Cosas justas y bellas

PLATÓN:


CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL

Platón nace después de la muerte de Pericles. Atenas y Esparta se encontraban enfrentadas en las Guerras del Peloponeso, por desigualdades en la administración política. Finalmente vence Esparta, instalándose en Atenas el Gobierno de los Treinta Tiranos, que fracasa, instalándose así la democracia.Con el ascenso al trono del rey de Macedonia Filipo, se provoca el fin de las ciudades-estado.Existe gran división social, la aristocracia asume la democracia y esta última deriva en demagogia, precisamente un sistema político que Platón no aprobaba. Hay una crisis económica, aunque la vida cultural se encuentra en su máximo esplendor. Es muy importante la educación, basada en conocimientos y saberes estables.

CONTEXTO FILOSÓFICO:

De los pitagóricos: le impresiónó sobretodo la teoría de un alma inmortal./De Heráclito y Parménides: Heráclito cree que sólo existe un mundo que cambia (sensible), mientras que Parménides dice que el mundo verdadero es el que no cambia (ideas). Platón resolvíó este conflicto afirmando la presencia de dos mundos diferenciados.

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De Sócrates: la idea de verdad; dice que hay que conocer el bien (saber la verdad) para poder dirigir al pueblo ateniense evitando así más períodos violentos.

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De los sofistas: los consideraba los causantes de los males de la democracia ateniense y de la perversión de los jóvenes.

TEORÍA DE LAS IDEAS

Platón busca lo que las cosas son realmente. Las cosas de este mundo son mudables y cambiantes. Platón aspira a encontrar unos principios sólidos e inmutables que nos permitan juzgar lo bueno y lo malo, y saber lo que las cosas son por debajo de su apariencia mutable, pues de lo que está en continuo movimiento no podemos tener conocimiento cierto.Platón encuentra la necesidad de indagar en el auténtico ser de las cosas, aunque estas sean muchas, todas tienen una única y misma forma (lo mismo ocurre con las virtudes); tiene que haber, por tanto, unidad que es la que va a permitir la comprensión de lo real. Esta “única y misma forma” es lo que Platón denominó eidos, ideas, que constituyen el modelo o patrón del mundo que percibimos a través de los sentidos.El mundo está lleno de cosas buenas, bellas o justa, pero si no existiera la belleza, la bondad o la justicia, nunca sabríamos que lo son. Para que la belleza pueda otorgar realidad a la multiplicidad de cosas bellas es necesario que tenga autonomía y esté separada de las cosas a las que otorga realidad, para no diluirse en cosas concretas y perder su carácter universal.

El mundo de las ideas y el mundo sensible

El mundo visible es cambiante, pero para poder entenderlo es preciso otra realidad que no cambia. Las cosas visibles dependen de la posición del observador, puesto que los sentidos nos engañan con frecuencia.

El mundo de las ideas y el deseo de saber


“Mito de la caverna (República)”

El mito representa el estado de ignorancia en el que habita el hombre que sólo se deja guiar por sus sentidos y las apariencias de las cosas. Según Platón, el ser humano está encadenado desde su nacimiento, no solo a un cuerpo material, sino también a unas estructuras sociales, culturales o lingüísticas. Como estamos acostumbrados a ellas, no concebimos que exista otra cosa, no las echamos en falta y nos sentimos felices en nuestro encadenamiento, en nuestra original ignorancia, pues es lo único que conocemos. Pero en el ser humano existe una tendencia que aspira al conocimiento; lo que nos ha hecho humanos ha sido esa lucha continua por saber más y ser mejores. Fuera de la caverna se encuentra el mundo de los objetos de verdad, de lo que no son sombras, y que son la auténtica realidad que tenemos que conocer para no perpetuarnos en la ignorancia. Están iluminados por el Sol, que los hace visibles. El Sol es identificado con la idea de bien.
De la misma manera que el Sol hace que las cosas sensibles aparezcan y podamos verlas, el bien, en el mundo de las ideas, permite que las cosas sean conocidas por nuestra razón.

Relaciones entre lo inteligible y lo sensible

Lo que ven los prisioneros en la caverna son sombras, no son invenciones de su imaginación, y las sombras no son las cosas, pero son algo. No hay sombra si no hay cosa. Por tanto, aunque sean cosas distintas, si hay una relación entre ellas: una depende de la otra (la sombra depende de la cosa).Pero aquí nos encontramos con una sola idea de la que dependen multitud de seres concretos. En efecto, todas las cosas que pertenecen a una misma clase tienen una semejanza entre sí porque participan en el modelo de de idea. Aquí aparece la idea del demiurgo, una especie de “artesano del mundo” que hace las cosas, el orden de la naturaleza, imitando las ideas eternas.

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