la misma en todas las partes.

La Concepción Idealista de la Historia

Hegel, siguiendo a Kant, sostiene que la historia es el proceso por el que la humanidad, o el espíritu, tiende hacia una meta final de perfección. Lo negativo de la historia es una condición necesaria para el avance de la razón hacia esa meta final.

El Materialismo Histórico

Karl Marx, discípulo de Hegel, contrapuso a esta interpretación idealista de su maestro su propia teoría. Lo esencial del materialismo histórico es la afirmación de que el desarrollo de la historia transcurre en íntima conexión con los aspectos materiales, políticos y, sobre todo, económicos de la sociedad civil. Marx deduce que la economía es el motor de la historia. Así justifica Marx que la historia debe ser entendida, sobre todo, como historia de la infraestructura económica de la sociedad, sobre la que se levanta la superestructura de sus producciones espirituales.

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