El Saber Filosófico: Concepto y Etimología
Al analizar la expresión «saber filosófico», observamos que se compone de dos términos: saber y filosofía.
Etimología de los Términos
- El término filosofía es una palabra compuesta que significa «amor» (philo) y «sabiduría» (sophia), es decir, «amor al saber». Esto indica de algún modo el carácter de la realidad que vamos a estudiar y a la que nos enfrentamos: se trata de un amor, de un querer saber, no de un conocimiento que se posea de antemano.
- El otro término, saber, procede del latín sapere, que tiene el sentido general de «sabor» y «saber», con el significado de «gusto por conocer».
- El término sophia (sabiduría) procede, a su vez, de phós (luz), y significa «el que ve o contempla una realidad, un ente». En este último caso, el saber está emparentado con el órgano de la vista; en el primero, con el sentido del gusto.
Noción del Saber
Si nos preguntamos qué es saber, podemos identificar tres aspectos fundamentales:
Saber como Discernir
Saber es discernir, esto es, distinguir una cosa de otra. Por ejemplo, yo distingo lo blanco de lo negro y el vino del agua. Aunque ignore qué es el vino o el agua, o lo blanco o lo negro en su esencia, sé que este folio sin escribir es blanco y que el betún de los zapatos es negro.
Saber como Definir
Además, saber es de-finir, lo que significa delimitar, acotar, enmarcar, encuadrar. Definir es decir lo que una cosa es, delimitarla por sus notas esenciales constitutivas. Por ejemplo, si digo lo que es agua o vino, o vino blanco. La definición es interesante porque en ella se fundamenta la ciencia. Las nociones fundamentales de la geometría y de la aritmética son definiciones que suelen ser reales, es decir, referidas a cosas.
Saber como Entender
En tercer lugar, está el saber como entender. Esto ocurre si, además, nos preguntamos por el origen, el fundamento, la estructura y la finalidad de una cosa o de una realidad. Por ejemplo, el vino tiene un origen en el pisado de la uva y en la fermentación del mosto; tiene una estructura etílica que se conoce bien, y tiene una finalidad. En esta operación alcanzamos un conocimiento total, global y abarcador de una cosa o de una realidad.
Elementos Clave del Saber
El saber posee elementos fundamentales que intervienen en su formación:
La Experiencia
Se funda en los sentidos, es experiencia sensible, es acumulativa y base de todo saber. Sin la experiencia no sería posible ningún saber. Kant señala: «Todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia (sensible)… En el orden temporal, ningún conocimiento precede a la experiencia y todo conocimiento comienza con ella».
La Tradición
El sujeto está integrado en el seno de una familia, una sociedad y una cultura. Cuando comienza a conocer, recibe un conjunto de saberes acumulados socialmente, transmitidos por la tradición a la que pertenece y que recibe en el seno de la familia, en la escuela, etc. Estos saberes van a constituir en él un poso, un sedimento sobre el que instaurar su ciclo vital.
La Técnica
La técnica ha existido siempre. Aunque la técnica occidental europea se ha impuesto, la técnica, entendida como ha existido desde que el hombre es hombre, y en virtud de ella se ha podido disminuir el esfuerzo físico, mejorar el rendimiento y, con el tiempo, gracias al progreso tecnológico, proporcionar una mejora social, una comodidad y un confort imposibles sin ella. La técnica es una forma de conocimiento (el conocimiento técnico): el conocimiento de quien conoce el porqué y la causa de una cosa, un aparato, una máquina. Aristóteles llama técnico a quien conoce la causa y el porqué de una cosa, y lo considera más sabio que quien solo tiene experiencia.
El Pensamiento o la Razón
(Del griego: logos, palabra, pensamiento; y légein, decir, reunir, pensar; y del latín pensare, sopesar, pesar y pensar; y ratio, ración y razón). El pensamiento y la razón son facultades activas que se despliegan sobre lo real y llegan, mediante el discurso y el razonamiento, al conocimiento de lo real. Dado que la realidad puede dividirse en parcelas, el estudio de una parte de ella puede constituir un saber y alcanzar una gran perfección; lo mismo ocurre cuando nos enfrentamos a la realidad en su conjunto. Y la razón, en algunos momentos, alcanza un saber tan claro, tan evidente, tan perfecto, que no duda en llamar irracional o ilógico a lo que es falso.
Modelos y Clases de Saber
Existen diversos modelos o clases de saber, algunos de los cuales tienen una relación especial con el saber filosófico, y los señalamos para que no se confundan con la filosofía:
El Saber Vulgar
Es el saber común y corriente, que tiene como fundamento la tradición y la experiencia. Se basa en la observación y es el saber del campesino (una labor cada vez más tecnificada), así como el saber de la gente corriente que vive en las ciudades (el saber urbano), fundado en gran medida en la capacidad de distinguir. En la vida cotidiana, usamos diversos aparatos técnicos, nos orientamos en la ciudad, sabemos dónde están el ayuntamiento, la iglesia o la biblioteca, pero no nos hemos cuestionado sobre su significado, su fundamento, estructura o finalidad. Así pues, estamos en presencia de un saber utilitario y práctico.
Saber Mítico y Religioso
Existe un saber mítico que se remonta a un pasado muy remoto, y un saber religioso presente y vigente en las actuales religiones.
Saber Mítico
El mito es un relato, una narración que cuenta una historia sagrada de un hecho fundamental ocurrido in illo témpore, en el tiempo remoto de los orígenes. En el mito se confunden lo real y lo fantástico; por ello, se explican por sí mismos. Es una forma dualista de pensar que distingue lo sagrado de lo profano. En la actualidad, existe una presencia del mito, porque la realidad no es tan racional como se piensa y como parece. Se mitifica al hombre, la técnica, el maquinismo: ejemplos son el mito de Prometeo, de Ícaro, de la Atlántida, de Fausto, del especialista, de la infalibilidad de la ciencia y de la técnica, o del progreso indefinido. Hoy en día, los mitos han pasado de la esfera religiosa a la esfera política y social.
Saber Religioso
La religión es un ingrediente fundamental de la persona humana y de la cultura a la que pertenece; desde este punto de vista, constituye un saber.