Conformados a su imagen

Crítica a Platón


El comienzo del logos, de la filosofía que situamos en los primeros presocráticos, tiene como foco la Physis, la naturaleza, pues esos primeros sabios se preguntaron por el arjé de la physis, esto es, por el principio de la naturaleza. Con Sócrates, los sofistas y Platón, la naturaleza pasa a un segundo plano; recordemos que para Platón “lo que realmente existe” y lo que puede conocerse no es la naturaleza sino las Ideas y estas no son naturales, no pertenecen al mundo natural sensible. Pues bien, con Aristóteles se produce un retorno a la physis como campo a explicar. Si las cosas sensibles se mueven, cambian, es porque existe alguna causa motriz, pero las Ideas son inmóviles, luego no pueden explicar tales cambios.

Naturaleza y cambio.

Aristóteles define la naturaleza como “un principio (arjé) y una causa intrínsecos de movimiento y reposo”; la naturaleza es, en cierto sentido algo que habrá que aclarar, cambio, una idea que ya estaba presente en los presocráticos. Aristóteles se encuentra con el problema del movimiento (cambio) que había propuesto Parménides y había seguido a Platón. Aristóteles tratará de solucionar los problemas con el cambio mediante dos explicaciones: la primera recurre a los conceptos de “materia, forma y privación”, la segunda a los de “potencia y acto”.

1. La forma (morphé) es, en este caso, la figura representada de Alejandro. Materia, forma y privación constituyen tres conceptos fundamentales en la primera explicación aristotélica del cambio. El significado del concepto “forma” aquí sería el de, sobre todo, la esencia (substancia) de algo, lo que hace que una cosa sea lo que es.

2. La segunda explicación al problema del cambio se basa en el análisis de potencia y acto. El acto es realidad, actualidad y actividad. La definición aristotélica del cambio es: un cambio es la actualización de una potencia.


LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO DE ARISTÓTELES:


La primacía de los sentidos.

Aristóteles coincide con Platón al considerar que el verdadero conocimiento debe ser universal y necesario. Por tanto, el único saber verdadero es el conocimiento inteligible. Sin embargo, ambos se oponen al describir cómo se adquiere: Platón afirma que la ciencia sólo se consigue superando lo sensible. Para Aristóteles, el conocimiento de lo inteligible, sólo es posible si se conocen las primeras sustancias, pues es en ellas donde se encuentran. Por eso, a la reminiscencia platónica, Aristóteles opone la abstracción, y recupera así el valor de lo sensible. El conocimiento es un proceso que se inicia con los Sentidos, “Nihil est in intellectu quod prius non fuerit in sensu” = Nada hay en el entendimiento (o intelecto) que no haya estado antes en los sentidos. El proceso es el siguiente: Los sentidos recogen información y crean una imagen. La imagen se guarda en la memoria. Paralelamente creamos un concepto, mediante la abstracción. El entendimiento agente se queda con la esencia y crea el Universal. El entendimiento paciente se encarga del reconocimiento del Universal.


. VIRTUD Y FELICIDAD: LA ÉTICA:

El problema surge cuando intentamos responder en qué consiste la felicidad: unos dicen que es el placer, como los epicúreos, otros que el saber, algunos que consiste en la gloria política e incluso los hay que sostienen que la felicidad la proporciona la riqueza. El contenido de la felicidad surgirá de una determinada manera de entender al ser humano; en el fondo, toda ética depende de una concepción del hombre, de lo que es ser persona o ser humano en su plenitud. Así enlazamos con la antropología. Naturaleza del hombre: Para Aristóteles, como para Platón, el hombre consta de cuerpo y alma, pero, contra su maestro, el estagirita piensa que cada hombre es una substancia, un ente concreto, y, por lo tanto, no consta de dos substancias Según Aristóteles, hay tres clases de alma: Alma vegetativa: Sería el alma o parte de ella encargada de las funciones de crecimiento, nutrición y reproducción. La poseen todos los seres vivos y es la única que poseen las plantas. Alma sensitiva: La poseen los animales y los seres humanos que, aparte de las funciones nutritivas, tienen la posibilidad de sentir y desear o apetecer. Alma racional. Propia sólo del hombre, encargada de pensar y razonar.


.EL CARÁCTER COMUNITARIO DEL BIEN Y LAS FORMAS DE GOBIERNO (POLÍTICA):

Todo lo que hace y elige el hombre está orientado hacia cierto bien. Tal sería nuestro telos, nuestro fin, cuya plenitud será lo más excelente. Por cierto, que ese bien, que es nuestro fin, poco tiene que ver con aquella Idea del Bien platónica, pues la gente no persigue el Bien como una idea trascendente, sino que busca bienes concretos, y, en última instancia, el fin que perseguiría sería la felicidad. Ciudadanos son los que tienen derecho a participar en el gobierno o administración de la polis; han de poseer la areté política y, sobre todo, justicia, entendida como obediencia a las leyes de la ciudad y trato igualitario al resto de los ciudadanos.

FORMAS DE GOBIERNO

JUSTOS: si el poder se ejerce en ellas con miras al bien común La monarquía, en la que el poder está en manos de uno solo. La aristocracia, en la que los derechos cívicos son poseídos por una mayoría distinguida por su nacimiento. La democracia, en la que todos los hombres libres participan del poder y gozan de iguales derechos.

INJUSTOS: si el poder está al servicio de aquel o aquellos que lo detentan, la forma de gobierno es corrupta e injusta, La tiranía, en la que se produce el gobierno despótico de uno solo y sus allegados. La oligarquía, en la que manda una minoría rica para enriquecerse más. La democracia demagógica, en la que se da la tiranía de las masas.


SANTO TOMÁS DE AQUINO. (1225 – 1274)


EPISTEMOLOGÍA: RELACIÓN ENTRE RAZÓN Y FE EL CONOCIMIENTO: La verdad es, para Tomás, como adecuación entre la cosa y el intelecto. Según Tomás, el proceso de conocimiento del universal es el siguiente: Los sentidos externos perciben y recogen información del mundo sensible. El sentido común intelige la imagen (objeto desprovisto de materia); Esta especie sensible o imagen se almacena en la memoria; Sobre estas imágenes actúa el entendimiento agente abstrayendo su esencia universal o especie inteligible; Ésta se imprime en el entendimiento posible (paciente), que la conoce y expresa mediante un concepto universal. Sin sensación no hay conocimiento. Sin embargo, según Tomás, lo primero que conoce el entendimiento es el universal: sólo después, en una segunda mirada, reconoce el singular. Así, por ejemplo, cuando se ve venir a alguien en la noche, lo primero que se sabe es que se trata de un ser humano “Hombre” (universal); sólo después se reconoce a Pedro (singular).


RELACIÓN ENTRE FE Y RAZÓN:


Para Tomás, razón y fe son dos fuentes de conocimiento distintas, con contenidos distintos también. Distingue tres tipos de verdades: verdades de fe, verdades de razón y preámbulos de la fe.

Las verdades de fe: revelados por Dios e incomprensibles para la razón humana. Las verdades de la razón: son referidas exclusivamente al mundo natural y no han sido reveladas.

Los preámbulos de la fe: fueron revelados por Dios y la razón los puede demostrar. Se refieren a la existencia de Dios y algunos de sus atributos, a la creación del mundo y a la espiritualidad e inmortalidad del alma. El ámbito en el que se plantea la relación entre la razón (filosofía) y la fe (teología), son los preámbulos de la fe. La obra de Aristóteles había llegado al mundo cristiano de la mano de Averroes, a través del averroísmo latino, en el que contradecía el dogma católico: el mundo es eterno, el alma es mortal, y sobre todo manténían la teoría de la doble verdad: había una verdad de razón y una verdad de fe, de manera que podían entrar en contradicción: el mundo es eterno según la fe, (verdad de fe), y el mundo no es eterno según la razón (verdad de razón). Esto había acarreado el recelo y el rechazo contra Aristóteles. Tomás consigue la síntesis de la filosofía aristotélica y la doctrina católica. Así, Santo Tomás considera que ambas, la razón y la fe, son fuentes de conocimiento, pero la razón tiene un límite a partir del cual se sitúa la fe, con lo que la fe aporta conocimientos que la razón no puede alcanzar, viniendo así la fe a perfeccionar a la razón Hasta aquí no hay problema. El problema surge al observar que hay verdades que son propias de las dos fuentes, tanto de la razón como de la fe. Ahí se necesita una estrecha colaboración entre ambas: La razón ayuda a la fe a desarrollar sus verdades dialécticamente. La fe ayuda a la razón siendo criterio de lo conocido por la razón y con la capacidad de rechazar las verdades de la razón que contradigan la fe. Es decir, en caso de contradicción quien se equivoca es la razón, nunca la fe. Por eso la fe tiene primacía sobre la razón. Es imposible que se dé la contradicción entre el contenido de la fe y el de la razón rectamente usada (la teoría de la doble verdad de los averroístas es eliminada)


METAFÍSICA: LA COMPOSICIÓN DE LOS SERES:


Tomás distingue tres tipos de seres: Las sustancias naturales, Las sustancias espirituales (los ángeles), y Dios. El acto de la creación establece la principal diferencia entre el Creador y las “criaturas”, los seres creados: mientras que Dios es simple, los seres creados son compuestos. La composición que afecta a los seres creados es de esencia y existencia. Estos dos conceptos: esencia (lo que las cosas son), y existencia (el hecho de que existan) los interpretó con los conceptos aristotélicos de potencia y acto. Para Aristóteles, las substancias estaban compuestas de Materia (potencia) y Forma (acto). Pero, para Tomás hay seres con forma y sin materia, como los ángeles, así que para Tomás los seres creados están compuestos de esencia y existencia.

Para Tomás, la esencia de las sustancias naturales es la materia y la forma. La esencia de las sustancias espirituales es la forma sin materia. Pero ambos, además de esencia tienen existencia, que reciben de Dios. En Dios, por el contrario, no hay composición de esencia y existencia: En Dios coinciden la esencia y la existencia. Por tanto, la existencia de Dios es necesaria, porque existe necesariamente, no podría no existir. Por el contrario, la existencia de los seres creados es contingente, porque, a pesar de que existen, podrían no existir.


LA EXISTENCIA DE Dios:


Evidencia y demostración Para Santo Tomás, aunque la existencia de Dios es evidente en sí misma, no es evidente para nosotros, pues nuestra mente es imperfecta. Pero la existencia de Dios puede ser demostrada.

LAS CINCO VÍAS: Santo Tomás propone así las famosas cinco vías (vía fidei) o pruebas de la existencia de Dios, en las que partiendo de efectos conocidos en el mundo, la razón se remonta a Dios como su causa. Todas las vías poseen una estructura común.

1. Un punto de partida, que son los hechos del mundo sensible

2. El principio de causalidad, según el cual todo efecto tiene una causa

3. La imposibilidad de que la serie de causas subordinadas sea infinita, puesto que hay un último en la serie (imposible “ad infinitum”).

4. Y un término, que es Dios

Primera vía: prueba del movimiento

Segunda vía: prueba de la causalidad eficiente.

Tercera vía: prueba de la contingencia.

Cuarta vía: prueba de los grados de perfección.

Quinta vía: prueba del Orden cósmico.


ÉTICA y Ley natural:


el iusnaturalismo Siguiendo a Aristóteles, Tomás asume una ética eudemonista y reconoce que todos los seres naturales tienden a un fin (tal como dice la 5ª vía). En el ser humano, dicho fin se identifica con la felicidad, que equivale a alcanzar la perfección. Pero si para Aristóteles, la felicidad consistía en la vida contemplativa, para Tomás, la felicidad consiste en contemplar a Dios.

LA LEY NATURAL:


La razón, cuando se delibera respecto a un asunto moral, descubre que hay una ley natural, unos principios básicos impresos en su naturaleza, como, por ejemplo: “Haz el bien y evita el mal”. Las normas morales no son, por tanto, fruto de la convencíón y de las costumbres de cada regíón, sino que son el reflejo de la ley natural. Esta es una ley no escrita, universal e inmutable, que todos los seres humanos reconocen, a pesar de que puedan incumplirla. La ley natural hace referencia a los fines que el ser humano tiene impresos en su naturaleza en forma de tendencias y hábitos. Sto. Tomás habla de las virtudes, que son hábitos buenos. Pero las hay morales y teologales. Virtudes cardinales o morales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad.


LA LEY POSITIVA Y EL IUSNATURALISMO:


Además de la ley natural, el hombre necesita establecer unas leyes y normas escritas para organizar la sociedad en que vivimos. Estas son las leyes positivas y conforman el derecho. Para Tomás, la naturaleza humana incluye la tendencia a vivir en sociedad. Como la organización social requiere unas leyes escritas, se puede afirmar que la ley positiva es una exigencia de la ley natural. Por tanto, las normas de las leyes positivas deben inspirarse en la ley natural, y carecen de legitimidad si propugnan conductas opuestas a dicha ley. La corriente de pensamiento que defiende la existencia de leyes naturales se conoce como iusnaturalismo, y ha sido muy influyente a lo largo de la historia, incluso en la formulación de la Declaración de Derechos Humanos.

POLÍTICA

El Estado e Iglesia son instituciones independientes y autónomas. El Estado debe buscar el bien común, que se identifica con la ley natural. Tomás piensa que el poder político y el poder religioso son autónomos y compatibles, pero que el poder temporal, el político, está subordinado a la religión, al poder religioso, porque su finalidad ha de ser promover el cumplimiento de la ley natural. De esta forma, Tomás se distancia parcialmente del agustinismo político. El Agustinismo político es la interpretación medieval de la doctrina de las dos ciudades de san Agustín que identificaba la Iglesia con la Ciudad de Dios, y el Estado con la Ciudad terrenal. De la misma forma que la fe tiene primacía sobre la razón, la Iglesia tiene primacía sobre el Estado. Las leyes contrarias a la ley natural no obligan (por ejemplo, las dictadas por egoísmo). Las leyes contrarias a la ley divina deben rechazarse y no es lícito obedecerlas, marcándose claramente la dependencia de la legislación civil respecto a la legislación religiosa. Respecto a las mejores formas de gobierno, santo Tomás sigue a Aristóteles, distinguiendo tres formas buenas y tres formas malas de gobierno que son la degeneración de las anteriores. La mejor, en teoría, es la monarquía, pero en la práctica, la más apta es una combinación de monarquía, aristocracia y democracia, que recoja lo mejor de cada una de ellas: la unidad, los mejores y la libertad. Formas no aptas son la tiranía, la oligarquía y la anarquía, que son degeneraciones de aquéllas. 

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