El hombre es un proyecto sartre

5º Desarrolla una exposición elemental y contextualizada de la concepción sartriana de la existencia humana.

El existencialismo toma forma cuando un conjunto de pensadores toman la existencia como el punto de partida de su filosofía. Podemos tomar el existencialismo como una reacción a la filosofía del hombre desde lo concreto frente a las filosofías de ideas y objetos.

En la formulación de Jean Paúl Sartre, la existencia precede a la esencia. Esta filosofía observa la existencia humana con tintes dramáticos y pesimistas “lucidez trágica”.

El existencialismo es un pensamiento de origen alemán que llega a Francia a través de la fenomenología de Husserl y en especial la fenomenología hermenéÚtica de Heidegger. Este es un pensamiento que se debate entre las runas del pasado y la libertad para reconstruir el futuro, a través de una filosofía que parte de la concepción de la existencia.

Respecto la ontología de la conciencia entendida como ser-en-el-mundo. Sartre establece que el objetivo de la conciencia intencional es el “ser-en-sí”, algo caracterizado por lo opaco lleno y estático. Además mantiene que la conciencia es “ser-para-si”, explicando que ella no es nada y no puede llegar a “ser-en-sí” no objeto de otro “ser-para-sí”.

Llega a la conclusión de que la existencia humana es “un-ser-para-sí” que nunca llegará a “ser-en-sí” , la existencia humana se mueve en la posibilidad:
“Lo posible es aquello que le falta al ser para sí, para llegar a ser el ser en sí “(Sartre). Cabe decir que el ser para sí es mundano y temporal tomando como mundo el trasfondo de los útiles y de los otros y movíéndose en un tiempo en el que prima lo presente. El ser en sí fracasa al interior convertirse en un “ser-para-otro”, el intento de trascenderse mutuamente de dos para sí se convierte en un continuo conflicto y frustración. Con estos conceptos Sartre demuestra que Dios no existe y propone su planteamiento ateo. Sartre en sus obras sobre la libertad de la existencia cuenta que el existir es actuar, un actuar basado en la intención y en el proyecto en sí.

La libertad no es sólo propiedad de los actos humanos sino que es autónoma de elección. La elección originada del para sí es el proyecto fundamental que decidir su posibilidad última, siendo el acto principal de libertad la elección de sí mismo en el mundo y al mismo tiempo el descubrimiento del mismo. En cada momento podemos cambiar nuestro proyecto existencial, ya que nuestra elección es frágil y está apoyada en nuestra libertad teniendo así una posibilidad permanente da convertirse más en pasado que en futuro. Nuestro proyecto por tanto está incondicionado.


Es la angustia la que nos hace conscientes de nuestra libertad y de la posibilidad de modificar nuestro proyecto existencial.

La libertad hace responsables a los hombres de sí mismos y y de lo que acontece en su mundo. Esta libertad es fáctica y está sometida. La facticidad no altera el carácter incondicionado de la libertad.

La situación está compuesta por mi pasado, mis entornos, mis prójimos, mi muerte siendo una posición aprehendida por el para sí que está en ella. No hay una situación privilegiada sino que cada ser humano compone la suya propia. La situación es siempre concreta y es producto de la facticidad iluminada por el proyecto libre de la existencia, una situación no es, sino que se crea, pues es mía, ha sido elegida por mí.

Sartre afirma que el hombre está condenado a existir para siempre y condenado a ser libre. No puede encontrarse a la libertad más límites que ella misma. El para sí quiere enmascararse su propia nada e incorporarse el en sí como su verdadero modo de ser, intentando enmascarar su libertad “mala fe”.

Sartre afirma que la responsabilidad es la exigencia moral de la libertad. La responsabilidad es la “conciencia (de) ser el autor de un acontecimiento o un objeto. Esta responsabilidad absoluta es una consecuencia lógica de nuestra libertad. Yo soy responsable de mi situación; siendo el compromiso a su vez la consecuencia lógica de la responsabilidad.

El existencialismo es un humanismo y saca las consecuencias de la muerte de Dios. Es una doctrina de la libertad, la responsabilidad del compromiso y del optimismo. El existencialismo conlleva una moral concreta de autenticidad, se opone al humanismo clásico que concibe al hombre como fin y un valor superior, y además es un humanismo en cuanto concibe al hombre como proyección de sí mismo, así como responsable y señor de su existir, aunque sea en el desamparo.

En 1960 “Crítica a la razón dialéctica” en la que Sartre considera que el marxismo es el contexto filosófico de su tiempo y el existencialismo una ideología parasitaria de la burguésía.

El proyecto es la trascendencia de una situación dada, que condiciona su posibilidad y límites. Este proyecto tiene un dato constituido por las condiciones materiales de nuestra existencia y nuestra infancia, esta mediado por “el campo de las posibilidades instrumentales”. Sartre adecua su visión de la libertad al materialismo histórico marxiano viendo que el sentido de la historia es la necesidad de la totalidad histórica con la que tiene que coincidir la libertad vivida de los individuos.

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