Chuleta utopìa tomas moro

De esta forma, se trataría de un pacto legítimo basado en la alienación total de la voluntad

particular como condición de igualdad entre todos. Después, la soberanía del pueblo sería su condición

para su liberación. Así, el soberano sería el pueblo y no el rey (absolutismo)

Rousseau habla de la validez del papel del Estado, pero también señala los peligros inherentes de

esta institución. El filósofo juzgaba que del mismo modo como un individuo podría intentar hacer prevalecer

su voluntad sobre la voluntad de la colectividad, así también el Estado podría sojuzgar la voluntad general.

Así pues, la importancia del Estado radicaba en que el pueblo depositaba en él la soberanía, con el fin de

que este salvaguardara los intereses del pueblo.

Utopías

El término “socialismo utópico” fue acuñado en 1839 por Louis Blanqui, aunque alcanzó notiriedad

tras el empleo que de él hicieron Marx y Engels en su “Manifiesto Comunista”. Éstos consideraban que los

pensadores utópicos, aunque bienintencionados, pecaban de idealismo e ingenuidad; por ello etiquetaron

su propia teoría con el calificativo de “científico” (socialismo científico.)

Utopía del griego ou “ningún” y topos “lugar”, etimológicamente: lo que no está en ningún lugar.

Se puede entender como el plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable ya

desde el mismo momento de su formulación.

El término fue usado por primera vez en la obra escrita por Tomás Moro, intelectual y político inglés

(Siglo XV-XVI) en la que teorizaba acerca de una isla de ese nombre que era ideal y perfecta.

Cronológicamente las ideas del socialismo utópico alcanzaron su madurez en el periodo

comprendido entre 18115 y 1848 (fecha de publicación del Manifiesto Comunista)

Los socialistas utópicos fueron influenciados por Rousseau, sus rasgos comunes son:

a) La importancia de la naturaleza estaba muy presente entre sus ideales, aunque ello no fue

obstáculo para que fuesen favorables a la industrialización y el maquinismo.

b) Dedicaron sus esfuerzos a la creación de una sociedad ideal y perfecta, en la que el ser humano

se relacionase en paz, armónía e igualdad.

c) Sus metas habrían de alcanzarse mediante la simple voluntad de los hombres, es decir,

pacíficamente, de ahí que sus seguidores se opusieran a las revoluciones y a acciones como la huelga.

d) Pusieron al descubierto y denunciaron los perniciosos efectos del capitalismo, pero no

investigaron sobre sus causas profundas.

e) Con el fin de paliar las injusticias y desigualdades emprendieron diversos planes, en los que

primaron la solidaridad, la filantropía y el amor fraternal.

Tomás Moro

Se basó en las narraciones de Américo Vespucio sobre la isla de Fernando de Noronha, avistada

por los europeos en 1503.

En su obra, Moro describe el estado crítico de Inglaterra: pobreza, guerras, delincuencia, pena de

muerte, abuso de los poderosos, etc.

En Utopía se trata de una sociedad diferente e ideal, donde no existía la explotación, donde todos

trabajan y son plenamente felices.

La jornada de trabajo es de 6 horas, con tiempo para divertirse y estudiar; no hay parasitismo, cada

quien trabaja de acuerdo a sus habilidades, no hay lucha de clases ni pobres ni ricos, todo es distribuido

de forma equitativa, no existe la propiedad privada. Los enfermos se atienden en hospitales públicos en

caso necesario se aplica la eutanasia. Se vie en armónía con la naturaleza, se rechaza la guerra para

resolver conflictos, se proclama la libertad de creencias.

Utopía es un a federación democrática de ciudades, gobernadas por el príncipe Utopo, fundador y

legislador del Estado a cuya organización democrática se encuentra subordinado. Las leyes son pocas y

claras.

La obra inspiró a Tomaso Campanella, John Locke, Francis Bacón e, incluso, inspiró a Carlos Marx.

También influyó en el entonces obispo de Michoacán don Vasco de Quiroga quien aplicó la teoría en la

administración de los hospitales delas comunidades indígenas durante el Siglo XVI.

Charles Fourier (1772-1837)

Socialista francés parte de una crítica a las posiciones que justifican y perpetúan el sufrimiento

humano. Propónía diseñar una sociedad feliz y amorosa basada en la concordia. Definía a la felicidad

como la satisfacción de los sentidos y la realización del placer. Todo ello iba en contra de lo que él llamaba

“masoquismo mental”.

Distinguía cuatro fases históricas: salvajismo, barbarie, patriarcado y civilización. Esta última, según

el filósofo, se mueve en un círculo vicioso, porque entre ellos mismos se crean contradicciones y éstas

impiden el avance y auténtico progreso de la humanidad.

Reclamaba la igualdad de derechos entre los hombres y las mujeres, a las cuales se debían de

incorporar a la producción y a la vida social. Hace también una crítica a la explotación de los menores de

La sociedad amorosa era aquella en la que todos los miembros de un falansterio se repartían las

ganancias de su empresa y los ciudadanos vivían estableciendo lazos entre sí, a la vez que las pasiones

eran satisfechas. Cabe aclarar, que no bastaba con satisfacer las pasiones sensoriales, sino también las

cuatro pasiones afectivas: amistad, ambición, amor y vínculos familiares.

Existen tres pasiones organizadoras: el espíritu cabalístico, intrigante y disidente, es un mal

humano, una pasión alternante y contrastante “como una mariposa” según el filósofo, que hace cambiar

unos placeres por otros; y el tercero, la uníón de los placeres. Los tres son fuente de los vicios sociales que

ayudan a armonizar los anteriores.

El falansterio era una comunidad de personas autónomas en la producción y el consumo y en la

que se permitía la poligamia.



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