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PROBLEMA DE Dios Y REALIDAD.Santo Tomás aceptará de Aristóteles en su concepción de la realidad varias de sus teorías, pero distinguirátotalmente entre Dios y las criaturas. Afirmará que Dios es el creador de todo el universo y por tanto es un ser necesario, no puede no existir, frente a las criaturas que son contingentes, pueden existir o no. En los seres contingentes hay una diferencia entre la esencia (su definición universal) y existencia(si realmente existen o no) ya que su esencia no implica su existencia, pero en Dios, al ser necesario, su esencia implica su existencia. La esencia es potencia de ser (posibilidad) y la existencia es acto de ser (el hecho). Aquino, igualmente, establecerá una organización jerárquica de los seres basada en sus grados de perfección según la potencialidad de sus esencias y su semejanza (participación) con Dios: los seres serán más o menos perfecto de acuerdo a su parecido mayor o menor con Dios. Sto. Tomás afirma así a Dios como el ser necesario y acto puro, ser inmutable y perfecto, cuya actividad es pensarse a sí mismo, como en Aristóteles. Sin embargo, Aquino defiende el creacionismo y, por lo tanto, Dios conoce el mundo al pensarse, pues es su obra, y cuida y ama a sus criaturas. Santo Tomás comprende que la existencia de Dios es problemática racionalmente y por tanto una de las tareas fundamentales de la razón será la demostración de la existencia de Dios. En primer lugar criticará el Argumento Ontológico de San Anselmo y defenderá que la existencia de Dios no nos resulta evidente ya que si bien es evidente en sí misma, pues Dios es un ser necesario, no es evidente para nosotros, pues nuestra razón es limitada y desconocemos el concepto de Dios por ser su esencia incognoscible para la razón del hombre. Por ello, habrá que demostrar su existencia. Para ello, distingue dos tipos de demostración: la a priori, en la que conociendo la causa podemos inferir el efecto, y la a posteriori, en la que al darse el efecto podemos demostrar la causa. Sto. Tomás afirmará que sólo es posible demostrar la existencia de Dios utilizando la demostración a posteriori, pues conocemos el efecto (la creación) y buscamos su causa (Dios).   De esta forma, Aquino presentará cinco vías para demostrar la existencia de Dios. La primera, parte del movimiento de los seres para afirmar la existencia de Dios como motor inmóvil. La segunda, parte de la existencia de causas causadas para demostrar la de Dios como causa incausada.


La tercera, parte de la existencia de seres contingentes para afirmar la de Dios como ser necesario. La cuarta (de influencia platónica), parte de la existencia en los seres de distintos grados de perfección para afirmar la de Dios como ser perfectísimo. La quinta, parte del comportamiento ordenado de los seres naturales para afirmar la existencia de Dios como inteligencia ordenadora. Esta ordenación la realiza mediante la imposición de la ley eterna, que regula con la ley física a los seres irracionales, y a los hombres con la ley natural, la ley moral, que posibilita su libertad. Así Dios resulta ser motor inmóvil, causa primera, creador, ser necesario, ser perfecto y ordenador del universo. 

PROBLEMA SER HUMANO Y MORALEl ser humano, según S. Agustín, está hecho a imagen y semejanza de Dios.
Esto quiere decir que posee, a diferencia de los animales, vida espiritual. Por ello, defenderá el dualismo afirmando que el hombre se compone de dos sustancias, el cuerpo (materia) y el alma (forma) cuya uníón es accidental.
Así, el hombre es fundamentalmente un alma inmortal frente a un cuerpo mortal y corruptible. Esta alma humana tiene tres facultades que le hacen ser una única persona: 
memoriainteligencia voluntad.
La memoria permite unir el presente y el pasado creando la identidad personal. La inteligencia permite conocer la verdad. La voluntad, por último, lleva a buscar el amor y la felicidad que solo se pueden encontrar plenamente en Dios. Por todo ello, y siendo ese amor lo fundamental, el alma debe regir el cuerpo para volver a Dios de quien procede. S. Agustín defiende el libre albedrío en el ser humano. La voluntad libre nos permite pecar (libertinaje) o vivir bien y conforme a la ley de Dios (libertad). Sin embargo, la voluntad no es suficiente para ser bueno por culpa del pecado original, que hemos heredado y por ello el ser humano necesita la gracia, dada por Dios, para obrar correctamente. Una acción humana debe juzgarse teniendo en cuenta la intención que la guía: si es conforme a la ley de Dios será buena; si no, será pecado.   El mal moral humano se afirma como fruto de un bien mayor, el libre albedrío, resultando del abuso que el hombre comete de este libre albedrío. 
Por ello, el ser humano es responsable del pecado cometido pues sin libre albedrío no habría responsabilidad ni culpa. La voluntad humana tiende a la felicidad, fin supremo que sólo se consigue en la otra vida, con la contemplación y amor de Dios. 

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