Clasificación de la ética

Capítulo 6: Aparece Pepito Grillo 
La única obligación que tenemos en esta vida es no ser imbéciles. Hay imbéciles de distintos tipos: el que cree que no quiere nada; el que no se fía de sí mismo; el que no tiene voluntad para decidir; el que lo quiere todo a la vez y el ambicioso que lo quiere todo de forma excesiva. Todos estos tipos de imbéciles tienen algo en común: necesitan la ayuda de cosas ajenas a la propia libertad;
Además, todos los imbéciles suelen acabar fastidiándose a sí mismos y sin una buena vida, que es lo que estamos buscando desesperadamente. 
Lo que debemos intentar es ser lo contrario del imbécil: tener conciencia. Para lograr tener conciencia, debemos tener unos requisitos básicos pero el resto depende de nuestra atención y esfuerzo. Debemos saber que no todo en la vida da igual; debemos estar dispuestos a fijarnos en nuestras decisiones y por supuesto, debemos ir desarrollando el buen gusto moral (saber lo que es bueno y lo que es malo). La ambición es otro problema para lograr la buena vida. Así lo cuenta Shakespeare en la historia de Ricardo III. Para llegar a rey, el conde de Gloucester elimina a los parientes varones que van delante suya en la línea de sucesión. Pero Gloucester lo que quería de verdad era ser amado, ser compensado por su malformación, y creyó que siendo rey podría imponer afecto a todos y conseguir que le amasen. Finalmente, consigue el trono pero no logra inspirar al pueblo amor ni cariño, sino horror y odio. ¿Tiene Gloucester la culpa de ser cojo y de que se rían de él? De esto no tiene la culpa, pero es responsable de inspirar a su pueblo horror y odio. Así que Gloucester acaba teniendo remordimientos. ¿De dónde provienen nuestros remordimientos? De la libertad. Como somos libres, nos sentimos orgullosos de algo que hemos hecho, o sentimos remordimientos por algunos de nuestros actos. Cuando alguien hace algo vergonzoso, siempre le intenta echar la culpa a otro. Las personas queremos siempre ser libres para presumir de lo que hemos hecho bien, y para culpar a las circunstancias de lo que hacemos mal.
Así, un remordimiento, es un descontento que sentimos con nosotros mismos cuando hemos empleado mal la libertad. Lo que debemos intentar es aprender a ser responsables: sentirnos orgullosos de lo que hacemos bien, pero también cargar con la culpa y la responsabilidad de lo que hacemos mal. Además, al decidir algo (ser libres) nos vamos transformando, porque hacemos más veces el bien que el mal, por lo que cada vez nos será más fácil obrar adecuadamente. 
Capítulo 7: Ponte en su lugar 
Lo que hace humana a la vida es que ocurre en compañía de humanos. De lo que se ocupa la ética es de como vivir bien la vida humana y si no tenemos ni idea de ética perderemos lo humano de nuestra vida. Esto se ve muy bien en el ejemplo de Robinson Crusoe: Robinson ha naufragado en una isla y logra luchar contra la naturaleza pero se asusta al ver una huella humana:
mejor porque ya no está solo pero ¿y si es un enemigo? Entonces se siente perdido, pues no sabe cómo va a enfrentarse a él. Por muy semejantes que seamos los humanos no tenemos clara cuál es la mejor manera de comportarnos frente a los demás. Se podría decir que la mejor idea es adelantarnos a lo que pueda ocurrir y estar prevenidos por si se convierten en nuestros enemigos. Pero esto no es del todo sensato porque si tratamos a la gente desde el principio como enemigos tienen más posibilidades de llegar a serlo y además perdemos la ocasión de hacernos amigos suyos. En el ejemplo de Marco Aurelio vemos que al encontrarnos con un humano no
debemos pensar si su conducta es buena o mala, sino que debemos pensar que es tan humano como nosotros y que sin él a lo mejor no viviríamos humanamente. Tampoco hay que tomárselo al pie de la letra, porque si un ladrón me viene a robar no voy a dejar que lo haga solo por pensar que si él no estuviera no viviría yo humanamente. Una de las características del ser humano es la capacidad de imitación. La mayoría de las cosas que sabemos (hablar, escribir) las hemos aprendido porque las hemos «copiado» de otras personas (nuestros padres, un profesor) y sin esta capacidad tendríamos que empezar todo desde cero. Debemos tener en cuenta que si vamos a tratarnos los unos a los otros como personas iguales debemos ponernos en el lugar de los demás para poder entenderlos y saber porque actúan así. 
Capítulo 8: Tanto gusto 
La mayoría de las personas que hablan sobre la moral y de la moralidad suelen referirse al sexo. Esto no quiere decir que cada vez que hablemos de ellas tengamos que referirnos a eso, porque en el sexo hay de inmoral lo mismo que en cualquier otra actividad cotidiana. Las personas que dicen que ven en el sexo una gran inmoralidad es porque tienen miedo al placer. Los puritanos, por ejemplo, piensan que si vivimos bien hay que pasarlo mal, y si lo estamos pasando mal, es porque estamos viviendo como tenemos que vivir, es decir bien. Esto para mí es ser masoquista, pues rehusar del placer es algo estúpido cuando se puede tener. Debemos disfrutar de los placeres de la vida y vivir el momento (como decían los antiguos romanos: carpe diem). Además tenemos que recordar siempre que lo más placentero es saber cómo disfrutar de todo lo que nos rodea. Disfrutar de los placeres de la vida de la mejor manera posible nos hace felices, y así conseguimos alegría. Debemos tener templanza y saber poner los placeres al servicio de la alegría. Pero también hay que tener en cuenta, que como todo en exceso, hay que controlarlos para que no nos hagan daño nunca. 
Capítulo 9: Elecciones generales 
La ética y la política tienen mucho que ver entre ellas, porque las dos buscan la mejor forma de vida. La ética nos ayuda a elegir lo que más nos conviene y la política intenta organizar la convivencia social para que cada uno pueda elegir lo que le conviene. Por eso cualquier persona que se preocupe por vivir bien no puede pasar de la política. También las dos están relacionadas con la libertad, aunque de distinta manera, pues la ética se preocupa por lo que cada uno hace con su libertad, y la política por lo que muchos hacemos con nuestras libertades. Desde el punto de vista ético, la organización política debería cumplir unos requisitos mínimos: − Como la ética se basa en la libertad, debe respetarse al máximo todas las formas posibles de libertad humana, es decir abstenerse de dictaduras. 
Lo más importante aquí son la Responsabilidad y la Libertad. − El principio básico de la buena vida es tratar a las personas como personas y considerar sus intereses como los nuestros (ponernos en su lugar). A esto se lo llamamos Justicia. − Debe garantizar la asistencia a los que piden ayuda, pero sin que sea a costa de la Dignidad y Libertad de las personas. Dicho esto, como idea clave, podemos decir que cualquiera que se preocupe por la buena vida debe desear que
la comunidad política se base en la Libertad, la Justicia y la Asistencia. Nuestra democracia moderna haintentado establecer estas normas básicas mediante los Derechos Humanos. Para lograr resolver los problemas del mundo y conseguir que se cumplan los Derechos Humanos es importante la diversidad de ideas, formas devida y culturas; pero sin llegar a lo más radical como son los nacionalismos o las ideologías fanáticas. Ante todo debemos respetarnos tal y como somos, pues como ya sabemos todos somos HUMANOS, Y TENEMOS LOS MISMOS DERECHOS Y OBLIGACIONES.

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