¿Cuales son las diferencias entre las ideas de Platón y Aristóteles?

Durante mucho tiempo la filosofía fue considerada una ciencia. Pero no lo es. Mientras
que cada una de las ciencias abarca un aspecto distinto de la realidad, la filosofía se
plantea preguntas acerca de todo cuanto existe. La realidad es múltiple y diversa, pero
todas las cosas que existen tienen algo en común: todas comparten el ser. Pero, ¿cuál
es el significado del “ser”? De eso trata la ontología, la rama de la metafísica que estudia
en qué consisten verdaderamente las cosas que son. Pero, al igual que la metafísica, la
ontología nunca ha dado una respuesta permanente, aunque ha habido varios filósofos,
como Platón y Aristóteles, que han tratado de darla. Platón y Aristóteles, además de ser coetáneos, también estaban relacionados.  Aristóteles fue el discípulo de Platón. Pero esto no quiere decir que estén de acuerdo en
cuanto a la filosofía.
En primer lugar, Platón pensaba que las esencias, las carácterísticas que hacen a cada cosa lo que son, existen independientemente de nosotros, que son trascendentes y están más allá de la realidad que podemos percibir con los sentidos. Estas esencias son eternas, perfectas e inmutables, y Platón las llamó Ideas. En cambio, las cosas que vemos y tocamos son imperfectas, cambiantes y perecederas. Por lo que, si queremos conocer las Ideas, tenemos que desconfiar de los sentidos y emplear únicamente la razón. Las Ideas existen en un espacio propio, llamado mundo inteligible, y todas las cosas de nuestro mundo, el mundo sensible, son meras copias imperfectas de las Ideas. Estas cosas reciben el aspecto y propiedades de las Ideas porque participan de la Idea de la cual proceden.
Las Ideas platónicas no son contenidos mentales. Existen con independencia de que haya una mente que las piense, pues Platón afirma que la realidad preexiste al hombre. Esto Platón lo explica con la teoría de la reminiscencia, que dice que el alma una vez conocíó las Ideas, pero las ha olvidado, por lo que al aprender algo, en realidad, es recordar lo que ya se sabía previamente. Para la filosofía platónica conocer

equivale a recordar. Por ejemplo, al decir que algo es justo o es bello, lo comparamos con un patrón que tenemos que lo que la justicia o la belleza es, por lo que cuanto más se acerque algo a ese patrón, es más o menos justo o bello.
En cuanto a Aristóteles, este no creía que las esencias existieran de manera independiente en un mundo separado, sino que la verdadera realidad está constituida por individuos del mundo sensible. Lo que de verdad existe está formado por las cosas que vemos y tocamos a nuestro alrededor, y la existencia auténtica está en el mundo sensible. Aristóteles cree que las esencias no son trascendentes, sino inmanentes, que forman parte de este mundo, porque están dentro de las cosas que nos rodean. Para encontrar la verdadera esencia de las cosas, es necesario distinguir la sustancia de los accidentes. La sustancia es lo que existe por sí mismo, mientras que los accidentes no existen por sí mismos, sino que solo existen aplicados a alguna sustancia, son modificaciones o atributos de la sustancia. Por ejemplo, una manzana roja. La manzana existe por sí misma, es una sustancia, mientras que el color rojo es un accidente, un atributo de la manzana.
La realidad, compuesta por sustancias, tiene cuatro causas:
Causa material: ¿De qué está hecho? La materia
Causa formal: ¿Cómo está hecho? La forma
Causa eficiente: ¿Quién o qué lo ha hecho? El agente
Causa final: ¿Para qué se ha hecho? La finalidad
Para conocer a fondo algo, debemos ser capaces de responder a estas preguntas.
En la teoría de las cuatro causas, la causa final desempeña un papel fundamental, pues Aristóteles pensaba que todas las cosas persiguen un propósito. A esto se le llama teleología, que en griego significa “finalidad” o “meta”. Esta meta la persiguen tanto los seres animados como los inanimados. Por ejemplo, al soltar una piedra, que es cogida del suelo, esta tiende a perseguir su “lugar natural”, el suelo. En la metafísica aristotélica, todas las cosas tienden espontáneamente a cumplir un propósito. Este propósito es inmanente, porque está en el interior de las cosas y forma parte de su naturaleza. Platón y Aristóteles también se diferencian en su concepción de los universales. Por un lado, Platón piensa que los universales existen independientemente del individuo y de forma objetiva en un espacio propio separado del mundo sensible, mientras que Aristóteles piensa que lo que únicamente existe son los individuos particulares del mundo sensible y los universales son inmanentes en cada cosa. Pero al menos los dos
comparten la idea de que el universal no es solo un nombre insignificante que se les atribuye a las cosas, que es lo que defiende el nominalismo. Mientras que Platón piensa que los universales viven independientemente del individuo, Aristóteles piensa que el universal es la forma de la sustancia. Además de relacionarse en eso, el pensamiento de estos dos filósofos coincide también en su concepción dualista el hombre: pensando que este está formado por un cuerpo y un alma y que el alma tiene primacía sobre el cuerpo. Pero Platón pensaba que los dos
están separados, mientras que Aristóteles decía que el alma es inseparable del cuerpo. En conclusión, Platón pensaba que la verdadera existencia se encuentra en el mundo de las Ideas y que hay que atender a la razón para no ser engañados por los sentidos en el

mundo sensible, y Aristóteles pensaba que la verdadera realidad está en el mundo

sensible. Pero ninguno se estos filósofos contestó la gran pregunta del ser: ¿cuál es el

significado del “ser”?


y Aristóteles también se diferencian en su concepción de los universales. Por un lado, Platón piensa que los universales existen independientemente del individuo y de forma objetiva en un espacio propio separado del mundo sensible, mientras que Aristóteles piensa que lo que únicamente existe son los individuos particulares del mundo sensible y los universales son inmanentes en cada cosa. Pero al menos los dos
comparten la idea de que el universal no es solo un nombre insignificante que se les atribuye a las cosas, que es lo que defiende el nominalismo. Mientras que Platón piensa que los universales viven independientemente del individuo, Aristóteles piensa que el universal es la forma de la sustancia. Además de relacionarse en eso, el pensamiento de estos dos filósofos coincide también en su concepción dualista el hombre: pensando que este está formado por un cuerpo y un alma y que el alma tiene primacía sobre el cuerpo. Pero Platón pensaba que los dos
están separados, mientras que Aristóteles decía que el alma es inseparable del cuerpo. En conclusión, Platón pensaba que la verdadera existencia se encuentra en el mundo de las Ideas y que hay que atender a la razón para no ser engañados por los sentidos en el mundo sensible, y Aristóteles pensaba que la verdadera realidad está en el mundo sensible. Pero ninguno se estos filósofos contestó la gran pregunta del ser: ¿cuál es el significado del “ser”?

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