La Alienación en la Filosofía Marxista
El concepto de alienación es fundamental en la filosofía de Hegel y se relaciona con la idea del absoluto como única realidad. El absoluto se encuentra en tres fases:
En la primera, el absoluto es indiferenciado y carece de conciencia de sí mismo; en la segunda, produce determinaciones o negatividades que son las cosas y acontecimientos que existen en el mundo y en las que se aliena y encuentra a sí mismo; y en la tercera fase, vuelve a sí mismo y logra ser en sí y para sí gracias a esas determinaciones.
Feuerbach critica la posición de Hegel acusándola de ser una religión expuesta en forma de ideas que no es capaz de liberar al ser humano de su situación de enajenación.
Según Feuerbach, la única posibilidad de liberación es suprimir la religión, ya que esta es la proyección del ser humano en un mundo ilusorio y alienante. La alienación varía de Hegel a Feuerbach: en Hegel es la idea la que se exterioriza en la naturaleza, mientras que en Feuerbach es el ser humano el que se encuentra exteriorizado y alienado.
La Alienación Según Karl Marx
En su crítica a Feuerbach, Marx sostiene que la supresión de la religión no es suficiente para liberar al ser humano de la alienación. Para Marx, la naturaleza no es exterior al ser humano, sino que forma parte de él mismo como actividad práctica a través del trabajo.
Marx analiza la organización económica de la sociedad capitalista y concluye que su modo de producción es el que produce la alienación del hombre. A lo largo de la historia, se han dado cuatro modos de producción diferentes, y en todos ellos, los seres humanos siempre se han relacionado con los medios de producción de forma doble: unos como propietarios y otros como trabajadores.
Esta situación ha generado dos clases hostiles que se enfrentan entre sí y ha provocado la alienación del ser humano, haciendo que este se pierda a sí mismo en el trabajo y viva un tipo de vida que no es la suya y que, en lugar de realizarlo, lo enajena.
Formas de Alienación del Trabajador
Según Marx, el trabajador se aliena de cuatro maneras:
- Del producto de su trabajo: El trabajador crea un producto que no es propio, y una vez que lo ha creado, se le quita y se convierte en un objeto opuesto a él. Este producto se transforma en capital y se convierte en un instrumento de explotación para el trabajador.
- Del acto de producción: El trabajador se aliena de la actividad de producción en sí misma porque se ve obligado a trabajar y el trabajo no es realmente suyo. El trabajador está condenado a trabajar no por una maldición bíblica, sino por el salvaje capitalismo que ha convertido el trabajo en la negación de la esencia humana.
- De la naturaleza: La alienación del trabajador del producto de su trabajo también conduce a la alienación de la naturaleza. El trabajador utiliza la naturaleza para su trabajo, pero cuando el producto se le quita, la naturaleza se convierte en un enemigo.
- De otros seres humanos: La alienación del producto del trabajo también conduce a la alienación de los seres humanos entre sí. Los productos del trabajo son los que establecen las relaciones entre las personas, pero debido a que están alienados en la sociedad capitalista, las personas no pueden relacionarse entre sí como individuos, sino solo como explotadores y explotados.
Marx argumenta que la alienación del trabajador de su trabajo es la raíz de todas las demás formas de alienación. La alienación del trabajador resulta en una «humanidad truncada», donde los dos grupos de seres humanos en la sociedad capitalista son «humanidad truncada» y «anti-trabajador» o capitalista.
Otras Manifestaciones de la Alienación
Marx sostiene que la alienación económica es la raíz de todas las demás formas de alienación, incluyendo la religiosa, cultural y política. La esfera social, política y cultural del capitalismo se basa en la alienación estructural de los trabajadores, y la filosofía, el derecho y la religión son justificaciones ideológicas de la explotación del trabajador. El Estado capitalista es un instrumento de opresión de la burguesía contra los trabajadores.
Materialismo Histórico y Dialéctico
El marxismo es relevante en la historia del pensamiento occidental debido a su enfoque materialista y dialéctico sobre la realidad social y económica, así como su visión general del desarrollo histórico de la humanidad.
El método dialéctico de Hegel es utilizado para interpretar la historia desde sus condiciones materiales y se sostiene que todo lo real se desarrolla por contradicciones, lo que lleva a un movimiento dialéctico que se sucede indefinidamente.
Para Marx, la única realidad existente es la materia, por lo que su materialismo es dialéctico e histórico y analiza el desarrollo histórico y social de la humanidad desde una perspectiva dialéctica y materialista.
El marxismo es, ante todo, una ciencia de la historia que sostiene que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, donde el movimiento obrero es la expresión más radical de la lucha de clases y tiende a la abolición de las clases a través de la revolución socialista y la dictadura del proletariado.
El materialismo dialéctico también es adecuado para calificar el pensamiento marxista, ya que hace referencia a la concepción del mundo que subyace al materialismo histórico y sus principios generales sobre la dialéctica en la naturaleza, sociedad y pensamiento.
Niveles Estructurales de la Sociedad
El materialismo histórico sostiene que toda sociedad tiene tres niveles: económico, político e ideológico. El nivel económico se refiere a las relaciones entre humanos y naturaleza en la producción material y ha sido la causa de la división en clases a lo largo de la historia. La explotación del sobretrabajo de los trabajadores ha sido una constante, pero la forma en que los poseedores de los medios de producción se han apropiado de él ha variado en cada tipo de sociedad. En las sociedades esclavistas, el nivel político tenía el papel predominante, mientras que en las feudales era el nivel ideológico. En la sociedad capitalista, el nivel económico tiene tanto el papel determinante como predominante.
La Plusvalía: Fundamento de la Explotación Capitalista
El concepto de plusvalía es central en la teoría de Marx sobre la explotación en el sistema capitalista. Según Marx, el beneficio que los capitalistas obtienen no proviene del intercambio de mercancías equivalentes, como afirmaba David Ricardo, sino de la explotación de la fuerza de trabajo del asalariado.
El proceso de obtención del beneficio se realiza en un triple paso: el capitalista compra la fuerza de trabajo del asalariado por un salario, la usa para producir mercancías que tienen un valor de cambio superior al salario y vende esas mercancías en el mercado por su valor equivalente, obteniendo así una ganancia que Marx llama plusvalía, que es la diferencia entre el valor de las mercancías producidas y el salario pagado al asalariado.
Este proceso se realiza a través de la mercantilización de la fuerza de trabajo, considerada como una mercancía más en el mercado. La plusvalía es, por tanto, la diferencia entre el valor del trabajo producido y el salario pagado al trabajador, y representa la fuente de riqueza del capitalista en el sistema capitalista.
Las Clases Sociales en el Marxismo
Marx sostiene que las clases sociales son una constante histórica debido a la relación de los seres humanos con los medios de producción. La pertenencia a una clase no se determina por los ingresos, sino por el lugar y la función que se ocupa en el proceso de producción. Por lo tanto, las políticas fiscales o medidas de un Estado providencia no pueden abolir las clases sociales, ya que las diferencias de ingresos son solo un efecto de estas diferencias de posición y función en el proceso productivo.
Variaciones en la Manifestación de las Clases
Aunque las clases sociales han existido siempre, su manifestación puede variar dependiendo del modo de producción y del nivel predominante en la sociedad. En las sociedades feudales, por ejemplo, la forma de las clases sociales era jerarquizada y religiosa debido a la importancia del nivel ideológico. En cambio, en el modo de producción capitalista, la clase social se basa principalmente en la posición económica.