Nietzsche: Tragedia, Metafísica y la Pugna entre Dioniso y el Racionalismo Socrático-Platónico

El Nacimiento de la Tragedia en la Filosofía de Nietzsche

En El nacimiento de la tragedia, Nietzsche expone que toda creación artística se dirime entre dos polos que muestran el lado constructivo y destructivo de la vida:

Los Espíritus Fundamentales del Arte: Apolíneo y Dionisíaco

  • El espíritu apolíneo: Fundado sobre criterios de armonía y perfección formal, expresa sobre todo las artes plásticas. Apolo simboliza la armonía, la serenidad, la medida, la razón, la claridad oracular de Delfos y está representado por la poesía y la escultura.
  • El espíritu dionisíaco: Este espíritu no conoce ningún límite y conduce a la exaltación y a la enajenación. Dioniso simboliza la pasión, la orgía, la embriaguez, lo irracional, «el furor báquico» de las fiestas de la primavera y está representado por la música y la danza.

La Contraposición y Síntesis de Apolo y Dioniso

Nietzsche acepta que la vida es dolor, lucha, destrucción, crueldad e incertidumbre, pero en lugar de renunciar a ella, defiende su aceptación total y entusiasta. El éxtasis dionisíaco supera el principio de individuación. El auténtico héroe de la tragedia griega es Dioniso, con el que el espectador puede expiar los sufrimientos de la existencia sin negar la vida. La tragedia revela la unidad de todo lo existente; todas las figuras de la escena griega son máscaras del héroe trágico originario que fue Dioniso.

El mundo griego realizó la síntesis entre la tendencia apolínea y la dionisíaca. Ambos son necesarios al arte, porque el espíritu dionisíaco debe ser moderado por su contrario. En la historia de Occidente, esta síntesis sucedió en la Grecia presocrática. Al principio estaba Apolo; luego, tomó presencia Dioniso, contraponiendo al orden y a la moderación el caos y la confusión de todas las cosas. En el arte, es preferible a la serenidad apolínea; aun así, ambos dioses coexistieron en Grecia.

Lo esencial en la tragedia era el fondo dionisíaco, con el que el espectador rompía con su individualidad y se fundía con la unidad de todas las cosas sin necesidad de recurrir a ningún consuelo metafísico. Dioniso simboliza la aceptación de la vida en la totalidad de sus fuerzas primitivas.

El Declive de la Tragedia y el Triunfo Socrático

Eurípides banalizó los personajes de la tragedia, y triunfó Sócrates. El diálogo platónico sustituyó a la tragedia griega. La filosofía en Occidente libra una lucha eterna entre un modo teórico de ver el mundo y otro dionisíaco. Vencieron Apolo y Sócrates, que juntos derrotaron a Dioniso. Nietzsche considera que, en Alemania, gracias a la filosofía de Schopenhauer y a la música de Wagner, había triunfado de nuevo la síntesis trágico-dionisíaca de la Antigüedad.

La Crítica de Nietzsche a la Metafísica: El Legado de Sócrates y Platón

Sócrates es, para Nietzsche, el gran adversario de Dioniso. El racionalismo se presenta como la antítesis de la tragedia y del arte. Nietzsche piensa que la filosofía socrática aleja al ser humano de la naturaleza, de la fusión con la unidad, con el todo originario, para convertirlo en un ser interesado en alcanzar la esencia inmutable de las cosas. Es precisamente en la aprehensión de lo inmutable donde la filosofía se muestra incompatible con el arte. Este dinamismo, propio de la naturaleza, resulta inaprehensible para el pensamiento, como ya había señalado Heráclito.

La Razón contra la Vida: Momificación e Inversión de la Realidad

En el mismo momento en que se pretende captar el mundo con la razón, este se fosiliza, se congela, y lo que se capta ya no es la naturaleza, sino solo un esquema intelectual que no contiene ninguno de los instintos e impulsos primarios de la vida. Con la aparición de la filosofía y de la ciencia, se inicia el camino hacia la metafísica y se abandona el arte.

Nietzsche advierte que todos los filósofos, con la excepción de Heráclito, han rechazado la sensibilidad y se han dedicado a momificar intelectualmente la realidad. Pero los filósofos no solo fosilizan la realidad, sino que además la invierten. Con la excusa de que el mundo de las cosas no tiene consistencia por sí mismo, ponen en primer lugar lo que es último. Utilizan conceptos generales como ser, absoluto, espíritu, y les conceden el máximo grado de realidad, cuando paradójicamente aparecen al final, es decir, después de haber categorizado la realidad con la especulación filosófica.

En esta inversión tuvo un papel relevante Sócrates, cuyo discípulo Platón encuentra en el concepto, en la idea, la auténtica realidad. Mientras que la tragedia representaba la vida sin enmascarar, Sócrates defendió una manera enfermiza de entenderla; una forma de vida que conjuraba las incertidumbres cotidianas con la explicación racional de cualquier suceso. Sócrates convierte la búsqueda de la racionalidad a toda costa en la tarea originaria de la filosofía. Por ello, Nietzsche ve en la muerte de Sócrates, en su deseo de morir para liberarse de la enfermedad de vivir, el primer síntoma del devenir decadente de la filosofía occidental. La filosofía aparece como una enfermedad que conduce a una vida fría, consciente, sin instinto y sin felicidad.

Causas de la Corrupción de la Filosofía Occidental según Nietzsche

La filosofía occidental se corrompió debido a:

  • Sócrates: Encumbró la razón frente a la vida, es decir, a Apolo frente a Dioniso.
  • Platón: Desvalorizó el mundo real que nos ofrecen los sentidos y elaboró una interpretación moral del ser con la idea de Bien.

El Platonismo y la Duplicación de los Mundos

Nietzsche llama «platonismo» a toda filosofía que parte del principio de separar la realidad en dos mundos:

  • El mundo inventado del más allá: Un mundo inteligible, eterno y sin cambios.
  • El mundo terrenal: Un mundo sensible, dominado por el dolor y el placer, que está en continuo cambio y conflicto.

La metafísica sobrevalora el primer mundo y desprecia el segundo, estableciendo una jerarquía invertida entre estos dos mundos. Según Nietzsche, esto supone una desvalorización del mundo material y de la vida.

La Reivindicación del Mundo Terrenal

Para Nietzsche, solo existe el mundo terrenal, en continuo devenir, experimentable por los sentidos. Su intención es desenmascarar todo idealismo. Al respecto, considera que la contraposición que hace Platón entre el mundo verdadero y el mundo aparente de los sentidos es una duplicación innecesaria, y que la metafísica es el mundo al revés. Pero las críticas de Nietzsche a Sócrates y a Platón, a ese modo de saber ascético intelectual que niega la vida de los sentidos, son en realidad críticas a sus coetáneos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *