Cuadro moral de kohlberg

Immanuel Kant es el creador de la filosofía crítica, donde, en una serie de publicaciones que se denominaron: “críticas” establece, entre otras cosas, las bases teóricas delconocimiento. En relación a esto propone una epistemología individual. (Concepto que será explicado más adelante).

Estas tres críticas son: “la crítica de la razón pura”, “la crítica de la razónpráctica” y “la crítica del juicio”

 

Podemos caracterizar la ética kantiana a partir de sus tres rasgos siguientes:



• Es formal
: la materia del imperativo es lo mandado, la forma el grado de universalidad del imperativo. La tesis esencial de la ética kantiana consiste en indicar que una máxima describe propiamente una acción moral cuando cumple un requisito puramente formal: que pueda ser universalizable. 
• Es autónoma
: un sujeto es autónomo cuando tiene la capacidad para darse a sí mismo sus propias leyes, y es heterónomo cuando las leyes no descansan en él mismo, cuando le vienen de fuera; la ética kantiana es autónoma al afirmar que sólo las acciones morales son autónomas. Kant considera que sólo allí donde encontramos acción moral encontramos libertad

: cuando nos conducimos moralmente el fundamento de determinación de nuestra voluntad no nos viene de fuera, del mundo, o de la religión, sino de nosotros mismos, de nuestra conciencia, pues es nuestra razón práctica la que nos da el criterio de la conducta buena y permite la determinación de nuestra voluntad. En la experiencia moral somos autónomos porque la ley a la que nos plegamos está en nosotros mismos. 
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El fundamento de las acciones buenas es el deber, no la inclinación


: para que una acción sea buena no basta que sea conforme al deber, además ha de hacerse por deber. El rigorismo kantiano implica el deber por el deber, aunque vaya en contra de mi felicidad y de las personas que quiero, y el carácter universal de la bondad o maldad de una acción, universalidad que impide aceptar excepciones en la validez del impe- rativo categórico. Este imperativo prescribe una acción como buena de forma incondicionada, manda algo absolutamente, declara la acción objetivamente necesaria en sí, sin referencia a ningún propósito extrínseco. Sólo el imperativo categórico es imperativo de la moralidad. Kant dio varias formulaciones generales del imperativo categórico, entre las que destacan la “fórmula de la ley universal”, y la “fórmula del fin en sí mismo”, que ordena tratar a la humanidad, tanto propia como ajena, siempre como un fin en sí mismo.


La teoría del desarrollo moral de Kohlberg

 Una de las teorías más conocidas y citadas acerca del desarrollo moral es la de Lawrence Kohlberg.
Este autor divide el desarrollo moral en tres niveles. Cada uno de estos niveles se encuentra dividido en diferentes etapas.

Para estudiar el desarrollo moral, Kohlberg utilizó una serie de dilemas morales que presentó a los participantes. Un ejemplo sería el siguiente:

En Europa, una mujer estaba a punto de morir de cáncer. Existía un medicamento que los médicos pensaban que podría salvarla. Se trataba de un tipo de radio que un farmacéutico de esa misma ciudad había descubierto recientemente. El medicamento era costoso de fabricar, pero el farmacéutico cobraba diez veces más de lo que le costaba fabricarlo. Pagaba 200 dólares por el radio y cobraba 2.000 dólares por una dosis pequeña del medicamento. El marido de la mujer enferma, Heinz, acudió a cada persona que conocía para pedir prestado el dinero, pero solamente pudo reunir unos 1.000 dólares, que era mitad de lo que costaba. Le dijo al farmacéutico que su esposa se estaba muriendo y le pidió que se lo vendiera más barato o lo dejara pagar más adelante. Pero el farmacéutico respondió : «No, yo descubrí el medicamento y voy a hacer dinero con él.» Heinz se sintió desesperado e irrumpió en el almacén del hombre para robar el medicamento para su esposa. ¿Debería el marido haber hecho eso? (Kohlberg, 1963, p. 19)

Nivel I: moral preconvencional


Etapa 1: el castigo y la obediencia (heteronomía)


El punto de vista propio de esta etapa es el egocéntrico, no se reconocen los intereses de los otros como diferentes a los propios. Las acciones se consideran sólo físicamente, no se consideran las intenciones, y se confunde la perspectiva de la autoridad con la propia.

Lo justo es la obediencia ciega a la norma, evitar los castigos y no causar daños materiales a personas o cosas.

Las razones para hacer lo justo son evitar el castigo y el poder superior de las autoridades.

Etapa 2: el propósito y el intercambio (individualismo)


La perspectiva característica de esta etapa es el individualismo concreto. Se desligan los intereses de la autoridad y los propios, y se reconoce que todos los individuos tienen intereses que pueden no coincidir. De esto se deduce que lo justo es relativo, ya que está ligado a los intereses personales, y que es necesario un intercambio con los otros para conseguir que los propios intereses se satisfagan.

Lo justo en esta etapa es seguir la norma sólo cuando beneficia a alguien, actuar a favor de los intereses propios y dejar que los demás lo hagan también.

La razón para hacer lo justo es satisfacer las propias necesidades en un mundo en el que se tiene que reconocer que los demás también tienen sus necesidades e intereses.

Nivel II: moral convencional


Etapa 3: expectativas, relaciones y conformidad interpersonal (mutualidad)


La perspectiva de esta etapa consiste en ponerse en el lugar del otro: es el punto de vista del individuo en relación con otros individuos. Se destacan los sentimientos, acuerdos y expectativas compartidas, pero no se llega aún a una generalización del sistema.

Lo justo es vivir de acuerdo con lo que las personas cercanas a uno mismo esperan. Esto significa aceptar el papel de buen hijo, amigo, hermano, etc. Ser bueno significa tener buenos motivos y preocuparse por los demás, también significa mantener relaciones mutuas de confianza, lealtad, respeto y gratitud.

La razón para hacer lo justo es la necesidad que se siente de ser una buena persona ante sí mismo y ante los demás, preocuparse por los demás y la consideración de que, si uno se pone en el lugar del otro, quisiera que los demás se portaran bien.


Etapa 4: sistema social y conciencia (ley y orden)


El punto de vista desde el cual el individuo ejerce su moral se identifica en esta etapa con el del sistema social que define los papeles individuales y las reglas de comportamiento. Las relaciones individuales se consideran en función de su lugar en el sistema social y se es capaz de diferenciar los acuerdos y motivos interpersonales del punto de vista de la sociedad o del grupo social que se toma como referencia.

Lo justo es cumplir los deberes que previamente se han aceptado ante el grupo. Las leyes deben cumplirse salvo cuando entran en conflicto con otros deberes sociales establecidos. También se considera como parte de lo justo la contribución a la sociedad, grupo o instituciones.

Las razones para hacer lo que está bien son mantener el funcionamiento de las instituciones, evitar la disolución del sistema, cumplir los imperativos de conciencia (obligaciones aceptadas) y mantener el autorrespeto.

Nivel III: moral postconvencional o basada en principios


Las decisiones morales en este nivel tienen su origen en el conjunto de principios, derechos y valores que pueden ser admitidos por todas las personas que componen la sociedad, entendiéndose ésta como una asociación destinada a organizarse de un modo justo y beneficioso para todos sin excepción.

Etapa 5: derechos previos y contrato social (utilidad)


En esta etapa se parte de una perspectiva previa a la de la sociedad: la de una persona racional con valores y derechos anteriores a cualquier pacto o vínculo social. Se integran las diferentes perspectivas individuales mediante mecanismos formales de acuerdo, contrato, imparcialidad y procedimiento legal. Se toman en consideración la perspectiva moral y la jurídica, destacándose sus diferencias y encontrándose difícil conciliarlas.

Lo justo consiste en ser consciente de la diversidad de valores y opiniones y de su origen relativo a las características propias de cada grupo y cada individuo. Consiste también en respetar las reglas para asegurar la imparcialidad y el mantenimiento del contrato social. Se suele considerar una excepción por encima del contrato social el caso de valores y derechos como la vida y la libertad, que se ven como absolutos y deben, por tanto, respetarse en cualquier sociedad, incluso a pesar de la opinión mayoritaria.

La motivación para hacer lo justo es la obligación de respetar el pacto social para cumplir y hacer cumplir las leyes en beneficio propio y de los demás, protegiendo los derechos propios y los ajenos. La familia, la amistad, la confianza y las obligaciones laborales se sienten como una parte más de este contrato aceptado libremente. Existe interés en que las leyes y deberes se basen en el cálculo racional de la utilidad general, proporcionando el mayor bien para el mayor número de personas.

Etapa 6:  principios éticos universales (autonomía)


En esta última etapa se alcanza por fin una perspectiva propiamente moral de la que se derivan los acuerdos sociales. Es el punto de vista de la racionalidad, según el cual todo individuo racional reconocerá el imperativo categórico de tratar a las personas como lo que son, fines en sí mismas, y no como medios para conseguir ninguna ventaja individual o social.

Lo que está bien, lo justo, es seguir los principios éticos universales que se descubren por el uso de la razón. Las leyes particulares y acuerdos sociales son válidos porque se basan en esos principios y, si los violaran o fueran en contra de ellos, deberá seguirse lo indicado por los principios. Los principios son los principios universales de la justicia: la igualdad de derechos de los seres humanos y el respeto a su dignidad de individuos. Éstos no son únicamente valores que se reconocen, sino que además pueden usarse eficientemente para generar decisiones concretas.

La razón para hacer lo justo es que, racionalmente, se ve la validez de los principios y se llega a un compromiso con ellos. Este es el motivo de que se hable de autonomía moral en esta etapa.


Marx critica la filosofía de su época por ser mera teoría, sin proyección práctica, no era más que un conjunto de ideas y creencias justificadoras de un estado de cosas. Desde el punto de vista de Marx, la filosofía se concibe como un medio para transformar el mundo y, por tanto, debe aunar una doble dimensión: teórica y práctica. En cuanto teoría la filosofía de Marx lleva a cabo un análisis económico, sociológico e histórico del modo de producción capitalista.

3. TEORÍA DE LA ALIENACIÓN:


Marx  señalando que el medio por el cual el trabajo se aliena es la propiedad privada. De ahí que sea el comunismo el que permitirá la eliminación de la alienación económica. La superación de la alienación económica, la emancipación de los trabajadores es, al mismo tiempo, la emancipación de la humanidad en general, porque en realidad todas las servidumbres humanas tienen su origen en la alienación económica y, por tanto, eliminada ésta se eliminan las demás. Estas otras formas de alienación son: 1. La alienación social. En la sociedad capitalista, los seres humanos, iguales por naturaleza, quedan clasificados de acuerdo con los bienes materiales que poseen en clases, superiores e inferiores. El objetivo de Marx consistirá en la eliminación de todas las clases. 2. La alienación política. El Estado, que es una creación humana, se convierte en un poder autónomo y enemigo del hombre que, en realidad, solo representa los intereses de la clase dominante. Así, en la sociedad capitalista el objetivo primero del Estado consiste en administrar la explotación de los trabajadores. De ahí que Marx aspire a eliminar toda clase de Estado y convertir el mundo entero en patria de la humanidad. 3. La alienación religiosa, dada la situación de miseria en que viven los hombres, éstos se consuelan con un más allá reparador de las penas de este mundo.

 La concepción que Marx tiene de la realidad histórica y social es dialéctica y materialista. Marx afirma que la realidad socioeconómica es dialéctica, en cuanto que está sujeta a cambio y este cambio se debe a que en ella surgen contradicciones que son superadas para dar lugar a nuevas contradicciones que serán de nuevo superadas y así se da el cambio histórico. Marx aplica la dialéctica a la historia, el resultado es el materialismo histórico. Desde esta teoría analiza la historia descubriendo que el movimiento propio de la historia consiste en que la realidad socioeconómica actúa dialécticamente generando la escisión y la reconciliación, las contradicciones son superadas mediante revoluciones. Esta dinámica conducirá desde la formación del capital a la escisión social en clases y desde ésta a la reconciliación de la humanidad en una sociedad sin clases, el comunismo es, por tanto, la etapa final, pues el esquema descarta el movimiento indefinido. La teoría filosófica de Marx es materialista. Su materialismo se opone al idealismo porque afirma que es el ser social del hombre el que determina su conciencia. Es la infraestructura la que determina la superestructura.Marx elaboró una teoría, que pretendía ser científica, para explicar los sucesos y cambios históricos que recibe el nombre de Materialismo histórico. Según esta teoría para estudiar la sociedad y su historia no se debe partir de lo que los hombres piensan sino de la forma en que producen los bienes necesarios para su vida. No son las ideas (política, religión, filosofía, moral,…) las que dirigen la historia sino la producción material (lo que los hombres producen y cómo lo producen).


Ideas de Descartes

Ideas innatas

  Son las ideas que se encuentran en nuestra mente antes de cualquier experiencia o percepción del mundo. La más importante es la idea de Infinito o Dios. Han sido implantadas en nuestra mente por Dios.
      Descartes no limitó lo innato a los conceptos (como los de Dios, substancia o los conceptos matemáticos), también consideró que hay principios innatos o verdades eternas, por ejemplo en lógica y en física. Las proposiciones  “cosas que son iguales a una misma cosa, son iguales entre sí”, o “de la nada nada sale”  son principios de este tipo. La experiencia perceptual no permite nunca establecer nada con absoluta universalidad, y sin embargo tenemos verdades que se presentan como universales, luego estas no pueden descansar en la experiencia sino en la naturaleza de la propia razón.
      Descartes no consideró que las ideas innatas están en nuestra mente de forma actual o como un saber siempre a nuestra disposición. El niño no tiene el concepto de Dios de esta manera. Cuando Descartes se refiere a lo innato en nuestra mente quiere indicar que la experiencia empírica o percepción no puede justificar ciertos contenidos mentales, y que si los tenemos es porque descansan en la propia naturaleza de nuestra mente. Hay en nosotros una potencialidad innata por la cual conocemos a Dios; la idea de Dios es innata en el sentido de que es producida por una capacidad natural de la mente, es innata de una manera potencial, no actual. En el breve escrito “Observaciones sobre la explicación de la mente humana” explica cómo debemos entender lo innato: “uso este término en el mismo sentido que cuando afirmamos que la generosidad es innata en algunas familias y que en otras lo son algunas enfermedades como la gota o el cálculo, pero no en el sentido de que los hijos de esas familias padezcan estas enfermedades desde el vientre de sus madres, sino en el sentido de que nacen con cierta disposición o facultad para adquirirlas”. 
      Nuestras ideas claras y distintas de las naturalezas simples son innatas, y también lo es nuestro conocimiento de los principios universales y ciertos, y las leyes de la física. Esto fomenta la idea del carácter deductivo de las ciencias y un cierto olvido del experimento. La física depende de la metafísica: podemos llegar por el análisis a naturalezas simples como la extensión y el movimiento, y a partir de éstas podemos deducir las leyes generales que gobiernan cualquier mundo material. Aunque el propio Descartes hizo realmente trabajos experimentales en física y anatomía, sin embargo llegó a escribir en 1638 en carta a Mersenne “mi física no es otra cosa que geometría” (por lo tanto, conocimiento puramente deductivo construido a partir de verdades primeras o naturalezas simples de carácter innato).

2. Ideas facticias:


 Aquellas ideas consecuencia del poder de nuestra imaginación. Las construye la mente a partir de otras ideas. Si me imagino un ser formado por el cuerpo de un perro y la cabeza de un dragón, el pensamiento o idea de esta entidad fantástica pertenecería a este grupo.

3. Ideas adventicias:


Las ideas consecuencia del influjo del mundo exterior sobre nuestros sentidos. Son las ideas (las sensaciones, imágenes y conceptos), que pueden explicarse a partir de la experiencia perceptual que tenemos del mundo. Son, por lo tanto, las ideas que dan lugar al conocimiento empírico. 

Antropocentrimos:


Concepción filosófica que considera al ser humano como centro de todas las cosas y el fin absoluto de la creación


«el cuerpo humano desnudo será el súmmum de las perfecciones y el objeto fundamental de los artistas, como reflejo del antropocentrismo del pensamiento humanista

Racionalismo:


Teoría epistemológica que, frente al empirismo, considera la razón como fuente principal y única base de valor del conocimiento humano en general.
«según el racionalismo los principios fundamentales de la razón son ‘a priori’ y, por consiguiente, irreductibles a la experiencia»
Los descubrimientos geográficos (Colón, Vasco de Gama, Magallanes) habían mostrado que la
Tierra era redonda, pero aún se creía, conforme a la doctrina de Tico-Brahe, que todo el sistema
solar giraba en torno de la Tierra. COPERNICO (1473-1543) formula, al fin, la doctrina
heliocéntrica: coloca a la Tierra entre los planetas y hace del Sol el centro del sistema.
JUAN KEPLER (1571-1630) da la explicación matemática del genial descubrimiento de
Copérnico. Encuentra las tres leyes, conforme a las cuales se lleva a efecto el movimiento de los
planetas: 1*, las trayectorias de los planetas son elipses en uno de cuyos focos está el sol; 21, el
rayo vector de un planeta barre iguales áreas en tiempos iguales; 3*, los cuadrados de los
tiempos empleados en la traslación de dos planetas, son entre sí como los cubos de sus
distancias.
Kepler rechaza la idea metafísica de la finalidad del universo; sólo admite una explicación
causal de los hechos, susceptible de formularse matemáticamente. Tampoco admite una
concepción antropomórfica de la naturaleza. «Antes creía yo —expresa en su Nueva Astronomía
o Física del Cielo, en comentarios sobre los movimientos de Marte— que la fuerza que mueve a
los planetas era realmente un alma. Pero cuando consideré que esta fuerza motriz decrece al
aumentar la distancia, deduje que había de ser corpórea.»
GALILEO GALILEI (1564-1642) logra la
formulación clásica de estas concepciones
mecánicomatemáticas de la naturaleza. Nació en Pisa y fué encarcelado por la Inquisición y
obligado a retractarse de sus ideas.
«El libro de la naturaleza —decía en su obra 11 Saggiatore— está escrito en lengua matemática y
sus letras son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, de modo que sin ellas no puede
entenderse una sola palabra». De esta suerte, se viene a dar a la ciencia natural un fundamento
exclusivamente cuantitativo, y por ende, se la despoja de toda consideración subjetivista. «La
parte que desempeña el entendimiento en la formación de la ciencia natural, radica en la
necesidad de superar la apariencia sensible; su método es, a la vez, inductivo y deductivo,
«compositivo y resolutivo». El primero reduce a una forma legal, a una fórmula matemática, los
diversos hechos observados; el segundo deduce de la ley general los mismos hechos contenidos
en ella. Ambos métodos se complementan y, al mismo tiempo, se comprueban». Galileo también
aceptó, no sin reservas, la doctrina corpuscular y atomista, así como la subjetividad de las
cualidades sensibles o cualidades secundarias frente a la objetividad de las relaciones numéricas
y geométricas.

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