Fenomenismo hume

El término estética proviene del vocablo griego “aisthesis”, que significa “sensación” y “sensibilidad”. Posteriormente, por extensión, se utilizó para referirse a la disciplina encargada de estudiar y analizar la belleza natural y artística.

En la estética trascendental, Kant analiza la primera facultad que interviene en el proceso de conocimiento:
La sensibilidad. Ésta representa la capacidad de abrirnos al mundo, es decir, la receptividad necesaria para podernos construir una representación de la realida

La sensibilidad es como una ventana que nos abre al mundo, pero que, al mismo tiempo, nos condiciona a ver sólo un pequeño fragmento de él. Para Kant, la forma en que estamos diseñados no afecta tan sólo a nuestra percepción de los colores, también nos obliga a ordenar todo lo que percibimos en el espacio y el tiempo. Espacio y tiempo son las formas a priori de la sensibilidad, porque son anteriores a la experiencia y determinan la manera en que podemos tenerla. Y es que basta que nos pongamos a pensar un poco para que nos demos cuenta de que es imposible representarnos alguna cosa si no la situamos en un lugar y un momento concretos.

Cualquier representación es una impresión situada en el espacio y el tiempo. Por eso podemos decir que las intuiciones o impresiones del mundo son una síntesis del material sensorial y de las estructuras internas (espacio y tiempo) del propio sujeto.

Def. intuición (impresión): intuir-filosofía- conocer (algo) de forma instantánea, sin necesidad de razonamiento.

¿CÓMO SON POSIBLES LOS JUICIOS SINTÉTICOS A PRIORI EN MATEMÁTICAS? El carácter universal y necesario que ha de tener cualquier ciencia (para serlo propiamente) es un rasgo que únicamente pueden proporcionar las estructuras a priori, ya que éstas no provienen de la experiencia, sino que la hacen posible.

Las matemáticas poseen este carácter a priori y de universalidad, porque tanto la aritmética como la geometría se ocupan de las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo). La geometría sería la ciencia que estudia las relaciones espaciales (las condiciones que ha de cumplir cualquier objeto en el espacio). La aritmética, por su parte, se ocupa del tiempo, ya que la serie numérica es, para Kant, una sucesión temporal.


El término analítica hace referencia a la función que cumple el entendimiento: analizar, agrupar e interpretar las impresiones que nos proporciona la sensibilidad.

En la estética, Kant trata de la primera facultad de conocimiento: la sensibilidad.

En la analítica trascendental, Kant analiza la segunda facultad cognitiva: el entendimiento. Éste se caracteriza por la facultad de pensar o realizar juicios a partir de las intuiciones de la sensibilidad. Lo hace mediante los conceptos. Los conceptos agrupan y subsumen la multiplicidad de impresiones, dotándolas de sentido, con lo que se convierten en los instrumentos necesarios para pensar la realidad. Según Kant, existen dos tipos de conceptos: -conceptos empíricos: provienen de la experiencia. Después de observar y comparar, se extraen las características comunes de diversos objetos y se forman conceptos como los de casa, animal o ser humano.

-categorías: Kant las llama también conceptos puros, ya que, a diferencia de los anteriores, no provienen de la experiencia, sino que, muy al contrario, son estructuras a priori del entendimiento que servirán para agrupar las intuiciones de la sensibilidad. Kant deduce, partiendo de los tipos de juicio, doce categorías: totalidad, pluralidad, unidad, realidad, negación, limitación, sustancia, causa, reciprocidad, posibilidad, existencia y necesidad.


etica.
Hume  parte de la realidad de las valoraciones  morales, que nos permiten distinguir el bien del mal y nos impulsan a actuar, para preguntarse a continuación si se derivan de la razón o de los sentimientos.

La ética de Hume se califica de EMOTIVISTA: emotivismo moral.
Los  sentimientos tienen por objeto la moral y derivan de la impresiones de reflexión. En general la razón es responsable de nuestras decisiones: pero toda acción descansa  en la emoción y los sentimientos. El sentimiento nos inclina hacia el bien o el mal. Reflexionamos y razonamos, sí; pero en base a creencias sentimentales. No hay cosas buenas o malas en sí mismas, lo que los hombres llaman bueno o malo no es más que lo útil o lo nocivo. Buscamos lo que nos da placer y rechazamos lo que nos causa dolor. Pero no desde un punto de vista personal, sino teniendo en cuenta la  utilidad general.
Orientamos nuestras acciones mediante juicios morales. Hacemos lo bueno e inhibimos lo malo. Pero el juicio moral supone conocer “previamente” lo bueno y lo malo y esto no puede ser establecido por la razón: Para Hume la única función posible de la razón es la descripción de relaciones de ideas o de cuestiones de hecho. Entre lo que hay y lo que debería haber, entre el ser y el deber, no hay ningún puente que la razón pueda recorrer. Dar ese salto es un error, no por frecuente menos grave. Nunca lo que hay justifica por sí solo lo que debe haber. La razón puede descubrir cadenas de actos que tienen habitualmente unas u otras consecuencias, puede mostrarnos adonde es posible que vayamos a parar si actuamos de determinada manera, pero encontrar el resultado final deseable o rechazable es indudablemente, para Hume, un sentimiento.

La virtud para Hume es cualquier acción o cualidad mental que produce un sentimiento agradable de aprobación. El vicio es lo contrario. Así dice Hume: “llamamos virtuosa toda cualidad o acto mental que encuentre la aprobación general de la humanidad, y llamamos viciosa a toda cualidad que sea objeto de repulsa o censura general”. En el fondo, la aprobación o desaprobación general recae sobre lo que es útil o nocivo a la vida individual o social.

VIRTUDES ÚTILES:

-para el prójimo y la comunidad: la benevolencia y la justicia.

-para nosotros: fuerza de voluntad, diligencia, frugalidad, fortaleza, inteligencia.

VIRTUDES AGRADABLES:

-para otros: modestia, buena conducta, urbanidad, cortesía, ingenio.

-para nosotros: alegría, grandeza de alma, dignidad de carácter, valor, sosiego, audacia, bondad.

Los más destacados pensadores basan sus teorías morales en sus descubrimientos en el ámbito del conocimiento. Sócrates tenía claro que quien conoce el bien, lo practica, y las verdades absolutas guían la ética platónica.  El emotivismo moral se opone a las teorías éticas intelectualistas (que comienzan con Sócrates) que consideran que la acción buena pasa por el conocimiento del bien. Hume cree es importante el papel de la educación en la ética, ya que la educación racionaliza y encarrila los sentimientos de aprobación y rechazo ante determinadas acciones.

La ética  de Hume es considerada una ética UTILITARISTA, concibe el bien como lo que proporciona placer y es útil a la mayoría. El fundamento del orden moral consiste en la simpatía,  o sentimiento de camaradería.

            La ética de Hume puede, por tanto, ser calificada de emotivista: emotivismo moral. Las éticas de carácter racionalista postulan que la razón puede descubrir lo que está bien. Para Hume la única función posible de la razón es la descripción de relaciones de ideas o de cuestiones de hecho. Entre lo que hay y lo que debería haber, entre el ser y el deber, no hay ningún puente que la razón pueda recorrer. Dar ese salto es un error, no por frecuente menos grave.

Nunca lo que hay justifica por sí solo lo que debe haber. La razón puede descubrir cadenas de actos que tienen habitualmente unas u otras consecuencias, puede mostrarnos adonde es posible que vayamos a parar si actuamos de determinada manera, pero encontrar el resultado final deseable o rechazable es indudablemente, para Hume, un sentimiento.

            Orientamos nuestras acciones mediante juicios morales. Hacemos lo bueno e inhibimos lo malo. Pero el juicio moral supone  conocer “previamente” lo bueno y lo malo y esto no puede ser establecido por la razón: no tenemos impresiones o ideas en que basarnos, sino que nos apoyamos en la vida emocional. Esto se pone de manifiesto en la mayoría de nuestras acciones, puesto que nos dejamos llevar más por las pasiones que por las ideas. Además, el “valor moral de los actos” depende del sentimiento que suscitan en el sujeto. La moral no se fundamenta en cuestiones de hecho, tampoco en relaciones entre ideas, sino en los “sentimientos”. Así, nos sentimos a gusto y contentos cuando obramos bien y al contrario, cuando obramos mal.

POLÍTICA

            Durante la época moderna, la sociedad cambia rápidamente, y en consecuencia también lo hace la concepción de la organización política.  Las antiguas doctrinas hacían emanar el poder y la justicia de Dios, directamente o de modo indirecto a través de su manifestación en la naturaleza. Pero desde finales de la Edad Media tanto el estudio de la naturaleza como el fundamento de la vida social iban adquiriendo autonomía frente a la teología.

            Este proceso culmina mediante grandes pensadores como Thomas Hobbes (1588-1679) y John Locke (1632-1704), que sitúan el origen del poder en las personas y derivan la estructura política del contrato social que esas personas establecen como respuesta a sus necesidades. Estos autores, y algo más tarde Rousseau (1712-1778), expondrán sus concepciones a partir de un hipotético estado de naturaleza, previo a la constitución de la sociedad.

            En cierto sentido se considera a Hume como antecedente del utilitarismo posterior, encabezado por Jeremy Bentham (1748-1832) y John Stuart Mill (1806-1873) que defendían de modo sistemático el principio de identidad, es decir, el bien de la comunidad ha de ser el criterio que guíe al legislador.

            Hume asentaba la moralidad sobre los sentimientos que despiertan en nosotros los hechos que nos resultan útiles, es decir, que aumentan la satisfacción de nuestros deseos. También la utilidad es para Hume el fundamento de la vida social. Hume defiende que ha de ser la utilidad conjunta, presidida por una capacidad de simpatía entre las personas y de interés por el bienestar general lo que dirija la vida social, tal como defenderán Bentham y Mill un siglo más tarde. Esta capacidad se puede educar a partir de un  sentimiento de benevolencia que considera natural.

            Por tanto, en su teoría sobre el origen de la sociedad, considera la utilidad como causa de la sociedad. El hombre sin la sociedad no podría cubrir sus necesidades, y para evitar disturbios necesita reglas que regulen sus derechos, en particular el derecho de propiedad. La sociedad se forma a partir de la familia. 

            Hume defiende que la capacidad de simpatía se puede educar, a partir de sentimientos buenos, que son los naturales. La sociedad es un hecho y cree que la legitimidad del poder no depende del origen (en muchas ocasiones es por la fuerza), sino de su aceptación en tanto resulte beneficioso. Hume defiende que se debe obediencia al régimen establecido por el mero hecho de nacer en esa sociedad y, en definitiva, la razón de la obediencia es la utilidad y si ésta cesa, cesa el deber de obedecer. La autoridad se legitima con la posesión del poder y el ejercicio de la misma. Admite también la legitimidad de la sucesión, el derecho de conquista y el establecimiento de un gobierno por la ley.

            La teoría política de Hume se basa en el pragmatismo social:

-la vida en sociedad es buena porque es útil:

            +aumenta nuestro poder al unir fuerzas.

            +permite el reparto de funciones.

            +disminuye el peligro ante el azar y los accidentes gracias al apoyo mutuo.

-el gobierno y deber de obediencia es útil:

            +por las ventajas que proporciona: paz y orden (la rebelión se hace por interés).

            Hume rechaza totalmente un “estado de naturaleza” y se opone a la teoría del contrato social que defenderá Rousseau. Rechaza también las antiguas doctrinas donde el poder y la justicia emana de Dios (directa o indirectamente), muy típicas de la Edad Media.

etica 2.La virtud para Hume es cualquier acción o cualidad mental que produce un sentimiento agradable de aprobación. El vicio es lo contrario. Así dice Hume: “llamamos virtuosa toda cualidad o acto mental que encuentre la aprobación general de la humanidad, y llamamos viciosa a toda cualidad que sea objeto de repulsa o censura general”. En el fondo, la aprobación o desaprobación general recae sobre lo que es útil o nocivo a la vida individual o social.

VIRTUDES ÚTILES:

-para el prójimo y la comunidad: la benevolencia y la justicia.

-para nosotros: fuerza de voluntad, diligencia, frugalidad, fortaleza, inteligencia.

VIRTUDES AGRADABLES:

-para otros: modestia, buena conducta, urbanidad, cortesía, ingenio.

-para nosotros: alegría, grandeza de alma, dignidad de carácter, valor, sosiego, audacia, bondad.


politica.

Hume defiende que la capacidad de simpatía se puede educar. La sociedad es un hecho y cree que la legitimidad del poder no depende del origen, sino de su aceptación en tanto resulte beneficioso. Hume defiende que la autoridad se legitima con la posesión del poder y el ejercicio de la misma. Admite también la legitimidad de la sucesión, el derecho de conquista y el establecimiento de un gobierno por la ley.

La teoría política de Hume se basa en el pragmatismo social:

-la vida en sociedad es buena porque es útil:

+aumenta nuestro poder al unir fuerzas.

   +permite el reparto de funciones.

   +disminuye el peligro ante el azar y los accidentes gracias al apoyo mutuo.

-el gobierno y deber de obediencia es útil:

   +por las ventajas que proporciona: paz y orden (la rebelión se hace por interés).

    Hume rechaza totalmente un “estado de naturaleza” y se opone a la teoría de Rousseau. Rechaza también las antiguas doctrinas donde el poder y la justicia emana de Dios (directa o indirectamente), muy típicas de la Edad Media.


TIPOS DE JUICIOS: Por relación entre ideas: Conocimiento seguro y necesario propio de la Lógica y de las Matemáticas, prescindiendo de la realidad sus proposiciones son siempre verdaderas, son conocidas a priori. Dan lugar a las formulaciones analíticas y necesarias. Son universales. No describen el mundo. No surgen de la experiencia, surgen del razonamiento. Su negación implica contradicción y absurdo. Ejemplo: todos los solteros son no casados. Cuestiones de hecho: Además del conocimiento que tenemos como relación entre las ideas, tenemos otro conocimiento de hecho basado en las impresiones. Es el conocimiento que tengo de las cosas que me rodean. La evidencia de verdad de estas cuestiones no es de la misma naturaleza que el anterior. Es un conocimiento imperfecto, creencia, probable, pero que otorga el conocimiento práctico suficiente para la vida. Este conocimiento sólo puede tener justificación en la experiencia, en las impresiones y sólo pueden ser conocidas a posteriori, su justificación se fundamenta en las relaciones causa y efecto. Son contingentes y probables (el futuro no se sabe). Se pueden negar, sin implicar absurdo. Ejemplo: Ester hace gimnasia o Las nubes traen lluvia.

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