La Concepción del Alma en Platón: Dualismo, Inmortalidad y Antropología

La Antropología Dualista de Platón: Alma y Cuerpo

La concepción platónica del mundo es fundamentalmente dualista, una visión que comparte con pensadores posteriores como Descartes. Platón distingue entre dos realidades: el Mundo de las Ideas y el Mundo Sensible (o de las cosas). Lógicamente, su concepción del ser humano también es dualista, dividiéndolo en alma y cuerpo.

Sin embargo, esta no es una división entre iguales. Al igual que el Mundo de las Ideas tiene una prioridad absoluta sobre el mundo sensible, el alma la tiene sobre el cuerpo. Hasta tal punto es así que Platón llega a afirmar que «el hombre es su alma». El alma es, por tanto, considerada como una realidad intermediaria entre los dos mundos.

Esta estructura antropológica se refleja en su filosofía política. Platón postula que el hombre crea en la Tierra su propio mundo, el Estado, cuya constitución es un reflejo análogo a la del alma humana.

La Psicología Racional y sus Finalidades

Se puede considerar a Platón como el creador de la psicología racional, a pesar de inspirarse en doctrinas previas como las de los pitagóricos y el orfismo. No obstante, sus concepciones psicológicas son a menudo fluctuantes y recurren con frecuencia a mitos o a explicaciones simplemente probables. De hecho, Platón pensaba que descubrir con exactitud cómo es el alma es una «tarea divina y demasiado larga», y que «hablar con semejanzas es todo lo que puede hacer un hombre».

Además, Platón desarrolla su psicología con intenciones claramente definidas:

  • Éticas: Demostrar la necesidad de controlar las tendencias instintivas del cuerpo y asegurar una retribución futura para quien practica la justicia, frente al inmoralismo de algunos sofistas.
  • Gnoseológicas: Establecer la posibilidad de alcanzar un conocimiento verdadero, el de las Ideas.

La División Tripartita del Alma

Para explicar los conflictos psíquicos y éticos que el ser humano experimenta, Platón establece una división tripartita del alma. Esta división aparece en diálogos como la República y, posteriormente, en el Timeo, donde da la impresión de que se trata de tres almas distintas:

  • El alma racional (nous, logos): Es inmortal, inteligente y de naturaleza divina. Platón la sitúa en el cerebro. No perece con la muerte del cuerpo.
  • El alma irascible (thymos): Es la fuente de las pasiones nobles (como el coraje o la ira justa) y siempre se alía con la razón. Está situada en el tórax y es inseparable del cuerpo, por tanto, mortal.
  • El alma apetitiva (epithymia): Es la fuente de las pasiones innobles y los deseos corporales. Se encuentra en el abdomen y también es mortal, muriendo con el cuerpo.

Inmortalidad y Origen Divino del Alma Racional

En cierto modo, la teoría del alma platónica mantiene un dualismo interno: hay una parte inmortal y divina, y el resto es mortal y está ligado al cuerpo. Según se narra en el Timeo, el alma racional ha sido creada directamente por el Demiurgo con los mismos elementos que el Alma del Mundo. De este modo, se afirma su inmortalidad y su carácter divino, es decir, su similitud con el Mundo de las Ideas, lo que le confiere la capacidad de conocerlas.

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