El Origen de la Filosofía: Del Mito al Logos
Los filósofos presocráticos protagonizaron el paso del mito al logos (razón) en el siglo VI a. C., buscando explicaciones racionales sin recurrir a los dioses. El problema central al que quisieron dar respuesta fue explicar el origen y el comportamiento de todo lo que existe.
El Concepto de Arjé
Este problema surgió al observar que, aunque los seres de la naturaleza cambian, la naturaleza en su conjunto permanece igual. Esto llevó a los presocráticos a pensar que, detrás de la realidad cambiante, existe una naturaleza inmutable de la que todo procede. La llamaron arjé (principio fundamental) y centraron su filosofía en descubrir cuál era.
Modelos Filosóficos Presocráticos
Modelo Monista: Un Único Principio (Arjé)
El modelo monista sostiene que toda la realidad procede de un único elemento presente e inmutable en todo lo existente. Un ejemplo para este modelo es que el agua, el vapor y el hielo parecen distintos, pero en el fondo son una misma realidad que se manifiesta de formas diferentes.
Los monistas identificaban el arjé con distintos elementos:
- Tales de Mileto, el primer filósofo conocido, identificó el arjé con el agua.
- Anaxímenes, con el aire.
- Anaximandro, con una materia a la que llamó Ápeiron, que significa indeterminado, porque pensaba que el arjé tenía que ser un material diferente a todo lo creado.
- Pitágoras, también monista, identificó el arjé con el número, a partir del cual se fue creando la realidad con una estructura y un comportamiento matemático.
- Heráclito rechazó la idea de una realidad inmutable y defendió que todo está en cambio constante. La realidad, según él, es un flujo continuo comparable a un río que nunca es el mismo. Por eso afirmó que “no es posible bañarse dos veces en el mismo río”. Identificó el arjé con el fuego, símbolo de transformación, y regido por una ley universal: el lógos.
- Parménides respondió a Heráclito rechazando la realidad cambiante, pues consideraba que los sentidos engañan y solo la razón permite conocer la verdad. Según él, la realidad no surge de un principio único ni se compone de seres distintos; cualquier cambio es imposible, por lo que la realidad es inmutable y siempre ha sido la misma.
Heráclito y Parménides ofrecen visiones opuestas de la realidad.
Modelo Pluralista: Múltiples Principios
El modelo pluralista intenta conciliar ambas posturas (cambio e inmutabilidad) afirmando que el arjé no es un solo elemento, sino varios elementos eternos e indestructibles. De esta manera, la realidad es siempre la misma, pero la diversidad y el cambio se deben a las diferentes combinaciones de esos elementos.
Un ejemplo del modelo pluralista es la tabla periódica: los mismos elementos forman todo, pero combinados de distintas maneras.
Dentro del modelo pluralista, varios filósofos ofrecieron distintas explicaciones del arjé:
- Empédocles: Todo está formado por cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua).
- Anaxágoras: Todo proviene de diminutas “semillas” o “gérmenes” dirigidos por una causa exterior llamada Nous (Mente o Inteligencia).
- Demócrito: La realidad se compone de átomos, partículas indivisibles que se mueven en el vacío y, al chocar, forman todo lo existente.
Platón y la Crítica a la Democracia
Aunque la democracia actual es diferente a la que conoció Platón en el siglo IV a. C., ambas comparten el problema de un ambiente dominado por la demagogia, que actualmente se ve intensificado por los medios de comunicación que manipulan la opinión y el voto del ciudadano.
El Intelectualismo Moral y el Gobierno de los Sabios
Ante este problema, Platón apuesta por eliminar la participación ciudadana de las decisiones políticas para dejar esa función a los sabios. Argumenta su postura desde el intelectualismo moral, que sostiene que solo el saber asegura que se puedan y se quieran tomar buenas decisiones.
Disertación: ¿Es Razonable el Gobierno de los Sabios Hoy?
Pero, ¿tendría sentido aplicar hoy su propuesta? ¿Sería razonable eliminar la participación ciudadana en favor del gobierno de unos pocos «sabios»?
La postura que voy a defender en esta disertación es que las decisiones deben ser tomadas por quienes poseen el conocimiento necesario para hacerlo correctamente. Frente al relativismo, que sostiene que todas las opiniones tienen igual valor, defiendo una postura universalista: solo la razón y el conocimiento permiten tomar decisiones justas. Gobernar no consiste en seguir la voluntad de la mayoría, sino en comprender lo que es verdaderamente bueno para la comunidad.
El Conocimiento como Fundamento de la Justicia
El conocimiento está estrechamente ligado a la justicia. Quien comprende el bien actúa buscando el beneficio de todos, mientras que quien carece de conocimiento puede dejarse llevar por emociones, costumbres o manipulaciones externas. Por eso, un gobierno formado por personas instruidas y prudentes garantiza mayor estabilidad y equidad que uno guiado únicamente por la mayoría.
Un ejemplo claro es el de la medicina: no todos pueden decidir cómo curar una enfermedad, solo quien posee los conocimientos necesarios. De igual modo, en política, las decisiones deben estar guiadas por la razón y la competencia, no por la popularidad ni por la presión del momento.
Además, en la sociedad actual, marcada por la diversidad cultural y la influencia de los medios, la opinión pública puede ser fácilmente manipulada. Por eso es crucial que quienes gobiernan comprendan los mecanismos sociales y morales que sostienen el orden común. El saber se convierte así en la mejor defensa frente a la demagogia y el error.
Por todo lo dicho, la propuesta platónica de sustituir la participación ciudadana por el gobierno de los sabios puede considerarse razonable, ya que el conocimiento es la base de la justicia y del buen gobierno. La democracia, aunque valora la igualdad, puede caer en la manipulación y el desorden. En cambio, el gobierno de quienes saben garantiza decisiones racionales, justas y orientadas al bien común.
