Explorando las Éticas: Formales, Políticas, Laborales y la Búsqueda de la Felicidad

Las Éticas Formales o del Deber

Las normas de las éticas formales o del deber están formuladas de manera categórica, y sus principales características son las siguientes:

  • Establecen la forma general o intención con la que debemos actuar.
  • Una conducta es buena si está realizada con una determinada intención.

A. La Buena Voluntad Kantiana

Para Kant, lo que hace buena una conducta no es la conducta misma, sino la intención con la que la realizamos. Debemos tener en cuenta los tres tipos de acciones que este distingue: las contrarias al deber (son inmorales), las conformes al deber pero realizadas por interés o miedo (sin valor moral) y las realizadas por respeto al deber (solo estas son moralmente buenas). Para él, la voluntad es el motor de la acción moral. Es buena en sí misma. La buena voluntad es la que interviene cuando queremos hacer el deber por el deber. Es cada persona quien en cada caso aplica el imperativo categórico.

B. Nietzsche: La Moral de los Señores y la Moral de los Esclavos

Según Nietzsche, los valores tradicionales de la cultura occidental han desaparecido y el ser humano no tiene más remedio que crear nuevos valores. Nietzsche considera que siempre han existido dos tipos de personas con morales contrapuestas:

  • Los señores y su moral: Personas fuertes, superiores, poderosas que no aceptan sujetarse a normas. Su moral es la moral del dominador.
  • Los esclavos y su moral: Personas débiles, inferiores, plebeyas, cobardes, el rebaño. Promueven aquellos valores que sirven para proteger su debilidad: la compasión, la piedad, la igualdad…

Según Nietzsche, en la cultura occidental ha triunfado la moral del esclavo. Nietzsche nos dice que ha llegado la hora de volver a colocar las cosas en su lugar. Hay que sustituir la humildad por el orgullo, la piedad por la crueldad. Esto se conoce como transmutación de los valores. El superhombre es el nuevo ser humano que será capaz de llevar a cabo esa transmutación.

C. El Formalismo Ético Existencialista

Sartre considera que el ser humano es un ser libre. Afirma la posibilidad de una cierta moral común, pues el ser humano debe comprometerse para querer, al mismo tiempo que su libertad, la libertad de otros.

D. La Ética Comunicativa o del Discurso

Representada por Jürgen Habermas, el objetivo es establecer las condiciones en las que una comunidad podría alcanzar, a través del diálogo, un consenso universal sobre cuáles deben ser sus valores y normas. Según él, las condiciones que deben cumplirse son las siguientes:

  • El diálogo debe ser público e inclusivo.
  • Igualdad en el ejercicio de las facultades de comunicación.
  • Exclusión del engaño y la ilusión.
  • Ausencia de coacciones.

Ética Política y Ética Laboral: La Justicia como Vida

El quehacer político debe estar impregnado del comportamiento ético. Por ello, una tarea prioritaria de toda ética política debe ser la de ofrecer principios morales que inspiren la práctica política.

La Justicia como Virtud Ética y Política

Desde el punto de vista individual, la virtud de la justicia es, según Aranguren, el hábito consistente en la voluntad política de dar a cada uno lo suyo. Tanto en la Antigua Grecia como en nuestros días, la justicia también es una virtud propia del ámbito político. Aristóteles nos habló de lo que habríamos de entender como justicia política. Entre las diversas teorías sobre la justicia, destacan las siguientes:

  • Platón: Entiende la justicia como armonía social.
  • Aristóteles: Entiende la justicia como igualdad proporcional.
  • Tomás de Aquino: Los ciudadanos han de tener los derechos naturales, que son los que Dios les da.
  • Utilitaristas: Lo justo es lo que beneficia al mayor número de personas.
  • John Rawls: Define la justicia como equidad.

La Ética Laboral

La ética laboral, llamada también ética profesional, forma parte de la ética filosófica que se preocupa de la reflexión sobre el comportamiento del profesional respecto de su profesión. La ética puede aparecer reflejada en códigos deontológicos o códigos profesionales a través de una serie de principios y valores. Los siguientes factores demuestran la existencia de una adecuada ética profesional:

  • Integridad.
  • Sentido de la responsabilidad.
  • Énfasis en la calidad.
  • Disciplina.
  • Sentido del trabajo en equipo.

Carácter, Conciencia y Madurez Moral

El carácter se va haciendo día a día sobre nuestras acciones. Por ello tenemos que sentirnos responsables de él. Ahora bien, una vez el carácter está formado, influye y condiciona fuertemente nuestras acciones concretas. Nuestra conciencia moral sigue un proceso de crecimiento o de madurez. Una de las funciones de la conciencia moral es la de formular juicios sobre lo que debemos hacer o tenemos que rechazar. Sobre el bien y el mal. El psicólogo contemporáneo Lawrence Kohlberg, ha estudiado el desarrollo de la conciencia a partir del análisis de los juicios morales. El autor llega a la conclusión de que, si bien las normas morales o los valores de una cultura pueden ser diferentes de los de otra, los razonamientos que los fundamentan siguen estructuras o pautas parecidas. Considera que el desarrollo moral de una persona pasa por tres grandes niveles: el preconvencional, el convencional, y el posconvencional.

Las Éticas Materiales y la Búsqueda de la Felicidad

Las éticas de la felicidad o las éticas materiales afirman que la conducta moral se determina por sus resultados. Una conducta es buena moralmente si nos permite conseguir un determinado fin, que normalmente coincide con la felicidad. Las características son:

  • Sus normas están dirigidas a la consecución de un bien supremo.
  • La felicidad se entiende de diferente manera: placer, autorrealización, bienes materiales, salvación eterna…
  • Sus normas no pueden ser universales y necesarias. Son hipotéticas y no categóricas, ya que son medios para conseguir un fin.

Entre estas teorías están:

  • Eudemonismo: Aristóteles (s IV a.C.). Presupone que el bien supremo que todos los seres humanos perseguimos es la felicidad. La tarea de la reflexión ética será investigar qué es la felicidad y cómo conseguirla. Así que seremos buenos y felices si conseguimos que nuestra vida sea lo más racional posible. Y el medio para conseguirlo es respetar dos tipos de virtudes:
    • Virtudes éticas o morales: El hábito de mantener nuestras emociones, sentimientos y deseos en un término medio.
    • Virtudes dianoéticas o intelectuales: La prudencia y la sabiduría.
  • Hedonismo: Epicuro (s IV – III a.C.). Según esta teoría, el bien supremo que nos llevará a la felicidad es el placer. Maximizar el placer y minimizar el dolor es el objetivo prioritario de nuestra vida. La ataraxia es ese estado de placer que implica ausencia de dolor. Epicuro distingue 3 tipos de deseos:
    • Deseos naturales y necesarios: Alimentarse, beber y dormir.
    • Deseos naturales y no necesarios: Nacen del deseo de los seres humanos de variar y obtener más placer de la vida. Por ejemplo, satisfacer el apetito con un plato exquisito.
    • Deseos no naturales y no necesarios: El lujo, el poder, la riqueza.
  • Estoicismo: Zenón (s IV a.C.). Según los estoicos, todo el universo y cuanto en él sucede está determinado por una ley. Esta aceptación del destino nos lleva al ideal ético, que consiste en la tranquilidad de ánimo y la imperturbabilidad.
  • Ética cristiana: Moisés (s XV a.C.). En la ética cristiana, la felicidad consiste en llegar a ser dignos ante Dios y merecedores de la vida eterna. Esto se consigue siguiendo los preceptos de la ley natural. El ser humano se siente naturalmente inclinado a seguir la ley natural, cuyo precepto es hacer el bien y evitar el mal. 3 preceptos secundarios que dan contenido al bien:
    • Conservar la vida.
    • Procrear y cuidar la especie.
    • Buscar la verdad.
  • Ética utilitarista: Jeremy Bentham (s XVIII). Según esta doctrina, nuestra conducta debe regirse por el principio de utilidad o interés de la mayoría. Una acción es buena cuando produce la mayor felicidad para el mayor número de personas.

Ética de Mínimos y Ética de Máximos

Adela Cortina distingue dos niveles en la ética:

  • Ética de mínimos: Está formada por los elementos básicos en los que todos podemos estar de acuerdo y que posibilitan la convivencia y la tolerancia. Es el nivel de mínimos el que asegura el respeto y la vida democrática. Los mínimos morales que una sociedad democrática debe transmitir son principios, valores, actitudes y hábitos a los que no se puede renunciar. La ética de mínimos tiene como ideal la justicia.
  • Ética de máximos: Son los ideales de vida buena, los modelos de excelencia que cada persona considera más perfectos y a los que aspira. Estos modelos tienen un carácter individual, porque no se pueden exigir a todo el mundo, ya que no todos compartimos la misma jerarquía de valores. Las éticas de la felicidad, así como las morales cristianas, son éticas de máximos. Promueven ideales de vida buena.

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