Fundamentos de la Filosofía de Platón: Ontología, Epistemología y Ética Política

1. Vida y Obra de Platón (Aristocles de Atenas)

Platón nació en Atenas alrededor del 427 a.C. y murió en el 347 a.C. Pertenecía a una familia importante y se dedicó a la filosofía después de conocer a Sócrates, aunque siempre mantuvo un gran interés por la política.

Vivió en una época de guerras entre Atenas y Esparta, que sostenían ideas muy diferentes sobre cómo gobernar y vivir. Platón se decepcionó con la política de su tiempo, especialmente después de la muerte de Sócrates, lo que lo impulsó a buscar una forma de gobierno más justa.

Fundó la Academia, una escuela donde enseñaba filosofía y formaba a futuros líderes. También viajó a Siracusa para tratar de influir en su gobierno, pero no tuvo éxito.

Etapas de los Diálogos de Platón

Los libros de Platón se dividen en las siguientes etapas:

  • Diálogos de juventud: Influenciado por Sócrates, busca definiciones de conceptos morales (ej. Apología, Critón).
  • Diálogos de transición: Empieza a desarrollar sus ideas (reminiscencia, inmortalidad del alma) y critica a los sofistas (ej. Menón, Gorgias).
  • Diálogos de madurez: Desarrolla su filosofía central: la Teoría de las Ideas, el alma y el Estado ideal (ej. El Banquete, Fedón, La República).
  • Diálogos críticos: Revisa y critica sus propias teorías, buscando precisión conceptual (ej. Parménides, Teeteto).
  • Diálogos de vejez: Se interesa por temas prácticos como cosmología, historia y leyes (ej. Timeo, Las Leyes).

2. La Realidad y el Conocimiento: Ontología y Epistemología Platónica

Teoría de las Ideas de Platón

Platón creía que existen dos mundos:

  • Mundo de las Ideas (Mundo Inteligible): Es el mundo de las cosas perfectas, inmateriales e inmutables (como la Justicia en sí misma o la Belleza perfecta). Estas son las Ideas o Formas.
  • Mundo Sensible: Es el mundo físico en el que vivimos, lleno de cosas imperfectas y cambiantes que son copias de las Ideas.

Para Platón, las Ideas son más reales que las cosas que vemos a nuestro alrededor. Todo lo que existe en el mundo físico deriva su ser de estas Ideas.

Orígenes e Influencias de la Teoría de las Ideas

La teoría de las Ideas no surgió de la nada. Platón tomó ideas de otros filósofos:

  • Pitagóricos: Le influyeron en la importancia de las matemáticas y en la idea de que el alma es distinta del cuerpo.
  • Parménides: Le influyó en la distinción entre lo que es real (inmutable) y lo que cambia constantemente.
  • Sócrates: De él tomó la idea de que existen definiciones universales para conceptos como la justicia o la virtud. Platón pensaba que estas definiciones se referían a las Ideas.

Imitación y Participación de las Ideas

Platón sostenía que las Ideas están separadas del mundo físico. Esto significa que las Ideas no necesitan de las cosas físicas para existir. Por ejemplo, la Idea de un triángulo perfecto existe aunque no haya ningún triángulo perfecto en el mundo real.

Pero, al mismo tiempo, las cosas físicas sí necesitan de las Ideas. Una figura es un triángulo porque se parece a la Idea de Triángulo. Una acción es justa porque se parece a la Idea de Justicia.

Platón usaba dos conceptos clave para explicar esta relación:

  • Imitación: Las cosas del mundo físico intentan copiar a las Ideas, pero nunca lo logran por completo.
  • Participación: Las cosas del mundo físico tienen algo de las Ideas, por eso son como son.

Sistema Jerárquico de las Ideas

El mundo de las Ideas no es un caos, sino que está organizado jerárquicamente. Hay Ideas de todo tipo: de cosas físicas, de matemáticas, de valores morales (como la Bondad y la Justicia).

No todas las Ideas son iguales. Están organizadas en una jerarquía, y en la cima está la Idea del Bien. Para Platón, el Bien es lo más importante de todo, porque es lo que da orden, sentido y cognoscibilidad a la realidad.

Las Formas del Conocimiento: Saber (Episteme) y Opinión (Doxa)

En la filosofía de Platón, el conocimiento se desdobla en dos formas distintas, cada una correspondiente a los dos ámbitos de la realidad que él distingue.

El saber, o episteme, se refiere al conocimiento verdadero, aquel que es infalible y que se basa en razones sólidas. No puede haber un saber erróneo, ya que en el momento en que uno se equivoca, deja de ser saber. Este tipo de conocimiento es estable, firme y tiene como objeto las Ideas, las estructuras inteligibles que constituyen la realidad auténtica según Platón.

En cambio, la opinión, o doxa, es un conocimiento inestable y susceptible al error. Las opiniones pueden ser falsas y cambian fácilmente, ya que carecen de un fundamento sólido. La doxa se ocupa del mundo físico y sensible, un mundo en constante cambio y, por lo tanto, incapaz de proporcionar un conocimiento verdadero y certero.

Platón destaca que el camino hacia el saber implica un proceso de ascensión dialéctica. Este camino comienza con el estudio de las matemáticas, que preparan la mente para la comprensión de las Ideas. A partir de ahí, se inicia un lento ascenso hacia el conocimiento del sistema total de las Ideas, culminando en la comprensión de la Idea del Bien, la cúspide de la jerarquía inteligible.

Alegorías del Conocimiento

La Analogía de la Línea y el Mito de la Caverna son dos alegorías platónicas que ilustran este proceso. En el Mito de la Caverna, los prisioneros encadenados en la oscuridad representan a aquellos que solo conocen el mundo sensible y toman las sombras por realidad. La liberación del prisionero y su ascensión al mundo exterior simbolizan el difícil camino hacia el conocimiento, donde la luz del Sol representa la Idea del Bien, la fuente de toda verdad y conocimiento.

Conocimiento Intelectual y Conocimiento Sensible

El conocimiento intelectual es el único capaz de aprehender las Ideas, las esencias inteligibles que constituyen la verdadera realidad. Platón argumenta que solo a través del intelecto, o la razón, podemos acceder a la comprensión de estas formas eternas e inmutables. Este tipo de conocimiento es estable y verdadero.

En cambio, el conocimiento sensible se deriva de la percepción a través de los sentidos. Platón sostiene que los sentidos solo nos proporcionan impresiones e imágenes cambiantes del mundo físico, un mundo en constante devenir. Estas impresiones son imperfectas y variables, incapaces de ofrecer un conocimiento verdadero y fiable. Por lo tanto, el conocimiento sensible se asocia con la opinión (doxa).

La Doctrina de la Anamnesis (Reminiscencia)

Platón, en su esfuerzo por conectar el conocimiento sensible con el racional, propone la doctrina de la anamnesis, también conocida como reminiscencia. Esta teoría postula que el alma humana posee, desde su origen, un conocimiento latente de las Ideas.

Conocimiento Innato y Recuerdo

Según Platón, en el alma existen, desde siempre, huellas o señales de las Ideas, aunque estas se encuentren en un estado latente. Dado que los seres sensibles son copias imperfectas de las Ideas, su contemplación puede despertar el recuerdo de estas Ideas que ya residen en nosotros. En este sentido, Platón afirma que el aprendizaje no es sino un proceso de reminiscencia, es decir, de recordar aquello que ya conocíamos.

El Mito del Carro Alado

Para ilustrar cómo el alma conoce las Ideas antes de su encarnación, Platón recurre al Mito del Carro Alado en el Fedro. Este mito describe cómo el alma, antes de unirse al cuerpo, contempla las Ideas en el mundo inteligible. Sin embargo, al encarnarse en una sustancia material, el alma olvida este conocimiento. A través de la experiencia sensible, el alma puede llegar a recordar las Ideas que había olvidado.

3. Antropología Platónica: El Dualismo Alma-Cuerpo

La antropología platónica se caracteriza por un marcado dualismo entre el alma y el cuerpo, una concepción estrechamente ligada a su Teoría de las Ideas. Este dualismo antropológico refleja la separación radical entre el mundo de las Ideas, que es la verdadera realidad, y el mundo de los seres físicos, sujetos al cambio y la corrupción.

Dualismo Fundamental e Influencia del Pitagorismo

El alma, según Platón, pertenece al ámbito de las Ideas y se siente naturalmente atraída hacia él. En cambio, el cuerpo pertenece al mundo de los seres físicos. La contemplación y el conocimiento de las Ideas constituyen el destino propio del alma.

Platón recoge ideas del pitagorismo para desarrollar su doctrina del alma:

  1. Inmortalidad del Alma: El alma, al ser afín a las Ideas, es inmaterial y simple, y por lo tanto, inmortal por naturaleza.
  2. Unión Accidental del Alma y el Cuerpo: La unión del alma con el cuerpo no es un estado esencial, sino accidental y transitorio. Es incluso antinatural, ya que el lugar propio del alma es el mundo de las Ideas, y su actividad más propia es la contemplación.
  3. Purificación del Alma: Mientras permanece unida al cuerpo, la tarea fundamental del alma es purificarse y prepararse para la contemplación de las Ideas. La purificación implica que el alma debe oponerse al cuerpo y a sus demandas, ya que las exigencias corporales impiden el ejercicio del conocimiento intelectual.

Las Tres Partes del Alma según Platón

Platón, además de su dualismo general entre alma y cuerpo, describe una estructura tripartita del alma para explicar las diferentes actividades psíquicas y emocionales del ser humano.

Estructura Tripartita del Alma

  1. Alma Racional (Razón): Es la parte superior del alma, encargada del pensamiento, el conocimiento y la toma de decisiones racionales. Su función es controlar y ordenar el apetito. Se ubica en la cabeza.
  2. Alma Irascible (Ánimo): Es la parte del alma relacionada con el coraje, la fuerza y la voluntad. Puede aliarse con la razón para someter el apetito, pero también puede ceder a sus exigencias. Se ubica en el pecho.
  3. Alma Concupiscible (Apetito): Es la parte inferior del alma, donde residen los deseos irracionales, los impulsos y la búsqueda de placeres. Se opone a la razón y debe ser controlada por ella. Se ubica en el vientre.

El Mito del Carro Alado del Fedro ilustra esta tripartición:

  • Auriga: Representa la razón, encargada de dirigir el carro.
  • Caballo Blanco: Representa el ánimo o coraje, de naturaleza noble y dispuesto a seguir la razón.
  • Caballo Negro: Representa el apetito, indisciplinado y difícil de controlar.

Inmortalidad del Alma Racional

Platón considera que, en sentido estricto, el alma es la parte racional. Solo esta parte es inmortal. En el Timeo, Platón afirma que las otras dos partes (deseos y ánimo) se añaden al alma racional al unirse esta a un cuerpo, y desaparecen cuando el alma se separa del cuerpo, ya que dejan de ser necesarias.

4. Ética y Política: La Búsqueda de la Justicia en la Polis

Platón, influenciado por Sócrates, rechaza el relativismo moral de los sofistas y busca establecer conceptos morales fijos y racionales. Para Platón, la Justicia es un concepto fundamental que puede ser definido y que debe guiar tanto la vida individual como la organización de la sociedad.

Contra el Relativismo Sofista

Platón critica la doctrina sofista de que la naturaleza humana se basa únicamente en la búsqueda del placer y el dominio del más fuerte. Argumenta que esta visión ignora el elemento más distintivo de la naturaleza humana: la razón.

Justicia como Ordenamiento del Alma (Virtudes Cardinales)

Para Platón, la justicia se define como el ordenamiento adecuado de las tres partes del alma: razón, ánimo y apetito. Este ordenamiento se logra cuando cada parte del alma ejerce su función propia y posee la virtud que le corresponde:

  • Prudencia (Sabiduría): Virtud de la razón.
  • Fortaleza (Valor): Virtud del ánimo.
  • Templanza (Moderación): Sumisión del apetito a la razón.

Cuando las partes del alma se comportan de esta manera, el alma en su conjunto es justa y ordenada.

Paralelismo Estructural entre el Alma y el Estado

La teoría política de Platón se basa en dos principios fundamentales:

  1. Correlación Estructural: El Estado posee la misma estructura tripartita que el alma individual. Se compone de tres clases sociales:
    • Productores (Hombres de Bronce): Predomina el apetito.
    • Guardianes Auxiliares (Hombres de Plata): Predomina el ánimo.
    • Gobernantes (Hombres de Oro): Predomina la razón.
  2. Especialización Funcional: Cada individuo y cada grupo social debe dedicarse a la función que le es propia.

Justicia en el Estado y el Gobierno de los Filósofos

La justicia en el Estado se realiza cuando cada grupo social desempeña su función de manera adecuada, poseyendo la virtud que le es propia:

  • Gobernantes: Deben poseer la Prudencia.
  • Guardianes Auxiliares: Deben poseer la Fortaleza.
  • Productores: Deben poseer la Templanza y la aceptación del orden social.

Platón defiende el Gobierno de los Filósofos, ya que su educación les permite contemplar las Ideas, especialmente la Idea del Bien, que proporciona las normas para la ordenación moral y política. El sabio platónico es, a la vez, hombre de ciencia y hombre de Estado. Bajo su gobierno, no son necesarias las leyes rígidas, ya que su saber le permite adoptar las disposiciones más adecuadas en cada caso.

5. Comparaciones Filosóficas Clave

Dualismo Ontológico: Platón vs. Descartes

Tanto Platón como Descartes proponen un dualismo ontológico, aunque con diferencias clave. Platón distingue entre el Mundo de las Ideas (realidad inteligible, eterna e inmutable) y el Mundo Sensible (realidad física, cambiante y perecedera), asociando el alma al primero y el cuerpo al segundo. Descartes, por su parte, distingue entre la Res Cogitans (sustancia pensante, inmaterial) y la Res Extensa (sustancia extensa, material), introduciendo a Dios como una sustancia infinita que garantiza la existencia y la verdad de las otras dos.

Ambos reconocen dos tipos de realidad fundamentalmente diferentes: una inteligible e inmutable (Ideas o Res Cogitans) y otra sensible y cambiante (Mundo Sensible o Res Extensa). Ambos establecen una separación entre el alma y el cuerpo, aunque con matices diferentes.

Sin embargo, Platón considera que el Mundo de las Ideas es la realidad verdadera y superior, mientras que el Mundo Sensible es solo una copia imperfecta. Descartes, en cambio, considera que tanto la Res Cogitans como la Res Extensa son sustancias reales y existentes, aunque de naturaleza diferente. Además, Descartes introduce a Dios como una sustancia fundamental que garantiza la existencia y la verdad de las otras dos sustancias, un elemento que no está presente en la ontología platónica.

Epistemología: Reminiscencia Platónica vs. Ideas Innatas Cartesianas

Tanto en Platón como en Descartes encontramos la idea de que el verdadero conocimiento no procede de los sentidos, sino de la razón o del alma. Para Platón, conocer es recordar (reminiscencia); el alma, antes de unirse al cuerpo, contempló las Ideas eternas, y al conocer en la vida sensible, lo que hace en realidad es recordar esas verdades que ya poseía. Los sentidos no nos dan conocimiento, solo sirven como estímulo para que el alma despierte el recuerdo de lo que vio en el mundo inteligible.

En cambio, para Descartes, el conocimiento no es un recuerdo de una vida anterior, sino una deducción racional que parte de ideas innatas, es decir, de contenidos que la razón posee por naturaleza, sin haberlos aprendido a través de la experiencia.

En ambos casos, el conocimiento verdadero no se apoya en la experiencia sensible: Platón desconfía de los sentidos porque cambian y nos muestran solo apariencias; Descartes duda de ellos porque pueden engañarnos. Ambos buscan un saber firme, universal y necesario, que solo puede alcanzarse mediante la razón.

Sin embargo, mientras Platón explica el conocimiento como una ascensión del alma desde el mundo sensible al mundo inteligible —pasando de la opinión al conocimiento racional hasta la contemplación de la Idea del Bien—, Descartes propone un camino metodológico basado en la duda: eliminar todo lo que no sea absolutamente cierto hasta llegar a una verdad indudable, el “pienso, luego existo” (Cogito ergo sum), desde la cual reconstruye todo el saber mediante ideas claras y distintas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *