Influencia de Parménides en Platón

El pensamiento del autor en la historia de la filosofía y/o en su época histórica  En esta época se produjo un cambio de perspectiva: de los problemas físicos, que estudiaron los presocráticos, la filosofía se orienta ahora hacia el terreno político y moral, y por otro lado,  hacia la discusión en torno a los problemas del conocimiento, del lenguaje, la educación, etc. Los sofistas se dedicaba a la enseñanza y acudían a Atenas requeridos por los ciudadanos para la formación política de los jóvenes. Sin embargo, Platón da pruebas en sus diálogos de que tales maestros no eran  de su agrado. Los sofistas criticaban tres ideas de la tradición: 1-Frente a una verdad 2-Frente a la idea de que el orden humano es un reflejo del orden cósmico,3-Frente a la idea de un logos. En definitiva, mantienen que es imposible un logos común que pudiera entenderse como una referencia absoluta para el conocimiento y la moral. Él considera que los sofistas incurren en la contradicción de negar referencias universales para la verdad y el bien, al mismo tiempo que se consideran maestros de sabiduría y virtud. La polémica de Platón con los sofistas habría que situarla como la que se da entre quien exige una referencia absoluta para la verdad y el bien (Platón), y quienes constatan el relativismo antropológico del conocimiento y la virtud (sofistas). Sócrates basa el principio de la sabiduría en el reconocimiento de la propia ignorancia: “sólo sé que no sé nada”. Su opción no será ni la retórica, del que cree saber y trata de convencer, ni el silencio; El sentido del diálogo es doble: trata de desenmascarar pretendidas sabidurías carentes de fundamento –el más ignorante es el que sin saber cree que sabe- (ironía); y busca un entendimiento común  basado en la posibilidad de llegar a definir conceptos objetivos cuyo hallazgo no sea una transmisión de maestro a discípulo, sino de la propia reflexión interior de cada uno (mayéÚtica / arte de las parteras) Sócrates no se consideraba sabio ni maestro, sino una ayuda para que cada uno pudiera alumbrar por sí mismo la verdad. Además asumíó una posición trágica al aceptar el destino de su muerte, ya que mantuvo que era preferible sufrir la injusticia que cometerla. Su actitud moral residía en una interiorización del bien moral o de la virtud en la que basa la máxima sabiduría: el malo es un ignorante (intelectualismo moral). Al mismo tiempo esta reflexión iniciada a partir de una motivación política entroncaba con las grandes cuestiones de los presocráticos. Pero la preocupación por saber que es la realidad, es decir, las preguntas por la physis y por el cosmos también aparecen en su pensamiento. Una de las originarias influencias en su filosofía fue el Pitagorismo, por la importancia que éstos deben a la objetividad de las matemáticas y a la realidad como números, así como también por su creencia en la inmortalidad del alma y de la psique racional. Anaxágoras creía que un alma inteligente (Nous) gobernaba el mundo, y superaba así de un modo teleológico las explicaciones mecanicistas de los atomistas. Todo fluye, nada permanece y, por tanto, nada es propiamente (Platón conocía estas tesis gracias a su maestro Crátilo).Parménides, por el contrario había destacado que lo que es no puede dejar de ser, ya que dejar de ser es convertirse en no ser, lo que es imposible, ya que lo que no es, no es; Platón puede conciliar ambas posturas ya que, dando la razón a Heráclito, afirma que el mundo sensible está continuamente sometido al cambio y al devenir, de forma que nunca es propiamente.



Pero Parménides tiene razón si en lugar de pensar en el mundo que captan nuestros sentidos pensamos en aquellas entidades que como los números o las figuras geométricas no se alteran. La necesidad de pensar el fundamento de la justicia condujo a Platón a considerar que no puede basarse en un mero relativismo, como decían los sofistas, ni ser el fruto de un pacto social, que para nuestro autor es una pugna en la que solo se cesa en la hostilidad por egoísmo o seguridad. Sócrates había señalado la necesidad de una justicia en sí y de una bondad en sí y pensaba que solamente por la existencia de lo justo son posibles los actos justos. Platón va más allá de su maestro y considera la necesidad de la existencia de estas ideas para comprender la totalidad de lo real, y no situarla solamente en el ámbito de la ética. La Academia es el nombre dado a la escuela que fundó Platón junto al santuario dedicado al héroe Akademos. Se dedicaba al estudio de las matemáticas y la dialéctica, en oposición a la escuela retórica de Isócrates. En contra de su maestro, no desprecia el conocimiento sensible, ya que éste es el principio del saber, y el movimiento es un dato innegable de los entes físicos. Para explicar el movimiento recurre a tres principios: la materia, la forma y la privación de la misma. Ocurre que las formas están en las cosas pero en potencia, dirigiendo el movimiento de las mismas hacia su actualización. Aquí se desarrollan sobre todo tres escuelas: el estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo. Estas filosofías tienen influencias tanto de Platón como de,Aristóteles, pero en su física y cosmología son básicamente materialistas, atomistas. Pero a partir de Plotino en el siglo III se desarrolla un nuevo e importante movimiento: el Neoplatonismo. Plotino explica la multiplicidad a partir de la unidad y subraya el carácter suprasensible de esa unidad. El platonismo posterior ya no puede disociarse de esta nueva corriente que, aunque seguidora de Platón introduce, aspectos diferentes de carácter religioso.
Con anterioridad ya se había dado este caso con Filón de Alejandría, que hace una interpretación del judaísmo sobre la base de la filosofía de Platón, y considera el mundo de las ideas como una manifestación del logos divino. Esto influirá decisivamente en el cristianismo primitivo y en los padres de la iglesia, como Clemente de Alejandría (150-211) y Orígenes (185-254); estos consideran la filosofía griega y a Platón como una preparación a los evangelios. San Agustín afirma un principio Dios, del que procede todo lo que es, y también sostiene el carácter ejemplar o modélico de las ideas, interpretadas ahora como pensamientos de Dios. El neoplatonismo resurge con el Renacimiento en escuelas italianas donde es recuperado y traducido de un modo comentado por Marsilio Ficino y Pico della Mirándola. Posteriormente algunos intérpretes consideran que Platón ejercíó alguna influencia en el nacimiento de la nueva física matemática (Copérnico, Galileo, etc); pues el abandono de la física de Aristóteles, de carácter cualitativo se hizo desde una matematización del mundo real y esto tuvo un precedente en Platón, en los pitagóricos, pero también en los atomistas. En general, ha sido tanta la influencia del platonismo que Whitehead llegó a afirmar que toda la historia de la filosofía es un conjunto de anotaciones al pensamiento de Platón. Pero el carácter marcadamente trascendente y dualista del pensamiento platónico, que sitúa lo auténtico y lo verdadero en un trasmundo más allá de la vida y de la realidad física, ha sido duramente criticado por autores contemporáneos como Nietzsche. También Heidegger ve en Platón el más genuino representante de la vieja metafísica responsable del olvido del ser. Platón sería el padre de la metafísica que postula un trasmundo espiritual al privilegiar el lenguaje hablado, la voz, frente a la escritura.
Desde el punto de vista político también lo critica el pensador Karl Popper: Platón al establecer un estado cerrado al cambio y a la crítica, ya que considera que debe haber unos gobernantes expertos que conozcan el bien absoluto, sería un pensador totalitario;

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