Sócrates: El Padre de la Filosofía Moral
Nació entre el 469 y el 399 a.C. Fue hijo de un escultor y una comadrona. Su enseñanza fue oral, y para conocer su personalidad y doctrina, debemos recurrir a los testimonios de sus contemporáneos. Su actividad consistía en impartir charlas públicas en las plazas, con el fin de explorar el bien y el mal.
Sócrates fue reconocido por el oráculo de Delfos como el más sabio de los hombres, precisamente porque él era el único que sabía que no sabía nada. El saber fundamental de Sócrates era el ‘conócete a ti mismo’. Mediante sus interrogaciones, Sócrates hacía surgir el conocimiento que antes parecía no existir.
El Método Socrático
El método socrático se construye en dos partes:
La Ironía Socrática
Consiste en que Sócrates finge ignorancia sobre un tema, y mediante una serie de preguntas al interlocutor, este se da cuenta de su propia falta de conocimiento y lo reconoce.
La Mayéutica
Del griego ‘maieutiké’ (arte de la comadrona), busca ‘dar a luz’ la verdad en el interlocutor a través de preguntas. El objetivo final de este proceso es conseguir la correcta definición de las cosas estudiadas.
Platón: El Mundo de las Ideas y la Justicia
Nació en el 428 a.C. y falleció en el 347 a.C. Fue un pensador ateniense y el más célebre discípulo de Sócrates.
Antecedentes de la Teoría Platónica
- El pensamiento de Platón procede de la concepción socrática del saber y el camino para alcanzarlo.
- Platón afirma que el objeto de la ciencia es el ser inmutable.
- La ley del devenir solo es atribuible a la realidad sensible.
- La existencia de dos mundos, postulada por Platón, es un intento de reconciliar la concepción de Parménides y la teoría del devenir de Heráclito.
Teoría de las Ideas (Ontología)
Para Platón, las Ideas son más que meros conceptos mentales; son seres reales y distintos de los objetos materiales que percibimos, conformando así un mundo aparte. Platón buscaba conciliar las posturas de Parménides y Heráclito. Por ello, la Teoría de las Ideas posee dos dimensiones fundamentales: una epistemológica (relativa al conocimiento) y otra ontológica (relativa al ser).
Según Platón, existe una inteligencia ordenadora, el Demiurgo, que actúa sobre la materia eterna, dotada de movimientos irregulares y caóticos. De esta interacción surgen dos mundos:
- Mundo Físico o Sensible: Percibido a través de los sentidos, es el mundo de la apariencia y el cambio.
- Mundo Inteligible: Comprendido mediante la razón, es el mundo de las Ideas eternas e inmutables.
Teoría del Conocimiento (Gnoseología)
Los Grados del Conocimiento
El conocimiento sensible, aquel que obtenemos en este mundo a través de los órganos de nuestro cuerpo, solo puede proporcionar opinión (doxa), y en él no reside la verdad. En contraste, el conocimiento intelectual es el que proporciona ciencia (episteme), y en él se halla la verdad.
La Dialéctica
Es el camino de ascensión hacia el conocimiento verdadero, que permite pasar de la opinión a la ciencia, elevándose del mundo sensible al inteligible.
El Alma y el Cuerpo (Antropología)
El ser humano se compone de un alma y un cuerpo. El alma es la parte más digna y elevada, ya que pertenece al mundo inteligible, aunque se encuentra ‘prisionera’ en el cuerpo. Platón distingue tres partes o funciones del alma:
- Alma Racional (o Logistikón): Reside en la cabeza y su virtud es la sabiduría o prudencia. Debe gobernar al hombre y conducirlo hacia las Ideas.
- Alma Irascible (o Thymoeidés): Reside en el pecho y su virtud es la fortaleza o valor. Debe ponerse al servicio de la razón.
- Alma Apetitiva (o Epithymetikón): Reside en el abdomen y su virtud es la templanza o moderación. Representa los impulsos placenteros y debe ser sometida a control.
Ética y Política
Las Virtudes y la Felicidad
La felicidad individual se alcanza cuando cada parte del alma cumple su función de manera virtuosa. Las virtudes cardinales son:
- Sabiduría o Prudencia: Corresponde a la parte racional del alma y proporciona conocimiento.
- Fortaleza o Valor: Corresponde a la parte irascible del alma y puede ser educada.
- Moderación o Templanza: Corresponde a la parte apetitiva del alma.
- Justicia: Es la virtud que engloba y armoniza todas las demás virtudes, logrando el equilibrio en el alma.
La Ciudad Justa
Correlación Estructural entre el Alma y el Estado
Platón establece una analogía entre las partes del alma y las clases sociales en la ciudad ideal:
- Productores: Predomina el alma apetitiva. Incluye a campesinos, artesanos, comerciantes, etc., dedicados a satisfacer las necesidades materiales.
- Guerreros: Predomina el alma irascible. Dedicados a la defensa de la ciudad.
- Filósofos-Gobernantes: Predomina el alma racional. Dedicados a la filosofía y al gobierno de la ciudad, ya que son los únicos capaces de conocer las Ideas de Bien y Justicia.
Especialización Funcional
Cada individuo o grupo social debe dedicarse a la función que le es propia, contribuyendo así a la armonía y justicia del Estado.
Tipos de Gobierno
Platón describe una degeneración de las formas de gobierno, desde la ideal hasta la peor:
- Aristocracia: El gobierno de los mejores o más sabios (la forma ideal).
- Timocracia: Gobierno basado en el honor y la ambición, a menudo de los militares.
- Oligarquía: Gobierno de unos pocos, basado en la riqueza.
- Democracia: Gobierno del pueblo, donde la libertad excesiva puede llevar al caos y la anarquía.
- Tiranía: La peor forma de gobierno, donde un solo individuo ejerce el poder absoluto por la fuerza, a menudo como resultado de la degeneración de la democracia.
Isonomía: En el contexto de la democracia, se refiere a la igualdad ante la ley para todos los ciudadanos.
Filosofía Presocrática: El Origen del Cosmos y la Razón
La filosofía presocrática se centró en la cosmología y el estudio de la physis (naturaleza), abarcando los siglos VI y V a.C. Se pueden distinguir varias escuelas:
- Escuelas Jónicas: Tales, Anaximandro, Anaxímenes y Heráclito de Éfeso.
- Escuelas Itálicas: Pitagórica y Eleática (Parménides).
- Post-Parmenídicos: Mecanicistas (Empédocles y Anaxágoras) y Atomistas (Leucipo y Demócrito).
Escuela de Mileto
Para la Escuela de Mileto, la physis (naturaleza) es una realidad única, eterna, infinita y activa, que es a la vez materia, vida y espíritu. De ella surgen y a ella retornan todas las cosas, de la cual todas están hechas y gracias a la cual todas llegan a ser lo que son.
Tales de Mileto
Nació en Mileto hacia el 624 a.C. Afirmó que la physis, el principio fundamental de todo, es el agua.
Anaximandro
Nació hacia el 610 a.C. y escribió el libro en prosa ‘Sobre la Naturaleza’. Con él se inaugura la dialéctica como discurso fundado en la oposición de conceptos. Anaximandro sustituyó el agua de Tales por lo indefinido, el ápeiron.
- Tó ápeiron: Lo infinito, lo indefinido, lo indeterminado.
Anaxímenes
Nació alrededor del 590 a.C. y postuló la physis como algo definido: el aire. Argumentaba que todos los seres vivos existen gracias al aire, y dejar de respirar equivale a dejar de existir.
Heráclito de Éfeso
Vivió entre los siglos VI y V a.C. en Éfeso. Escribió ‘Sobre la Naturaleza’, una obra compuesta por aforismos con un estilo oracular. Heráclito consideró el dinamismo como un rasgo esencial de la realidad. Su famosa frase ‘Todo fluye’ (panta rhei) subraya que nada permanece inmóvil; todo cambia y se modifica sin excepción. Por ello, afirmaba que ‘entramos y no entramos en el mismo río’, y que ‘somos y no somos’, ya que para ser lo que somos en un momento, debemos dejar de ser lo que éramos antes. Eligió el fuego como principio fundamental (arjé), ya que este elemento expresa de manera ejemplar la mutación continua. Para Heráclito, lo que gobierna todas las cosas es la inteligencia, la razón, el Logos, una ley racional universal.
Parménides de Elea
Ciudadano de Elea, probablemente nacido entre el 516 y el 511 a.C. Expuso su filosofía en un poema del que se conservan 154 versos. En su obra, viaja hasta la diosa de la Verdad, quien le muestra la bifurcación entre el ‘camino del ser’ (la verdad, eterna e inmutable) y el ‘camino de la opinión’ (el devenir, la apariencia, la ilusión). El tema central de su filosofía es la contraposición entre la verdad y la apariencia. Para Parménides, solo hay un camino hacia la verdad: ‘el Ser es y es imposible que no sea’, mientras que ‘el no-Ser no es y no puede hablarse de él’. Sus principales tesis sobre el Ser son:
- El Ser es eterno.
- El Ser es único e inmóvil.
Demócrito
El atomismo de Demócrito representa un intento de rescatar la realidad del mundo físico y su cognoscibilidad, sin renunciar a la racionalidad del conocimiento. Para Demócrito, los átomos son partículas indivisibles de materia, separadas entre sí por un vacío. Este vacío permite el movimiento y la discontinuidad esencial de la physis. Los átomos chocan entre sí y, en función de sus formas y tamaños, se unen para dar lugar a los distintos cuerpos de la naturaleza. El movimiento es puramente mecánico y regido por la necesidad.
Los Sofistas: El Giro Antropológico y la Retórica
Protágoras
Fue el más famoso y celebrado de los sofistas. Viajó por toda Grecia y pasó varias temporadas en Atenas. Su obra principal es ‘Las Antilogías’. El pensamiento central de Protágoras se resume en su célebre frase: ‘El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, y de las que no son en cuanto que no son’ (principio del Homo mensura). Por ‘medida’, entendía la norma del juicio, abarcando todos los hechos y experiencias. Con esto, negaba la existencia de un criterio objetivo que discriminara entre ser y no ser, o entre verdadero y falso; el único criterio válido era el hombre individual. En ‘Las Antilogías’, demostraba que sobre cada cosa existen dos razonamientos que se contraponen entre sí.
Gorgias
Renunció a la posibilidad del conocimiento objetivo y apostó por las creencias. Defendió la inexistencia de verdades firmes y apeló al poder de la retórica, a la que definió como el arte de la persuasión. Para mostrar que sobre un mismo aspecto se pueden construir discursos contradictorios, Gorgias afirmó que la palabra es: ‘un poderoso soberano que, con un pequeñísimo y muy invisible cuerpo, realiza empresas absolutamente divinas: elimina el temor, suprime la tristeza, infunde la alegría y aumenta la compasión’. Para él, la moral no es objeto de ciencia, sino un don de la naturaleza. Desde esta perspectiva, no existe ‘la virtud’ en singular, sino múltiples virtudes humanas y políticas, diferentes según el contexto.