Características de la filosofía de Kant

Descartes:


Tras la crisis suscitada por la revolución científica no es de extrañar que la filosofía posterior, es decir, la filosofía moderna, comience planteando si es posible un conocimiento firme y seguro. Así se lo plantea Descartes, iniciador de este periodo histórico y creador de uno de los movimientos más carácterísticos del momento: el Racionalismo. Por primera vez no se va a dar por supuesta la existencia sin más de una realidad independiente del ser humano. El Racionalismo afirma que lo que conocemos no es la realidad misma, sino mis ideas de lo que pudiera ser la realidad. Entre mis ideas y la realidad existe un abismo: mis pensamientos están en mí y como ideas mías no puedo dudar de ellas, pero nada me asegura que estas ideas que tengo se correspondan con una realidad independiente, externa. Si la filosofía antigua y medieval pone el acento en la realidad, que se supone existe independientemente del ser humano que conoce, lafi-losofía moderna lo pone en el sujeto que conoce. Se afirma, además, que el sujeto no conoce directamente la realidad, sino las ideas que de ella tiene. Por este motivo se habla de giro epistemológico•, pues a partir de ahora el problema del conocimiento se convertirá en el problema básico y fundamental

Kant:


El Siglo XVIII, la época de la Ilustración o «Siglo de las Luces», representa una etapa muy fecunda en todos los terrenos. La Ilustración no es propiamente un movimiento filosófico, aunque son muchos los autores destacados en filosofía, ni representa una corriente filosófica determinada. Se trata de un movimiento cultural, una época, con unas carácterísticas muy concretas, en la que se reivindica la libertad en todos los ámbitos. La filosofía se independiza de la tradición y exige autonomía. Esta exigencia se puede resumir en la máxima latina sapere aude, «atrévete a saber», ten el valor de servirte de tu razón hasta donde te lleve. Como ya hemos visto en el subepígrafe anterior, la filosofía moderna descubre la importancia del sujeto. El filósofo Immanuel Kant acentúa esta importancia al concluir que lo que conocemos no es la realidad en sí misma, sino aquello que se adapta a las estructuras del sujeto. Pretender conocer la realidad en sí es una ingenuidad, porque es olvidar que todo sujeto impone, sin saberlo hasta ahora, unas estructuras fijas. Lo que el sujeto llega a conocer, por tanto, no es la realidad tal cual es, sino tal cual somos. Sin embargo, aunque la intervención del sujeto se impone, es posible un conocimiento común y universal, el científico, porque lo construimos con estructuras comunes a todo sujeto racional. Por tanto, Kant niega que la razón por sí misma y sin el apoyo de los sentidos pueda conocer toda la realidad, incluidas las metafísicas (como defendía el Racionalismo). Pero afirma la posibilidad de alcanzar un conocimiento objetivo y fiable en ciencia (lo que cuestionaba el Empirismo).

La filosofía contemporánea

El Siglo XIX comienza con la figura de Hegel, que puede ser considerado el último filósofo que pretende construir un gran sistema. Como reacción contra su filosofía surge una gran variedad de corrientes e intereses. Tal vez la reacción que más repercusión ha tenido en todos los ámbitos de la historia contemporánea haya sido la protagonizada por Karl Marx. El marxismo no es solo una corriente filosófica, sino toda una concepción del ser humano y de su lugar en el mundo, una reflexión de la sociedad y la economía, y una determinada forma de considerar la historia. El marxismo, además, constituye una ideología y una práctica política presentes en todo el Siglo XX. Otra corriente filosófica de este periodo es el positivismo de Comte, que 

reacciona contra la especulación filosófica y considera la ciencia como la única forma válida de conocimiento. Siguiendo esta línea, aunque con notables diferencias, nos encontraremos ya en el Siglo XX con la filosofía analítica, protagonista de lo que se ha denominado el giro lingüístico•. Este giro transformará el concepto mismo de filosofía. Para esta corriente, el objeto de la filosofía no es la realidad, sino el análisis del lenguaje, tanto ordinario como científico, pues considera que muchos de los problemas filosóficos están causados por problemas de lenguaje. Su representante fundamental es Wittgenstein. El vitalismo de Nietzsche representa no solo una reacción contra Hegel y su antagonista, el positivismo, sino una reacción contra toda la filosofía occidental que se ha opuesto a la vida y a los valores vitales desde Platón. Para Nietzsche lo carácterístico de los filósofos es el miedo a la vida. Siguiendo con las investigaciones acerca de la vida y la historia, destaca el raciovitalismo de Ortega y Gasset, que aúna razón y vida, entendiendo por vida tanto la dimensión biológica como la dimensión histórica y vivencial. El existencialismo, con Heidegger, Sartre o Camus como principales representantes, constituye una reflexión filosófica sobre la existencia humana entendida como libertad radical, que derivará en el desamparo del ser humano y el sinsentido de su existencia. La fenomenología de Husserl es un intento de hacer de la filosofía una ciencia estricta, como clara reacción contra el cientificismo• y el positivismo. Tanto el estructuralismo como la hermenéÚtica surgen, en principio, como métodos de las ciencias humanas, pero por sus consecuencias y supuestos constituyen auténticas corrientes filosóficas. Para la hermenéÚtica, por ejemplo, los acontecimientos humanos requieren una comprensión o interpretación, inevitablemente subjetiva, en lugar de una descripción objetiva. La escuela de Frankfurt propone una crítica radical de todo elemento deshumanizador de la sociedad como la técnica, el consumismo, la masificación, etc., en clara continuidad con la corriente marxista. El último representante de esta escuela, Jürgen Habermas, se ha convertido en uno de los filósofos más importantes de las últimas décadas. Con la filosofía contemporánea aparece la sospecha• de que el sujeto universal no sea más que el rostro del ser humano occidental condicionado por estructuras occidentales, construido colectiva y culturalmente. El sujeto universal de la filosofía moderna es sustituido por un sujeto concreto, que es el que únicamente existe, afectado por un contexto histórico-cultural determinado, y que puede conocer solo aquello que le permiten su cultura, su lenguaje, su situación.  La filosofía contemporánea renuncia, como hemos visto, a la elaboración de grandes sistemas filosóficos, como los de Platón, Aristóteles o Kant. Se transforma, de este modo, en una filosofía fragmentaria, centrando su atención en aspectos concretos como la filosofía del lenguaje, la filosofía de las ciencias o las críticas a la tradición occidental, entre las que destacan la crítica marxista y la de Nietzsche.


Metafísica:


es la más antigua de entre las disciplinas filosóficas. Aristóteles la llamaba Filosofía Primera y fue Andrónico de Rodas quien al clasificar la 

obra de este le dio el nombre de metafísica.
Se ocupa del ser, de la comprensión de toda la realidad, no desde un punto de vista determinado, como las ciencias, sino en sentido general. 

Epistemología:


también llamada teoría del conocimiento. Se ocupa de todo lo que tiene relación con el conocimiento y sus fundamentos. Trata de responder, por tanto, a cuestiones como qué es conocimiento, cuántos tipos y formas de conocimiento podemos distinguir, cuáles son los límites del conocimiento, etc.

Lógica:


estudia las reglas de los razonamientos, su estructura, su forma y su corrección. Nos permite construir un razonamiento correcto y distinguir los errores en el modo de razonar.

Ética:


es una reflexión filosófica sobre las normas morales que analiza su validez, su fundamentación y su sentido. Se ocupa de responder las 

siguientes cuestiones: ¿por qué debo actuar bien?, ¿qué significa hacer lo correcto?, ¿qué debo hacer para ser feliz?, etc. La ética nos orienta en nuestra vida y reflexiona sobre lo que nos conviene o no y orienta nuestra acción.

Estética:


es la disciplina filosófica que se dedica a reflexionar sobre el arte y la belleza en general. Como disciplina filosófica independiente es reciente ya que aparece en el Siglo XVIII. No obstante, los sentimientos estéticos y esa forma especial de relacionarse con el mundo a través de los objetos artísticos han sido, desde siempre, objeto de interés de los filósofos.

Filosofía política:


disciplina que reflexiona sobre la organización de la sociedad y la cuestiona. Se ocupa de conceptos como el poder, la justicia, la legitimidad, la propiedad o los derechos.

Filosofía aplicada a individuos:


entre sus actividades destaca el asesoramiento filosófico en una consulta individual para resolver conflictos personales. Se cree que muchos de los conflictos a los que se enfrenta el ser humano actual no son de carácter psicológico, sino existenciales, y que las herramientas de la filosofía son útiles para resolverlos.

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